Dale a cada cosa su valor - Parabolas e Historias para Educar en Valores

Parabolas e Historias para Educar en Valores

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Después de tres meses sin haber escrito a sus padres, un joven universitario les escribió la carta siguiente:
"Queridos padres:
Siento muy de veras que haya pasado tanto tiempo desde mi última carta, pero es que no quise preocuparles contándoles el incendio de nuestro dormitorio, ni los golpes que recibí al tirarme por la ventana huyendo del fuego. Me llevaron al hospital y, aunque me atendieron muy bien, existe el peligro de que quede cojo por toda la vida.
Antes de terminar, quiero decirles que no se preocupen: no hubo tal incendio, no me arrojé de ninguna ventana, ni existe el peligro de que me quede cojo...Les cuento todo esto porque me rasparon en inglés y en biología y, después de lo que les conté más arriba, estoy seguro que no le van a dar la importancia que le hubieran dado si no comienzo la carta como lo hice".
Con frecuencia, escuelas y colegios, por vivir encerrados en su mundo pequeño, agigantan los problemas y de cualquier tontería forman un escándalo mayúsculo: "Rodríguez lleva el cabello muy largo", "apareció una grosería en los baños", "Urdaneta siempre anda con la franela por fuera"... En un mundo que se cae a pedazos, escuelas, colegios y liceos siguen empeñados en convertir en montañas simples menudencias y se agotan en lo trivial e intrascendente. Aprendamos a relativizar los problemas y a darle a cada hecho la importancia que realmente tiene y la atención que amerita. Si lo hacemos, ahorraremos mucho tiempo y energías y, sobre todo, aprenderemos a tomar en consideración lo que de veras importa. Así levantaremos personas verdaderas, que no se derrumban "porque me miró feo", ni sacan la pistola porque les rayaron el carro.

Recuperado del libro:
Para Educar Valores. Nuevas Parábolas
Autor: Antonio Pérez Esclarin