La Oración Impersonal

Gramática Española de María Moliner

Gramática Española de María Moliner

En la oración impersonal con «se» el verbo concierta ordinariamente con el complemento directo: 'Se venden pisos'. La G. R. A. considera galicismos construcciones tales como 'se proporciona colocaciones'; el gramático Lenz juzga que el fenómeno está demasiado extendido para ser atribuible a la traducción viciosa de las oraciones francesas con «on». Tal difusión quizá sea tan importante como dice este gramático en Hispanoamérica; en España, la construcción de estas oraciones con el verbo en singular es, en el momento actual, prácticamente desusada. La forma impersonal en tercera persona del plural puede ser usada aunque el sujeto se presuma singular: 'Le robaron la cartera'. La forma con «se» significa a veces «ser susceptible de recibir la acción que expresa el verbo»: 'El asunto se resume (es susceptible de ser resumido) en pocas palabras'.
Cuando el sujeto presumible es la generalidad de la gente, en la cual se incluye el mismo que habla y, frecuentemente, con particular o exclusiva referencia a éste, se emplea como sujeto «uno»: 'Uno no puede menos de asustarse'.
La G. R. A. condena como barbarismo el empleo de la forma con «se» con el significado de esas oraciones con «uno» cuando la oración es atributiva; interpreta tal empleo como una traducción incorrecta del pronombre «on» francés en uno de sus usos. Son, pues, incorrectas frases como 'así se vive feliz' o 'se llega cansado a la cima', cuya forma correcta, según la G. R. A., es 'uno es feliz' o 'se vive felizmente' y 'uno llega cansado a la cima'. Aunque la G. R. A. no lo explica, es de suponer que tal condenación se basa en la impropiedad de atribuir a «se», al unirlo a un atributo, adjetivo o nombre, el valor de pronombre indefinido que, etimológicamente, no le corresponde, y que, en cambio, tiene el francés «on». Sin embargo, no faltan gramáticos que han mostrado expresamente su disconformidad con
la condenación de estas frases a las cuales, en efecto, es difícil considerar como barbarismos galicistas propios de mal traductor cuando tienen antecedentes como el verso de un soneto de la introducción del Quijote: 'Asno se es de la cuna a la mortaja'. La polémica está en pie.
La forma impersonal con «se» no puede ser empleada con verbos de naturaleza pronominal, por la repetición del pronombre a que ello daría lugar; no se puede decir, por ejemplo, 'no se puede dormirse'. En estos casos es forzoso usar como sujeto indefinido «uno». Son también de sentido impersonal las oraciones con «el que» por sujeto y las construidas en segunda persona del singular del presente de indicativo; unas y otras expresan sentenciosamente la generalización de un hecho que ocurre ordinariamente en la vida: 'El que no se arriesga no pasa el río. Si das, eres bueno y si no, no. Cuando menos lo piensas te encuentras con una sorpresa. No ganas para sustos'. Las frases de la segunda forma son propias del lenguaje familiar.