Puntos Sobresalientes de Éxodo 30-33

Puntos sobresalientes de la lectura de la Biblia: Éxodo 30-33

Éxodo 30-33

Para el Repaso Oral Mayo - Junio 2014


¿Cuánta importancia tenía el mandamiento de que los sacerdotes se lavaran antes de ofrecer sacrificios a Jehová? ¿Por qué eso es un serio recordatorio para los siervos de Dios hoy en día? (Éx. 30:18-21.) [19 de mayo, w96 1/7 pág. 9 párr. 9.]

w96 1/7 pág. 9 ‘Una casa de oración para todas las naciones’
El patio
9. ¿Qué propósito tenía la palangana, y qué lección nos enseña?
9 El tabernáculo también tenía un patio, limitado por una valla de telas. En él había una gran palangana, donde los sacerdotes se lavaban las manos y los pies antes de entrar en el Santo y antes de ofrecer los sacrificios sobre el altar situado en el patio. (Éxodo 30:18-21.) Este requisito de limpieza constituye un enérgico recordatorio a los siervos modernos de Dios de que deben procurar al máximo mantener la pureza física, moral, mental y espiritual si desean que su adoración sea grata a Dios. (2 Corintios 7:1.) Con el tiempo, el suministro de la leña para el fuego del altar y del agua para la palangana estuvo a cargo de esclavos del templo no israelitas. (Josué 9:27.)



¿Por qué no se castigó a Aarón por haber hecho el becerro de oro? (Éx. 32:1-8, 25-35.)
[19 de mayo, w04 15/3 pág. 27 párr. 4.]

w04 15/3 pág. 27 Puntos sobresalientes del libro de Éxodo
Respuestas a preguntas bíblicas:
Éxodo 32:1-8, 25-35. ¿Por qué no se castigó a Aarón por haber hecho el becerro de oro? En su corazón, Aarón no estaba de acuerdo con la adoración idolátrica. Posteriormente se unió a sus compañeros levitas al ponerse a favor de Dios y en contra de los que se opusieron a Moisés. Después que se destruyó a los culpables, Moisés recordó a los israelitas que ellos habían cometido un grave pecado, lo que indica que otros además de Aarón recibieron la misericordia de Jehová.

Capítulo 30:


w02 1/8 pág. 12 párr. 13 Sumisión leal a la autoridad divina
13. a) ¿Por qué fue un acto de presunción el que los rebeldes ofrecieran incienso delante de Jehová? b) ¿Qué hizo Jehová con los que se rebelaron?
13 Según la Ley de Dios, los sacerdotes eran los únicos que podían ofrecer incienso. La sola idea de que un levita no perteneciente al sacerdocio ofreciera incienso delante de Jehová debería haber hecho que aquellos rebeldes se dieran cuenta de la locura que estaban por cometer (Éxodo 30:7; Números 4:16). Pero Coré y sus adeptos no recapacitaron. Al día siguiente, él “tenía a toda la asamblea reunida contra [Moisés y Aarón] a la entrada de la tienda de reunión”. El relato prosigue así: “Jehová ahora habló a Moisés y Aarón, y dijo: ‘Sepárense de en medio de esta asamblea, para que extermine a estos en un instante’”. Pero Moisés y Aarón suplicaron a Jehová que perdonara la vida al pueblo, y él escuchó su ruego. En cuanto a Coré y quienes lo apoyaban, “un fuego salió de Jehová y procedió a consumir a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso” (Números 16:19-22, 35).

w06 1/9 pág. 24 párr. 9 Cómo acercarnos al “Oidor de la oración”
9. ¿Qué se requería para acercarse a Jehová en el santuario?
9 La Ley que Jehová dio a Israel incluía un requisito para acercarse a él en el santuario. ¿De qué se trataba? Todas las mañanas y todas las tardes, además de ofrecer sacrificios animales, el sumo sacerdote tenía que quemar incienso perfumado delante de Jehová. Con el tiempo, los sacerdotes también se encargaron de este servicio, salvo el Día de Expiación. Sin esta muestra de respeto, Jehová no aprobaría su ministerio (Éxodo 30:7, 8; 2 Crónicas 13:11).

w00 15/11 pág. 14 párr. 16 Los cristianos somos felices al prestar servicio
16. ¿Qué advertencias se hacen tocante al servicio sagrado?
16 El servicio sagrado de los antiguos israelitas tenía que conformarse a las leyes de Jehová (Éxodo 30:9; Levítico 10:1, 2). El nuestro también debe satisfacer algunos requisitos para que él lo acepte. Por esta razón escribió Pablo a los colosenses: “No hemos cesado de orar por ustedes y de pedir que se les llene del conocimiento exacto de su voluntad en toda sabiduría y comprensión espiritual, para que anden de una manera digna de Jehová a fin de que le agraden plenamente mientras siguen llevando fruto en toda buena obra y aumentando en el conocimiento exacto de Dios” (Colosenses 1:9, 10). No nos compete a nosotros decidir cuál es la forma adecuada de adorar a Dios. Es imprescindible tener conocimiento exacto de las Escrituras, comprensión espiritual y sabiduría piadosa. De otro modo, nos exponemos a trágicas consecuencias.

w09 15/8 pág. 22 párr. 19 “Manténganse en el amor de Dios”
19. ¿Por qué es tan importante la limpieza?
19 Los cristianos debemos mantenernos limpios y puros en todo aspecto de nuestra vida. Jehová explicó a los antiguos israelitas que la limpieza era fundamental (Lev. 15:31). Así, la Ley mosaica hablaba de asuntos como la eliminación de desechos, la limpieza de vasijas y el lavado de las manos, los pies y la ropa (Éxo. 30:17-21; Lev. 11:32; Núm. 19:17-20; Deu. 23:13, 14). Esta ley le recordó a la nación de Israel que su Dios, Jehová, es santo, o lo que es lo mismo, limpio, puro y sagrado. Los siervos de un Dios tan santo también tenemos que ser santos (léase Levítico 11:44, 45).

w06 1/11 pág. 27 párr. 2 Respetemos nuestras reuniones sagradas
2. ¿Qué indica que Jehová consideraba sagrado el lugar que escogió para que lo adoraran? ¿Cómo demostró Jesús que él también lo consideraba sagrado?
2 El lugar que Jehová escogió para que lo adoraran los israelitas había de ser sagrado. Por eso, el tabernáculo y sus muebles y utensilios fueron ungidos y santificados para que llegaran “a ser santísimos” (Éxodo 30:26-29). Asimismo, las dos partes en que se dividía este santuario se denominaban “el Lugar Santo” y “el Santísimo” (Hebreos 9:2, 3). Y cuando el tabernáculo fue reemplazado por el templo en Jerusalén, esta ciudad se convirtió en el centro del culto a Jehová, razón por la que se llamó “la ciudad santa” (Nehemías 11:1; Mateo 27:53). Durante su ministerio terrenal, Jesús respetó el templo y se indignó por el descaro de quienes lo utilizaban como atajo y zona de negocios (Marcos 11:15, 16).

