El Pronombre Relativo

Gramática Española de María Moliner

Gramática Española de María Moliner

Son pronombres relativos «cual, cuyo, que, quien, el cual, el que», y se usan como adverbios relativos los interrogativo-exclamativos «cómo, cuándo, cuánto, dónde». Lo mismo unos que otros tienen otras funciones además de la relativa. Como se verá más adelante (apartado 7), en las oraciones de relativo sin antecedente los pronombres relativos pasan a ser realmente pronombres indefinidos; y los adverbios en tal caso son conjunciones. Todos ellos, además, son interrogativo-exclamativos (función que en los adverbios es primaria, pues son adverbios interrogativo-exclamativos que pueden desempeñar función de relativos).
1) Maneras de funcionar.-Hay, como ya se ha visto, dos maneras de funcionar los pronombres relativos claramente diferenciadas: 1.o Con antecedente del relativo en la oración principal. 2.o Sin tal antecedente y constituyendo toda la oración de relativo un elemento nominal de la otra.
2) Oraciones con antecedente. División.-Puede el pronombre decir a CUÁL de las cosas designables con el nombre antecedente se refiere el que habla ('aquí está el libro que me prestaste'); o bien una circunstancia de esa cosa ('aquí te devuelvo el libro, que no me ha gustado; tienen una casa en el campo, en la cual pasan los veranos'); en el primer caso la oración de relativo y el relativo mismo se llaman «especificativos»; en el segundo, «calificativos» o «explicativos».
3) Colocación del relativo.-En general, el relativo sigue inmediatamente a su antecedente y está, en su propia oración, antes del verbo: 'está ahí el hombre a quien has llamado'; o bien: 'el hombre a quien has llamado está ahí'. Construcciones como 'aquellos hombres se salvarán que tengan temor de Dios', en que entre el antecedente y el relativo está el verbo de la oración a que el antecedente pertenece, las cuales se encuentran en escritores de siglos anteriores, no son ahora admitidas.
4) Hay, sin embargo, un caso especial en que el antecedente y el relativo quedan separados; es éste: a veces, el relativo no es directamente un complemento de su oración, sino un complemento de otro complemento: 'Las víctimas, una colecta para las cuales anunciábamos ayer...'. En casos como éste hay que optar entre separar el antecedente del relativo («víctimas» y «las cuales»), como ocurre en la forma del ejemplo, o separar el nombre de su complemento, como ocurre si se le da esta otra forma: 'las víctimas para las cuales anunciábamos ayer una colecta...'(«una colecta» y «para las cuales»). En cada caso el oído o el gusto del que habla o escribe le dictará cuál de las dos soluciones adoptar. Ahora bien: es recomendable que sí, para conservar el nombre y su complemento juntos, hay que separar exageradamente el antecedente y el relativo, se renuncie a aquella proximidad. Por ejemplo, la frase 'el presidente, la extraordinaria habilidad para resolver toda clase de cuestiones del cual todos reconocemos...'(antecedente, «el presidente»; relativo, «del cual») resulta un modelo de confusión. Si se quiere conservar juntos el antecedente y el relativo habrá que decir 'el presidente, del cual todos reconocemos la extraordinaria habilidad para resolver toda clase de cuestiones...', donde quedan separados «habilidad» y su complemento «del cual». (No hay que olvidar para casos como éste que, cuando el relativo está en genitivo con «de», puede emplearse «cuyo» en vez de otro relativo: 'El presidente, cuya extraordinaria habilidad...'.) De otros casos de alteración del orden regular en oraciones de relativo, tales como 'estos Fabio, ¡ay dolor! que ves ahora, campos de soledad, mustio collado...'no hay que hablar, pues son casos de hipérbaton y dislocación puramente literarios.
