Puntos Sobresalientes de Revelación a Juan

Puntos sobresalientes de la lectura de la Biblia: Revelación a Juan


Puntos Sobresalientes de la Lectura de la Biblia: Revelación a Juan

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Revelación a Juan


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Resumen del libro de Revelación a Juan en "Toda Escritura es Inspirada de Dios y provechosa"

*** si págs. 265-268 Libro bíblico número 66: Revelación ***

CONTENIDO DE REVELACIÓN

7 La introducción (1:1-9). Juan explica la Fuente divina y la parte angelical del conducto por el cual se da la revelación, y pasa a dirigirse a los miembros de las siete congregaciones que están en el distrito de Asia. Jesucristo ha hecho ‘que ellos sean un reino, sacerdotes para su Dios y Padre’, Jehová Dios, el Todopoderoso. Juan les recuerda que él es partícipe con ellos “en la tribulación y reino y aguante en compañía con Jesús” mientras está desterrado en exilio en Patmos (1:6, 9).
8 Los mensajes a las siete congregaciones (1:10–3:22). Al empezar la primera visión, Juan se encuentra por inspiración en el día del Señor. Una voz poderosa, como de trompeta, le dice que escriba en un rollo lo que ve y que lo envíe a las siete congregaciones, en Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. Al volverse hacia la voz, Juan ve a “alguien semejante a un hijo de hombre” en medio de siete candelabros, con siete estrellas en la mano derecha. Este dice que es “el Primero y el Último”, Aquel que llegó a estar muerto pero que ahora vive para siempre jamás, y que tiene las llaves de la muerte y del Hades. Por lo tanto, es Jesucristo resucitado. Explica: “Las siete estrellas significan los ángeles de las siete congregaciones, y los siete candelabros significan siete congregaciones” (1:13, 17, 20).
9 A Juan se le dice que escriba al ángel de la congregación de Éfeso, la cual, a pesar de su labor y aguante, además de negarse a soportar a hombres malos, ha dejado su primer amor y debe arrepentirse y efectuar los hechos de antes. Se dice a la congregación de Esmirna que, a pesar de la tribulación y la pobreza, en realidad es rica y no debe tener miedo: “Pruébate fiel hasta la misma muerte, y yo te daré la corona de la vida”. La congregación de Pérgamo, que mora “donde está el trono de Satanás”, sigue teniendo firmemente asido el nombre de Cristo, pero hay apóstatas en ella, y estos tienen que arrepentirse para que Cristo no guerree contra ellos con la espada larga de su boca. En Tiatira la congregación tiene “amor y fe y ministerio y aguante”, pero tolera a “aquella mujer Jezabel”. No obstante, los fieles que se mantengan firmes recibirán “autoridad sobre las naciones” (2:10, 13, 19, 20, 26).
10 La congregación de Sardis tiene la reputación de estar viva, pero está muerta porque sus hechos no están plenamente ejecutados ante Dios. Sin embargo, a los que venzan no se les borrará su nombre del libro de la vida. La congregación de Filadelfia ha guardado la palabra de Cristo, así que él promete guardar a aquella congregación “de la hora de prueba, que ha de venir sobre toda la tierra habitada”. Cristo hará que el que venza sea una columna en el templo de Su Dios. Dice Cristo: “Sobre él escribiré el nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén [...] y ese nuevo nombre mío”. Tras aludir a sí mismo como “el principio de la creación por Dios”, Cristo dice a la congregación laodicense que no es ni caliente ni fría y que la va a vomitar de su boca. Aunque se jactan de tener riquezas, los de esa congregación son en verdad pobres, ciegos y desnudos. Necesitan prendas de vestir exteriores blancas y pomada para los ojos, para que vean. Cristo entrará y luego cenará con el que le abra la puerta. Al que venza, Cristo le concederá sentarse con él en su trono, así como él se ha sentado con su Padre en Su trono (3:10, 12, 14).
11 La visión de la santidad y gloria de Jehová (4:1–5:14). La segunda visión nos lleva ante el esplendoroso trono celestial de Jehová. La escena es de deslumbrante hermosura, con el brillo como el de piedras preciosas. Alrededor del trono se sientan 24 ancianos que llevan coronas. Cuatro criaturas vivientes atribuyen santidad a Jehová, y él recibe adoración y es digno “de recibir la gloria y la honra y el poder” porque es el Creador de todas las cosas (4:1, 11).
12 ‘El que está sentado sobre el trono’ tiene un rollo con siete sellos. Pero ¿quién es digno de abrir el rollo? ¡Solo “el León que es de la tribu de Judá, la raíz de David”, es digno de abrirlo! Este, quien es también “el Cordero que fue degollado”, toma el rollo de la mano de Jehová (5:1, 5, 12).
13 El Cordero abre seis sellos del rollo (6:1–7:17). Ahora empieza la tercera visión. El Cordero pasa a abrir los sellos. Primero, un jinete de un caballo blanco sale “venciendo y para completar su victoria”. Entonces el jinete que va sobre un caballo de color de fuego quita de la tierra la paz, y otro que monta un caballo negro raciona granos. Montado sobre un caballo pálido va el jinete Muerte, y el Hades sigue de cerca. Se abre el quinto sello y se ve a “los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios” pidiendo que su sangre sea vengada (6:2, 9). Al abrirse el sexto sello hay un gran terremoto, se oscurecen el sol y la luna, y los poderosos de la tierra piden a las montañas que caigan sobre ellos y los escondan de Jehová y de la ira del Cordero.
14 Después de esto empieza la cuarta visión. Se ve a cuatro ángeles reteniendo los cuatro vientos de la tierra hasta que se selle en la frente a los esclavos de Dios. Estos ascienden a 144.000. Luego Juan ve una incontable gran muchedumbre de personas de todas las naciones que, de pie delante de Dios y del Cordero, les atribuyen salvación; estas sirven día y noche en el templo de Dios. El Cordero mismo ‘las pastoreará y guiará a fuentes de aguas de vida’ (7:17).
15 Se abre el séptimo sello (8:1–12:17). Hay silencio en el cielo. Entonces se entregan siete trompetas a los siete ángeles. El toque de las primeras seis trompetas compone la quinta visión.
16 Al tocarse sucesivamente las primeras tres trompetas, llueven calamidades sobre la tierra, el mar, los ríos y las fuentes de aguas. Al toque de la cuarta trompeta, una tercera parte del sol, la luna y las estrellas se oscurece. Al sonido de la quinta, una estrella procedente del cielo deja salir una plaga de langostas que ataca a los “que no tienen el sello de Dios en la frente”. Este es “el primer ay”, y dos más vienen. La sexta trompeta anuncia la desatadura de cuatro ángeles que salen a matar. “Dos miríadas de miríadas” de jinetes traen más calamidad y degüello, pero todavía los hombres no se arrepienten de sus hechos malos (9:4, 12, 16).
17 Al empezar la sexta visión, otro ángel fuerte desciende del cielo y declara que, “en los días de dar el toque el séptimo ángel, [...] el secreto sagrado de Dios, según las buenas nuevas” ha de quedar terminado. Juan recibe un rollito para que se lo coma. Este es “dulce como la miel” en su boca, pero le amarga el vientre (10:7, 9). Dos testigos profetizan 1.260 días vestidos de saco; entonces los mata “la bestia salvaje que asciende del abismo”, y sus cadáveres quedan tres días y medio “en el camino ancho de la gran ciudad”. Los que moran en la tierra se regocijan sobre ellos, pero esto se convierte en temor cuando Dios los levanta a la vida. En aquella hora hay un gran terremoto. “El segundo ay ha pasado” (11:7, 8, 14).
18 Ahora el séptimo ángel toca su trompeta. Voces celestiales anuncian: “El reino del mundo sí llegó a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo”. Los “veinticuatro ancianos” adoran a Dios y dan gracias, pero las naciones se aíran. Es el tiempo señalado de Dios para juzgar a los muertos y galardonar a sus santos, y “para causar la ruina de los que están arruinando la tierra”. Se abre el santuario de Su templo, y en él se ve el arca de su pacto (11:15, 16, 18).
19 Después de anunciarse el establecimiento del Reino, en seguida la séptima visión muestra “una gran señal” en el cielo. Es una mujer que da a luz “un hijo, un varón, que ha de pastorear a todas las naciones con vara de hierro”. “Un dragón grande de color de fuego” está listo para devorar al niño, pero el niño es arrebatado hacia el trono de Dios. Miguel guerrea contra el dragón y arroja abajo a la tierra a esta “serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás”. “¡Ay de la tierra[!]” El dragón persigue a la mujer, y se va para guerrear contra los restantes de la descendencia de ella (12:1, 3, 5, 9, 12; 8:13).
