La Proposición

Gramática Española de María Moliner

Gramática Española de María Moliner

Es natural que, con un número tan corto de preposiciones, cada una tiene que ser susceptible de expresar distintos tipos de relaciones: por ejemplo, «a», dirección, tiempo, situación...; «de», propiedad, materia, procedencia...; etcétera.
Algunas observaciones generales respecto al uso de las preposiciones:
1. Palabra afectada por la preposición.-La palabra afectada por la preposición es generalmente un nombre u otra palabra o expresión que haga sus veces: un pronombre, o una oración substantivada, o sea, en infinitivo o precedida de «que»: 'Una carrera de bicicletas. Huye de ti. Tiene una casa para veranear. Lo dice para que te enfades'. (En el último caso, cabe interpretar «para que te enfades» como una preposición seguida de una oración substantivada o como una conjunción causal, «para que» seguida de una oración subordinada.) La preposición puede estar aplicada a un adjetivo; bien porque éste esté usado como nombre calificativo: 'Es un libro para entendidos'(personas entendidas). O bien porque esté sobreentendido un infinitivo que completa una oración substantivada: 'Eso te ha pasado por tonto'(por ser tonto).
Hay, además, locuciones prepositivas que pueden afectar a elementos no nominales; como «rayar en, pasar por, ser [no ser] para» o «de tan»: 'Eso raya en intolerable. Pasa por inteligente. No es para dicho lo que pasó. De tan listo, se pasa'.
Las preposiciones pueden también afectar a locuciones preformadas, sin que sea un inconveniente que la locución empiece por otra preposición: 'De a tres pesetas. Desde por la mañana. Desde a mediodía'. En lenguaje coloquial se puede decir también, por ejemplo, 'he cambiado mi seguro a de derechos máximos', donde hay una elisión de 'la modalidad de'.
2. Caso de la palabra afectada por la preposición.-Naturalmente, este apartado se refiere sólo a las palabras susceptibles de variación de caso: el nombre y el pronombre, y, en español, sólo al pronombre, porque el nombre carece de ella. El pronombre afectado por una preposición se pone en dativo: 'Su casa estaba ante mí. Hablaban de ti'; pero los pronombres «él, ella, nosotros[-as], vosotros[-as], ellos[-as]» no cambian al ser afectados por una preposición; se dice 'lo hago por él' y no «por le»; se refiere «a nosotros [a vosotros, a ellos]», y no «a nos, a os, a les». «Nos» se usa en lenguaje mayestático, 'importa a nos que...'-pero también se emplea la misma forma en nominativo: 'Nos disponemos que...'-. Y se decía antes en la Salve: «Ruega por nos, Santa Madre de Dios...». Cuando la expresión afectada por la preposición se compone de dos o más pronombres a los cuales se aplica conjuntamente, si uno de ellos es de los que no sufren variación de caso, el otro u otros tampoco la sufren aunque sean de los que tienen esa posibilidad: 'Entre tu hermano y yo'(conjuntamente) y no 'entre tu hermano y mí'. 'Ante tú y ella'(juntos) y no 'ante ti y ella'. Si la preposición se aplica a cada elemento por separado, se repite con cada uno en la forma que le corresponde: 'Te perjudica a ti y a ellos'. Otras observaciones gramaticales:
3. La G. R. A. condena como solecismo el empleo de más de una preposición con el mismo complemento; da como ejemplo 'se vende reloj con o sin cadena', cuya forma correcta es 'con cadena o sin ella'. Sin embargo, construcciones como la de ese ejemplo son corrientes en lenguaje tanto escrito como hablado, y no se ve clara, ni la da la G.
R. A., la razón de su condena; por lo menos en el lenguaje hablado, será difícil desterrar las expresiones como esa.
4. Es correcta en español la interposición de una preposición entre el artículo y el relativo «que» en frases como 'la casa en que vives ahora me gusta más que la en que vivías antes'. En el caso de este ejemplo difícilmente se podría evitar esa interposición sin repetir el mismo nombre: '...que la casa en que vivías antes'; pero hay otros casos en que es fácil dar otro giro a la frase para evitarla y es preferible hacerlo; sobre todo si el artículo va precedido de otra preposición, lo que aumenta la violencia de la construcción; no está en contradicción con ninguna regla gramatical la frase 'si no sabes el número de su casa de ahora, manda la carta al de la en que vivía antes'; pero la disonancia de esa acumulación de preposiciones se evita fácilmente diciendo, por ejemplo, '...manda la carta a la casa en que vivía antes'.
5. No repugna al español la unión de dos preposiciones cuando hay suma de sus respectivos significados en la relación que se trata de expresar: 'Desde por la mañana; hasta por la tarde; se veían algunos trozos de cielo por entre las nubes'.