w06 1/11 págs. 23-24 párrs. 8-9 ¿Nos adherimos al criterio de Jehová sobre las cosas sagradas?
8, 9. a) ¿Por qué eran los israelitas un pueblo santo? b) ¿Cómo inculcó Jehová en los israelitas el principio de la santidad?
8 Cuando Jehová fundó la nación de Israel, hizo con ella un pacto en virtud del cual sus integrantes adquirieron una condición especial: quedaron santificados, o separados. El propio Jehová les dijo: “Tienen que resultarme santos, porque yo Jehová soy santo; y estoy procediendo a separarlos de los pueblos para que lleguen a ser míos” (Levítico 19:2; 20:26).
9 Desde el mismo comienzo, Jehová inculcó en los israelitas el principio de la santidad. Por ejemplo, les ordenó que ni siquiera tocaran el monte donde iba a entregar los Diez Mandamientos, o de lo contrario morirían. En aquella ocasión, el Sinaí adquirió un carácter sagrado (Éxodo 19:12, 23). Del mismo modo, habían de considerar sagrados el sacerdocio y el tabernáculo con todos sus muebles y utensilios (Éxodo 30:26-30). Ahora bien, ¿qué situación se da en la congregación cristiana?

w00 15/8 pág. 15 párr. 14 Sacrificios que agradaron a Dios
14. ¿Cómo se presentaba la ofrenda de grano?
14 La ofrenda de grano se describe en el capítulo 2 de Levítico. Esta era una ofrenda voluntaria que consistía en flor de harina, normalmente humedecida con aceite y a la que se añadía olíbano. “El sacerdote tiene que asir de ella su puñado de su flor de harina y su aceite junto con todo su olíbano; y tiene que hacerlo humear como recordativo de ella en el altar, como ofrenda hecha por fuego, de olor conducente a descanso a Jehová.” (Levítico 2:2.) El olíbano era uno de los ingredientes del incienso santo que se quemaba sobre el altar del incienso en el tabernáculo y el templo (Éxodo 30:34-36). El rey David debió tener presente este hecho cuando dijo: “Que mi oración esté preparada como incienso delante de ti; el levantar las palmas de mis manos, como la ofrenda de grano al atardecer” (Salmo 141:2).

w12 15/1 pág. 24 párr. 12 Ofrezcamos sacrificios a Jehová con toda nuestra alma
12. a) ¿Qué podemos ofrecerle a Jehová que es comparable al incienso que se quemaba en el altar? b) ¿Cómo debe influir en la calidad de nuestras oraciones el hecho de que la Biblia las compare a incienso?
12 El rey David cantó a Jehová: “Que mi oración esté preparada como incienso delante de ti” (Sal. 141:2). Pausemos un momento y reflexionemos: ¿Cómo es mi comunicación con Dios? ¿Es frecuente? ¿Es de calidad? El libro de Revelación muestra que Jehová acepta “las oraciones de los santos” como si fueran incienso, ya que se elevan ante él como un dulce aroma (Rev. 5:8). Recordemos que antes les había exigido a los israelitas que el incienso que quemaban a diario en el altar estuviera cuidadosamente elaborado, siguiendo una fórmula precisa. Si no se ajustaba a sus especificaciones, lo rechazaba (Éxo. 30:34-37; Lev. 10:1, 2). ¿Qué nos enseña lo anterior? Si queremos que Jehová acepte nuestras oraciones sinceras, tenemos que formularlas como él desea.

w03 15/8 pág. 30 ¿Recuerda usted?
¿Tiene cabida la quema de incienso en la adoración verdadera hoy día?
El uso de incienso formaba parte de la adoración verdadera en el Israel antiguo (Éxodo 30:37, 38; Levítico 16:12, 13). Pero el pacto de la Ley, incluido el uso de incienso, terminó con la muerte de Cristo. Aunque cada cristiano puede decidir si usará o no incienso con propósitos no religiosos, este no ocupa ningún lugar en la adoración verdadera hoy día. También deben tomarse en cuenta los sentimientos de los demás a fin de no causar tropiezo a nadie.—1/6, páginas 28-30.

Capítulo 31:


w05 15/6 págs. 5-6 El trabajo: ¿bendición o maldición?
Podemos glorificar a Dios con nuestro trabajo. Siempre se han elogiado la calidad y la excelencia del trabajo. De hecho, es esencial tener presentes estas propiedades para comprender el punto de vista bíblico sobre el trabajo. Las obras del propio Dios son de calidad suprema. Él nos ha dotado con talentos y aptitudes, y espera que los utilicemos para bien. Por ejemplo, durante la construcción del tabernáculo del antiguo Israel, Jehová llenó de sabiduría, entendimiento y conocimiento a hombres como Bezalel y Oholiab para que efectuasen ciertos trabajos artísticos y otras labores (Éxodo 31:1-11). Esto demuestra que Dios puso especial interés en la función, la realización, el diseño y demás detalles de su obra.

w07 15/11 pág. 21 párr. 1 Cultivemos las cualidades necesarias para hacer discípulos
1. ¿Qué habilidades y actitudes necesitaron algunos siervos de Dios del pasado?
A FIN de cumplir la voluntad de Jehová, sus siervos a veces tienen que cultivar ciertas habilidades y actitudes. Por ejemplo, cuando Abrahán y Sara obedecieron la orden de Jehová de abandonar la próspera ciudad de Ur, se vieron obligados a desarrollar las cualidades y habilidades necesarias para vivir en tiendas de campaña (Hebreos 11:8, 9, 15). Josué, por su parte, necesitó valor, confianza en Jehová y un buen conocimiento de la Ley para introducir a los israelitas en la Tierra Prometida (Josué 1:7-9). Y aunque es posible que Bezalel y Oholiab ya tuvieran algunas destrezas, sin duda las perfeccionaron gracias al espíritu de Dios; de este modo pudieron participar en la construcción del tabernáculo y en otras labores relacionadas, sirviendo tanto de trabajadores como de supervisores (Éxodo 31:1-11).

w10 15/9 pág. 10 párrs. 13-14 Busquemos con empeño la bendición de Jehová
13, 14. ¿Cómo ha demostrado Dios que puede capacitar a sus siervos con su espíritu?
13 Pero ¿qué hay si nos sentimos incapaces de aceptar cierta posición de servicio o participar en el ministerio? En ese caso, debemos pedirle a Jehová que nos conceda su espíritu, el cual potenciará nuestras habilidades (léase Lucas 11:13). Con su fuerza activa, él capacita a sus siervos para que cumplan con cualquier labor o asignación, independientemente de su experiencia y sus circunstancias del pasado. Por ejemplo, muy poco después de la salida de Egipto, el espíritu santo fortaleció a simples pastores y esclavos, sin ninguna formación militar, para que lograran derrotar a los ejércitos enemigos (Éxo. 17:8-13). No mucho más tarde, el mismo espíritu facultó a Bezalel y Oholiab para que ejecutaran los detallados planos del tabernáculo que Dios había revelado (Éxo. 31:2-6; 35:30-35).
14 En la época actual, ese poderoso espíritu también posibilitó que algunos siervos de Dios adquirieran las destrezas necesarias cuando la organización tuvo que empezar a imprimir directamente sus obras. En una carta publicada en 1927, el superintendente de la imprenta, Robert J. Martin, relató así el progreso realizado: “El Señor nos abrió la puerta en el momento preciso, y llegó a nuestras manos una gran rotativa cuya estructura y manejo desconocíamos por completo. Pero el Señor sabe avivar las mentes de quienes se han entregado a él por entero. [...] Al cabo de unas semanas, ya teníamos la máquina en marcha; y aún sigue funcionando, realizando trabajos que ni siquiera los fabricantes se habían imaginado que haría”. Hasta el día de hoy, Jehová bendice esfuerzos semejantes.

