El Gerundio Verbal

Gramática Española de María Moliner

Gramática Española de María Moliner

Su manejo es uno de los puntos delicados del uso del español; el abuso de él revela siempre pobreza de recursos y su uso en algunos casos es francamente incorrecto. En un artículo muy reciente dice Azorín: «Con gerundios se escribe a lo manga por hombro». Y añade a continuación entre paréntesis:«¡Ay, al comienzo de este artículo, al hablar del Cid, se ha colado un gerundio! Tal vez yo exagero y haya gerundios mansos, tratables». En efecto, los hay, y el gerundio tiene sus usos específicos de los cuales es indesalojable. Por otra parte, uno de los temas tratados en la reunión de Academias tenida en el verano de 1960, a raíz de la publicación del artículo de Azorín citado, fue el del uso abusivo del gerundio y la conveniencia de ponerle coto. Estos antecedentes justifican la extensión dada aquí al tema. Las dos modalidades fundamentales del gerundio son: 1. Gerundio en oración independiente: constituye, acompañado de «estar» u otro auxiliar de valor equivalente, la forma verbal llamada específicamente «durativa»: 'Estaba leyendo un artículo muy interesante'. 2. Gerundio en oración subordinada: expresa una acción acompañante de la expresada en la oración principal o coincidente con ella en todo el tiempo o en parte de él: 'Empezó su discurso dando las gracias al presidente...'. Tras cada una de estas dos modalidades fundamentales se agrupan en la exposición que sigue otras de significado particular que tienen de común con una u otra de ellas el ser la oración de gerundio independiente o el ser subordinada.

1. GERUNDIO EN ORACIÓN INDEPENDIENTE. 

Su auxiliar propio es «estar»: 'Tú estarías pensando en las musarañas. Mañana a estas horas estarás volando sobre el Atlántico'. Conviene advertir que, con verbos de acción por naturaleza durativa y en oraciones en que se expresa la duración de la acción, la forma castiza es la durativa: 'Estuve leyendo toda la mañana' es mejor español que 'leí toda la mañana'.
Con otros verbos, como «andar, ir, salir, venir» o cualquier equivalente de «quedarse» o «seguir», la frase con gerundio puede interpretarse como una oración simple con verbo auxiliar o como una oración compuesta, según la personalidad que se atribuya al verbo que acompaña al gerundio: 'andaba pidiendo dinero a todo el mundo' significa esencialmente lo mismo que 'pedía dinero a todo el mundo'; pero 'salió dando un portazo' no es lo mismo que 'dio un portazo'.
Con el verbo «ir» tiene un uso muy característico con el que se expresa la acción en estado de provisionalidad o de espera: 'Id bajando la escalera mientras me pongo el abrigo. Yo fui estudiando con el libro que tenía en espera de que me mandaran el otro'. El gerundio de verbos perfectivos expresa reiteración: 'Siguen golpeando'.
Una observación que importa respecto de estas oraciones es que los pronombres enclíticos complementos del gerundio pueden indistintamente aplicarse al verbo auxiliar; antiguamente, también como enclíticos: 'Estábala mirando'; ahora, antepuestos: 'La estaba mirando'.
a) Gerundio adjetival en oración independiente.-Algunas expresiones de gerundio con «estar» no son propiamente formas verbales compuestas. En oraciones como 'la sopa está abrasando' o 'la ropa está chorreando', el gerundio es un verdadero atributo que responde a la pregunta «¿cómo estaba, cómo está?» y substituye propiamente a un adjetivo verbal no usual («abrasante» o «chorreante»). Estas son las oraciones más sencillas en que el gerundio tiene papel adjetival; su corrección y legitimidad no son discutidas.
b) Gerundio en oraciones absolutas (o sea, sin auxiliar y sin nexo gramatical con ningún elemento de la oración a que acompaña).-Como el participio, se construye siempre antepuesto al nombre: 'Está, pasando
el puente, tres quilómetros más allá'. He aquí un ejemplo del Quijote (11-57): '...Que, a no habérselas enviado, quedando yo pesaroso, se mostrara ella desagradecida'.

