Medina Angarita, Isaías, gobierno de | Historia de Venezuela

Diccionario de Historia
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5.5.1941 - 18.10.1945

La elección: Ministro de Guerra y Marina en el gobierno del presidente Eleazar López Contreras, Isaías Medina Angarita se separa de dicho cargo el 11 de marzo de 1941, para emprender el camino hacia la Presidencia de la República, iniciado con el lanzamiento de su candidatura el 3 de marzo de 1941, desde San Carlos (Edo. Cojedes). Medina acepta su postulación como candidato en un manifiesto dirigido al pueblo venezolano el 13 de marzo. Previamente, el 6 de febrero, un grupo de independientes había lanzado la candidatura de Rómulo Gallegos, a quien apoyan también los principales miembros del Partido Democrático Nacional en la clandestinidad. A pesar de que la elección del presidente no iba a ser directa, hubo una campaña electoral movida, con mitines, discursos, manifiestos apoyando o criticando a los 2 principales candidatos, y afiches con propaganda electoral en las paredes de la capital. La agitación preelectoral duró hasta el 28 de abril de 1941, cuando el Congreso Nacional eligió al general Isaías Medina Angarita, presidente Constitucional de la República para el período 1941-1946 y éste tomó posesión de la Presidencia el 5 de mayo de 1941. Llegaba a la Primera Magistratura con una leyenda negra acerca de sus simpatías por el fascismo y de su inclinación por Benito Mussolini, leyenda que lo acompañó durante los años en que había sido ministro de Guerra y Marina (1936-1941). Según Miguel Otero Silva, durante ese período, lo hicieron responsable de todos los actos del gobierno que se consideraran antidemocráticos, como el destierro de un dirigente de la oposición o la clausura de un periódico. En cambio, si López Contreras tomaba una medida de índole democrática, se decía que lo hacía «a pesar de Medina». Debido a estos antecedentes, había una cierta aprensión en los venezolanos de distintas ideologías que aspiraban a seguir viviendo en un régimen democrático, de que la elección de Medina como presidente significara un retroceso en la trayectoria recorrida desde la muerte de Juan Vicente Gómez en diciembre de 1935.

Los partidos políticos y la apertura democrática: Para sorpresa de quienes así pensaban, durante su presidencia, Medina realizó una amplia apertura democrática con la posibilidad de que se planteara la confrontación de distintas ideologías y la expresión de criterios diversos en torno a los problemas del país y a los sucesos internacionales, en los momentos críticos de la Segunda Guerra Mundial. Esto fue posible gracias a la legalización de los partidos políticos, cuyos grupos de origen habían tenido una vida política discontinua y accidentada debido a las limitaciones impuestas a los mismos en los períodos de Gómez y de López Contreras. A su vez, las agrupaciones políticas legalizadas en el cuatrienio medinista constituyeron el embrión de los modernos partidos que siguen teniendo vigencia en la actualidad. Acción Democrática, que venía de ser el Partido Democrático Nacional (PDN) del quinquenio lopecista, es el primer partido que se legaliza al poco tiempo de asumir Medina la Presidencia, en el mes de junio de 1941, comenzando sus actividades el 13 de septiembre. Ese mismo año, aparece en Caracas, Unión Municipal, partido que agrupó a los comunistas, quienes legalmente no podían presentarse como tales; en el Zulia se formó la Liga de Unificación Zuliana y en 11 estados del país, las llamadas Uniones Populares, todas de tendencia comunista; en julio de 1944 todas estas Uniones se fusionaron en un partido a escala nacional que fue Unión Popular Venezolana. Finalmente, después de haber sido eliminado el inciso 6&Mac186; del artículo 32 de la Constitución Nacional, se legalizó el Partido Comunista el 9 de octubre de 1945. Otro partido, Acción Nacional, aparece en el panorama político en 1942; sus miembros, que procedían de la Unión Nacional Estudiantil y de Acción Electoral, se agruparon luego en COPEI (Comité de Organización Política Electoral Independiente). En mayo de 1943 los partidarios de la política del gobierno se reunieron en una nueva agrupación que en septiembre dio origen al Partido Democrático Venezolano (PDV). Toda esta actividad política partidista se pudo desarrollar gracias al clima de respeto, a la libertad de expresión y a la propagación de las distintas corrientes que supo imprimir a su gobierno el general Medina, clima que prevaleció durante todo su período presidencial. La creencia que había entre los líderes políticos, entre los miembros de los distintos partidos y entre muchos ciudadanos preocupados por el progreso de una democracia que apenas empezaba a cristalizar, de que el sufragio universal directo y secreto acabaría con todas las imperfecciones del sistema iniciado por López Contreras y continuado y profundizado por Medina, minimizaba los rasgos positivos del mismo en el aspecto electoral. Uno de esos rasgos era la elección uninominal de concejales, que permitía a los votantes escoger como su representante a una persona realmente preocupada por los problemas de la comunidad y con la cual se sintieran plenamente identificados. Otro era la renovación del Congreso por mitad cada 2 años. Fue intenso el movimiento electoral durante el gobierno del general Medina Angarita. Bien para elegir popularmente concejales o bien para que los concejos municipales eligieran a los diputados y las asambleas legislativas a los senadores, lo cierto es que durante ese período presidencial hubo elecciones todos los años.