w13 15/8 págs. 5-6 párr. 13 Ustedes han sido santificados
13. ¿Cómo pasaban por alto la celebración del sábado algunos judíos?
13 (Lea Nehemías 13:15-21.) Si estamos demasiado preocupados por las cosas materiales, nuestra espiritualidad puede marchitarse poco a poco. Según leemos en Éxodo 31:13, la celebración semanal del sábado recordaba a los israelitas que eran un pueblo santificado, así que ese séptimo día debía reservarse para adorar a Jehová en familia, orar y meditar en la Ley. Sin embargo, para algunos contemporáneos de Nehemías, se había convertido en un día como otro cualquiera. El servicio a Dios se estaba quedando en segundo plano. Al ver lo que ocurría, Nehemías ordenó que las puertas de la ciudad se cerraran al anochecer del sexto día y echó a los comerciantes extranjeros.

w01 15/11 pág. 11 párr. 8 Jehová nos muestra cómo contar nuestros días
8. ¿Qué significa que Jehová sea un Dios “de tiempo indefinido a tiempo indefinido”?
8 “Aun de tiempo indefinido a tiempo indefinido tú eres Dios”, cantó el salmista. La expresión “tiempo indefinido” puede aplicarse a algo que tiene fin, pero cuya duración no se especifica (Éxodo 31:16, 17; Hebreos 9:15). Sin embargo, significa “eterno” en el Salmo 90:2 y en otros lugares de las Escrituras Hebreas (Eclesiastés 1:4). Pese a que nuestra mente es incapaz de concebir la eternidad de Dios, él no tuvo principio ni tendrá fin (Habacuc 1:12). Siempre estará vivo y dispuesto a ayudarnos.

w09 15/3 pág. 23 párrs. 15-16 Jehová merece que todos lo alabemos
15, 16. a) ¿Cuáles son algunas obras de las manos de Dios? b) ¿Qué leyes le dio Jehová al antiguo Israel?
15 “Las obras de sus manos son verdad y juicio; fidedignas son todas las órdenes que él da, bien sostenidas para siempre, hasta tiempo indefinido, ejecutadas con verdad y rectitud.” (Sal. 111:7, 8.) Entre “las obras de [las] manos” de Jehová estuvieron las dos tablas de piedra en las que él grabó diez importantes mandamientos para la nación de Israel (Éxo. 31:18). Estas y las demás leyes incluidas en el pacto de la Ley mosaica están basadas en principios confiables y eternos.
16 Por ejemplo, una de las leyes, u órdenes, grabadas en esas tablas decía lo siguiente: “Yo Jehová tu Dios soy un Dios que exige devoción exclusiva”. Y luego añadía que Jehová actúa con “bondad amorosa para con la milésima generación en el caso de los que [lo] aman y guardan [sus] mandamientos”. Las tablas de piedra también contenían otros principios eternos como “honra a tu padre y a tu madre” y “no debes hurtar”, así como la ley que prohibía codiciar lo que pertenece a otras personas, un mandamiento que refleja una profunda comprensión de la naturaleza humana (Éxo. 20:5, 6, 12, 15, 17).
w10 15/4 pág. 8 párr. 7 El espíritu santo y el propósito de Jehová
7. ¿Cómo protegió Jehová a la nación de Israel?
7 Jehová también se valió de su fuerza activa para proteger a la antigua nación de Israel, en la cual nacería la Descendencia prometida. En primer lugar, inspiró la Ley mosaica, que preservaba la religión verdadera y resguardaba a su pueblo de la contaminación espiritual, moral y física (Éxo. 31:18; 2 Cor. 3:3). Luego, en la época de los jueces, infundió su espíritu a ciertos hombres para que libraran a Israel de la mano de sus enemigos (Jue. 3:9, 10). Y durante los siglos que pasaron hasta el nacimiento de Jesús —la parte principal de la descendencia—, sin duda utilizó esa misma fuerza para conservar Jerusalén, Belén y el templo, lugares a los que se alude en las profecías mesiánicas.
w12 15/6 págs. 26-27 párrs. 4-6 Fueron “llevados por espíritu santo”
4-6. ¿De qué maneras transmitió Jehová su mensaje a los escritores bíblicos? Ponga una comparación.
4 Ahora bien, ¿de qué forma fueron guiados por espíritu santo los escritores bíblicos? ¿Se les dictó frase por frase lo que tenían que poner, o simplemente se les comunicaron las ideas para que las expresaran en sus propias palabras? Para entenderlo, pensemos en un empresario que elabora una carta. Cuando es importante utilizar ciertos términos, la escribe él mismo o se la dicta a su secretaria, y luego él la firma. Otras veces, el empresario solo le indica las ideas principales a la secretaria, quien entonces prepara la carta empleando su propio estilo y vocabulario. Después, él tal vez la revise y le pida a ella que haga los cambios necesarios. Al final, la carta también lleva la firma del empresario, y se considera que él es su autor.
5 Correspondientemente, algunas secciones de la Biblia fueron escritas por “el dedo de Dios” (Éxo. 31:18). Además, Jehová recurrió al dictado cuando era esencial emplear las palabras precisas. Por ejemplo, en Éxodo 34:27 leemos: “Jehová pasó a decir a Moisés: ‘Escríbete estas palabras, porque es en conformidad con estas palabras como de veras celebro yo un pacto contigo y con Israel’”. Del mismo modo, le dijo al profeta Jeremías: “Escribe para ti en un libro todas las palabras que yo ciertamente te hablaré” (Jer. 30:2).
6 Sin embargo, en la mayoría de los casos fueron las ideas, no las palabras específicas, lo que milagrosamente se transmitió a la mente y el corazón de los escritores bíblicos. Entonces se les permitió comunicarlas en sus propias palabras. Así, Eclesiastés 12:10 declara: “El congregador procuró hallar las palabras deleitables y la escritura de palabras correctas de verdad”. De manera similar, Lucas explicó el método que siguió para escribir su Evangelio: después de haber “investigado todas las cosas desde el comienzo con exactitud”, las expuso “en orden lógico” (Luc. 1:3). Y, por supuesto, el espíritu de Dios impidió que la imperfección humana corrompiera el mensaje divino.

