El Verbo Infinitivo

Gramática Española de María Moliner

Gramática Española de María Moliner

El infinitivo, al que se llama también «nombre del verbo», expresa la acción en abstracto y va siempre acompañado de otro verbo; bien haciendo de sujeto, atributo o complemento de ese otro verbo, bien en
formas verbales construidas con un verbo auxiliar que añade al infinitivo las determinaciones de persona, número, tiempo y modo: Querer es poder. Le haré venir. Procurad averiguarlo.
El infinitivo participa, pues, de la condición de nombre y de la de verbo; puede servir para determinar en cuál de esas funciones está usado ver si se le aplica o le es aplicable un adjetivo (que puede ir antepuesto o pospuesto) o un adverbio (que va siempre pospuesto): Le ha agotado el incesante trabajar (n.). Le ha agotado trabajar incesantemente (verbo).
a) En cuanto nombre puede ser sujeto, atributo o complemento de cualquier clase y tiene un uso muy amplio, pues, faltando en muchos casos o no siendo usuales, los nombres de acción correspondientes a una raíz verbal, el infinitivo, con o sin artículo, hace sus veces. Como sujeto y, más raramente, como atributo, puede llevar artículo cuando el sujeto de la acción expresada por el infinitivo es indeterminado, caso en el cual el carácter nominal del infinitivo es más patente: Querer es poder. El saber no ocupa lugar. Al freir será el reir.
(Por influencia de la función nominal, a veces se le pone artículo al infinitivo en función verbal claramente determinada por un adverbio: El cavilar constantemente no es bueno para la salud; en este caso el artículo está aplicado a la expresión completa «cavilar constantemente». En estricta corrección gramatical sobra el artículo y la expresión debe ser cavilar constantemente no es bueno para la salud.)
El infinitivo sujeto necesita llevar a veces expreso su propio sujeto, o sea, el autor de la acción expresada por él: El decirlo tú me da confianza. Y puede llevarlo aunque no sea necesario: Se empeña en llevarlo él. Como se ve en los ejemplos en lenguaje actual el sujeto sigue al infinitivo; en lenguaje antiguo se usaba también antepuesto; y todavía puede encontrarse así en lenguaje literario: Sentía su inquietud crecer. Si le corresponde al nombre del autor de la acción del infinitivo llevar preposición por su papel en la oración principal, puede ir indistintamente antepuesto o pospuesto al infinitivo: Vio a su madre llorar. Vio llorar a su madre.
El uso del infinitivo es especialmente frecuente como sujeto de oraciones terciopersonales: Te conviene venir. No se me ocurrió hacer otra cosa.
El infinitivo como complemento directo tiene en español un uso más restringido que en latín o que, por ejemplo, en inglés. Puede usarse siempre cuando el sujeto del infinitivo y el del verbo principal son el mismo: Prometió venir. Piensa marcharse. Cuando el sujeto de ambos verbos es distinto se emplea solamente si el principal es de percepción (no cuando es oler») o de mandato o consejo: Te vi pasar. El médico le ha recomendado hacer ejercicio.
Las oraciones que llevan como complemento directo un infinitivo no admiten la pasiva con «ser»; no se puede, por ejemplo, convertir la oración le oyen cantar en el oído cantar; habría que decir se le oye cantar. Sin embargo, los clásicos la usaban: fue visto pasar la noche.
Puede el infinitivo considerarse complemento indirecto cuando se construye con las preposiciones «a» o «para»: Oblígale a pagarte. Le escribiré para decirle que venga cuanto antes.
