El Pronombre Personal

Gramática Española de María Moliner

Gramática Española de María Moliner

El pronombre personal, tanto sujeto como complemento, se construye siempre inmediato al verbo: 'Yo quiero saberlo. Te veo. Se lo he contado todo'. Puede construirse enclítico, pero en lenguaje actual resulta afectado y se emplea como recurso cómico: 'Paréceme que exageras...'.
La cuestión que más dudas suscita en el empleo de los pronombres personales es el uso de las formas de tercera persona en el dativo y el acusativo. La regla, fácil de retener y con la que se construyen siempre frases sintácticamente irreprochables, es ésta: Dativo.- Invariable: «le» o «les» tanto para el masculino como para el femenino o para el neutro: 'A tu hermano le presté un libro. A mi madre no le he escrito todavía. A todo eso no le opone una razón atendible. A sus padres no les gusta la novia que tiene. A sus amigas les ha dicho otra cosa'. Acusativo.-Variable: «la» y «las» para el femenino, «lo» y «los» para el masculino y el neutro: 'La vi cuando iba hacia tu casa. Las conocía ya antes. A mi hijo lo espero un día de éstos. A tus hermanos los veo todos los días. Todo eso díselo a él'. La G. R. A. recomienda que, para terminar de una vez con las vacilaciones en esta cuestión, se guarde rigurosamente la regla anterior, que está conforme con la derivación del pronombre de tercera persona; pero, ante la dificultad de condenar a rajatabla las numerosas transgresiones de ella cometidas por hablantes y escritores de todas clases, admite como tolerable el empleo de «le» y «les» para el acusativo de persona; son, en efecto, muchos los hablantes y escritores a quienes repugna el empleo de «lo» y «los» en ese caso, como si supusiera una degradación de los seres humanos a la categoría de cosas. Por ejemplo, frases como 'a tus hermanos les veo con mucha frecuencia' se oyen y se leen, en efecto, mucho más que las mismas frases con «los».
Orden en la oración.-Cualquier pronombre personal construido con el reflexivo «se» sigue a éste: 'Se me ha caído, cayóseme'. Entre dos personales, el de segunda persona precede a cualquier otro y el de primera precede al de tercera: ' os lo advierto, adviértooslo; te me escapaste. Me lo pareció, pareciómelo'.
Uso pleonástico.-Cuando se emplea un pronombre personal en dativo con «a», en general se repite pleonásticamente en la forma sin preposición, antes o detrás del verbo, según que la forma con «a» esté después o antes respectivamente: 'Me lo regalaron a mí solo. Te lo digo a ti' o 'a ti te lo digo; nos buscan a nosotros'; el de tercera persona se anticipa con «se» en vez de «le» o «les»: 'Se lo dice a ellos'. La forma sin preposición se emplea sola si no interesa recalcar a quién se refiere el verbo: 'Te avisaré. Os llaman. Nos esperan'. También se emplea el pronombre pleonásticamente para reproducir detrás del verbo un complemento que se ha anticipado a él: 'Las cosas que me dijo no te las puedo repetir'. Asimismo, se emplea después de «todo», tanto antes como detrás del verbo: 'Todo lo sé. Me lo ha contado todo'.
En las oraciones pronominales de significado pasivo, el complemento anticipado se reproduce detrás de «se» con «le, les, los, las»: 'A los jueces se les compraba'(se compraba a los jueces). La repetición del pronombre complemento cuando, además, es sujeto del verbo se hace empleando las expresiones «mi [ti, sí] mismo, -a; nosotros, -as [vosotros, -as, ellos, -as] mismos, -as»: 'Él se basta a sí mismo. Os estáis perjudicando a vosotros mismos'. Si la repetición pleonástica del pronombre complemento indirecto va al principio de la oración, puede tener carácter enfático que se acentúa haciendo pausa detrás de ella: 'A mí, [...] no me han dicho nada'. Es incorrección inadmisible, frecuente en Hispanoamérica, la supresión de la «s» del pronombre pleonástico que representa a un complemento plural: 'Ese no le (en vez de «les») hace caso a los gritos'. En lenguaje hablado es usual el empleo redundante de «le» o «les» en las oraciones de infinitivo, representando a un complemento indirecto que está expreso en la oración: 'Decirle a alguien cuántas son tres y dos'.