5) La contigüidad del antecedente y el relativo en las oraciones de relativo corrientes se mantiene irreflexivamente, de modo que el enunciado de la necesidad de ella es más el enunciado de un hecho lingüístico que el de una regla. Pero hay un caso en que tal necesidad plantea un problema: La frase de relativo se construye a veces de modo que el antecedente gramatical es la repetición de un nombre enunciado antes: 'Este caballo es EL CABALLO QUE ha ganado el premio. De ese montón de cartas dame LAS CARTAS A QUE ya has puesto sello. Mi casa es más grande que LA CASA EN QUE vives tú'. Para evitar la repetición cacofónica del antecedente, el procedimiento gramaticalmente correcto es la substitución de su repetición por el pronombre demostrativo «aquel [aquella», etc.]: 'Este caballo es aquel que ha ganado el premio. De ese montón de cartas dame aquellas a que ya has puesto el sello. Mi casa es más grande que aquella en que vives tú'. Ahora bien: la construcción con «aquél» es demasiado estudiada y gramatical y, en general, pero especialmente en lenguaje hablado, se huye de ella y se hace uso del especial carácter del relativo compuesto «el que», que permite tomar «el» como pronombre demostrativo equivalente a «aquel»:
'Este caballo es EL (aquel) QUE ha ganado la carrera'. Pero, en los otros dos ejemplos, el relativo tiene distinto régimen que el antecedente: 'A este artículo le han dado el premio destinado A los artículos EN que se habla de España [A este artículo le han dado el premio destinado A aquellos EN que se habla de España]'; y, si «aquellos» se substituye por «los», en estricta lógica gramatical, habrá que aplicar la preposición «a» a «los», que está en lugar de «aquellos» y la preposición «en» a «que», que sigue siendo el mismo «que» de «en que»: 'A este artículo le han dado el premio destinado A los EN que se habla de España'. La G. R. A. cita numerosos ejemplos literarios de esta construcción. «Concejo abierto se llama el EN QUE señor se escoge (Moreto). Grandes palabras son las CON QUE San Pedro Crisólogo... (Quevedo). Aquella columna, que debía ser una de las CON QUE se señalaban las millas (Mariana). Más pesadas, sin ninguna comparación que las EN QUE tú estás (Quevedo). No hay áspid pisado con mayor rabia que la CON QUE él puso mano a su espada (Aliaga). Hiciéronlo y volví muy de mejor gana que la CON QUE fui (Alemán - Guzmán de Alfarache)». La G. R. A. sólo cita ejemplos con las preposiciones «con» y «en».
En lenguaje actual puede encontrarse tal construcción con la preposición «en»: 'Iba en dirección contraria A LA EN QUE van los coches. Lo encontré en lugar distinto DEL EN QUE lo dejé'; quizá no sea totalmente inusable con «a»: 'Me indicó un hotel distinto DEL A QUE él iba'. Pero, en cualquier caso, esta construcción suena artificiosa y tiende a caer en desuso; y, con cualquier otra preposición ('he olvidado lo de que me hablaste; esta imagen es la ante que ella se postraba; creímos que la piedra era la bajo que se escondía el tesoro'), es totalmente desusada. En ciertos casos, la transformación de tales frases es fácil dándoles desde el principio otra forma a fin de que el antecedente quede junto al relativo: 'Se llama abierto EL CONCEJO EN QUE señor se escoge. Grandes son LAS PALABRAS CON QUE... Aquella, que debía ser una de LAS COLUMNAS CON QUE...'. «Cada parte de las en que queda dividido un todo» puede cambiarse en «cada una de las partes en que...». Pero esto no es siempre posible. No lo es en los otros ejemplos citados por la G. R. A. ni en los dos ejemplos con «en» citados con referencia al lenguaje actual, porque en ellos se expresa una comparación y la cosa comparada tiene que expresarse forzosamente delante de la partícula comparativa «que, de» o «a» ('mayor rabia que...; mejor gana que...; dirección contraria a...; lugar distinto de...'). En tales casos no hay más solución gramaticalmente correcta que repetir el nombre ('lugar distinto del lugar en que; dirección distinta de la dirección en que') utilizar «aquello» o transigir, si la preposición es «en», con la expresión «el [la, etc.] en que», aunque suene artificiosa. Pero hay también una solución que, aunque no correcta gramaticalmente, figura entre las «incorrecciones toleradas». (V. el apartado 9.)
6) Se emplea una construcción especial en que el relativo representa un atributo: 'Es un alcalde digno de la gran ciudad que es Madrid'; «que» representa aquí a «la gran ciudad», atributo de Madrid -verbo, «es»-. Algunos lingüistas tildan de galicismo las frases de este corte y niegan que constituyan una aportación estimable al lenguaje. En efecto, podría decirse 'es un alcalde digno de Madrid, que es una gran ciudad'; pero no puede negarse que la frase condenada es más ágil y más expresiva que su larga substituta. Podría decirse también '...para la gran ciudad llamada Madrid'; pero esto no dejaría de ser apelar a un participio innecesario para lo que se quiere decir.