Política sindical y social: La apertura democrática que durante el gobierno medinista permitió la legalización y actuación de los partidos políticos, facilitó, igualmente, la permanencia de los sindicatos existentes y la legalización de los que se iban organizando. En el sistema de democracia burguesa que Medina estaba empeñado en fortalecer, junto a la oligarquía tradicional, aparecía una nueva burguesía en trance de robustecerse y una clase obrera que se organizaba y con la experiencia adquirida en años de dificultades, venía preparándose para hacerse sentir. Por ello, la democratización en la esfera sindical no se presenta en este período en términos de un enfrentamiento de clases, sino más bien, como una lucha partidista por el control de los sindicatos, lucha que van a escenificar los 2 partidos de mayor arraigo popular en los inicios de la década de 1940: Acción Democrática y el Partido Comunista, junto con las organizaciones políticas que, con otros nombres, tenían su misma orientación. El enfrentamiento entre ambos partidos en la esfera sindical llevó a una situación de crisis, el 15 de marzo de 1944, cuando se reunió en Caracas el Congreso de Trabajadores de Venezuela, con la asistencia del líder obrero mexicano Vicente Lombardo Toledano, presidente de la Confederación de Trabajadores de América Latina, a la cual se hallaban afiliados los sindicatos venezolanos, que eran 150 para entonces: 41 acciondemocratistas y el resto comunistas. La presencia de éstos en dicho Congreso fue denunciada al diario Ahora por Ramón Quijada, delegado de la minoría sindicalista adeca. El gabinete se reunió de emergencia y resolvió disolver la Convención por violación del inciso 6º, resolución ejecutada por la Gobernación del Distrito Federal. De esa manera 93 sindicatos, junto con 3 centrales obreras, fueron disueltos por el Ministerio del Trabajo, por ser apéndices de un partido político y haberlo reconocido así uno de sus delegados, Juvenal Marcano. La medida cayó muy mal en el medio sindical y en una entrevista concedida a Lombardo Toledano, Medina le expresó que era prisionero de una Constitución y de unas leyes que su gobierno no había elaborado; pero que propondría la reforma constitucional para que los sindicatos disueltos volvieran a agruparse. Entre los aspectos de la política laboral del presidente Medina, merecen destacarse: la puesta en marcha de la Ley del Seguro Social Obligatorio, promulgada en 1940 con la creación del Instituto Central de los Seguros Sociales y el funcionamiento de la primera Caja Regional (1944), cuyos beneficios se extendían al Distrito Federal y a los municipios Petare y Chacao del distrito Sucre del estado Miranda. Otras conquistas que se lograron a favor de los trabajadores durante el cuatrienio medinista fueron: la ampliación de los servicios de cultura obrera; la fijación de salarios mínimos; la abolición del trabajo nocturno en algunas industrias; la reglamentación de la Ley de Sociedades Cooperativas; la reforma parcial de la Ley del Trabajo y la promulgación del reglamento del trabajo en el campo. Mención aparte merece la firma del primer contrato colectivo en la industria petrolera, el 14 de junio de 1945, que según Julio Diez, ministro del Trabajo y Comunicaciones, no se pudo insertar en la correspondiente Memoria de ese Despacho, a ser presentada ante el Congreso en 1946, debido a la ruptura de la normalidad constitucional por el golpe de Estado del 18 de octubre del 1945. La firma de ese contrato colectivo constituyó uno de los mayores logros de Medina Angarita en materia laboral y vino a compensar a los trabajadores petroleros por la disolución de 14 de sus sindicatos. Con la reurbanización de El Silencio, realizada durante la administración Medina a un costo de Bs. 50.000.000, comienza a cambiar el rostro de Caracas y se da inicio a la solución del problema de la vivienda para numerosas familias de la clase media: médicos, enfermeras, periodistas, empleados de casas de comercio quienes ocuparon los apartamentos recién construidos. El Banco Obrero, encargado de la ejecución del proyecto de El Silencio en Caracas, intervino también en la construcción de la urbanización Rafael Urdaneta en Maracaibo, cuyas 1.000 casas estaban a punto de terminarse en octubre de 1945.