Capítulo 32:


w09 15/5 pág. 11 párr. 11 “El gran día de Jehová está cerca”: avancemos hacia la madurez
11. ¿Qué ejemplo demuestra que no es fácil obedecer bajo circunstancias adversas?
11 Poner en práctica lo que nos aconsejan las Escrituras puede ser especialmente difícil cuando afrontamos circunstancias adversas. Pongamos por ejemplo lo que les sucedió a los israelitas. Poco después de que Jehová los liberara de la esclavitud en Egipto, comenzaron a “reñir con Moisés” y a poner “a prueba a Jehová”. ¿Qué los llevó a quejarse de esa manera? La falta de agua (Éxo. 17:1-4). Posteriormente violaron la ley que prohibía la idolatría, aunque habían hecho un pacto con Jehová tan solo dos meses antes y se habían comprometido a obedecer todas sus palabras (Éxo. 24:3, 12-18; 32:1, 2, 7-9). ¿Por qué desobedecieron? ¿Habrá sido porque Moisés llevaba mucho tiempo en el monte Horeb recibiendo instrucciones de Dios y sintieron miedo de un posible ataque? Ya en una ocasión los amalequitas los habían atacado y Moisés les había ayudado a vencerlos manteniendo los brazos levantados. Pero ahora no estaba con ellos. ¿Qué harían si los volvían a atacar? (Éxo. 17:8-16.) Fuera cual fuera la razón, lo cierto es que los israelitas “rehusaron hacerse obedientes” (Hech. 7:39-41). Más tarde, desobedecieron a Jehová cuando por temor se negaron a entrar en la Tierra Prometida. Por esta razón, Pablo advirtió enérgicamente a los cristianos que evitaran caer en el mismo patrón de desobediencia de los israelitas (Heb. 4:3, 11).

w01 15/6 pág. 15 párrs. 11-12 No nos hagamos oidores olvidadizos
11, 12. ¿Cómo es posible ser culpable de idolatría sin venerar imágenes?
11 Pablo nos da otra advertencia cuando escribe lo siguiente: “Ni nos hagamos idólatras, como hicieron algunos de ellos; así como está escrito: ‘Se sentó el pueblo a comer y beber, y se levantaron para divertirse’” (1 Corintios 10:7). El apóstol se refiere a la ocasión en que los israelitas convencieron a Aarón de que les hiciera un becerro de oro (Éxodo 32:1-4). Si bien es improbable que nosotros nos volvamos al culto descarado de los ídolos, cabe la posibilidad de que nos hagamos idólatras al permitir que nuestros deseos egoístas nos distraigan de la adoración de toda alma a Jehová (Colosenses 3:5).
12 En otra ocasión, Pablo escribió sobre algunas personas que se interesaban ante todo en los asuntos materiales, no en los espirituales. Con relación a los ‘que andaban como enemigos del madero de tormento del Cristo’, dijo: “Su fin es la destrucción, y su dios es su vientre” (Filipenses 3:18, 19). El objeto de su adoración idolátrica no eran las imágenes talladas, sino el deseo de bienes materiales. Huelga decir que no todos los deseos son malos. Jehová nos creó con necesidades y la capacidad de disfrutar de diversos placeres. Pero quienes anteponen la búsqueda del placer a su relación con Dios se convierten, de hecho, en idólatras (2 Timoteo 3:1-5).

w05 15/9 pág. 19 párr. 15 Andemos por fe, no por vista
15. ¿En qué trampa cayó el pueblo de Israel a pesar de haber sido bendecido por Dios?
15 Lo que le sucedió al antiguo pueblo de Israel demuestra los peligros que conlleva dejar que nuestra fe se debilite a consecuencia de andar por vista. A pesar de haber sido testigos de las diez plagas que humillaron a los falsos dioses de Egipto y haber experimentado después la espectacular liberación a través del mar Rojo, los israelitas desobedecieron y fabricaron un becerro de oro para adorarlo. Se inquietaron y se cansaron de esperar a Moisés, que “tardaba mucho en bajar de la montaña” (Éxodo 32:1-4). La impaciencia los llevó a adorar un ídolo visible. El que anduvieran por vista fue un insulto para Jehová y causó la ejecución de “unos tres mil hombres” (Éxodo 32:25-29). ¡Qué triste es cuando un siervo de Jehová toma decisiones que demuestran que no confía en Dios y en su capacidad para cumplir sus promesas!

w12 15/10 pág. 25 párr. 12 Obedezca a Dios y verá cumplidas sus promesas
12. ¿Qué hicieron Jehová y su pueblo escogido con el pacto que habían celebrado?
12 Jehová empezó a cumplir de inmediato su parte del pacto de la Ley. ¿De qué manera? Estableciendo una tienda para su adoración y un sacerdocio. De ese modo, los seres humanos pecadores podrían acercarse a él. Por su parte, los israelitas olvidaron enseguida su dedicación a Dios. Con su actitud, “causaban dolor aun al Santo de Israel” (Sal. 78:41). Por ejemplo, mientras Moisés estaba recibiendo más instrucciones en el monte Sinaí, ellos pensaron que los había abandonado, así que se impacientaron y comenzaron a perder su fe en Dios. Como resultado, fabricaron un becerro de oro y proclamaron: “Este es tu Dios, oh Israel, que te hizo subir de la tierra de Egipto” (Éx. 32:1, 4). Entonces se pusieron a celebrar lo que denominaron una “fiesta a Jehová”, inclinándose y haciendo sacrificios ante la imagen. Al ver aquello, Jehová le dijo a Moisés: “Se han desviado apresuradamente del camino en que les he mandado ir” (Éx. 32:5, 6, 8). Por desgracia, de ahí en adelante Israel adoptó la mala costumbre de hacer votos para luego romperlos (Núm. 30:2).

w02 1/8 págs. 10-11 párr. 8 Sumisión leal a la autoridad divina
8. a) ¿Quién era Coré? b) ¿Qué hechos quizá lo indujeran a ver a los sacerdotes desde una óptica puramente humana?
8 Coré no era el cabeza de la casa paterna de Leví, como tampoco lo era de las familias de los qohatitas (Números 3:30, 32). No obstante, era un jefe respetado en Israel cuyos deberes tal vez lo pusieran en estrecho contacto con Aarón y sus hijos (Números 4:18, 19). Al ver por sí mismo las imperfecciones de estos hombres, puede que pensara: “¡Con lo imperfectos que son estos sacerdotes... y encima tengo que someterme a ellos! No hace mucho, Aarón fabricó un becerro de oro, y nuestro pueblo cayó en la idolatría por adorarlo. ¡Y ahora resulta que Aarón, el hermano de Moisés, es el sumo sacerdote! ¡Qué favoritismo! ¿Y Nadab y Abihú, los hijos de Aarón? Tanta falta de respeto mostraron por sus privilegios, que Jehová mismo les dio muerte” (Éxodo 32:1-5; Levítico 10:1, 2). Sin importar cuáles fueran los pensamientos de Coré, está claro que comenzó a ver el sacerdocio desde una óptica humana, y eso lo indujo a rebelarse contra Moisés, contra Aarón y, en definitiva, contra Jehová (1 Samuel 15:23; Santiago 1:14, 15).