En lenguaje coloquial es frecuente la transposición del acento del verbo al pronombre enclítico haciendo detrás una pausa: '¡Vamonos... y que se fastidie!'.
Una particularidad del español es el uso preferente del pronombre personal en dativo en construcciones que corresponden a construcciones con adjetivo posesivo en otros idiomas: 'Me aclaró las dudas que tenía', en vez de 'aclaró mis dudas. Se me ha caído un botón del abrigo', en vez de 'se ha caído un botón de mi abrigo. Este sombrero no me entra', en vez de 'este sombrero no entra en mi cabeza'. Elipsis del pronombre.-La advertencia más importante respecto de esta cuestión es que en español el pronombre sujeto de 1.a y 2.a persona se emplea solamente en casos en que es precisa la aclaración o en que se pone énfasis sobre él: 'Nosotros nos quedamos. Tú eres el que estorbas'; pero en la inmensa mayoría de los casos la determinación del sujeto queda exclusivamente confiada a la forma verbal: 'Ya he venido. No te escaparás'. En cuanto al de 3.a persona, se suprime también siempre que no es necesario para la claridad: 'Suponemos que llegará hoy'; y, si lo es, generalmente se enuncia el nombre en vez de representarlo por un pronombre: 'Suponemos que mi hermano llegará hoy'.
El pronombre complemento indirecto no se puede suprimir: 'Para ganar tiempo se le puede telegrafiar'. El directo se expresa siempre que no hay otro pronombre en la misma oración: '¿Vendes tu casa? -Sí; la vendo'. Pero si la oración es impersonal con el pronombre «se» como sujeto, hay cierta repugnancia en los hablantes a emplear el acusativo de tercera persona detrás de «se». Por ejemplo, las frases 'poner algo encima de una cosa para que no se la vea' o 'las cosas que se dicen son para que se las tenga en cuenta', suenan extrañas a muchas personas, que dirían 'poner algo encima de una cosa para que no se vea' o 'las advertencias que se hacen son para que se tengan en cuenta'. En particular, si el pronombre es «lo», el oído rechaza completamente su expresión junto a otro pronombre; para responder, por ejemplo, a la pregunta '¿se ha comprado el carbón?' nadie diría 'se lo ha comprado', sino 'se ha comprado'. En realidad, lo que se hace al suprimir el pronombre personal, tanto si es «lo» como si es otro, es transformar una oración personal en una oración pasiva pronominal; la respuesta 'se ha comprado' equivale a 'ha sido comprado'. Por eso, si al pronombre suprimido le corresponde estar en plural, el verbo se pone en plural ('¿Se venden esas casas? -Se venden'). Mientras que, si se expresa el. pronombre, el verbo se pone siempre en singular ('se las vende'). Por eso, cuando por ser «lo» el pronombre personal, su supresión, como se ha dicho, es exigida por el oído, si ello da lugar a que se resienta la claridad de la frase, se puede recurrir a usar la forma pasiva con «ser»: en la frase 'han puesto este libro encima de la mesa para que se lo lea', al suprimir «lo» podría caber duda de si lo que se pretende es que se lea precisamente ese libro o que se lea, sea lo que sea; para que no quepa duda se puede decir 'para que sea leído'.
Es oportuno, de todos modos, advertir que, salvo en el caso del pronombre «lo» en que la repugnancia por su uso es, como se ha dicho, general, la aprensión contra el uso de los pronombres personales en oraciones impersonales con «se» es injustificada, y renunciar al empleo de frases como las de los ejemplos del principio de este apartado es privarse de formas de expresión genuinas y de mayor precisión que las formas con el pronombre elíptico. En lenguaje hablado se comete también elipsis del artículo-pronombre (artículo en que va implícito el nombre) cuando su uso produciría una acumulación excesiva de partículas: en vez de 'de forma parecida a la del clavel', que es la forma completa y correcta, puesto que se compara una forma con otra forma y no una forma con un clavel, suele decirse 'de forma parecida al clavel'; o, en vez de 'de clase intermedia entre la de caballero y la de artesano', se dice 'de clase intermedia entre caballero y artesano'; pero tales elisiones no son permisibles en lenguaje escrito.