Las preposiciones cuyo significado es más apto para pedir el complemento de otra son las de procedencia y dirección («a, hacia, hasta; de, desde») respecto de las de situación («ante, bajo, en, entre, sobre, tras»): 'Salió de tras un matorral [de bajo una piedra]'; pero son pocos los casos en que el uso responde a esa aptitud lógica: «a» no se antepone a las preposiciones de situación; en unos casos, su presencia no es necesaria para el sentido: 'se va bajo el puente' expresa lo mismo que si a «bajo» se le antepusiera «a». Pero, en otros casos, no ocurre así: 'va sobre el tejado' no es lo mismo que 'va a sobre el tejado'; en este último caso hay que recurrir a otra forma de expresión; en general, se substituye la preposición de situación por una locución prepositiva formada con el adverbio del mismo significado: 'va a encima del tejado'; si tal locución no existe, hay que dar otra construcción a la frase: en vez de 'el ejército se proponía llegar a entre las dos ciudades', se dirá, por ejemplo, 'el ejército se proponía llegar a algún lugar entre las dos ciudades'. «De» se antepone con naturalidad a las preposiciones de situación: 'Lo sacó de bajo una piedra. Lo cogió de sobre la mesa. Lo sacó de entre la paja'. Pero se usan con más frecuencia las locuciones prepositivas equivalentes en los casos en que las hay: 'de debajo de una piedra, de encima de la mesa'.
«Hacia», «hasta» y «por» no disuenan tanto como «a» antepuestas a preposiciones de situación: 'Corrió hacia bajo el puente. Cruzó por sobre las casas. Se elevó hasta sobre las nubes'; pero la construcción natural es con las locuciones prepositivas equivalentes: 'hacia debajo del puente, hasta encima de las nubes, por encima de las casas'. En cuanto a las preposiciones que no son de lugar, «con, sin» y «contra» no combinan su significado con el de otras preposiciones. Con «para» existe la expresión «para con», que no es una combinación facticia, sino una preposición compuesta: 'Afable para con los humildes. Los deberes para con Dios'. «Según», de acuerdo con su especial carácter, pues no es preposición más que por la función, puede combinarse, tanto antepuesta como pospuesta, con cualquier otra: 'Según con quien vayas. Según para qué lo quieras. Con según qué compañías'.
6. Son frecuentes trasposiciones de la preposición como éstas: 'No sabes de lo que soy capaz. Ya sabes a lo que vengo. No entiende de lo que estamos hablando'. (La construcción lógica sería 'no sabe lo -las cosas-de que soy capaz', 'ya sabes lo -la cosa-a que vengo' y 'no entiende lo -las cosas-de que estamos hablando'.) La G. R. A. da por buenas estas construcciones, sancionadas por el uso constante y general.
7. Elipsis de la preposición.-Como en el caso del artículo, la preposición repetida puede suprimirse siempre que la supresión no dé lugar a que se tomen como formando un conjunto cosas en realidad independientes: 'Unos pendientes de oro y platino. Hemos estado en Granada y Sevilla'; pero 'tienen objetos de oro y de platino' o 'yo he estado ya en Granada y en Sevilla'; mientras que se puede decir indistintamente: 'una pulsera de oro o platino' o 'una pulsera de oro o de platino'.
No se suprime la preposición delante de los pronombres: 'Nos han invitado a ti y a mí'. Tampoco se puede suprimir la preposición si alguno de los nombres lleva un adjetivo que no afecta a los otros:
'Gusta a los niños y a los hombres maduros'. Será también necesario repetirla para indicar que un complemento de una de las palabras a que afecta no lo es también de las otras: 'Aprendió a leer, y a escribir con letras de imprenta'. Si un mismo complemento se refiere a dos verbos, pero con distinta preposición, no se puede eludir el enunciado de las dos preposiciones con el complemento repetido con cada una: 'Fue a la fiesta y se divirtió en ella'(no 'fue y se divirtió en la fiesta'). Ahora bien: hay algunos casos en que el uso autoriza la elipsis: 'Un viaje de ida y vuelta a Toledo. Llevar y traer recados a los mozos del campo'. (Este último ejemplo tomado del artículo «mochil» del D. R. A. E.)
La elipsis de la preposición no suena bien en el caso de dos palabras con distinto artículo unidas por conjunción; por ejemplo, en 'meter dentro de un cajón o cajones'; como la frase completa, 'meter dentro de un cajón o de cajones', suena artificiosa, puede buscarse otra fórmula: 'meter dentro de uno o más cajones, meter dentro de un cajón o de varios', etc.
En frases como 'me tratan como uno de la familia' parece que hay elipsis de la preposición «a»; esta elipsis no sería correcta, pues al suprimir el verbo, «tratarían», el complemento debe conservar su preposición; y solamente puede considerarse admisible si se supone que el verbo suprimido no es «tratarían», sino «si fuese». Otros casos de elipsis de preposición se relacionan con la influencia de la conjunción «que».