w10 15/11 págs. 27-28 párrs. 17-19 Jehová es nuestro Soberano
17-19. a) ¿En qué consistió la tentación en la que cayeron los israelitas en el desierto? b) ¿Por qué no es imposible ser fiel a Jehová?
17 Tal como ilustran los sucesos que vivió Israel en el desierto, la “tentación” que menciona Pablo se presenta cuando surgen circunstancias que pudieran inducirnos a violar la ley de Dios (léase 1 Corintios 10:6-10). Los israelitas podrían haber resistido la tentación, pero se dejaron llevar por la codicia al desear “cosas perjudiciales”. Esto sucedió cuando Jehová les proporcionó milagrosamente codornices para un mes entero. Aunque llevaban tiempo sin comer carne, estaban bien alimentados, pues contaban con suficiente maná. Sin embargo, cayeron en el lazo de la codicia cuando se pusieron a recoger aquellas aves con avidez (Núm. 11:19, 20, 31-35).
18 Anteriormente, mientras Moisés recibía la Ley en el monte Sinaí, los israelitas participaron en actos idolátricos, durante los cuales dieron culto a un becerro y se entregaron con desenfreno a placeres sensuales. Algo que facilitó que se descontrolaran y cedieran a la tentación fue el hecho de que no tenían junto a ellos a su dirigente visible (Éxo. 32:1, 6). Más tarde, justo antes de entrar en la Tierra Prometida, miles de hombres se dejaron seducir por las mujeres moabitas, tuvieron relaciones inmorales con ellas y terminaron perdiendo la vida como castigo por su pecado (Núm. 25:1, 9). Además, el pueblo cayó a veces en la tentación de quejarse con rebeldía. De hecho, en una ocasión no solo hablaron contra Moisés, sino contra el propio Jehová (Núm. 21:5). Hasta llegaron a protestar por la ejecución de los rebeldes Coré, Datán, Abiram y sus partidarios, pues les parecía una injusticia. Como consecuencia, 14.700 personas murieron por un azote divino (Núm. 16:41, 49).
19 Aquellas tentaciones no eran irresistibles. Los israelitas sucumbieron porque habían perdido la fe en Jehová y se habían olvidado de él, del cuidado que les había dado y de sus justos caminos. Además, todas las tentaciones a las que se enfrentaron eran comunes a la experiencia del ser humano, y lo mismo puede decirse de las nuestras. Por eso, si luchamos por vencerlas, acudiendo a Jehová para que nos ayude, lograremos permanecer íntegros. Podemos estar seguros de ello, pues “Dios es fiel” y nunca permite que sus siervos “sean tentados más allá de lo que pueden soportar”. Él jamás nos desamparará; nunca dejará que pasemos por situaciones en las que nos resulte humanamente imposible hacer su voluntad (Sal. 94:14).

w04 15/3 pág. 27 Puntos sobresalientes del libro de Éxodo
Respuestas a preguntas bíblicas:
Éxodo 32:1-8, 25-35. ¿Por qué no se castigó a Aarón por haber hecho el becerro de oro? En su corazón, Aarón no estaba de acuerdo con la adoración idolátrica. Posteriormente se unió a sus compañeros levitas al ponerse a favor de Dios y en contra de los que se opusieron a Moisés. Después que se destruyó a los culpables, Moisés recordó a los israelitas que ellos habían cometido un grave pecado, lo que indica que otros además de Aarón recibieron la misericordia de Jehová.

w01 1/11 pág. 10 párr. 8 Jehová, el Dios de la gran paciencia
8. ¿Cómo manifestó Jehová gran paciencia para con la nación de Israel?
8 La gran paciencia de Jehová con Israel duró mucho más de ciento veinte años. A lo largo del más de milenio y medio que los israelitas fueron el pueblo escogido de Dios, hubo relativamente pocos períodos durante los cuales no sometieran a prueba la gran paciencia de Jehová hasta el límite. A las pocas semanas de su liberación milagrosa de Egipto se pusieron a adorar un ídolo, mostrando una total falta de respeto a su Salvador (Éxodo 32:4; Salmo 106:21). Durante las décadas subsiguientes se quejaron del alimento que Dios les suministró milagrosamente en el desierto, murmuraron de Moisés y Aarón, hablaron contra Jehová, cometieron fornicación con mujeres paganas y hasta participaron en la adoración a Baal (Números 11:4-6; 14:2-4; 21:5; 25:1-3; 1 Corintios 10:6-11). Jehová estaba justificado para aniquilar a su pueblo, pero no lo hizo, sino que tuvo gran paciencia (Números 14:11-21).

w05 15/8 págs. 19-20 párr. 2 Los cristianos reflejan la gloria de Jehová
2. ¿A qué se debió, posiblemente, el temor que sintieron los israelitas al ver la gloria de Dios que Moisés reflejaba?
2 Es posible que el temor de los israelitas tuviera mucho que ver con algo que había ocurrido antes. Cuando, a sabiendas, desobedecieron a Jehová fabricándose un becerro de oro, él los había castigado (Éxodo 32:4, 35). ¿Aprendieron la lección y la agradecieron? La mayoría no. Ya cercano el final de su vida, Moisés les recordó aquel incidente junto con otros casos en que desobedecieron a Dios. Les dijo: “Se portaron rebeldemente contra la orden de Jehová su Dios, y no ejercieron fe para con él y no escucharon su voz. Han resultado ser rebeldes en comportamiento para con Jehová desde el día en que los conocí” (Deuteronomio 9:15-24).

w11 15/3 págs. 26-27 párr. 13 Demostremos que estamos listos
13. ¿Qué ayudó a Moisés a no olvidar las promesas divinas?
13 Es muy probable que la educación que Moisés recibió de sus padres en la infancia le ayudara a comprender que era absurdo adorar ídolos, tal como hacían los egipcios (Éxo. 32:8). Ni el sistema educativo del país ni el esplendor de la casa real consiguieron que abandonara la religión verdadera. De seguro había meditado a fondo en lo que Jehová les había prometido a sus antepasados y tenía muchas ganas de demostrar que estaba listo para efectuar la voluntad divina. Por eso, cuando se presentó a los israelitas, pudo decirles: “Jehová [...], el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a ustedes” (léase Éxodo 3:15-17).

w10 15/10 pág. 5 párr. 13 “¿Quién ha llegado a conocer la mente de Jehová[?]”
13. ¿Cómo nos beneficia comprender la manera de pensar de Jesús?
13 Cuando comprendemos mejor la manera de pensar de Jesús, nos es más fácil captar el sentido de otros pasajes de las Escrituras que nos cuesta entender. Pensemos, por ejemplo, en lo que Jehová le dijo a Moisés después de que los israelitas adoraron a un becerro de oro: “He mirado a este pueblo, y he aquí que es un pueblo de dura cerviz. Así que ahora déjame, para que se encienda mi cólera contra ellos y los extermine, y déjame hacer de ti una nación grande” (Éxo. 32:9, 10).

w11 15/3 pág. 27 párr. 15 Demostremos que estamos listos
15. A pesar de las decepciones, ¿por qué no dejó Moisés nunca de buscar oportunidades para dar gloria a Jehová?
15 Por los siguientes cuarenta años, de 1513 a 1473 antes de nuestra era, Moisés sufrió una decepción tras otra. Aun así, aprovechaba cualquier oportunidad que se le presentaba para dar gloria a Jehová, y exhortaba a sus hermanos israelitas a hacer lo mismo (Deu. 31:1-8). ¿Por qué actuaba de ese modo? Porque amaba la soberanía divina. Amaba más el nombre y prestigio de Dios que el suyo propio (Éxo. 32:10-13; Núm. 14:11-16). Hoy nosotros también debemos apoyar fielmente a Jehová y su gobierno a pesar de los reveses y las decepciones, con la confianza absoluta de que nadie hace las cosas de manera tan sabia y justa como él (Isa. 55:8-11; Jer. 10:23). ¿Es así como nos sentimos?