Educación: La educación fue uno de los sectores más criticados de la administración del presidente Medina. Sin embargo, mucho se hizo durante su período para desarrollarla tanto cualitativa como cuantitativamente. Del último ministro de Educación que tuvo Medina, se expresó Miguel Otero Silva de este modo: «...Desde que Rafael Vegas asumiera el Ministerio de Educación, la enseñanza venezolana se enrumbó por nuevos derroteros: 250.000 niños acudieron a las escuelas primarias, 97 liceos impartieron educación secundaria en todo el país. La reforma universitaria conmovió los cimientos de la vieja casona conventual, 24 institutos abrieron sus puertas para forjar maestros [...] Surgió el Instituto Politécnico de Agricultura. La Ciudad Universitaria fue espléndida promesa para todos los jóvenes del país. (La expropiación de la hacienda «Ibarra», donde se erigió, se hizo a un costo de Bs. 6.000.000. La obra fue considerada suntuaria por la oposición) [...] Una labor enérgica contra el analfabetismo redujo sus cifras en un 50% [...] Todo esto fue realizado por Rafael Vegas en un tiempo relativamente corto y considerado sólo como la iniciación de lo que podría realizarse más tarde...»

Política fiscal, petrolera y agraria: A ese cambio estructural en las esferas política, social y laboral que se inicia durante el gobierno de Medina Angarita, se añade un cambio de idéntica índole en el campo legislativo, realizado a través de 3 reformas: la fiscal con la Ley de Impuesto sobre la Renta (1942); la petrolera con la Ley de hidrocarburos de 1943 y la agraria con la Ley de Reforma Agraria de 1945. Desde el comienzo de su período constitucional, Medina se preocupó por patrocinar una reforma fiscal, nombrando la comisión redactora del proyecto de Ley de Impuesto sobre la Renta. Esta ley significaba tanto una modernización de la estructura impositiva del Estado, como un avance en la más equitativa distribución de las cargas fiscales, ya que los impuestos directos iban a ser proporcionales a las ganancias de los contribuyentes y a su vez, permitirían rebajar los impuestos indirectos que recaían por igual en personas con ganancias muy pequeñas o abultadas. Al entrar en vigencia la nueva ley en 1942, se suprimieron, entre otros, la carga de Bs. 0,05 de precio de los fósforos y de Bs. 0,05 el impuesto de la gasolina. El impuesto de la sal se rebajó de Bs. 0,10 a Bs. 0,01 por kg. La Ley de Hidrocarburos de 1943 tuvo como elementos esenciales: primero el haber logrado la unificación de la legislación aplicable a las concesiones, mediante las figuras jurídicas de la adaptación y conversión de contratos otorgados bajo leyes anteriores y luego, gracias al sistema impositivo, el aumentar la participación del Estado venezolano que debía llegar, cuando menos, al 50% de dichos beneficios, estableciendo además la obligación para los concesionarios de pagar, no sólo los impuestos consagrados en dicha ley, sino todos los impuestos generales que se establecieren; por lo que las compañías petroleras quedaron sujetas, desde ese momento, al pago del impuesto sobre la renta. Otras ventajas que proporcionó esta ley fueron: la transformación del transporte por oleoductos en un servicio público; la obligación por parte de las empresas de llevar su contabilidad industrial en Venezuela y de suministrar al Estado los informes técnicos relativos a las regiones estudiadas; la suspensión de las exoneraciones aduaneras como un derecho adquirido. Se estableció también un plazo, hasta que terminara la Segunda Guerra Mundial, para refinar en territorio venezolano el petróleo producido en el país, vieja preocupación del presidente Medina a la cual opusieron resistencia las petroleras hasta el último momento. La Ley de Hidrocarburos de 1943 estuvo vigente hasta la nacionalización de la industria petrolera en 1976. De la tercera de las leyes básicas, origen de los cambios estructurales durante el período medinista, la Ley de Reforma Agraria, no se pudieron conocer los resultados porque fue puesta en vigencia el 20 de septiembre de 1945 y quedó en suspenso al producirse el golpe cívico-militar del 18 de octubre del mismo año; pero estaba orientada a inducir cambios sociales al promover la redistribución de la tierra para incorporarla al proceso productivo del país. Además de las 3 leyes mencionadas, el general Medina creó, el 17 de noviembre de 1944, una junta ad honórem que se encargaría del estudio y otorgamiento de créditos destinados a fomentar la producción del país y que se denominó «Junta de Fomento de la Producción Nacional», contando con un capital inicial de Bs. 60.000.000. Esta disposición gubernamental estaba destinada a proseguir la línea de cambios en las estructuras económicas del país y a hacer a éste menos dependiente de un solo producto. Posteriormente se cambió el nombre de la Junta de Fomento por el de Corporación Venezolana de Fomento (1947), la cual absorbió el capital inicial de la junta creada por Medina.