20 La bestia salvaje procedente del mar (13:1-18). La octava visión muestra ahora que del mar asciende una bestia salvaje que tiene siete cabezas y diez cuernos. Esta obtiene su poder del dragón. Una de sus cabezas fue como muerta por degüello, pero sanó, y toda la tierra admiró a la bestia. Habla blasfemias contra Dios y hace guerra contra los santos. Pero, ¡mire!, Juan ve otra bestia salvaje, y esta asciende de la tierra. Tiene dos cuernos como un cordero, pero empieza a hablar como un dragón. Extravía a los habitantes de la tierra y les dice que hagan una imagen a la primera bestia salvaje. Todos se ven obligados a adorar esa imagen o ser muertos. Sin la marca o el número de la bestia salvaje, nadie puede comprar o vender. Su número es 666.
21 Las “buenas nuevas eternas” y mensajes relacionados (14:1-20). Por alegre contraste, en la novena visión Juan ve al Cordero sobre el monte Sión, y con él hay 144.000 que tienen en la frente el nombre del Cordero y el del Padre. Estos “están cantando como si fuera una canción nueva delante del trono”, tras haber sido “comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero”. Otro ángel aparece en medio del cielo con “buenas nuevas eternas que declarar como noticias gozosas” a toda nación y proclama: “Teman a Dios y denle gloria”. Y otro ángel anuncia: “¡Babilonia la Grande ha caído!”. Otro ángel, un tercero, proclama que los que adoran a la bestia salvaje y a su imagen beberán de la ira de Dios. Uno “semejante a un hijo del hombre” mete su hoz, y otro ángel también mete su hoz y vendimia la vid de la tierra, tras lo cual la arroja en “el gran lagar de la cólera de Dios”. Mientras se pisa el lagar fuera de la ciudad, sale sangre hasta la altura de los frenos de los caballos, “por una distancia de mil seiscientos estadios” (unos 296 kilómetros [184 millas]) (14:3, 4, 6-8, 14, 19, 20).
22 Los ángeles con las últimas siete plagas (15:1–16:21). La décima visión comienza con otro vislumbre del tribunal celestial. Los que han obtenido la victoria sobre la bestia salvaje glorifican a Jehová, el “Rey de la eternidad”, por sus grandes y maravillosas obras. Siete ángeles salen del santuario celestial y reciben siete tazones de oro llenos de la cólera de Dios. Los primeros seis son derramados sobre la tierra, el mar, los ríos y las fuentes de aguas, así como sobre el sol, el trono de la bestia salvaje y el río Éufrates, con lo cual se seca su agua para dar paso a “los reyes procedentes del nacimiento del sol”. Expresiones demoníacas reúnen a ‘los reyes de toda la tierra habitada para la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso’ en Har–Magedón. El séptimo tazón es derramado sobre el aire, y en medio de aterradores fenómenos naturales la gran ciudad se divide en tres partes, las ciudades de las naciones caen, y Babilonia recibe ‘la copa del vino de la cólera de la ira de Dios’ (15:3; 16:12, 14, 19).
23 El juicio de Dios sobre Babilonia; las bodas del Cordero (17:1–19:10). Empieza la undécima visión. ¡Mire! Es el juicio de Dios sobre “Babilonia la Grande, la madre de las rameras”, “con quien los reyes de la tierra cometieron fornicación”. Borracha con la sangre de los santos, ella cabalga sobre una bestia salvaje de color escarlata que tiene siete cabezas y diez cuernos. Esta bestia “era, pero no es, y, no obstante, está para ascender del abismo”. Sus diez cuernos combaten contra el Cordero, pero él los vence porque es “Señor de señores y Rey de reyes”. Los diez cuernos se vuelven contra la ramera y la devoran, y con el comienzo de la duodécima visión otro ángel, cuya gloria alumbra la tierra, proclama: “¡Ha caído! ¡Babilonia la Grande ha caído!”. Al pueblo de Dios se le ordena que salga de ella, para que no reciba parte de sus plagas. Los reyes y otros poderosos de la tierra lloran por ella y dicen: “¡Qué lástima, qué lástima, tú, la gran ciudad, Babilonia la fuerte ciudad, porque en una sola hora ha llegado tu juicio!”. Sus grandes riquezas han quedado devastadas. Como se arroja una gran piedra de molino al mar, así con lanzamiento veloz Babilonia ha sido arrojada abajo, para nunca más volver a ser hallada. ¡Por fin ha sido vengada la sangre de los santos de Dios! Cuatro veces el cielo resuena con el llamado: “¡Alaben a Jah!”. ¡Alaben a Jah porque ha ejecutado juicio sobre la gran ramera! ¡Alaben a Jah porque Jehová ha empezado a reinar! ¡Regocíjense y llénense de gran gozo porque “han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado” (17:2, 5, 8, 14; 18:2, 10; 19:1, 3, 4, 6, 7)!
24 El Cordero guerrea con justicia (19:11–20:10). En la decimotercera visión el “Rey de reyes y Señor de señores” dirige a ejércitos celestiales en guerra justa. Reyes y hombres fuertes llegan a ser carroña para las aves del cielo, y la bestia salvaje y el falso profeta son arrojados vivos en el lago de fuego que arde con azufre (19:16). Al comenzar la decimocuarta visión se ve a un ángel que ‘desciende del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano’. “Al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás”, se le prende y entonces se le ata por mil años. Los que tienen parte en la primera resurrección llegan a ser ‘sacerdotes de Dios y del Cristo y reinan con él por los mil años’. Después de eso Satanás será soltado y saldrá a extraviar a las naciones de la tierra, pero sus seguidores serán destruidos y él será arrojado al lago de fuego (20:1, 2, 6).
25 El Día del Juicio y la gloria de la Nueva Jerusalén (20:11–22:5). Sigue entonces la emocionante decimoquinta visión. Los muertos, grandes y pequeños, son juzgados ante el gran trono blanco de Dios. La muerte y el Hades son arrojados al lago de fuego, que “significa la muerte segunda”, y con ellos se arroja a cualquiera a quien no se halle escrito en el libro de la vida. La Nueva Jerusalén desciende del cielo, y Dios reside en tienda con la humanidad y limpia toda lágrima de los ojos de esta. ¡No hay más muerte, lamento, clamor ni dolor! Sí, Dios va a “hacer nuevas todas las cosas”, y confirma su promesa diciendo: “Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas”. Los que venzan heredarán estas cosas, pero no los cobardes, ni los que carecen de fe, ni los que son inmorales o practican espiritismo o idolatría (20:14; 21:1, 5).
26 Ahora, en la decimosexta y última visión, a Juan se le muestra “la esposa del Cordero”, la Nueva Jerusalén, con sus 12 puertas y 12 piedras de fundamento que tienen los nombres de los 12 apóstoles. Es cuadrangular, y su majestuoso esplendor se representa por el jaspe, el oro y las perlas que hay en ella. Jehová y el Cordero son el templo de esta ciudad, y también son su luz. Solamente los que estén escritos en el rollo de la vida del Cordero pueden entrar en ella (21:9). Un río puro de agua de vida sale del trono y baja por el camino ancho de la ciudad, y a cada lado hay árboles de vida que producen nuevas cosechas de fruto cada mes y que tienen hojas para curación. El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad, y los esclavos de Dios verán Su rostro. “Jehová Dios arrojará luz sobre ellos, y reinarán para siempre jamás” (22:5).
27 La conclusión (22:6-21). Se da la seguridad: “Estas palabras son fieles y verdaderas”. ¡Felices, en verdad, son los que observan las palabras de la profecía! Tras haber oído y visto estas cosas, Juan cae para adorar al ángel, quien le recuerda que adore solamente a Dios. No deben sellarse las palabras de la profecía, “porque el tiempo señalado está cerca”. Felices son los que consiguen entrada en la ciudad, pues afuera están los sucios y “todo aquel a quien le gusta la mentira y se ocupa en ella”. Jesús declara que él mismo envió este testimonio a las congregaciones por medio de su ángel, y que es “la raíz y la prole de David, y la brillante estrella de la mañana”. “Y el espíritu y la novia siguen diciendo: ‘¡Ven!’. Y cualquiera que oiga, diga: ‘¡Ven!’. Y cualquiera que tenga sed, venga; cualquiera que desee, tome gratis el agua de la vida.” Y que nadie añada ni quite de las palabras de esta profecía, para que no se le quite su porción “de los árboles de la vida y de la santa ciudad” (22:6, 10, 15-17, 19).