El infinitivo se usa como complemento de cualquier otra clase con distintas preposiciones, mostrando su carácter nominal en que estas preposiciones no van acompañadas de «que» como cuando preceden a cualquier otra forma verbal: Le hirieron además de robarle (además de que le robaron). Se construye con las preposiciones que no son «ante, bajo, durante, hacia, según» y «sobre» (esta última sí puede acompañar al infinitivo cuando significa «además de»). La preposición «contra» puede usarse con infinitivo, sobre todo con verbos de movimiento: Votaron contra cruzar el río; pero suena más natural el uso de «en contra de» o la substitución del infinitivo por el nombre de acción correspondiente: Votaron en contra de cruzar el río. Votó contra el cruce del río. Las demás preposiciones («a, con, de, desde, en, entre, hasta, para, por, sin, tras») se emplean normalmente con el infinitivo-complemento como si fuese un nombre: Voy a decírselo. Se excusa con decir que no sabía nada. Hablan de organizar una fiesta. Ha trabajado en descargar barcos. Lo dice sólo por llevar la contraria. Nos entendemos sin hablar. Tras llegar tarde, viene alborotando. El infinitivo tiene marcada preferencia por la construcción con la preposición «de» y expresa con ella multitud de relaciones que no siempre pueden expresarse con la preposición correspondiente en otras lenguas: Me canso de hablar. Enfermó de cavilar. Vengo de pasear. Salen de trabajar.
Hay inseguridad en el empleo de «a» o «en» con el verbo «tardar» y expresiones equivalentes: se debe emplear «en» cuando se trata de tiempo invertido: Tardó media hora en escribir la carta; y «a» cuando se trata del tiempo transcurrido hasta realizar la acción: Tardó una semana a escribir.
La causa se expresa con «por»: Te has caído por correr; y, si la causa consiste en la insistencia en la acción expresada por el infinitivo, también con «de»: Ha enfermado de tanto estudiar. El infinitivo con «con» puede enunciar una cosa que se juzga *bastante para algo que se expresa: Con decir que estuviste enfermo ya está arreglado.
Otras expresiones formadas por «con» y un infinitivo tienen significado *concesivo: Con ser viejo, es más útil que su hijo. A veces se le añade a «con» un «todo» expletivo: Con todo y estar advertidos, nos llevamos un susto.
El infinitivo forma también complementos de adjetivos con «de, en» o «para»: Difícil de expresar. El segundo en llegar. Rápido para obrar. También en este caso tiene preferencia por la construcción con «de» y la toma en casos en que lógicamente corresponden otras: Bueno de comer. Aunque su construcción propia con los ordinales es con «en», algunas veces se construye con «a» posiblemente por influencia del francés: El último a llegar.
Algunos casos de infinitivo con preposición merecen mención especial por ser peculiares del español: con «al» expresa la *simultaneidad o sucesión inmediata de otra acción que se nombra respecto de la del infinitivo: Al ir hacia su casa le tropecé por el camino. Al estallar la bomba se rompieron todos los cristales. Al anochecer. Si la acción del infinitivo, como en el primer ejemplo, es duradera, la expresión con «al» equivale a un gerundio (yendo hacia su casa...). El mismo significado tiene el infinitivo precedido de «en»: ...y en verlas llegar huía; pero este giro no es ahora usual.
Precedido el infinitivo de «de», forma «*expresiones adjetivales» o complementarias del adjetivo «digno» u otro equivalente, o del verbo «ser»: Es de alabar su sinceridad. Una cosa digna de ver. También con «de» forma expresiones *hipotéticas: De venir, avísame. De marcharme, no sería antes del lunes. Si el infinitivo es de un verbo de posibilidad o se refiere a tiempo no futuro, puede substituirse «de» por «a» en lenguaje coloquial: A poder ser, te lo haré esta semana. A haberlo sabido, hubiese venido antes. A decirlo otro, no lo creería.
Otra expresión con infinitivo, peculiar del español, es la formada con «por» dependiendo de «estar» o bien de «faltar» o verbo equivalente, con la que se forman frases que expresan lo que aún no está hecho y hay que hacer: Queda el rabo por desollar.