2. GERUNDIO EN ORACIÓN SUBORDINADA. 

El gerundio en oración subordinada expresa acción acompañante de la expresada por el verbo de la oración principal y desempeña fundamentalmente, con respecto a ésta, función adjetival o función adverbial; a éstas se añaden las que pueden llamarse «prepositiva» (aquí, «locativa») y «conjuntiva» («copulativa»). a) Gerundio adjetival.-Se encuentra en oraciones compuestas en que el sujeto del gerundio y el de la oración principal son distintos; y desempeña su papel de adjetivo respecto de un elemento nominal de la oración principal: 'He visto a tu hermano esperando el autobús. La vi guardando ganado con otros pastores'.
La G. R. A. limita la legitimidad de este uso adjetival del gerundio al caso en que el verbo principal es de percepción o representación y el gerundio se refiere al complemento directo de él, caso en que están los ejemplos citados; y, por ello, censura como incorrecta la frase 'te envío una caja conteniendo libros' y el pasaje del Quijote 'en un instante se coronaron todos los corredores del patio de criados y criadas de aquellos señores diciendo a grandes voces: Bien sea venida la flor y la nata de los caballeros andantes'; la primera por no ser el verbo «envío» de los de percepción o representación; y la segunda por referirse el gerundio a un complemento que no es directo. Sin embargo, si la primera de las frases censuradas suena efectivamente mal en oídos españoles y, probablemente, ningún español la usaría, la segunda y otras con gerundio adjetivo que se salen de alguna o de las dos reglas fijadas por la Academia, no sólo no disuenan, sino que se encuentran constantemente usadas en escritores de antes y de ahora y en el lenguaje usual.
En realidad, tales oraciones deben interpretarse como casos de elipsis del verbo «estar»: 'He visto a tu hermano (que estaba) esperando el autobús. La vi (cuando estaba) guardando ganado con otros pastores'; lo cual explica que el uso acepte el gerundio que responde a la pregunta «¿cómo está?», lo que coincide con el hecho de proceder estos gerundios adjetivales de formas con «estar», y lo rechace para contestar a la pregunta «¿cómo es?» o a la pregunta «¿cuál es?». Así, no se dice 'se casó con un viudo teniendo cuatro hijos', ni 'quiere comprarse un coche corriendo mucho', como tampoco se dice 'un viudo que está teniendo cuatro hijos' ni 'un coche que está corriendo mucho'. Y tampoco se dice 'el caballo moviéndose está a la derecha y el parado a la izquierda', porque esta aserción es respuesta a la pregunta «¿cuál es?» y no a la pregunta «¿cómo está?». Con esta norma se evita tener que hacer la acostumbrada excepción con los gerundios «ardiendo» e «hirviendo», los cuales, si es verdad que tienen un uso especialmente frecuente como adjetivos, no se diferencian esencialmente de los demás gerundios, y no se puede asegurar que sean los únicos que están en el mismo caso, ni tampoco que puedan siempre desempeñar función de adjetivo, pues tampoco se dice 'la hoguera ardiendo está más lejos que la apagada', ni 'el agua hirviendo es la del puchero pequeño'.
La norma expuesta precisa los límites del uso «de hecho» del gerundio adjetivo en español.
Hay todavía otro caso de gerundio adjetivo admitido por el oído español completamente irregular, pues, no sólo no está entre los admitidos por la G. R. A., sino que a él no es aplicable la norma anterior de responder a la pregunta «¿cómo está?»; es el de estos ejemplos: 'El B. O. publica una disposición regulando... Un capitel con adornos figurando hierbas. Tiene las ancas muy estrechas y acabando en punta'. Son gerundios que hacen el papel de adjetivos o participios-adjetivos yuxtapuestos, ni más ni menos que como el participio de presente variable francés; de ellos sólo se puede decir eso: que el oído español no los rechaza; y que son privativos de ciertos verbos -en el caso de los ejemplos, «regular, figurar» y «acabar»-, pues con otros no son admitidos: nadie diría, por ejemplo, 'tiene una casa rentando mucho dinero' o 'un árbol con una rama pegando en la ventana'. Se ha intentado explicarlos considerando el gerundio referido al verbo de la oración principal ('publica aclarando'); pero casos como los de los ejemplos segundo y tercero en que tal atribución no es posible invalidan esa explicación. No hay, pues, más remedio que considerar este caso como uno de los de «excrecencia» o aparición en el lenguaje de excepciones a las normas de uso vigentes, y esperar a ver si el anatema de los gramáticos acaba por extirparlo, o si el brote prevalece a pesar del anatema.