w10 15/10 pág. 5 párr. 14 “¿Quién ha llegado a conocer la mente de Jehová[?]”
14. ¿Cómo reaccionó Moisés ante las palabras de Jehová?
14 El relato continúa así: “Moisés procedió a ablandar el rostro de Jehová su Dios y a decir: ‘¿Por qué, oh Jehová, debe encenderse tu cólera contra tu pueblo, a quien sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? ¿Por qué deben decir los egipcios: “Con mala intención los sacó, para matarlos entre las montañas y para exterminarlos de la superficie del suelo”? Vuélvete de tu cólera ardiente y siente pesar respecto al mal contra tu pueblo. Acuérdate de Abrahán, de Isaac y de Israel tus siervos, a quienes juraste por ti mismo, por cuanto les dijiste: “Multiplicaré su descendencia como las estrellas de los cielos, y toda esta tierra que he designado la daré a su descendencia, para que verdaderamente tomen posesión de ella hasta tiempo indefinido”’. Y Jehová empezó a sentir pesar respecto al mal de que había hablado que haría a su pueblo” (Éxo. 32:11-14).

w05 15/5 pág. 22 párr. 11 Conozcamos los caminos de Jehová
11. ¿Qué pautas le dio Jehová a Moisés, y por qué nos interesan?
11 En el monte Sinaí, Jehová reveló verbalmente lo que esperaba de su pueblo, y después Moisés recibió dos tablas escritas con los Diez Mandamientos. Pero al bajar de la montaña y ver a los israelitas adorando al becerro fundido, Moisés arrojó al suelo con furia las tablas de piedra y las rompió. Jehová volvió a escribirle los Diez Mandamientos en otras tablas de piedra que el propio Moisés había preparado (Éxodo 32:19; 34:1). Estos mandamientos no eran diferentes de los primeros, y Moisés debía actuar de acuerdo con ellos. Dios también le recalcó la clase de persona que Él es para dejarle claro cuál era la conducta que se esperaba de él como representante de Jehová. Los cristianos no están bajo la Ley mosaica, pero lo que Jehová le dijo a Moisés contiene muchos principios fundamentales que no han cambiado y que siguen siendo aplicables a todos los que adoran a Jehová (Romanos 6:14; 13:8-10). Analicemos algunos.

w01 15/6 pág. 15 párr. 13 No nos hagamos oidores olvidadizos
13. ¿Qué aprendemos del relato sobre el becerro de oro?
13 Los israelitas que habían salido de Egipto hicieron un becerro de oro para adorarlo. En este relato encontramos, además de la amonestación contra la idolatría, otra lección importante. Los israelitas desobedecieron un mandato claro de Jehová (Éxodo 20:4-6). Sin embargo, no pretendían rechazarlo a él como su Dios. Hicieron sacrificios al becerro fundido y dijeron que la celebración era una “fiesta a Jehová”. De algún modo se convencieron a sí mismos de que Dios pasaría por alto su desobediencia. Era un insulto a Jehová, quien se enojó muchísimo (Éxodo 32:5, 7-10; Salmo 106:19, 20).

w05 15/1 págs. 16-17 párr. 8 Visiones del Reino de Dios que se hacen realidad
8. ¿De qué manera han desempeñado los discípulos ungidos de Jesús una labor similar a la de Moisés y Elías, y cuáles han sido los resultados?
8 Ahora bien, ¿por qué se usa a Moisés y a Elías para representar a los cristianos ungidos? Porque mientras estos cristianos aún están en la Tierra, realizan una obra parecida a la que efectuaron Moisés y Elías. Por ejemplo, sirven en calidad de testigos del Altísimo, aun al afrontar persecución (Isaías 43:10; Hechos 8:1-8; Revelación 11:2-12). Al igual que hicieron Moisés y Elías, desenmascaran con valor la religión falsa y exhortan a las personas sinceras a dar a Dios devoción exclusiva (Éxodo 32:19, 20; Deuteronomio 4:22-24; 1 Reyes 18:18-40). ¿Ha dado fruto su labor? Desde luego que sí. Además de participar en la recolección de la cantidad total de ungidos, han ayudado a millones de “otras ovejas” a someterse de corazón a Jesucristo (Juan 10:16; Revelación 7:4).

w10 15/8 pág. 20 ¿Recuerda usted?
¿Por qué no castigó Dios a Aarón por hacer el becerro de oro?
Aarón violó la ley de Dios contra la idolatría (Éxo. 20:3-5). No obstante, Moisés intercedió por él, y su ruego tuvo “mucho vigor” (Sant. 5:16). Aarón había sido fiel por muchos años. Y aunque el pueblo lo presionó para que les hiciera un becerro, él después demostró que su corazón rechazaba lo que el pueblo había hecho, pues se unió a los hijos de Leví cuando se pusieron de parte de Jehová (Éxo. 32:25-29; 15/5, página 21).

w00 1/8 pág. 10 párr. 4 La presunción conduce a la deshonra
4. a) ¿Quién era Coré, y en qué sucesos históricos participó? b) ¿Qué acto notorio instigó Coré al final de su vida?
4 Coré era levita qohatita y primo de Moisés y Aarón. Este hombre, al parecer, fue leal a Jehová por décadas. Tuvo el privilegio de contarse entre aquellos a quienes Dios libró milagrosamente a través del mar Rojo, y puede que participara en la ejecución de la sentencia divina contra los israelitas que adoraron al becerro en el monte Sinaí (Éxodo 32:26). Sin embargo, con el tiempo, se erigió en cabecilla de una revuelta contra Moisés y Aarón que incluyó a los rubenitas Datán, Abiram y On, además de otros 250 principales de Israel. “Ya basta de ustedes —dijeron a Moisés y Aarón—, porque la entera asamblea son todos santos, y Jehová está en medio de ellos. ¿Por qué, pues, deben ustedes alzarse por encima de la congregación de Jehová?” (Números 16:1-3.)

w08 15/8 págs. 5-6 párr. 12 Jehová no dejará a los que le son leales
12. ¿Qué hicieron los siervos leales de Dios del reino del norte cuando Jeroboán instauró la adoración de becerros?
12 ¿Qué harían los siervos leales de Dios del reino del norte? Los levitas que vivían en ese territorio tomaron medidas de inmediato, tal como habían hecho sus fieles antepasados (Éxo. 32:26-28; Núm. 35:6-8; Deu. 33:8, 9). Dejaron las ciudades que se les había asignado como herencia y se mudaron con sus familias al sur, a Judá, donde podrían seguir adorando a Jehová sin problemas (2 Cró. 11:13, 14). Y otros israelitas que estaban viviendo temporalmente en Judá optaron por no regresar a su tierra natal en el norte (2 Cró. 10:17). Jehová se encargó de que las puertas quedaran abiertas para que las generaciones posteriores abandonaran la adoración de becerros del reino del norte y regresaran a Judá para adorarlo (2 Cró. 15:9-15).

