Se inaugura la historia hacendística venezolana

Aquí todos están endeudados


El padre Gaspar Sevilla lo que hizo fue cancelar una deuda atrasada. Remolones también estuvieron, desde un principio, los gobernadores alemanes, a quienes sólo pudo meter en cintura el Obispo Rodrigo de Bastidas en 1538, cuando llegó a Coro con el carácter de Juez de Cuentas, y obligó a los Belzares a pagar las deudas que arrastraban desde hacía diez años, incluyendo la mercancía que trajeron en los primeros 13 navíos hasta 1532.

En virtud de esta deuda, que sumaba 3.534 pesos, se inició en 1538 juicio de embargo del hato de vacas de los Belzares, que eran duros para pagar; pero los mismos Oficiales Reales se opusieron a la medida judicial, porque ellos también debían a los Belzares. Es claro, los pobres Oficiales Reales, a pesar de que manejaban la administración de las rentas, no pudieron cobrar sus sueldos durante los primeros siete años, por lo que se vieron en la necesidad de acudir a los únicos que podían prestarles dinero, a los Belzares. De modo que en una ciudad de apenas 400 personas, todos se debían entre sí.

Cuando el sábado 27 de marzo de 1535, como consta en el Libro de Acuerdos, se juntaron los Oficiales Reales para intentar cobrar a los Belzares el 7 y medio % de almojarifazgo, "lo cual nunca hasta hoy han pagado ni se ha tomado cuenta", acordaron hacer pagar "lo que a Su Majestad le pertenece, porque de otra manera Su Majestad recibiría notorio agravio y fraude" (1).

Esto, en particular, ya que los Belzares se oponían a cancelar impuestos sobre caballos, yeguas, carne, casabe y otras cosas, dizque por ser productos que recolectaban de las islas vecinas, y según ellos no pagaban derechos. Atentos a que las cuentas estuvieran claras, los Oficiales Reales solicitaron información sobre si debían cobrar o no lo que negaban los Belzares, a lo que doña Juana la Loca contestó, en defensa de sus derechos: "acá ha parecido que los deben". Que doña Juana no estaba tan loca. Y así los alemanes tuvieron que pagar los impuestos de cuanto ingresaran de otra parte, aunque se tratara de casabe (2).

En el mismo Libro de Acuerdos, del mismo 27 de marzo de 1535, se lee que se comisionó al factor Pedro de San Martín para que llevase a Santo Domingo y vendiese allá "veintiocho piezas de indios e indias esclavos", pero con la expresa condición de que fuesen vendidos "al contado, beneficiándolos de manera que los venda a los más subidos precios que pudiere; trayendo por testimonio de escribano a cómo los vendió; y así mismo, fe del escribano, si alguno se muriere, para que en lo que toca a Su Majestad no haya fraude. Y esto acordamos; los cuales van a riesgo de Su Majestad, porque, ya que se quisieren vender al fiado en la tierra (la Tierra Firme), no hay seguridad bastante para fiarlos porque todos están endeudados y, además de esto, en la tierra no habrá quien los compre por ser gente fugitiva" (3).

Notas

Mario Briceño Iragorry. Orígenes de la Hacienda en Venezuela. Palabras Liminares, pág. XXVI. Biblioteca de la Academia de la Historia. Volumen I. Caracas. italgráfica. 1984.

Eduardo Arcila Farías. El primer Libro de la Hacienda Pública Colonial de Venezuela (1529-1538). Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia Economía y Finanzas de Venezuela. Volumen 8, pág.17. Caracas. Italgráfica 1984.

** El primer contribuyente oficialmente registrado y conocido, se sobreentiende, pues como se sabe, ya en Cubagua se cobraban desde mucho antes el almojarifazgo y el quinto real. Enrique Otte asegura que "Cubagua fue para la corona una de las mayores fuentes de riqueza en los comienzos de la colonización de América. El superávit de la hacienda real quizá fuera el mayor de América, hasta la explotación de Potosí. Sin embargo, Cubagua rindió el mayor superávit en su historia antes de la creación de la caja real, en 1529... Los ingresos de la hacienda real de Cubagua, correspondientes al almojarifazgo, desde 1525 hasta 1538, y al quinto de perlas, desde 1529 hasta 1541, descontando el diezmo de Colón hasta el 6 de julio de 1536, fecha de la revocación de la merced, sumaron 54.679 pesos de oro... Los gastos solamente ascendieron a 18.247 pesos, y el superávit de la hacienda real de Cubagua alcanzó 36.432 pesos" (Las Perlas del Caribe Nueva Cádiz de Cubagua, pág.313-314. Fundación John Boulton, Caracas, 1977).
El Primer Libro de Hacienda... obra citada, pág. 174.
Orígenes de la Hacienda... obra citada, pág. 1.