Puntos Sobresalientes de Revelación a Juan en "Perspicacia para comprender las Escrituras"

*** it-2 págs. 844-845 Revelación a Juan, Una ***

[Recuadro en las páginas 844 y 845]

PUNTOS SOBRESALIENTES DE REVELACIÓN

Exposición de cómo ve Jehová las condiciones que se dan durante “el día del Señor”, y una vista por anticipado de lo que permite que suceda y lo que logra por medio de Cristo en ese tiempo
Una serie de visiones que el apóstol Juan puso por escrito alrededor del año 96 E.C.
El glorificado Cristo da consejo amoroso a los que heredarán el Reino con él (1:1–3:22)
La congregación de Éfeso ha mostrado aguante, pero ha dejado el amor que tenía al principio
Se anima a la congregación de Esmirna, rica en sentido espiritual, a permanecer fiel a pesar de la tribulación
La congregación de Pérgamo ha tenido firmemente asido el nombre de Cristo pese a la persecución, pero ha tolerado el sectarismo
La congregación de Tiatira ha aumentado su actividad, pero ha tolerado la influencia de Jezabel
La congregación de Sardis está muerta espiritualmente; tiene que despertar
Se insta a la congregación de Filadelfia, que ha guardado la palabra de Cristo, a que tenga firmemente asido lo que tiene
La congregación de Laodicea es tibia; ha de obtener de Cristo lo que necesita para restablecerse espiritualmente
Una visión de la presencia celestial de Jehová (4:1–5:14)
Se ve a Jehová sobre su trono con un esplendor imponente, rodeado de 24 ancianos y 4 criaturas vivientes; tiene en la mano un rollo sellado con 7 sellos
Se proclama al Cordero digno de tomar el rollo y abrirlo
El Cordero abre seis de los sellos del rollo (6:1-17)
Cuando abre el primer sello, un jinete que cabalga sobre un caballo blanco recibe una corona y sale venciendo y para completar su victoria
Según se abren los siguientes tres sellos, aparecen otros tres jinetes, que traen a la humanidad guerra, hambre y muerte
Se abre el quinto sello; los que han sufrido martirio por causa de Cristo claman para que su sangre sea vengada; cada uno de ellos recibe una larga ropa blanca
Al abrirse el sexto sello, un gran terremoto anuncia el día de la ira de Dios y del Cordero
Se retienen los cuatro vientos de la tierra (7:1-17)
Juan oye que se retendrá a los cuatro vientos hasta que se selle a los esclavos de Dios; la cantidad de sellados es de 144.000
Juan ve a continuación una gran muchedumbre sin número procedente de todas las naciones que sale de la gran tribulación
Se abre el séptimo sello (8:1–11:14)
Se produce un silencio de una media hora; se arroja a la tierra fuego del altar y siete ángeles se preparan para tocar sus trompetas
Los primeros cuatro toques de trompeta anuncian plagas sobre la tierra, el mar y las fuentes de agua, así como sobre el Sol, la Luna y las estrellas
La quinta trompeta da lugar a una plaga de langostas, y la sexta desencadena una sobrecogedora carga de caballería
Juan come un rollito, y se le informa que deberá seguir profetizando
Mide el santuario; dos testigos profetizan vestidos de saco, se les da muerte, pero se les levanta a la vida
La séptima trompeta: el nacimiento del Reino (11:15–12:17)
Con el sonido de la séptima trompeta se anuncian el Reino de Jehová y la autoridad de su Cristo.
Una mujer da a luz a un hijo varón en el cielo
El dragón intenta devorar al niño; estalla guerra en el cielo, pero Miguel arroja al dragón y sus ángeles a la Tierra
El dragón guerrea contra el resto de la descendencia de la mujer
La bestia salvaje que sale del mar (13:1-18)
Una bestia salvaje de siete cabezas y diez cuernos asciende del mar
El dragón da su autoridad a la bestia, y una bestia de dos cuernos semejantes a los de un cordero hace una imagen de ella; se obliga a muchos a adorar a la bestia salvaje y a aceptar su marca
Los siervos fieles de Jehová entran en acción (14:1-20)
Los 144.000 cantan una canción nueva sobre el monte Sión
Ángeles que vuelan en medio del cielo proclaman mensajes cruciales
Alguien semejante a un hijo del hombre siega la mies de la tierra
Un ángel pisa el lagar de Dios, lo que produce un enorme derramamiento de sangre
Desde su santuario celestial, Jehová ordena a siete ángeles que derramen los siete tazones de su cólera (15:1–16:21)
Se derraman los primeros seis tazones sobre la tierra, el mar, las fuentes de aguas, el Sol, el trono de la bestia salvaje y el Éufrates
Los siervos de Dios deben permanecer despiertos mientras la propaganda demoniaca reúne a los reyes humanos en Har-Magedón
El séptimo tazón se derrama sobre el aire, con resultados devastadores
Visiones del fin de Babilonia la Grande (17:1–18:24)
Babilonia la Grande, borracha con la sangre de los santos, se sienta sobre una bestia de color escarlata de siete cabezas y diez cuernos; los diez cuernos se vuelven contra ella y la devastan
Se anuncia su caída; el pueblo de Dios debe salir de ella
En la tierra, muchos lamentan su destrucción
Las bodas del Cordero (19:1-10)
Voces celestiales alaban a Jah por la destrucción de Babilonia
Un atronador coro de alabanza anuncia las bodas del Cordero
El Rey de reyes triunfa sobre las naciones (19:11-21)
La Palabra de Dios guerrea contra las naciones; se arroja a la bestia salvaje y al falso profeta al lago de fuego; todos los enemigos de Dios son aniquilados y su carne sirve de alimento a las bestias
Se abisma a Satanás, y Cristo gobierna durante mil años (20:1–21:8)
Se arroja a Satanás en un abismo durante mil años
Los que gobiernan con Jesús juzgan con él durante mil años, y a continuación se suelta a Satanás; su propósito es extraviar de nuevo a la humanidad, pero finalmente tanto él como los que le siguen son destruidos
Se levanta a todos los que están en la muerte, el Hades y el mar para ser juzgados ante el que está sentado en el gran trono blanco; se arroja a la muerte y al Hades al lago de fuego
Juan ve un nuevo cielo y una nueva tierra
La Nueva Jerusalén (21:9–22:21)
La gloriosa Nueva Jerusalén desciende del cielo, iluminando a las naciones; un río de agua de vida fluye a través de ella, y en cada orilla hay árboles para curación
Revelación concluye con los mensajes finales de Jehová y Jesús; el espíritu y la novia invitan a todo el que tenga sed a tomar gratis el agua de la vida