w11 15/9 pág. 27 párr. 11 ¿Me conoce Jehová?
11. Al parecer, ¿qué privilegios tuvo Coré, y con qué actitud sirvió a Jehová por años?
11 Moisés y Coré eran dos hombres a los que Jehová no veía de igual modo. ¿Por qué? Porque habían manifestado actitudes completamente opuestas ante el orden que él había establecido y las instrucciones que había dado. Repasemos la trayectoria de Coré, levita de la familia de Qohat. Tuvo grandes privilegios, entre los cuales probablemente estuvieron presenciar la liberación de su pueblo en el mar Rojo, respaldar el castigo de Jehová contra los rebeldes en el monte Sinaí y ayudar a transportar el arca del pacto (Éxo. 32:26-29; Núm. 3:30, 31). Parece que fue fiel a Jehová por muchos años, lo que le ganó el respeto de buena parte del campamento israelita.

w01 15/6 pág. 16 párr. 16 No nos hagamos oidores olvidadizos
16. ¿Cuáles fueron las consecuencias de adorar el becerro de oro?
16 Jehová no aceptó el intento de los israelitas de adorarle según sus propias condiciones. Al contrario, aniquiló a 3.000 de ellos, probablemente por su destacado papel en el acto rebelde de adorar el becerro de oro. A los demás transgresores les envió una plaga (Éxodo 32:28, 35). Esta es una importante lección para quienes leen la Palabra de Dios, pero solo escogen de ella lo que desean obedecer.

Capítulo 33:


w01 1/7 págs. 7-8 párrs. 5-6 Alegres de tener el conocimiento de Jehová
5, 6. ¿Cómo se comunicó Jehová con su pueblo antes del siglo primero de la era común, y cómo se beneficiaron ellos?
5 Jehová comunicó su voluntad a los fieles patriarcas de la antigüedad, como Noé, Abrahán, Isaac, Jacob y Job (Génesis 6:13; Éxodo 33:1; Job 38:1-3). Tiempo después dio todo un código legal a la nación de Israel por medio de Moisés. La Ley mosaica benefició de muchas maneras a los israelitas. Al acatarla, se separaron de todas las demás naciones como el pueblo especial de Dios. Él les aseguró que si obedecían la Ley, no solo los bendeciría en sentido material, sino también en sentido espiritual, pues haría de ellos un reino de sacerdotes, una nación santa. La Ley contenía incluso una reglamentación dietética y sanitaria que contribuía a su buena salud. No obstante, Jehová también les advirtió de las trágicas consecuencias de la desobediencia (Éxodo 19:5, 6; Deuteronomio 28:1-68).
6 Con el tiempo se añadieron al canon bíblico otros libros inspirados. Los relatos históricos narraban la relación de Jehová con otras naciones y pueblos, los libros poéticos describían hermosamente Sus cualidades y los proféticos predecían cómo llevaría a cabo Jehová su voluntad en el futuro. Los hombres fieles de la antigüedad estudiaron con atención y aplicaron estos escritos inspirados. “Tu palabra es una lámpara para mi pie, y una luz para mi vereda”, escribió uno de ellos (Salmo 119:105). Jehová dio educación e instrucción a quienes estaban dispuestos a escucharle.

w04 15/3 pág. 27 Puntos sobresalientes del libro de Éxodo
Respuestas a preguntas bíblicas:
Éxodo 33:11, 20. ¿En qué sentido habló Dios “cara a cara” con Moisés? Esta expresión se refiere a una conversación íntima entre dos personas. Moisés habló con el representante de Dios y, mediante él, recibió las instrucciones divinas. Pero Moisés no vio a Jehová, dado que “ningún hombre puede ver[lo] y sin embargo vivir”. De hecho, Jehová no habló personalmente con Moisés. La Ley “fue transmitida mediante ángeles por mano de un mediador”, dice Gálatas 3:19.

w09 15/11 pág. 8 párr. 7 El estudio de la Biblia enriquece nuestras oraciones
7. ¿Por qué le pidió Moisés a Jehová que le permitiera conocer mejor sus caminos?
7 El deseo de agradar a Jehová debe impulsarnos a pedirle que nos dé sabiduría. Moisés, por ejemplo, le pidió a Jehová que le enseñara sus caminos. Le dijo: “Mira, tú me estás diciendo: ‘Haz subir a este pueblo [de Egipto]’ [...]. Y ahora, si he hallado favor a tus ojos, sírvete hacerme conocer, por favor, tus caminos, [...] a fin de que halle favor a tus ojos” (Éxo. 33:12, 13). Moisés necesitaba conocer mejor las sendas divinas para poder dirigir al pueblo de Israel, y Dios le concedió su petición.

w11 15/9 págs. 27-28 párrs. 13-14 ¿Me conoce Jehová?
13, 14. ¿De qué formas demostró Moisés que era una persona humilde?
13 A diferencia de Coré, “Moisés era con mucho el más manso de todos los hombres que había sobre la superficie del suelo” (Núm. 12:3). ¿Cuál fue una de las formas en que manifestó esa actitud mansa? Siguiendo humildemente las órdenes divinas (Éxo. 7:6; 40:16). En la Biblia no lo vemos cuestionando vez tras vez los mandatos del Creador o quejándose de sus decisiones. Pensemos tan solo en la orden de Jehová de que se le construyera un tabernáculo, una tienda donde sería adorado. Moisés recibió indicaciones muy precisas sobre la confección de las telas, el color de las hebras, el número de presillas y muchos otros detalles (Éxo. 26:1-6). A lo largo de la historia, Jehová ha usado en su organización superintendentes para guiar a su pueblo. Claro, quizás nos sintamos desanimados cuando dan instrucciones que nos parecen demasiado meticulosas. Pero nuestro Padre celestial es un superintendente perfecto, y sabe confiar en sus siervos y delegarles autoridad. Por eso, siempre que da muchos detalles lo hace con buenas razones. Cuando Moisés recibió tantas especificaciones para el tabernáculo, no se enojó con Jehová ni pensó que lo estuviera rebajando o que estuviera reprimiendo su creatividad y libertad. Todo lo contrario. Fue muy obediente y se aseguró de que los trabajadores realizaran sus labores exactamente como se había dispuesto (Éxo. 39:32). ¡Cuánta humildad demostró Moisés! Sin duda, reconocía que era la obra de Dios y que él no era más que un instrumento suyo.
14 Tiempo después, volvió a dar un ejemplo de humildad al enfrentarse a circunstancias que lo afectaron directamente. Fue en cierta ocasión en la que los israelitas se pusieron a quejarse. Él perdió los estribos y, lo que es peor, no dio gloria a Jehová. Como castigo, se le anunció que no introduciría a su pueblo en la Tierra Prometida (Núm. 20:2-12). Recordemos que, junto con su hermano Aarón, había soportado durante años las protestas de los israelitas. Y ahora, por haber cometido aquel único error, se le indicó que se quedaría sin presenciar el cumplimiento de algo que llevaba mucho tiempo esperando. ¿Cómo reaccionó al saberlo? Aunque lógicamente se sentiría decepcionado, aceptó con humildad la decisión de Jehová. Sabía que es un Dios recto “con quien no hay injusticia” (Deu. 3:25-27; 32:4). No hay duda de que Moisés era una de las personas a quienes Jehová conocía como fieles siervos suyos (léase Éxodo 33:12, 13).