b) Gerundio adverbial.-El gerundio, en el empleo conforme con su etimología (deriva del ablativo del gerundio latino), sin interferencias con el participio de presente, sirve para expresar una acción que forma como un acompañamiento o contrapunto modal de la acción de otro verbo, siendo el mismo o distinto el sujeto de ambas acciones: 'Anda moviendo las caderas. Eso ocurrió estando yo fuera'. En estos dos ejemplos la oración de gerundio es puramente una oración modal y este es el caso más frecuente, con mucha diferencia, de oración de gerundio adverbial.
Pero no es el único: la oración de gerundio puede expresar otras relaciones susceptibles de adoptar un sentido modal, sentido que es el que les añade el empleo del gerundio. En la oración 'lo sé porque me lo han dicho', no cabe substituir 'me lo han dicho' por un gerundio; pero en 'tenía que tropezar porque no miraba al suelo', sí cabe decir 'no mirando al suelo, tenía que tropezar', oración en la que 'no mirando al suelo' expresa un MODO de andar que es CAUSA de «tropezar». Así pues, esta relación puede denominarse de MODO-CAUSA y corresponde también a veces a relaciones que se expresan con «si» o «como»: 'Apretando de ese modo, lo romperás. No estando seguro, decidí esperar'. De la misma manera, el gerundio puede expresar MODO-MEDIO en substitución de una oración con «con»: 'La verás asomándote a la ventana. No consigues nada llorando'; MODO-FINALIDAD, equivaliendo a un infinitivo con «para»: 'Me escribió dándome instrucciones'; MODO- TIEMPO: 'Yendo hacia tu casa me encontré con un amigo'; MODO EN CONTRADICCIÓN, cuando equivale a una oración adversativa con «aunque» o con «pero»: 'Siendo inteligente, a veces parece tonto'. Significado que se acentúa añadiendo al gerundio «aun» precediéndole o «y todo» siguiéndole: 'Aun estando enfermo es insubstituible. Llegando tarde y todo nos fue muy útil'.
Al gerundio puramente modal puede precederle «como», con lo que la frase es equivalente a otra con «como si» seguida de subjuntivo: 'Se metió el dinero en el bolsillo como no dándole importancia'. Pero el uso del gerundio precedido de un «como» que se bastaría por sí solo, 'denunció esa medida como siendo ilegal', es una superfluidad sin justificación, condenada por la G. R. A.
Del gerundio temporal es una variante el precedido por «en», que expresa tiempo inmediatamente anterior al de la acción principal, equivaliendo a una forma personal con «cuando»: 'En acabando de pintar esta puerta me voy a comer'. Este giro va quedando relegado al uso popular. Antiguamente tenía uso literario no sólo en esa forma, sino con una coletilla: '...en trayendo que le trujese (trajese) buen despacho de la señora Dulcinea del Toboso'. Otro uso, también de corte popular, del gerundio adverbial precedido de «en» es aquel en que equivale a «con» más un infinitivo o a una expresión *restrictiva con «con sólo que» o «con tal que»: 'En sabiendo que están bien y contentos, ya tengo bastante'.
c) Gerundio copulativo.-A veces, con oraciones cuya unión podría ser meramente copulativa, se forman oraciones compuestas de gerundio: 'Todo ha sido palos y más palos, puñadas y más puñadas, llevando yo de ventaja el manteamiento. Y más cuando vieron que ni los golpes cesaban, ni el viento dormía, ni la mañana llegaba; añadiéndose a todo esto el ignorar el lugar donde se hallaban. El ministro se levantó dando por terminada la entrevista. Metió la carta en el sobre, cerrándolo a continuación. Guardó parte del dinero en la caja, metiéndose el resto en el bolsillo. Las tropas se hicieron fuertes en un convento, teniendo pronto que rendirse, después de una inútil aunque vigorosa resistencia'. Los dos primeros ejemplos son del Quijote; la G. R. A. cita el primero de ellos sin hacerle ninguna objeción, como ejemplo de colocación del sujeto del gerundio, pero sin asignarlo a ninguna de las construcciones de gerundio establecidas en la misma Gramática. Y se refiere al último de todos para declararlo incorrecto expresamente, adhiriéndose al parecer del gramático Bello, quien lo cita para condenarlo, como de «un escritor altamente estimable»; la G. R. A. declara ilegítimas las oraciones como las de ese ejemplo porque el gerundio «denota coincidencia de tiempo o tiempo inmediatamente anterior» y «aquí la acción indicada por el gerundio ni es simultánea ni anterior a la de ''hacerse fuertes''». Si no precisa o solamente por esa razón, es evidente que en tales construcciones, que no son exclusivas del español, no es posible encontrar el carácter de acción acompañante que es