7) Oraciones de relativo sin antecedente.-Dos de los pronombres relativos, «quien» y «el [la, etc.] que», se emplean en construcciones en las que no existe antecedente de ellos: 'Sálvese quien pueda. Ha venido el que viste aquí ayer'. Estos pronombres hacen realmente papel conjuntivo, exactamente como lo hacen los adverbios interrogativos en construcciones en todo semejantes: establecen la unión entre dos oraciones desempeñando simultáneamente en ambas un papel que puede ser el mismo o distinto. En los ejemplos anteriores, «quien» es sujeto en las dos oraciones; y «el que» es sujeto de «ha venido» y complemento directo de «viste». En el relativo «el [la, etc.] que», el artículo puede también interpretarse como un pronombre demostrativo que equivale a «aquel» (en francés, «ce, etc., que [qui]») y que constituye el antecedente de «que»; pero también puede interpretarse «el, etc., que» como producto de la elipsis de un nombre antecedente dejando sólo su artículo, que pasa a desempeñar papel de pronombre: 'Esta casa la ha hecho el [arquitecto] que hizo la otra'. Aunque en el otro ejemplo no se puede rastrear ningún antecedente de «quien», el comportamiento gramatical de ambas expresiones, «quien» y «el [la, etc.] que» es en todos los casos el mismo; se trata, pues, de verdaderas oraciones de relativo en cuanto a su contenido; pero ateniéndose estrictamente a la forma, los pronombres pueden también considerarse como indefinidos puesto que representan un ser indeterminado. El significado de las oraciones con una o con otra de ellas puede siempre verterse en una auténtica oración de relativo: 'Sálvese aquél [la persona, todo el...] que pueda. Ha venido aquél [el hombre] que viste ayer'.
8) Oraciones declarativas.-Aunque consideradas como oraciones de relativo con antecedente, no lo son realmente ciertas oraciones que hacen papel de atributo, llamadas «declarativas»; como 'este hombre es quien lo sabe'. En realidad, «quien» hace aquí de pronombre indefinido y no de relativo; y la identidad del contenido ideológico de «quien» y «este hombre» no es más que la identidad natural entre sujeto y atributo. El verdadero carácter de la oración se ve invirtiendo los términos: 'Quien lo sabe es este hombre'.
Estas oraciones declarativas presentan un problema de construcción: en la oración 'la que lo sabe soy yo', por ejemplo, hay dos oraciones: «la que lo sabe» y «soy yo»; las dos perfectamente construidas, con verbo y sujeto en tercera persona la primera, y verbo y sujeto en primera persona la segunda. Pero es que se dice también 'la que lo sé soy yo', y aquí hay ya una incorrección gramatical, puesto que a «la que», que es tercera persona, se le adjunta un verbo en primera; y no sólo esto: si la oración está en plural, la forma gramaticalmente correcta suena mal en oídos españoles: habiendo preguntado a varias personas cultas, aunque no versadas especialmente en gramática, sobre qué forma usarían, si 'nosotros fuimos los que llegamos antes' o 'nosotros fuimos los que llegaron antes', sin excepción contestaron que la primera; y alguna, al decirle que también podía usar la segunda, contestó indignada que ni la había usado ni la usaría nunca aunque se lo mandasen.
El gramático Bello considera más lógica la concordancia en tercera persona ('la que lo sabe soy yo'). Otros consideran como más expresiva la concordancia con el antecedente ('la que lo sé soy yo'). Parece, pues, aconsejable dar como toleradas ambas formas y advertir que, en plural, el oído español rechaza el verbo en tercera persona en la oración que tiene por sujeto el relativo. La G. R. A. no hace referencia a esta cuestión.
