De nuevo Páez

Capítulo 4. De la Gran Colombia a la Federación 1821 / 1870

Unidad 10. La república de los próceres. 1830 / 1862


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El prestigio que envuelve a Páez a raíz de la Revolución de las Reformas es indiscutible; por consiguiente, arrasa en las elecciones de 1838.
El 1 de febrero de 1839 asume el Poder Ejecutivo y designa a sus secretarios: Diego Bautista Urbaneja, en Interior y Justicia; Rafael Urdaneta, Guerra y Marina, y Guillermo Smith, Hacienda y Relaciones Exteriores.
Uno de los hechos más trascendentes del segundo mandato de Páez es la escisión del sector dominante en dos partidos: conservador y liberal. En rigor, en el seno de los mismos existían diversas corrientes o facciones. El primero, compuesto por la burguesía comercial y los “canastilleros”, unida a grupos aristocráticos, se asocia con los que ejercen el poder, Ángel Quintero y Carlos Soublette, entre las figuras más importantes.
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El segundo tiene como principales fundadores a Tomás Lander, Antonio Leocadio Guzmán, Blas Bruzual y Tomás José Sanabria; acoge en sus filas a miembros del gremio de los agricultores, representantes de la aristocracia criolla, ex funcionarios y escritores. En suma, a los descontentos con el gobierno, que adversan la autocracia, la influencia clerical, el militarismo y aspiran al poder.
El vocero del partido Liberal es El Venezolano, periódico de circulación semanal redactado por Antonio Leocadio Guzmán. La consigna de “hombres nuevos, principio alternativo” se repetirá por todas partes y Guzmán se convertirá de hecho en el jefe indiscutible del partido. Las ideas liberales difundidas en lenguaje sencillo en hojas sueltas y diversos periódicos tienen amplia recepción en los grupos populares, en su mayoría analfabetas. Constituyen el esbozo de un proyecto de país diferente.
Durante la segunda administración de Páez se funda la Colonia Tovar, se establece el Banco Colonial Británico, continúa la política de caminos y el fomento de la instrucción pública.
 

Los restos de Bolívar

De distinta naturaleza, pero de mucho peso ideológico en la conciencia histórica venezolana, es la gestión diligente de Páez para el traslado a Caracas de los restos del Padre de la Patria. El reconocimiento de los grandes servicios de Simón Bolívar se expresa en el Decreto legislativo de 30 de abril de 1842 en respuesta a la solicitud del Primer Magistrado. La planificación de los actos de traslado, recibimiento y ceremonias incluye la fabricación de una carroza fúnebre, la construcción del monumento funerario, encomendada al escultor romano Tenerani, y la elaboración de una reseña del acontecimiento encargada a Fermín Toro.
El 17 de diciembre se inician los actos que terminan el 23 con el traslado a la Catedral de los restos mortales del primero de los caraqueños.
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