w02 1/12 pág. 16 párr. 12 Disfrutemos del estudio personal de la Palabra de Dios
12. ¿Qué debe impulsarnos a buscar el conocimiento de Dios?
12 ¿Qué motivo debe impulsarnos a tener un estudio personal? ¿Dar la impresión de que somos mejores que los demás? ¿Ostentar un conocimiento superior? ¿Convertirnos en enciclopedias bíblicas ambulantes? No. Nuestro objetivo consiste en ser auténticos cristianos que viven lo que aprenden, siempre dispuestos a ayudar al prójimo, manifestando el reconfortante espíritu de Cristo (Mateo 11:28-30). El apóstol Pablo advirtió: “El conocimiento hincha, pero el amor edifica” (1 Corintios 8:1). Por consiguiente, debemos copiar la actitud humilde que demostró Moisés al decirle a Jehová: “Sírvete hacerme conocer, por favor, tus caminos, para que te conozca, a fin de que halle favor a tus ojos” (Éxodo 33:13). Así es, debemos desear el conocimiento para agradar a Jehová, no para impresionar a los hombres. Queremos servirle con humildad y ser dignos de él. ¿Cómo lograrlo?

w05 15/5 pág. 22 párr. 10 Conozcamos los caminos de Jehová
10. ¿Por qué es de especial interés para los superintendentes cristianos de hoy la petición de Moisés que se encuentra en Éxodo 33:13?
10 ¿Cómo iba a ocuparse Moisés de un pueblo al que Jehová mismo consideraba duro de cerviz? Moisés le rogó a Jehová: “Si he hallado favor a tus ojos, sírvete hacerme conocer, por favor, tus caminos, para que te conozca, a fin de que halle favor a tus ojos” (Éxodo 33:13). En nuestros días, los superintendentes cristianos pastorean un rebaño formado por siervos de Jehová mucho más humildes que los israelitas. Sin embargo, piden en oración algo parecido: “Hazme conocer tus propios caminos, oh Jehová; enséñame tus propias sendas” (Salmo 25:4). Conocer los caminos de Jehová permite a los superintendentes resolver las situaciones de una manera que armonice con la Palabra y la personalidad de Jehová

w07 1/6 pág. 22 párr. 7 Prosperidad espiritual durante la vejez
7. ¿Cómo expresó Moisés en su vejez el deseo de estrechar su relación con Dios?
7 La experiencia en la vida se adquiere con el tiempo (Job 12:12). En cambio, el progreso espiritual no viene automáticamente con la edad. Por tanto, en vez de depender tan solo de los conocimientos adquiridos en el pasado, los siervos leales de Dios procuran ‘aumentar en saber’ con el paso de los años (Proverbios 9:9). Moisés tenía 80 años cuando Jehová le encomendó la misión de liberar a su pueblo (Éxodo 7:7). En su época, llegar a esa edad no era muy común, pues él escribió: “En sí mismos los días de nuestros años son setenta años; y [...] debido a poderío especial son ochenta años” (Salmo 90:10). Sin embargo, Moisés nunca pensó que era demasiado viejo para aprender. Después de pasar décadas sirviendo a Dios, disfrutando de múltiples privilegios y encargándose de pesadas responsabilidades, le rogó a Jehová: “Sírvete hacerme conocer, por favor, tus caminos, para que te conozca” (Éxodo 33:13). Moisés siempre mantuvo el deseo de estrechar su relación con Jehová.

w13 15/1 págs. 28-29 párrs. 6-7 Los ancianos cristianos, colaboradores para nuestro gozo
6, 7. a) ¿Cuál es una de las maneras en que los ancianos pueden imitar a Jesús, Pablo y otros siervos de Dios? b) ¿Por qué aumenta el gozo de nuestros hermanos cuando recordamos sus nombres?
6 Muchos cristianos dijeron que se sienten más contentos cuando los ancianos se interesan sinceramente por ellos. Una forma en la que los superintendentes muestran interés por los demás es imitando a David, a Elihú y al propio Jesús (lea 2 Samuel 9:6; Job 33:1 y Lucas 19:5). Los tres llamaron a los demás por su nombre. Para Pablo también era importante recordar y utilizar los nombres de sus hermanos. Al final de su carta a los cristianos de Roma, saluda a más de veinticinco hermanos y hermanas a los que menciona por nombre. Por ejemplo, escribió: “Saluden a Pérsida nuestra amada” (Rom. 16:3-15).
7 A algunos ancianos les cuesta mucho recordar los nombres de los miembros de su congregación. Pero cuando se esfuerzan, es como si le dijeran a cada hermano: “Tú eres importante para mí” (Éx. 33:17). Los ancianos contribuyen mucho al gozo de sus hermanos cuando recuerdan sus nombres al asignar los comentarios en el Estudio de La Atalaya o en cualquier otra reunión (compare con Juan 10:3).

w05 1/11 págs. 21-22 párrs. 3-4 ¿Andará usted con Dios?
3, 4. a) ¿Qué tiene de especial la imagen de andar con Dios? b) ¿Qué significa andar con Dios?
3 Es obvio que, como seres humanos de carne y hueso que somos, no podemos andar literalmente con Jehová, que es un espíritu (Éxodo 33:20; Juan 4:24). Por eso, cuando la Biblia habla de hombres que anduvieron con Dios, lo hace en sentido figurado; así pinta una extraordinaria imagen verbal que no solo trasciende las barreras nacionales y culturales, sino también la barrera del tiempo. Después de todo, ¿en qué lugar o época no se comprenderá el concepto de una persona que anda en compañía de otra? Es una imagen que comunica afecto e intimidad, ¿no es verdad? Dichos sentimientos nos dan una idea de lo que significa andar con Dios. Pero seamos más específicos.
4 Recordemos a los fieles Enoc y Noé. ¿Por qué se dice que anduvieron con Dios? (Génesis 5:24; 6:9.) En la Biblia, “andar” significa a menudo seguir cierto derrotero. Enoc y Noé optaron por seguir un derrotero que armonizaba con la voluntad divina. A diferencia de sus contemporáneos, buscaron la guía de Jehová y obedecieron sus mandatos; confiaron en él. ¿Quiere decir eso que él decidía por ellos? No. Jehová nos ha dotado de libre albedrío y desea que usemos ese don junto con nuestra “facultad de raciocinio” (Romanos 12:1). Pero a la hora de tomar una decisión, permitimos con humildad que su mente, que es infinitamente superior a la nuestra, guíe nuestro raciocinio (Proverbios 3:5, 6; Isaías 55:8, 9). Así caminamos por la vida con Jehová como nuestro amigo íntimo.

Referencias consultadas en: Watchtower Library 2013

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