9) INCORRECCIONES TOLERADAS. La G. R. A. declara tolerables algunas irregularidades en el empleo de los relativos. Una de ellas consiste en eludir la construcción a que se refiere el apartado 5 aplicando a la totalidad del relativo compuesto «el que» la preposición que corresponde sólo a «que». La G. R. A. cita los siguientes ejemplos: 'Ya sabes A LO QUE vengo'(en vez de «lo a que vengo»). 'No sabes DE LO QUE soy capaz'(en vez de «lo de que soy capaz»). 'Pocos entienden DE LO QUE tratan'(en vez de «lo de que tratan»). 'Infinitamente más es A LO QUE se extiende (en vez de «lo a que se extiende») este infinito poder'. Como se ve, en todos los ejemplos anteriores el artículo que acompaña a «que» es «lo». En este caso, la transgresión lógico-gramatical suena tan natural que se comete a cada paso en lenguaje tanto hablado como escrito sin que ni el hablante ni el que escucha o lee se percaten de ella. Pero no sucede lo mismo cuando el artículo es otro: 'Éste no es DEL QUE te hablé. Aquí está CON EL QUE tenemos que tratar'. La G. R. A. no señala diferencia entre uno y otro caso al considerar esta licencia como tolerable e, incluso, intercala entre los ejemplos anteriores este otro en que el artículo es «las»: 'Que semejantes horas como éstas no son EN LAS QUE (en vez de «las en que») han de venir a negociar'; pero la persona con sentido gramatical percibe sin necesidad de reflexionar la irregularidad en el segundo mientras que, como se ha dicho, puede pasarle inadvertida en el primero. Algún gramático legitima esta construcción interpretándola como una substantivación del total de la oración con la consiguiente aplicación de la preposición delante del artículo; lo mismo que se dice 'no tenía idea de lo que iba a decir', se dice 'elegirá con el que quiere ir'; para admitir esta explicación hay, entre otros, el inconveniente de que habría que admitir la posibilidad de dar a un verbo cualquier régimen (en el caso del ejemplo, «con» a «elegir»).
Otro caso de incorrección tolerada es la supresión de un antecedente al que corresponde la misma preposición que al relativo: 'Se lo di a quien iba dirigido'(en vez de «a la persona a quien iba dirigido»). 'Sufro con lo que tú sufres'(en vez de «con lo mismo con que tú sufres»).
Por fin, una tercera licencia tolerada consiste en la aplicación al antecedente del régimen que corresponde al relativo: 'Le pregunté CON LOS MEDIOS QUE contaba'(en vez de «los medios con que contaba»). 'Falta saber EN LAS CONDICIONES QUE está'(en vez de «las condiciones en que está»). 'Según al cine que vayas'(en vez de «el cine a que vayas»). Estas frases son equivalentes a otras en que el pronombre «que» en función declarativa, interrogativa o dubitativa y, por tanto, acentuado, acompaña a un nombre; por tanto, el verbo o la expresión que haga sus veces, ha de ser de expresión, de interrogación o de duda como ocurre en los ejemplos anteriores. Puede representarse la evolución desde el «qué» interrogativo al «que» relativo en esta forma:
'Le pregunté con qué medios contaba.' 'Le pregunté los medios con que contaba.' 'Le pregunté con los medios que contaba.' 'Falta saber en qué condiciones está.' 'Falta saber las condiciones en que está.' 'Falta saber en las condiciones que está.' 'Según a qué cine vayas.' 'Según el cine a que vayas.' 'Según al cine que vayas.'
Las dos primeras formas de cada grupo muestran la manera de verter las oraciones gramaticalmente incorrectas (aunque la incorrección sea tolerada) a formas absolutamente correctas.
10) En oraciones de relativo con antecedente. Relativo sujeto.-En oraciones especificativas y cuando el relativo tiene antecedente, se emplea exclusivamente «que»: 'La casa que te interesa'.
11) En oraciones explicativas, pueden usarse «que» y «el cual»: 'Su hija, que [la cual] está en Londres...'.
12) Como complemento directo en oraciones tanto especificativas como explicativas, pueden emplearse «que» para cosas y «quien», «el que» y «el cual» para personas: 'El libro que me prestaste. La señora a la cual [a la que, a quien] he saludado. Este edificio, que ha sido restaurado recientemente... Tu hermano, a quien [al que, al cual] no conocía...'.
13) Como complemento indirecto para personas, pueden emplearse, tanto en oraciones especificativas como en explicativas. «quien, el cual» y «el que»: 'La persona a quien [a la cual, a la que] escribí. Tu compañero, a quien (al cual, al que) le di el encargo de que te lo dijera...'.
Para cosas, con la preposición «a» pueden emplearse «que, el cual» y «el que» en oraciones especificativas (si bien el más frecuente es «el cual»): 'La mesa a que [a la cual. a la que] diste barniz'; en oraciones explicativas, se usan generalmente «el cual» y «el que»: 'La casa, a la cual [a la que] está pegado el establo...'. Con la preposición «para», sólo «el cual» y «el que», tanto en oraciones explicativas como en especificativas (también en ellas es más frecuente el uso de «el cual»): 'La casa para la cual [para la que] es este mobiliario. En casos como ese, para los cuales [los que] no hay normas...'.