Puntos Sobresalientes de Revelación a Juan en "La Atalaya" (1991)

*** w91 1/5 págs. 21-23 Visiones emocionantes que fortalecen la fe ***

Visiones emocionantes que fortalecen la fe

Puntos sobresalientes de Revelación

JUAN, siervo de Jehová, se halla en la pequeña isla de Patmos, cerca de la costa oeste de Asia Menor. Allí el envejecido apóstol contempla cosas maravillosas... simbólicas, muchas veces asombrosas, ¡y verdaderamente significativas! Llega a estar en el día del Señor, que transcurre desde la entronización de Jesús en 1914 hasta el fin de su Gobernación Milenaria. Aunque Juan ve sucesos que ocurrirán durante la hora más tenebrosa de la humanidad, ¡cuán espléndida es la vista que recibe de antemano del Reinado de Mil Años de Cristo! ¡Qué grandiosas bendiciones recibirá la humanidad obediente entonces!
Juan anotó estas visiones en el libro bíblico de Revelación. Este libro, escrito alrededor de 96 E.C., puede fortalecer nuestra fe en el Dios de la profecía, Jehová, y en su Hijo, Jesucristo. (Para más detalles, véase el libro Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!, publicado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.)

Cristo da consejo amoroso

A principios de la revelación de Dios mediante Cristo se mencionan unas cartas dirigidas a siete congregaciones de los coherederos del Reino de Jesús (1:1–3:22). En conjunto, estas cartas dan encomio, indican los problemas, suministran corrección y/o estímulo y mencionan las bendiciones resultantes que reciben los que son fieles y obedientes. Aunque los efesios habían aguantado, habían dejado el amor que tenían al principio. A la congregación de Esmirna, que es espiritualmente rica, se la anima a permanecer fiel en medio de su tribulación. La persecución no ha vencido a la congregación de Pérgamo, pero esta ha tolerado el sectarismo. A pesar de que la actividad de los cristianos de Tiatira ha aumentado, allí existe una influencia como la de Jezabel. La congregación de Sardis necesita despertar en sentido espiritual; se insta a la de Filadelfia a asirse de lo que tiene; y los tibios laodicenses necesitan curación espiritual.
¡Qué excelentes palabras para adiestrar a los que habrían de ser reyes celestiales en el futuro... de hecho, para todos los cristianos! Por ejemplo, ¿hay entre nosotros alguien que haya caído en la tibieza? Entonces, ¡tome acción! Llegue a ser tan refrescante como un vaso de agua fría en un día caluroso, pero también empiece a desplegar celo ardiente por Jehová y su servicio. (Compárese con Mateo 11:28, 29; Juan 2:17.)

El Cordero abre un rollo

Después se ve a Jehová sobre su trono, en esplendor (4:1–5:14). Está rodeado de 24 ancianos y cuatro criaturas vivientes. En su mano tiene un rollo sellado con siete sellos. ¿Quién puede abrir el rollo? ¡Ciertamente el Cordero, Jesucristo, es digno de abrirlo!
Hay acontecimientos espectaculares a medida que el Cordero abre seis de los sellos (6:1–7:17). Mientras abre el primer sello, Cristo se presenta sobre un caballo blanco, recibe una corona (en 1914), y sale a vencer. Al abrirse tres sellos más, otros jinetes traen guerra, hambre y muerte a la humanidad. Al abrirse el quinto sello, los martirizados a causa de Cristo claman por venganza con relación a la sangre de ellos, y cada uno recibe “una larga ropa blanca”, lo cual significa una condición de justos relacionada con su resurrección para ser criaturas celestiales inmortales con privilegios de realeza. (Compárese con Revelación 3:5; 4:4.) Cuando se abre el sexto sello se anuncia el día de la ira de Dios y del Cordero mediante un terremoto. Pero “los cuatro vientos de la tierra”, que simbolizan un juicio destructivo, son retenidos hasta que se selle a los 144.000 esclavos de Dios. Cuando a estos se les unge con el espíritu de Dios y se les adopta como Sus hijos espirituales, reciben de antemano una prenda —un sello o promesa— de su herencia celestial. Es solo después de haber sido probados cuando ese sellar se hace permanente. (Romanos 8:15-17; 2 Corintios 1:21, 22.) ¡Y cuán asombrado tiene que quedar Juan al ver “una gran muchedumbre” de todas las naciones... una multitud que abriga la esperanza de vivir para siempre en un paraíso terrenal! Estos salen de “la gran tribulación”, un tiempo de angustia sin paralelo para la humanidad.
¡Qué sorprendentes sucesos se presentan al abrirse el séptimo sello (8:1–11:14)! Hay un silencio por media hora para permitir que se oigan las oraciones de los santos, y tras este silencio se arroja fuego del altar a la Tierra. Entonces siete ángeles se preparan para tocar trompetas que anuncian las plagas de Dios sobre la cristiandad. Las trompetas se tocan durante todo el tiempo del fin hasta la gran tribulación. Cuatro trompetas anuncian plagas sobre la tierra, el mar, las fuentes de agua potable y el sol, la luna y las estrellas. El toque de la quinta trompeta hace que salgan langostas que representan a cristianos ungidos que salen como un enjambre a combatir desde 1919 en adelante. Con el toque de la sexta trompeta tiene lugar un ataque de caballería. En cumplimiento de esto, los ungidos, reforzados desde 1935 por la “gran muchedumbre”, proclaman mensajes de juicio atormentadores contra los líderes religiosos de la cristiandad.
Después Juan se come un rollito, lo cual denota que los ungidos aceptan su asignación y se alimentan de la porción de la Palabra de Dios que contiene expresiones del juicio divino que ellos declaran contra la cristiandad. Se manda al apóstol que mida el santuario del templo, lo cual significa que los propósitos de Jehová respecto al arreglo del templo ciertamente se cumplirán, y que los que están asociados con este deben satisfacer las normas divinas. Entonces los “dos testigos” ungidos de Dios profetizan vestidos de saco, y se les mata, pero son resucitados. Esto señala al período entre 1918 y 1919, cuando los enemigos casi pusieron fin a la predicación de los dos testigos, pero los siervos de Jehová fueron revivificados milagrosamente para que efectuaran su ministerio.

¡Nace el Reino!