propio del gerundio, y no son asignables a ninguno de los tipos de construcción de gerundio establecidos por la G. R. A. Pero como se usan y se han usado, en lenguaje hablado y escrito, y por autores de la categoría de los de algunos de los ejemplos, y hasta por la misma Academia (V., por ejemplo, la definición de «destilar» o la 4.a acepción de «horca» en el D. R. A. E.), no hay más remedio que buscarles una interpretación. La interpretación puede ser esta: esas oraciones expresan no sólo la coexistencia de dos acciones, sino una interdependencia entre ellas de naturaleza imprecisa y recíproca; esta reciprocidad es una peculiaridad exclusiva de ellas, ya que en cualquier otro tipo de unión de oraciones que no sea la de unión copulativa, incluidas las oraciones de gerundio modal, la relación establecida es de tipo definido y «unidireccional», esto es, con una oración acompañada y otra acompañante cuyos papeles no se pueden trocar.
Tal interdependencia se deja normalmente sobreentendida en una conjunción copulativa; en efecto, puede decirse que en todas las oraciones enlazadas por una de esas conjunciones hay tal tipo de relación, ya que el enunciado conjunto de acciones sin más motivo que la mera coexistencia se da rarísimamente fuera del lenguaje incoherente de los locos; pero, a veces, el hablante se siente inclinado a patentizarla de manera más expresiva que la simple unión copulativa y acude para ello a la manera más adecuada que tiene a su alcance: dar forma de gerundio al verbo que expresa una de las acciones; ello encaja perfectamente dentro del genio del gerundio, que consiste en enunciar una acción que está circunstancialmente en contacto con otra. Puede parecer que, en este caso, sería indiferente aplicar la forma de gerundio a cualquiera de los dos verbos. En efecto: pruébese a trasponerla, en los ejemplos anteriores, al verbo enunciado en primer lugar: 'El ministro, levantándose, dio por terminada la entrevista. Habiendo sido todo palos y más palos, puñadas y más puñadas, yo llevo de ventaja el manteamiento. Etc.'. Como se ve, resultan oraciones de gerundio perfectamente ortodoxas; pero, por ello mismo, la relación establecida es de tipo definido (modo-medio en la primera y modo- antecedente en la segunda) y de carácter unidireccional (oración principal acompañada y oración subordinada de gerundio acompañante). Y, bien porque el tipo de relación así establecido no corresponda con exactitud al que tiene el hablante en la mente, bien porque, aunque corresponda, no le interese expresarlo, o bien porque su tendencia al iniciar la expresión fuese darle forma copulativa y al sentirse impulsado a acentuar la intimidad de la relación entre las dos oraciones ya hubiese enunciado el primer verbo, lo que hace es aplicar la forma de gerundio al enunciado en segundo lugar, el cual, si entre las acciones hay una sucesión en el tiempo, es también el que expresa la acción posterior.
Pero si, por esa razón, no parece justo condenar a rajatabla tales construcciones, sí se debe poner en guardia a los que se expresan en español contra el abuso de ellas; sólo cuando tal modo de decir acude espontáneamente a la mente como más expresivo que la unión puramente copulativa, puede tener justificación su empleo. Por otro lado, el uso de los gerundios en serie resulta, en cualquier caso, malsonante; frases como 'salió de Madrid el 12 de junio recorriendo a pie el norte de España, visitando también algo del sur de Francia y regresando por ferrocarril desde Marsella el 21 de setiembre', que también se dicen y escriben son recusables desde cualquier punto de vista.
Uso locativo del gerundio. Tiene el gerundio un uso impersonal precediendo a un nombre de lugar, en que equivale a la expresión «según se...» (por lo que algunos gramáticos le llaman «preposicional») con el mismo verbo del gerundio en forma personal: 'Mi casa está entrando en (según se entra, a la entrada de) la plaza. Su finca está pasando (según se pasa, después de pasar) el río'. Como se ve, el gerundio va también acompañado en estas oraciones por el verbo «estar»; pero éste no hace de verbo auxiliar como en las durativas, sino que tiene su significado locativo propio y el gerundio hace de complemento de lugar. En realidad, estas oraciones pueden explicarse por una elipsis semejante, aunque más amplia, a la que explica el gerundio adjetival en oración compuesta con sujeto distinto para los dos verbos: 'Mi casa está (en el lugar que se encuentra) entrando en la plaza. Su finca está (en el lugar que se encuentra) pasando el río'.