14) Con la preposición «de» de genitivo puede emplearse para cosas «el cual» y «el que», tanto en oraciones especificativas, 'aquí tengo la carta de la cual [de la que] es el párrafo que te copié', como en explicativas: 'esa casa, de la que guardas tan mal recuerdo'. En oraciones especificativas se usa también «que»: 'no sé dónde está la caja de que me diste la llave'; pero la G. R. A. dice: «Para expresar la relación de genitivo posesivo tiene el castellano los pronombres ''cual, quien' y ''cuyo'', y no debe, por lo tanto, emplearse el ''que''». Son, pues, censurables y revelan origen francés las dos siguientes construcciones, citada una por el gramático Bello, y usada la otra por un escritor por lo demás en extremo recomendable: 'Roma, sujeta a una tiranía DE QUE nadie podía prever el término. Más desde luego doy a Dafnis este campo, en que se ha criado con Lamón y Mirtale, y con las cabras DE QUE él mismo ha sido pastor'. Sin embargo, se puede asegurar que, después de formular la Academia esa condenación, el número de escritores «por lo demás recomendables» que emplean «que» en esa forma no ha hecho más que aumentar. Para personas, se emplean con «de» los mismos relativos que para cosas («el cual, el que») y «quien»: 'El autor de quien [del cual, del que] has leído tantos libros. Es un autor de quien [del cual, del que] no había leído nada hasta ahora'.
Puede en este uso atribuirse cierta preferencia a «cual» sobre «que», explicable por la razón fonética de que «cual» es tónico, a diferencia de «que» y ofrece apoyo a las preposiciones, que son proclíticas.
15) Hay un caso particular de relativo con «de» de genitivo; es aquel en que el relativo es complemento no del verbo sino de otro elemento de la oración: 'El señor a la hija del cual conoces. Una ciudad, el clima de la cual es perfecto'; el relativo indicado es, como se ve, «el cual» en todos los casos. Pero, realmente, la construcción especialmente indicada es con «cuyo»: 'El señor a cuya hija conoces. Una ciudad cuyo clima es magnífico'. Ahora bien: para que pueda emplearse «cuyo» es necesario que el antecedente y el relativo no estén unidos por «es». La oración 'el señor del cual es la casa que acabas de ver' podía substituirse en otras épocas por 'el señor cuya es la casa que acabas de ver'; pero ahora no se emplea esta construcción. En lenguaje popular o descuidado no se emplearía ni «cuyo» ni otro relativo con «de» y se diría, por ejemplo, 'ese autor que me prestaste un libro suyo', frase gramaticalmente incorrecta pero que no es más que una de tantas con que se huye en el lenguaje no esmerado de anteponer preposiciones a los relativos, fenómeno semejante al de que se ha hablado antes, de rehuir el uso del demostrativo «aquel» como antecedente (apartado 5).
16) Con «de» de ablativo y otras preposiciones.-Son utilizables con todas las preposiciones los relativos «el cual» y «el que» y también, en los casos en que son aplicables, «quien» (si se trata de personas) y «cuyo» (si el relativo tiene función adjetival respecto de un nombre): 'El material de que [del cual, del que] está hecho. El señor de cuyo hijo te hablé. El hombre de quien he recibido ayuda. El lugar de donde salió. La medicina con la cual [con la que] me curé. La persona por quien me preguntó'. En cuanto a «que», no se utiliza en absoluto con «ante, contra, durante, hasta, según» y «sin». Puede utilizarse con «hasta, sobre» y «tras», diciendo, por ejemplo, 'la página hasta que llegué, los cimientos sobre que se asienta el edificio, el empleo tras que anda'; pero esas frases suenan más naturales construidas con «el cual, el que» o, si corresponde, «quien».