El toque de la séptima trompeta anuncia el nacimiento del Reino (11:15–12:17). En el cielo, una mujer simbólica (la organización celestial de Jehová Dios) da a luz un hijo varón (el Reino de Dios con Cristo como Rey), pero el dragón (Satanás) trata en vano de devorarlo. La guerra en el cielo después del nacimiento del Reino en 1914 llega a su culminación cuando el victorioso Miguel (Jesucristo) arroja al dragón y sus ángeles a la Tierra. Allí el dragón sigue guerreando contra el resto ungido de la descendencia de la mujer celestial.
Entonces Juan contempla una bestia salvaje a la cual se le hace una imagen repugnante (13:1-18). Esta bestia salvaje política de siete cabezas y diez cuernos sale “del mar”, las masas turbulentas de la humanidad de las cuales brota el gobierno humano. (Compárese con Daniel 7:2-8; 8:3-8, 20-25.) ¿De qué fuente recibe autoridad esta criatura simbólica? Pues, ¡nada menos que de Satanás, el dragón! ¡E imagínese! Una bestia de dos cuernos (la potencia mundial que es una combinación de Gran Bretaña y los Estados Unidos) le hace una “imagen” a esa monstruosidad política, una imagen que es conocida ahora como las Naciones Unidas. Se obliga a muchas personas a adorar la bestia salvaje y aceptar su “marca” al actuar como lo quiere la bestia salvaje y permitir que esta dirija la vida de ellas. ¡Pero los testigos de Jehová rechazan firmemente la marca demoníaca de la bestia salvaje!

Los siervos de Jehová toman acción

Se ve a varios siervos de Dios en acción mientras se derraman siete tazones de la ira de Dios (14:1–16:21). ¡Escuche! En el monte Sión celestial Juan puede oír a los 144.000 que cantan lo que parece una nueva canción. Un ángel que vuela en medio del cielo tiene buenas nuevas eternas que declarar a los habitantes de la Tierra. ¿Qué significa esto? Que los testigos de Jehová reciben ayuda angelical en su proclamación del mensaje del Reino.
Juan tiene que quedar atónito al ver que se recoge la vid de la tierra y se aplasta a naciones enteras cuando se pisa el lagar de la ira de Dios. (Compárese con Isaías 63:3-6; Joel 3:12-14.) Después, por mandato de Jehová siete ángeles derraman siete tazones de ira divina. La tierra, el mar y las fuentes de agua potable, así como el sol, el trono de la bestia salvaje y el río Éufrates son afectados por el derramamiento de los primeros seis tazones. Imagínese la emoción de Juan al ver que la propaganda demoníaca recoge a los reyes humanos para llevarlos a la guerra de Dios en Har-Magedón. Y los resultados son devastadores cuando el séptimo tazón se derrama sobre el aire.

Dos mujeres simbólicas

Ciertamente emociona a Juan presenciar el fin de Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa, y observar los acontecimientos gozosos que vienen después de su destrucción (17:1–19:10). Borracha con la sangre de los santos, se la ve montada sobre la bestia de color escarlata que tiene siete cabezas y diez cuernos (la Sociedad de Naciones y su sucesora, las Naciones Unidas). Ah, pero ¡qué devastación sufre cuando los cuernos se vuelven contra ella!
Se oyen voces celestiales que alaban a Jah por la destrucción de Babilonia la Grande. ¡Y qué estruendosa alabanza anuncia las bodas del Cordero y su novia, los ungidos resucitados!

Cristo triunfa y gobierna

Juan ahora contempla al Rey de reyes mientras este va a la cabeza de ejércitos celestiales a destruir el sistema de cosas de Satanás (19:11-21). Sí, Jesús, “La Palabra de Dios”, hace guerra contra las naciones. El apóstol ve que se arroja a la bestia salvaje (la organización política de Satanás) y al falso profeta (la Potencia Mundial Angloamericana) “al lago de fuego”, que simboliza destrucción completa y eterna.
¿Qué sucede después? Pues bien, Juan ve que se abisma a Satanás. Después tiene una vista por anticipado del Reinado de Mil Años de Cristo, ¡durante el cual Jesús y sus corregentes resucitados juzgan a la humanidad y elevan a los obedientes a la perfección humana (20:1-10)! Ahora es el tiempo para una prueba final. Después que Satanás sea soltado del abismo, se esforzará por desviar a la humanidad perfecta, pero la destrucción pondrá fin a las carreras de todos los rebeldes demoníacos y humanos contra Dios.
Volviendo al pasado en el tiempo, ¡cuán fascinado tiene que quedar Juan al ver que se resucita a los que están en la muerte, en el Hades (el sepulcro común de la humanidad) y en el mar, y se les juzga delante de Dios, quien está sentado sobre un gran trono blanco (20:11-15)! ¡Y qué alivio sentirá la gente recta cuando la muerte y el Hades sean arrojados al lago de fuego y nunca más conviertan en sus víctimas a la gente!
Cuando las visiones de Juan llegan a su fin, él contempla la Nueva Jerusalén (21:1–22:21). Aquella ciudad gubernamental baja del cielo y trae iluminación a las naciones. Por la Nueva Jerusalén fluye “un río de agua de vida”, que representa la verdad bíblica y todo lo que Dios ha provisto con el sacrificio de Jesús como base para recobrar del pecado y la muerte a los humanos obedientes y otorgarles vida eterna. (Juan 1:29; 17:3; 1 Juan 2:1, 2.) A cada lado de este río Juan ve árboles con hojas de curación, lo que representa parte de la provisión de Jehová para dar vida eterna a la humanidad obediente. Después de los mensajes de conclusión que dan Dios y Cristo, se extiende una invitación. ¡Qué maravilloso es oír que el espíritu y la novia invitan a todos los sedientos a ‘venir y tomar gratis el agua de la vida’! Y cuando leemos las palabras finales de Revelación, sin duda sentimos el mismo fervor que sintió Juan al exclamar: “¡Amén! Ven, Señor Jesús”.

[Recuadro/Ilustración en la página 21]

Manténgase despierto: Entre las palabras proféticas acerca de la guerra de Dios, Har–Magedón (Armagedón), se dice: “¡Mira! Vengo [es decir, Jesucristo viene] como ladrón. Feliz es el que se mantiene despierto y guarda sus prendas de vestir exteriores, para que no ande desnudo y la gente mire su vergüenza”. (Revelación 16:15.) Puede que esto aluda a los deberes del superintendente u oficial del monte del templo en Jerusalén. Durante las vigilias él caminaba por el templo para ver si los guardias levitas estaban despiertos o dormidos en sus puestos. A cualquier guardia que se hallara dormido se le golpeaba con un palo, y sus prendas de vestir exteriores podían ser quemadas como castigo vergonzoso. Puesto que el Armagedón está tan cerca ahora, el resto ungido del “sacerdocio real” o “casa espiritual” está resuelto a permanecer despierto en sentido espiritual. Sus compañeros, la “gran muchedumbre” que tiene esperanzas terrestres, tienen que actuar de la misma manera, pues ellos también rinden servicio sagrado a Dios en el templo. (1 Pedro 2:5, 9; Revelación 7:9-17.) En particular los superintendentes cristianos deben permanecer vigilantes contra el desarrollo de condiciones malas en la congregación. Porque ellos siguen despiertos, todos los que adoran lealmente en el templo espiritual de Dios siguen con sus “prendas de vestir exteriores” puestas, unas prendas que denotan su servicio privilegiado como testigos de Jehová.


