Filosofía de la Educación

Filosofía de la Educación

Filosofía de la Educación

Objetivos de la Filosofía de la Educación


El contenido de esta sección está referido a cuatro concepciones filosófico-políticas que representan, en un buen porcentaje, las ideologías que de una u otra forma se manifiestan en nuestras sociedades actuales: comunismo, democracia, fascismo y socialismo.

Los objetivos de la presente información son:

-Establecer las relaciones entre los fines educativos de una sociedad democrática y la práctica educativa de la misma.
-Enumerar los fines educativos correspondientes a la concepción comunista.
-Establecer las relaciones entre los fines educativos de una sociedad socialista y la práctica educativa de la misma.
-Enumerar por lo menos tres de los fines educativos inspirados en la concepción fascista.

La educación ha desempeñado siempre, directa o indirectamente, en forma declarada o no, un gran papel en la tarea de la socialización política que todas las sociedades llevan a cabo y por la cual se proponen moldear la conducta del joven en una forma conveniente, política y socialmente hablando. La escuela, como la familia, la iglesia, el empleo, las organizaciones juveniles, etc., es uno de los agentes sociales que realiza esta tarea. La finalidad política ha sido una de las primeras asignadas a la educación, entendiendo por tal finalidad no la visión parcializada de los partidos políticos sino la concepción más amplia de la vida pública y del Estado, tal como la concibieron Platón (La República) y Aristóteles (La Política), respectivamente, y tal como hermosamente lo expresa J. Krishnamurti cuando afirma que: “La verdadera educación no tiene nada que ver con ninguna ideología, por mucho que ésta prometa una utopía futura”.
Si bien el proceso de socialización política es una función universal a la cual ningún sistema político renuncia, conviene señalar que, a menudo, se confunde el adoctrinamiento ideológico o político, con la preparación para una libre, amplía y crítica formación para comprender las estructuras del mundo en que los hombres están llamados a vivir, de modo tal que cumplan los cometidos reales de su existencia y no sean ciegos seguidores de ideologías impuestas.