La preposición «para» aplicada al infinitivo equivale también a «a punto de»: Estaba para llegar el tren de un momento a otro.
b) En cuanto verbo, el infinitivo tiene su sujeto, tácito o expreso, determinado o indeterminado, y puede ir seguido de un atributo o de complementos de cualquier clase con cualquier preposición, y acompañado de adverbios: Dice [Decía] estar enfermo. Quiere [Quería] parecer más joven. Se irá a pasar las Navidades a su casa. No piensa venir antes del martes. Le conviene comer sobriamente. El carácter verbal del infinitivo es más claro que en cualquier otro caso cuando va acompañado de un verbo auxiliar.
Unas veces, como ya se ha indicado al principio de este apartado, el sujeto del infinitivo y del verbo auxiliar es el mismo: Puedo hacerlo yo; otras, es distinto: Le mandé venir. En lenguaje actual el uso del infinitivo en este segundo caso es corriente cuando el auxiliar es, como en el ejemplo, de mandar u obligar; menos corriente cuando el auxiliar es de aserción y el infinitivo es «ser»: afirmó ser cierto cuanto había referido; y poco usado en los demás casos: el tesoro que creían pertenecerles. (Cuando no se emplea el infinitivo ocupa su lugar una oración substantiva con «que»: afirmó que era cierto)
c) Otras notas sobre la construcción del infinitivo.
El infinitivo tiene su propia pasiva (de «decir», ser dicho); pero la activa puede usarse también como pasiva en los casos en que, por el significado del verbo, no cabe anfibología: Difícil de pronunciar, en vez de difícil de ser pronunciado; en cambio, no se puede decir de un campo que sea apto para trabajar en vez de para ser trabajado, porque la primera frase es anfibológica.
Ciertas expresiones de infinitivo con «a» pueden interpretarse como complementos de un participio o un gerundio implícitos: Yo a ordenar y tú a desordenar, me ganas Puede interpretarse como «dedicado [dedicándome] yo a ordenar», etc.
Se emplea el infinitivo sin acompañamiento en exclamaciones de *queja, o en interrogaciones que implican la *negativa a hacer lo preguntado: ¡Pedirme a mí cuentas! ¿Darle yo explicaciones a ése?. Cuando el infinitivo es pronominal, el pronombre «se» que le corresponde llevar puede pasar, y pasa generalmente, a ser aplicado al auxiliar: puede llevarse con cualquier traje o se puede llevar con cualquier traje.
Si el infinitivo es pronominal y su sujeto está repetido como complemento del verbo auxiliar, puede suprimirse el pronombre del infinitivo: nos obligan a marchar[nos]; le dejamos acercar[se]. Pero, modernamente, se hace cada vez menos uso de esta licencia y se expresan los dos pronombres: Quieren que les dejen divertirse.
Con algunos verbos auxiliares sirve el infinitivo para construir numerosas formas verbales de las llamadas «perifrásticas», de significado especial.
Con «venga» forma expresiones (generalmente pronunciadas exclamativamente) de *ponderación de la *insistencia o *exageración en una acción: ¡Venga estornudar! ¡Venga gastar dinero!.
Puede dudarse sobre qué tiempo emplear para la oración complementaria de la de infinitivo en casos en que la acción expresada por la oración compuesta es intemporal; como el de este ejemplo: Borrar es hacer desaparecer lo que está [estaba] escrito. Pero la duda es de orden lógico y no gramatical, y, lógicamente, parece que sólo es posible borrar lo que «está» (y no lo que «estaba») escrito. Sin embargo, no se puede tomar esta indicación como decisiva, pues, de hecho, se emplean indistintamente una y otra forma, ya que cabe sobreentender «antes de borrarlo» detrás de «escrito». Además. es claro que si el verbo de la acción está determinado por un verbo auxiliar o de otra clase, el complemento del infinitivo estará en el tiempo correspondiente: Le hacen borrar [se emplea para borrar] lo que está escrito. Le hicieron borrar lo que estaba escrito.