Puntos Sobresalientes del libro de Revelación a Juan en "La Atalaya" (2009) Parte 1

*** w09 15/1 págs. 30-32 Puntos sobresalientes del libro de Revelación (parte 1) ***

La Palabra de Jehová es viva

Puntos sobresalientes del libro de Revelación (parte 1)

MIENTRAS estaba desterrado en la isla de Patmos, el anciano apóstol Juan recibe una serie de dieciséis visiones. En ellas observa lo que Jehová y Jesucristo hacen durante el día del Señor, el período que va desde el establecimiento del Reino de Dios en 1914 hasta el final del Reinado Milenario de Jesús. El libro de Revelación (o Apocalipsis), escrito por Juan alrededor del año 96, es una emocionante narración de dichas visiones.
Veamos ahora algunos puntos sobresalientes de Revelación 1:1–12:17, y analicemos las primeras siete visiones que recibió Juan. Estas visiones son de gran interés para nosotros, pues hablan de sucesos que están ocurriendo hoy y de las medidas que pronto tomará Jehová contra este mundo malvado. Quienes lean estas visiones con fe recibirán consuelo y ánimo (Heb. 4:12).

“EL CORDERO” ABRE SEIS DE LOS SIETE SELLOS

(Rev. 1:1–7:17)
En primer lugar, Juan ve a Jesús glorificado y recibe varios mensajes que debe escribir en un rollo y enviar “a las siete congregaciones” (Rev. 1:10, 11). Después, Juan ve un trono celestial. Y en la mano derecha del que está sentado en el trono hay un rollo sellado con siete sellos. “¿Quién es digno de abrir el rollo [...]?” Nada menos que “el León que es de la tribu de Judá”, el “cordero [...] que [tiene] siete cuernos y siete ojos” (Rev. 4:2; 5:1, 2, 5, 6).
La tercera visión revela lo que sucede cuando “el Cordero” abre cada uno de los primeros seis sellos. Al abrir el sexto sello, ocurre un gran terremoto que marca la llegada del gran día de la ira (Rev. 6:1, 12, 17). Pero la siguiente visión muestra a “cuatro ángeles [...] reteniendo los cuatro vientos de la tierra” hasta que se termina de sellar a los 144.000. A continuación aparece “una gran muchedumbre” de personas que no han sido selladas y que están “de pie delante del trono y delante del Cordero” (Rev. 7:1, 9).

Respuestas a preguntas bíblicas:

1:4; 3:1; 4:5; 5:6. ¿Qué significa la expresión “los siete espíritus”? El número siete representa lo completo desde el punto de vista de Dios. De modo que el mensaje que originalmente fue dirigido a “las siete congregaciones” se hace extensivo a las más de cien mil congregaciones del pueblo de Dios hoy día (Rev. 1:11, 20). Puesto que Jehová otorga su espíritu santo conforme a lo que desea lograr, la expresión “los siete espíritus” significa que el espíritu santo opera a plenitud para que quienes prestan atención a la profecía puedan comprenderla y así reciban bendiciones. El libro de Revelación parece seguir un patrón basado en grupos de siete elementos. En este libro, dicho número representa lo completo; y en efecto, Revelación habla de la forma en que “queda terminado”, o se completa, “el secreto sagrado de Dios” (Rev. 10:7).
1:8, 17. ¿A quién se le llama “el Alfa y la Omega” y “el Primero y el Último”? Es a Jehová a quien se le llama “el Alfa y la Omega”. Este título destaca el hecho de que ni antes ni después de él hay dios que pueda comparársele. Él es “el principio y el fin” (Rev. 21:6; 22:13). Ahora bien, aunque Revelación 22:13 llama a Jehová “el primero y el último” —pues no hay nadie antes ni después de él—, el título “el Primero y el Último” que aparece en el capítulo 1 se refiere a Jesucristo, tal como lo demuestra el contexto. Él fue el primero y el último ser humano a quien Jehová resucitó personalmente para vivir como espíritu inmortal (Col. 1:18).
2:7. ¿Qué es “el paraíso de Dios”? Puesto que estas palabras fueron dirigidas a cristianos ungidos, el paraíso del que aquí se habla debe referirse al cielo, a la mismísima presencia de Jehová. Este es, sin duda, un lugar paradisíaco. Los ungidos que permanezcan fieles podrán comer “del árbol de la vida”, es decir, recibirán inmortalidad (1 Cor. 15:53).
3:7. ¿Cuándo recibió Jesús “la llave de David”? ¿Cómo la ha usado? Jesús fue escogido para llegar a ocupar el trono de David, su antepasado, cuando se bautizó, en el año 29. Sin embargo, no recibió “la llave de David” sino hasta el año 33, cuando se sentó a la diestra de Dios en el cielo. Se le confirió pleno derecho sobre el Reino davídico y desde entonces ha estado empleando dicha llave para “abrir” u ofrecer oportunidades de servicio relacionadas con el Reino. En 1919, Jesús entregó “la llave de la casa de David” al “esclavo fiel y discreto”, es decir, lo nombró “sobre todos sus bienes” (Isa. 22:22; Mat. 24:45, 47).
3:12. ¿Cuál es el “nuevo nombre” de Jesús? Ese nombre está relacionado con la nueva posición que ocupa Jesús y con sus recién adquiridas responsabilidades (Fili. 2:9-11). Aunque nadie más llega a conocer ese nombre tan bien como él, Jesús lo escribe sobre sus fieles hermanos que resucitan en el cielo, con lo que se estrecha aún más su relación con ellos (Rev. 19:12). De hecho, él comparte sus responsabilidades con ellos.

Lecciones para nosotros:

1:3. En vista de que está tan cerca “el tiempo señalado” para que Dios ejecute su sentencia contra el mundo de Satanás, es urgente que nos esforcemos por comprender el mensaje del libro de Revelación y que actuemos en conformidad con él.
3:17, 18. Para ser ricos en sentido espiritual, debemos comprar el “oro acrisolado por fuego” que ofrece Jesús, o sea, debemos ser “ricos en obras excelentes” (1 Tim. 6:17-19). Hemos de ponernos “prendas de vestir exteriores blancas” que nos identifiquen como discípulos de Jesús. Y debemos usar “pomada para los ojos” —los consejos que recibimos en La Atalaya y otras publicaciones— para mejorar nuestra visión espiritual (Rev. 19:8).
7:13, 14. Los veinticuatro ancianos representan a los 144.000 ungidos en el cielo, donde además de ser reyes son sacerdotes. Este grupo fue prefigurado por los sacerdotes del antiguo Israel, a quienes el rey David organizó en veinticuatro divisiones. Uno de los ancianos le revela a Juan la identidad de la gran muchedumbre. De esto se deduce que la resurrección de los cristianos ungidos debió de comenzar antes de 1935. ¿Por qué lo decimos? Porque en ese año se dio a conocer a los cristianos ungidos que aún estaban en la Tierra cuál era la identidad de la gran muchedumbre (Luc. 22:28-30; Rev. 4:4; 7:9).

EL SÉPTIMO SELLO Y EL TOQUE DE SIETE TROMPETAS

(Rev. 8:1–12:17)
Cuando el Cordero abre el séptimo sello, siete ángeles reciben una trompeta cada uno. Seis de ellos tocan su trompeta para anunciar mensajes de condenación contra “la tercera parte” de la humanidad: la cristiandad (Rev. 8:1, 2, 7-12; 9:15, 18). Eso es lo que Juan ve en su quinta visión. En la siguiente visión, Juan se convierte en un participante más al comerse un pequeño rollo y medir el santuario del templo. Después del toque de la séptima trompeta, se oyen voces fuertes que anuncian: “El reino del mundo sí llegó a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo” (Rev. 10:10; 11:1, 15).
Las palabras de Revelación 11:15, 17 introducen ahora la séptima visión. Se ve una gran señal en el cielo: una mujer da a luz un hijo varón. Entonces, el Diablo es echado del cielo y, enfurecido con la mujer, se va a guerrear “contra los restantes de la descendencia de ella” (Rev. 12:1, 5, 9, 17).