17) En general, no hay vacilación en el empleo de la preposición que corresponde al relativo, la cual debe ser, naturalmente, la que llevaría el nombre que el relativo representa: 'las sorpresas a que nos tiene acostumbrados, el libro de donde lo saqué, la base sobre que está planteado'; tampoco la hay en cuanto al relativo que representa a «forma»: 'la forma en que lo planteas'. Pero sí hay vacilación en cuanto al relativo que representa a «manera» o «modo». Por ejemplo, la frase 'la manera poco respetuosa con que habla Quevedo...', leída en un texto literario, es incorrecta, puesto que «manera» no se construiría en ningún caso con «con»: no se puede decir 'Quevedo habla con una manera poco respetuosa'. La preposición correcta sería «de»; pero esta preposición da lugar, con verbos de expresión, a frases de sentido equívoco: 'la manera poco respetuosa de que habla Quevedo'. Y, bien sea por esta causa, bien por otra, no se emplea ni aun con verbos de otra clase; no se puede decir 'el modo de que lo ha hecho no es correcto'. Por influencia de las frases con «forma» tiende a usarse «en» en frases con «modo» o «manera»: 'la manera en que se desarrolló la conversación'; esta construcción no hiere al oído, pero no se puede decir de ella que es correcta. El recurso gramaticalmente correcto es usar como relativo «como»: 'la manera poco respetuosa como habla Quevedo...'. Si este recurso no es del gusto del hablante o escritor, deberá éste renunciar al uso del relativo y dar otra forma a la frase; por ejemplo, 'la manera de hablar poco respetuosa de Quevedo... [que emplea Quevedo...]'.
18) En oraciones de relativo sin antecedente.-Como ya se ha dicho, los únicos relativos aplicables son «el [la, etc.] que» y «quien». El primero suena natural en todos los casos: 'El que lo adivine ganará el premio. El que se iba el último apagaba la luz'. En cambio, «quien» es enfático y, aunque suena natural en frases que contienen una amenaza, un vaticinio o una promesa ('Quien lo adivine, ganará el premio'), no
es natural del todo en frases que sólo contienen una aseveración: 'Quien se marchaba el último apagaba la luz'

19) ADVERBIOS RELATIVOS

-Los adverbios usables como relativos son, como se ha dicho ya, los interrogativo-exclamativos «como, cuando, cuanto» y «donde». Representan, como tales relativos, expresiones de modo, tiempo, cantidad o lugar o que impliquen una de esas circunstancias: 'La manera como se despidió me hizo sospechar. Te voy a enseñar la casa donde nací'. En realidad, en oraciones como las de
los anteriores ejemplos, solamente son usuales «como» y «donde». «Cuando» no se puede decir que sea totalmente desusado, pues pueden oírse frases como 'eso es de la época cuando yo era joven'. Pero «cuanto» es siempre substituido por «que»: 'Aquí tienes la cantidad a que asciende (de ningún modo «a cuanto asciende») mi deuda'. («Cuanto», sin embargo, se puede usar excepcionalmente como relativo de «todo»: 'Te ofrezco todo cuanto [lo que] tengo'.) En cambio, en oraciones que constituyen el sujeto o el atributo de una compuesta atributiva (oraciones con adverbio relativo correspondientes a las llamadas «declarativas» construidas con pronombre relativo -v. apartado 9-) pueden ser empleados todos los adverbios interrogativo- exclamativos: 'Así es como tienes que hacerlo. En primavera es cuando el campo está más hermoso. Estos campos es cuanto tengo. Al manicomio es a donde deberían llevarle'.
20) Elipsis del relativo.-Cuando el relativo acompaña con el mismo régimen a más de un verbo u otro elemento de la oración, se suprime generalmente con todos los que no son el primero: 'Este es el hombre que me ha acompañado, aconsejado, animado y ayudado en todas mis penalidades'. Hay elipsis de relativo en las siguientes frases sacadas del D. R. A. E.: «Muñeco de paja que en algunas partes ponen en la calle durante la Semana Santa y después lo queman (artículo «Judas»). Dícese de la res vacuna a la cual falta una asta, o la tiene rota por la punta» (artículo «mogón»). «Lo queman» es una oración que se refiere a «muñeco», lo mismo que «la tiene rota» es una oración complemento de «res vacuna»; necesitan por tanto el relativo «que» que las relaciona gramatical y lógicamente con la oración de que dependen: 'Muñeco de paja que en algunas partes ponen en la calle durante la Semana Santa, y QUE queman después. Dícese de la res vacuna a la cual falta una asta o QUE la tiene rota por la punta'. Puesto que estos ejemplos están en texto de tanta autoridad como el D. R. A. E., hay que considerarlos como casos de licencia tolerada.