COLOCACIÓN DEL SUJETO EN LA ORACIÓN DE GERUNDIO.

Cuando el sujeto del gerundio es el mismo que el de la oración principal, hay libertad absoluta en cuanto a la colocación relativa de las oraciones, y la de gerundio puede preceder o seguir a la otra o intercalarse a continuación del sujeto: 'Ella, no sabiendo qué hacer, miraba a todas partes'. En el caso del gerundio adverbial con sujeto propio diferente del del verbo principal, el sujeto sigue siempre al gerundio: 'El caso ocurrió estando yo allí'; cuando el gerundio es compuesto, el sujeto puede intercalarse entre el auxiliar y el infinitivo: 'Habiendo tú de venir tan pronto, es mejor que te esperemos'.

POSICIÓN DE LA ORACIÓN DE GERUNDIO CON RESPECTO A LA ACOMPAÑADA POR ELLA.

-1. No hay problema en el caso de las expresiones progresivas, cuya colocación será dictada por el sentido: 'Cuando llegó, estábamos comiendo' o 'estábamos comiendo, cuando llegó'.
2. Las oraciones de gerundio propiamente modales siguen a la oración principal: 'Se quedó mirándome'.
3. En las oraciones en que el modo está matizado de alguna otra relación, la posición normal de la oración de gerundio es, como se ve en casi todos los ejemplos, al principio de la oración compuesta; sin embargo, si la idea primera en acudir a la mente del hablante y en ser expresada es la contenida en la oración principal y la de gerundio viene después como explicación, no hay inconveniente en acomodar la expresión a este orden, haciendo detrás de la oración principal una pausa, generalmente más larga que la que corresponde normalmente a una coma: 'Debes marcharte, siendo esa hora'. Cuando la circunstancia expresada por el gerundio es de modo-causa, la trasposición es particularmente forzada, y la pausa es casi como de puntos suspensivos: 'Lo romperás... apretando de ese modo'. A veces, la colocación relativa de las dos oraciones es impuesta por la necesidad de evitar el equívoco: no es lo mismo 'la vi paseando por su calle' que 'paseando por su calle, la vi'.