Respuestas a preguntas bíblicas:

8:1-5. ¿Por qué se hizo un silencio en el cielo? ¿Qué se arrojó después a la Tierra? Se hizo un “silencio” en el cielo para que se pudieran oír “las oraciones de los santos” que estaban en la Tierra. Esto ocurrió al final de la primera guerra mundial. Los cristianos ungidos no ascendieron al cielo al final de los tiempos de los gentiles, como muchos de ellos esperaban; además, enfrentaron graves dificultades durante la guerra. De modo que estaban orando fervientemente para saber qué debían hacer. En respuesta a sus oraciones, un ángel arrojó a la Tierra fuego simbólico, y este encendió el fervor y entusiasmo de aquellos cristianos. Aunque eran pocos, iniciaron una campaña mundial de predicación que convirtió al Reino de Dios en un tema candente, y causaron, por decirlo así, un incendio en la cristiandad. Retumbaron las duras advertencias de la Palabra de Dios, relumbraron con fulgor las verdades bíblicas y se sacudieron los cimientos de la religión falsa, tal como se sacuden los edificios durante un terremoto.
8:6-12; 9:1, 13; 11:15. ¿Cuándo se prepararon los siete ángeles para tocar sus trompetas? ¿Cómo y cuándo se escuchó el toque de las trompetas? Como parte de la preparación para tocar las siete trompetas, se dieron instrucciones a los revitalizados miembros de la clase Juan. Como resultado, de 1919 a 1922, los ungidos reorganizaron la predicación y construyeron las instalaciones que necesitaban para imprimir (Rev. 12:13, 14). El toque de las trompetas representa la proclamación intrépida de la sentencia divina contra el mundo de Satanás, proclamación que el pueblo de Dios llevó a cabo con la ayuda de los ángeles. Dicha proclamación comenzó en la asamblea que se efectuó en Cedar Point (Ohio) en 1922 y se prolongará hasta la gran tribulación.
8:13; 9:12; 11:14. ¿Por qué se dice que los últimos tres toques de trompeta son “ayes”? Los primeros cuatro toques de trompeta proclamaron la muerte espiritual de la cristiandad, pero los tres últimos son “ayes”, o lamentos, que están relacionados con tres sucesos específicos, como veremos a continuación. El quinto toque se relaciona con la liberación del “abismo” de inactividad que experimentó en 1919 el pueblo de Dios, y con su imparable predicación, que se convirtió en una dolorosa plaga para la cristiandad (Rev. 9:1). El sexto toque se relaciona con el ataque de caballería más grande de la historia: la campaña mundial de predicación que comenzó en 1922. El último toque se relaciona con el nacimiento del Reino mesiánico.

Lecciones para nosotros:

9:10, 19. Las contundentes declaraciones basadas en la Biblia que aparecen en las publicaciones del “esclavo fiel y discreto” contienen un punzante mensaje (Mat. 24:45). Ese mensaje corresponde tanto a las colas de las langostas, que tienen “aguijones semejantes a [los de] escorpiones”, como a caballos, cuyas “colas son semejantes a serpientes”. ¿Por qué? Porque dichas publicaciones advierten que se acerca “el día de la venganza de [Jehová]” (Isa. 61:2). Llevémoslas a la gente con celo y valor.
9:20, 21. Con la expresión “los demás de los hombres”, Revelación se refiere a la gente de los países llamados no cristianos. Aunque muchas personas sinceras de esos países han respondido al mensaje que proclamamos, no esperamos conversiones en masa. Aun así, seguimos predicando con ahínco.
12:15, 16. “La tierra” —es decir, elementos políticos del mundo de Satanás— ha defendido la libertad religiosa. A partir de la década de los cuarenta, los gobiernos de diversos países se tragaron “el río [de persecución] que el dragón había lanzado de su boca”. Como vemos, cuando Jehová así lo decide, puede influir en las autoridades para llevar a cabo su voluntad. Sin duda, son muy atinadas estas palabras de Proverbios 21:1: “El corazón de un rey es como corrientes de agua en la mano de Jehová. Adondequiera que él se deleita en hacerlo, lo vuelve”. Esta verdad debe fortalecer nuestra fe en Dios.


Puntos Sobresalientes del libro de Revelación a Juan en "La Atalaya" (2009) parte 2

*** w09 15/2 págs. 3-5 Puntos sobresalientes del libro de Revelación (parte 2) ***

Puntos sobresalientes del libro de Revelación (parte 2)

¿QUÉ les espera a quienes sirven a Jehová y a quienes no lo hacen? ¿Qué les espera a Satanás y a sus demonios? ¿Qué bendiciones recibirán los seres humanos obedientes durante el Reinado de Mil Años de Cristo? La respuesta a estas y otras preguntas de capital importancia se encuentra en Revelación 13:1–22:21. Estos capítulos contienen las últimas nueve de las dieciséis visiones que recibió el apóstol Juan a finales del siglo primero.
Juan escribe: “Feliz es el que lee en voz alta, y los que oyen, las palabras de esta profecía, y que observan las cosas que se han escrito en ella” (Rev. 1:3; 22:7). Si leemos el libro de Revelación y ponemos en práctica lo que aprendemos, serviremos a Dios con más entusiasmo, fortaleceremos nuestra fe en él y en su Hijo, Jesucristo, y tendremos una brillante esperanza para el futuro (Heb. 4:12).

SE DERRAMAN LOS SIETE TAZONES DE LA CÓLERA DE DIOS

(Rev. 13:1–16:21)
Revelación 11:18 declara: “Las naciones se airaron, y vino tu propia ira [la de Dios], y el tiempo señalado para [...] causar la ruina de los que están arruinando la tierra”. ¿A qué se debe la ira de Dios? Se debe a las actividades de la “bestia salvaje [...] con diez cuernos y siete cabezas” que se describe en la octava visión (Rev. 13:1).
En la novena visión, Juan ve al “Cordero de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil” que han sido “comprados de entre la humanidad” (Rev. 14:1, 4). Y a continuación se dan anuncios angélicos. En la décima visión, Juan contempla a “siete ángeles con siete plagas”. Todo indica que es Jehová mismo quien ordena a estos ángeles que derramen “los siete tazones de la cólera de Dios” sobre varios elementos del mundo de Satanás. Los tazones contienen declaraciones y advertencias sobre los juicios de Dios (Rev. 15:1; 16:1). Estas dos visiones nos dan detalles de otros juicios del Reino relacionados con el tercero de los “ayes”, o lamentos, y con el toque de la séptima trompeta (Rev. 11:14, 15).

Respuestas a preguntas bíblicas:

13:8. ¿Qué es “el rollo de la vida del Cordero”? Es un rollo simbólico en el que están escritos los nombres de quienes gobernarán con Jesús en su Reino celestial. Esta lista incluye los nombres de los cristianos ungidos que tienen la esperanza de ir al cielo pero que aún viven en la Tierra.
13:11-13. ¿Qué significa que la bestia salvaje de dos cuernos hable como un dragón y haga bajar fuego del cielo? El hecho de que la bestia salvaje de dos cuernos —la potencia mundial angloamericana— hable como un dragón significa que recurre a amenazas, presiones y actos violentos para obligar a la gente a aceptar su manera de gobernar. ¿En qué sentido hace bajar fuego del cielo? En que, asumiendo la función de un profeta, proclama que ha vencido a las fuerzas del mal en las dos guerras mundiales del siglo XX y que le ha ganado la batalla al comunismo.
16:17. ¿Qué es “el aire” sobre el que se derrama el séptimo tazón? “El aire” representa la manera de pensar satánica, “el espíritu [o actitud] que ahora opera en los hijos de la desobediencia”. El entero mundo de Satanás respira este aire envenenado (Efe. 2:2).

