El Género Gramatical

2da Parte

Gramática Española de María Moliner

Gramática Española de María Moliner

Tal división responde a la naturaleza de las cosas solamente cuando esas palabras se aplican a animales, los cuales pueden ser machos (género masculino) y hembras (género femenino). Pero también a los demás nombres se les asigna unas veces género masculino y otras género femenino. Al hablante le interesa en cada caso saber cuál es el género que les corresponde, para aplicar correctamente los artículos, pronombres y adjetivos que tienen forma distinta para cada género. Son en la mayor parte de los casos masculinos los nombres acabados en «o», y femeninos los acabados en «a». Los acabados en otra vocal o en consonante son generalmente masculinos; no lo son los acabados en «ción [sión], dad, dez, ed, iz» y «sis» (con excepciones como «roción» -que es un aumentativo-, «desfrez, desprez, filadiz» o «análisis, casis» y «paréntesis»), ni los de enfermedades en «itis». Son también femeninos los nombres de las letras: 'la ge'. En cambio, son masculinos, cualquiera que sea su terminación, los de las notas musicales: 'el la, el fa'.
Los nombres científicos (latinos) de plantas y animales deberían correctamente usarse con el género que les corresponde en latín; pero, usualmente, los de plantas se emplean con artículo femenino (como si se sobreentendiera «planta»); y los de animales con el del nombre vulgar.
De los adjetivos, algunos tienen terminación distinta para el masculino y para el femenino: «o» o consonante en sílaba aguda para el primero, y «a» para el segundo: 'estrecho, barbián; estrecha, barbiana'. Otros, acabados en «e» o en consonante en sílaba no acentuada, tienen la misma terminación para ambos géneros: 'la vida [el tiempo] breve; una mujer [un hombre] hábil'. Hay algunas excepciones, como «febril» que tiene la misma terminación para el masculino y el femenino; en el diccionario figuran siempre los adjetivos con sus dos terminaciones si las tienen. El artículo y los pronombres tienen también formas distintas para el masculino y el femenino. Además, el artículo y el pronombre personal singular tienen otra forma para el llamado «género neutro». Se llama también «género» a ciertas particularidades que presentan algunas palabras en su empleo, en relación con el género: GÉNERO COMÚN es el de las palabras que sirven con la misma terminación para aplicarlas a hombres y mujeres: 'el testigo, la testigo'; GÉNERO EPICENO es el de las palabras que, con el mismo artículo y la misma terminación, designan el macho y la hembra de la misma especie: 'el milano, la perdiz'; GÉNERO AMBIGUO es el de las palabras que se emplean unas veces con artículo masculino y otras con femenino: 'el mar' y 'la mar'.
Un tema debatido es el del género de los nombres de ríos y ciudades. Resumiendo lo escrito sobre él por distintos autores, se puede decir:
1. No existen normas preceptivas en esta cuestión.
2. Las normas de «uso más generalizado» son éstas:
a) Nombres de ríos.-Son, en general, masculinos; pero algunos acabados en «a» se usan también como femeninos ('la Esgueva, la Hornija, la Noguera-Pallaresa'...).
b) Nombres de poblaciones.-Se usan como femeninos los acabados en «a» y como masculinos los demás. Pero hay muchos ejemplos de nombres de ciudad no acabados en «a» que se usan como femeninos: 'La antigua Cartago'; posiblemente, se piensa en un «ciudad de» elíptico. Abona
esta hipótesis el que, en cambio, se encuentran usados como masculinos nombres de pueblos acabados en «a», como si se sobreentendiera «pueblo»: 'Paniza está apartado de la línea del ferrocarril'. Además, la aplicación al nombre de los adjetivos «medio, mismo, propio, todo»
y quizás algún otro, predispone al empleo del masculino aunque los nombres acaben en «a»: 'Medio Sevilla se quedó a obscuras. En el mismo [propio] Barcelona. Todo Pamplona lo sabía'.