Significado de Arbitrariedad (Definición, Concepto, Qué es)

Significado de Arbitrariedad




1. Concepto de Arbitrariedad

La palabra arbitrariedad la empleamos con muchísima frecuencia en nuestro idioma cuando queremos indicar que alguien ha actuado o actúa de manera opuesta a la justicia, es decir, con injusticia, atentando contra la razón o bien contra las leyes vigentes y totalmente dominada por su voluntad o bien por su capricho. Es una arbitrariedad que la policía los haya detenido sin siquiera pedirles que se identifiquen. La arbitrariedad de tu jefe no tiene límites no puede hacerte trabajar todo el fin de semana y no pagarte por ello.
Entre los variados sinónimos que presenta este concepto, sin dudas, se destaca el de injusticia que precisamente nos permite indicar la falta o la ausencia de la justicia en un comportamiento, un acontecimiento, hecho o accionar.
Por el contrario, es decir, el concepto que directamente se opone al de arbitrariedad es el de justicia. La justicia está considerada como una virtud a partir de la cual es posible darle a cada cual lo que le pertenece o le corresponde. Implica actuar con equidad, movido por la igualdad y la razón.
Cabe destacarse que lo que es justicia y lo que no lo es está en estrecha vinculación con los valores propuestos y sostenidos en la sociedad y asimismo por las creencias de cada individuo, o sea, que hay un componente social y asimismo uno personal en la determinación de aquello que resulta justo y lo que no lo es.
Entonces, cuando no se le otorga a cada persona lo que le corresponde por ley o por derecho natural se estará incurriendo en una arbitrariedad, en una injusticia y por caso, quien es objeto de la misma podrá reclamar ante quien corresponda un resarcimiento, o bien la retractación, según el caso.
En los países existe lo que se conoce como poder judicial que es el órgano que entiende en la resolución de los mencionados casos de injusticia. Un tribunal, un juez, son las autoridades encargadas y preparadas para que determinen la presencia o no de una injusticia y si es así que estipule el castigo correspondiente.

2. Definición de Arbitrariedad

¿A qué se le llama Arbitrariedad?

La noción de arbitrariedad se basa en el concepto de imposición coercitiva es decir todo aquello que es arbitrario es algo inapelable e insoslayable. Es decir, algo que se impone con el valor de ley con mayúsculas al punto tal de que nadie puede sustraerse a ella.
En Ayúdame Freud hemos hablado varias veces usando esta noción en dos sentidos básicos:
Por un lado, la arbitrariedad puesta en juego cuando una persona se le impone a otra coercitivamente, o le impone su capricho como si fuese una ley universal.
Por el otro lado: cuando una fuerza sobrenatural o exterior a un sujeto determinado se le impone a un conjunto de personas. Tal como la muerte, el destino, como fuerzas sobrenaturales, la imposición de las instituciones sociales y las ideologías como imposiciones arbitrarias exteriores a un sujeto.
Pero también podemos considerar que cierta parte de la psicología de una persona puede ser verdaderamente un poder sobrenatural y exterior al yo de esa persona. En este sentido tendríamos que decir que cierto aspecto de los conflictos psíquicos pueden ser arbitrarios para un sujeto, por ejemplo, el síntoma de la cleptomanía es exterior a la persona, ya que el cleptómano no se reconoce como quién “hace eso” sino es en función de una fuerza invisible que lo impulsa a actuar de tal o cual manera.
Pero también podemos dar otro matiz de la arbitrariedad; por ejemplo, cuando uno asimila un hecho desfavorable de la realidad de forma paranoide es decir atribuyéndole una intencionalidad en contra de uno o cuando una persona supone que existe un destino escrito e inamovible, tanto la realidad como el destino son elevados a la provistos con la condición de arbitrariedad y por lo mismo considerados poderes arbitrarios.
Es decir, la arbitrariedad no respeta límites, voluntades ni individualidades. Tampoco se somete al tiempo. La arbitrariedad siempre exige una acotación instantánea, por lo que lo contrario a la arbitrariedad sería básicamente el respeto al otro.
La persona sometida a un trato arbitrario o bien que sufre el ejercicio arbitrario de poder sobre ella, siempre queda al borde de la condición de impotencia y angustia.
La violencia en todas sus formas obedece a una tal arbitrariedad, pero también el miedo, el odio, el resentimiento y el fastidio obedecen a la arbitrariedad, tanto cuando se dirigen contra otra persona como cuando se dirige hacia sí mismo.
Por último, digamos también que la educación en su función de trasmisora de mandatos sociales puede reducirse a lo arbitrario, cuando se basa, en la imposición de contenidos sin importarle las aspiraciones y curiosidades del alumno, volviéndose una suerte de adiestramiento en un conjunto de conocimientos y valores arbitrarios, dado que no tienen en cuenta al sujeto a quién se le impone, ni en su naturaleza, ni en su voluntad.
Es un concepto amplio y que tiene innumerables consecuencias, Rousseau por ejemplo, dijo allá por el siglo XVIII que la primera persona que cercó un predio y dijo: Esto es mío, fundó la propiedad privada; lo cual puede verse como un origen de lo arbitrario, puesto que el planeta en sí, no es de un particular sino de todos y ninguno a la vez.
En la historia de la humanidad podríamos decir incluso que cuando el derecho sustituye al derecho natural, se instituye lo arbitrario como regla.

Podríamos definir tres planos de lo arbitrario.

Lo que realmente es arbitrario; lo que se eleva a condición de ley universal, y aquello que sin ser arbitrario es visto como tal.
En el primer plano tendríamos que incluir todo aquello que tenga que ver con accidentes, el destino, la muerte, etc. Pero, como ninguno de estos factores contingentes tienen una intencionalidad para ejercer su poder arbitrariamente sobre nosotros, tendríamos que considerar que por más que se lo suela tomar como arbitrariedades no lo son más que metafóricamente hablando.
El segundo plano, nos encontramos con cualquier tipo de cosa que se eleve a condición de ley universal, justa o injusta, beneficiosa o no, es arbitraria ya que se ejerce sobre todos sin preocuparse por las particularidades. La famosa frase "paga justo por pecador" es una muestra de este tipo de arbitrariedad, que es por cierto, la arbitrariedad misma.
Y el tercer plano, es lo que llamamos, la percepción paranoide, de lo exterior o interior a uno. Todo aquello que no entendemos o que no nos resulta familiar por ejemplo es considerado paranoicamente como si fuese un poder en contra de uno. Un síntoma por ejemplo, no se impone porque tenga una intencionalidad en contra nuestra pero nos tiraniza y nos obliga a obedecer su mandato coercitivamente por eso es visto como un ejercicio de arbitrio. Los dichos por nadie, repetidos por todos; (de lo que hablamos en Ayúdame durante una semana completa) son el caso contrario, imposiciones arbitrarias que son naturalizadas por pertenecer a la familiaridad de lo cotidiano.
Más adelante seguiremos trabajando esta noción para construir su concepto, pero, cualquier tipo de dudas, críticas o comentarios serán bienvenidas, y pueden disponer para ello de nuestro correo de lectores.


Última actualización de esta pagina el 14 de noviembre de 2020


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