Lecciones para nosotros:

13:1-4, 18. “Una bestia salvaje” que simboliza los gobiernos humanos sale “del mar”. El mar simboliza, a su vez, las masas agitadas de la humanidad (Isa. 17:12, 13; Dan. 7:2-8, 17). Esta terrible criatura, que fue creada por Satanás y recibe su poder de él, lleva el número 666, el cual representa la imperfección extrema. Puesto que nosotros conocemos la identidad de esta bestia, no la seguimos con admiración ni la adoramos, como hace la humanidad en general (Juan 12:31; 15:19).
13:16, 17. Aunque nos resulte más difícil realizar actividades cotidianas tales como “comprar o vender”, no debemos ceder a la presión y dejar que la bestia salvaje controle nuestra vida. Aceptar la marca de la bestia salvaje en la mano o en la frente equivaldría a permitir que dicha bestia controlara nuestra conducta o influyera en nuestra forma de pensar.
14:6, 7. La proclamación del ángel nos muestra lo urgente que es dar a conocer las buenas nuevas del Reino de Dios ya establecido. Debemos ayudar a nuestros estudiantes a cultivar un sano temor a Jehová y el deseo de glorificar su nombre.
14:14-20. Cuando se termine de recoger “la mies [o cosecha] de la tierra”, es decir, a quienes serán salvados, el ángel arrojará “la vid de la tierra” en “el gran lagar de la cólera de Dios”. Allí será destruida para siempre. La vid representa el corrupto sistema político de Satanás, y los “racimos” de la vid representan su mal fruto. Nunca dejemos que la vid de la tierra influya en nosotros.
16:13-16. Las “expresiones inspiradas inmundas” no son otra cosa que propaganda demoníaca. Su propósito es que los reyes de la Tierra no respondan favorablemente al derramamiento de los siete tazones de la cólera de Dios, sino que se dejen manipular y se enfrenten a Jehová (Mat. 24:42, 44).
16:21. Justo antes de que este mundo llegue a su fin, es probable que la proclamación del mensaje de juicio contra el malvado mundo de Satanás incluya extraordinarias expresiones de condena, que al parecer están representadas por piedras de granizo. Con todo, la mayor parte de la humanidad seguirá blasfemando contra Dios.

YA REINA EL REY VICTORIOSO

(Rev. 17:1–22:21)

“Babilonia la Grande”, el imperio mundial de la religión falsa, es uno de los repugnantes elementos del mundo de Satanás. En la undécima visión aparece representada por una “gran ramera”, o prostituta, “sentada sobre una bestia salvaje de color escarlata”. Serán precisamente “los diez cuernos” de esa bestia los que la destruyan por completo (Rev. 17:1, 3, 5, 16). En la siguiente visión se compara esta prostituta a una “gran ciudad”, se anuncia su caída y se hace un llamamiento urgente al pueblo de Dios: “Sálganse de ella”. Muchísimas personas lloran la caída de la gran ciudad, pero en el cielo hay gran regocijo debido a “las bodas del Cordero” (Rev. 18:4, 9, 10, 15-19; 19:7). En la decimotercera visión, el jinete del “caballo blanco” guerrea contra las naciones y acaba con el malvado mundo de Satanás (Rev. 19:11-16).
¿Qué sucederá con “la serpiente original, que es el Diablo y Satanás”? ¿Cuándo será “arrojado al lago de fuego”? Este es uno de los temas que se tratan en la decimocuarta visión (Rev. 20:2, 10). Las últimas dos visiones nos permiten entrever cómo será la vida durante el Milenio. Ya al final de la “revelación”, Juan ve un río de agua de vida que fluye por en medio de un camino ancho y escucha la invitación que se hace a “cualquiera que tenga sed” (Rev. 1:1; 22:1, 2, 17).

Respuestas a preguntas bíblicas:

17:16; 18:9, 10. ¿Por qué lamentan “los reyes de la tierra” la destrucción de Babilonia la Grande si ellos mismos la destruyeron? Su lamento se debe a puro egoísmo. Parece que después de destruir a Babilonia la Grande, se dan cuenta de lo útil que les había sido. Ella les había ayudado a cubrir su despotismo con un manto de piedad, a reclutar jóvenes para sus guerras y a mantener a la gente subyugada.
19:12. ¿Qué significa que nadie conozca el nombre de Jesús, aparte de él mismo? Al parecer, este nombre (que no se especifica) se refiere a la posición de Jesús y a los privilegios de que disfruta durante el día del Señor, como los que se mencionan en Isaías 9:6. El hecho de que nadie más conozca ese nombre significa que sus privilegios son únicos y que nadie más entiende lo que implica ocupar un cargo tan elevado como el suyo. Sin embargo, Jesús comparte algunos de esos privilegios con los miembros de la clase de su novia y escribe “ese nuevo nombre” suyo sobre ellos (Rev. 3:12).
19:14. ¿Quiénes cabalgan con Jesús en Armagedón? Los ejércitos de los cielos que acompañan a Jesús a pelear la guerra de Dios están formados por ángeles y por los ungidos que han vencido y han recibido su recompensa celestial (Mat. 25:31, 32; Rev. 2:26, 27).
20:11-15. ¿De quiénes son los nombres escritos en “el rollo [o “el libro”] de la vida”? Son los nombres de todas las personas que tienen la perspectiva de recibir vida eterna: los cristianos ungidos, los miembros de la gran muchedumbre y los fieles siervos de Dios que vuelvan a la vida cuando ocurra la “resurrección [de los] justos” (Hech. 24:15; Rev. 2:10; 7:9). ¿Y qué hay de las personas que vuelvan a la vida durante la “resurrección [de los] injustos”? Sus nombres solo se escribirán en “el rollo de la vida” si obedecen “las cosas escritas en los rollos” de instrucciones que se abrirán durante el Milenio. Sin embargo, ninguno de esos nombres se escribe de manera permanente desde el principio. Los de los ungidos quedan registrados definitivamente una vez que mueren fieles (Rev. 3:5). Y los de las personas que vivirán en la Tierra, una vez que hayan pasado la prueba final que tendrá lugar al acabar el Milenio (Rev. 20:7, 8).

Lecciones para nosotros:

17:3, 5, 7, 16. “La sabiduría de arriba” nos permite entender “el misterio de la mujer y de la bestia salvaje [de color escarlata] que la lleva” (Sant. 3:17). Esta bestia salvaje simbólica comenzó siendo la Sociedad de Naciones y después revivió como la Organización de las Naciones Unidas. En vista de que a nosotros se nos ha revelado este antiguo misterio, ¿no deberíamos predicar con entusiasmo las buenas nuevas del Reino de Dios y proclamar el día de juicio de Jehová?
21:1-6. Podemos tener plena certeza de que las maravillosas promesas relacionadas con el Reino se harán realidad. ¿Por qué? Porque la Biblia habla de ellas como si ya se hubieran cumplido. En Revelación leemos: “¡Han acontecido!”.
22:1, 17. El “río de agua de vida” representa los medios que Jehová utiliza para eliminar los efectos del pecado y la muerte. Aun ahora hay agua disponible para las personas obedientes. Dios nos invita a beber “gratis el agua de la vida”. Aceptemos su invitación con gratitud y llevémosla con entusiasmo a nuestros semejantes.


Puede consultar las referencias en la "Biblioteca en línea Watchtower"
Referencias de los Puntos Sobresalientes de la lectura semanal de la Biblia