Política exterior: Esta estuvo conducida por 2 cancilleres: Caracciolo Parra Pérez y Gustavo Herrera Grau. Medina es el primer presidente venezolano que, en ejercicio de sus funciones, sale al exterior en misión oficial. El 17 de julio de 1943, da comienzo a su viaje por las naciones bolivarianas: Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá; correspondía así a las visitas hechas a Venezuela por los presidentes Manuel Prado, del Perú; Alfonso López, de Colombia y Carlos Arroyo del Río, del Ecuador, en 1942; de Enrique Peñaranda, de Bolivia y de Higinio Moriñigo, de Paraguay en 1943; estableciéndose una nueva modalidad en las relaciones de los países latinoamericanos en la búsqueda de unidad de intereses y de acción. En enero de 1944, Medina visita también Estados Unidos y se entrevista en Washington con el presidente Franklin Delano Roosevelt, planteándole en esa ocasión el punto de vista venezolano respecto al cambio de soberanía de Aruba y Curazao. Durante el cuatrienio medinista, Venezuela establece relaciones con China en 1943 y con la Unión Soviética en 1945; asiste a la reunión de cancilleres en Río de Janeiro en 1942, a la de Chapultepec en 1945 y a la Conferencia de las Naciones Unidas en San Francisco, en julio de ese mismo año.
La caída: El general Isaías Medina fue derrocado el 18 de octubre de 1945 por un golpe cívico-militar dado por militares de las nuevas promociones reunidos en la Unión Patriótica Militar en asociación con Acción Democrática. Sucedió que el mismo movimiento que Medina había dado al país con los cambios sustanciales producidos por nuevas leyes y el goce de todos los derechos ciudadanos sin limitación alguna, lo arrolló cuando le faltó la determinación de dar el paso decisivo, concediendo el sufragio universal directo y secreto para la elección presidencial, causa esgrimida por los civiles que participaron en el golpe, para justificarlo. Los militares jóvenes, a su vez, tenían sus propios motivos para insurgir contra el gobierno de Medina: se quejaban de los bajos sueldos que devengaban, de que se les negaban ascensos merecidos y en cambio, se ascendía a los viejos que ellos llamaban «chopos de piedra», de la falta de equipos modernos en las Fuerzas Armadas y algunos de los oficiales conjurados mostraban resentimiento por la firma del Tratado de Límites con Colombia, realizada durante el gobierno de Eleazar López Contreras, en 1941, resentimiento que había heredado Medina Angarita. Todos estos motivos, unidos a la división en las filas del PDV, a la aparición de la candidatura del general López Contreras, a la enfermedad de Diógenes Escalante que impidió el progreso de su candidatura, auspiciada por Medina Angarita y al parecer, aceptada por Acción Democrática, a la falta de consenso en torno al nuevo candidato del PDV, Ángel Biaggini, a la poca simpatía que despertaba el gobierno de Medina en los círculos petroleros y diplomáticos norteamericanos por la promulgación de la Ley de Hidrocarburos de 1943 y por el apoyo que recibía de los comunistas, precipitaron el golpe del 18 de octubre. Medina fue la víctima de una insurrección contra un sistema de gobierno que él heredó, democratizó y modernizó. Ningún otro presidente venezolano ha podido repetir desde entonces las palabras que tradicionalmente dirigía Isaías Medina Angarita al Congreso, año tras año «...que por su causa no había en Venezuela ni un exiliado, ni un preso político, ni un partido disuelto, ni un periódico clausurado, ni una madre que derramara lágrimas por la detención o el exilio de un hijo...»
N.B.L.
BIBLIOGRAFÍA: BERMÚDEZ, ROLDÁN. Jiras del candidato nacional. [Caracas: s.n., 1942]; BUSTAMANTE, NORA. Isaías Medina Angarita: aspectos históricos de su gobierno. Caracas: Universidad Santa María, 1985; GUZMÁN PÉREZ, JOSÉ EDUARDO. Isaías Medina Angarita, democracia y negación. Caracas: Espasande, 1985; LORETO LORETO, RAFAEL. Un año en el poder, 1941-5 de mayo- 1942. Caracas: Gráficas Atlántida, 1952; MEDINA ANGARITA, ISAÍAS. Cuatro años de democracia. Caracas: Ediciones Pensamiento Vivo, 1963; ---. Mensajes presidenciales. (1940-1959). Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República, 1971. 5 v.; OTERO SILVA, MIGUEL. General Isaías Medina Angarita: bosquejo de su vida y de su obra. Barquisimeto: Impreso por Germán Torrealba, 1953; Venezuela ante el futuro: la política económica del presidente Medina juzgada por la opinión pública nacional. Caracas: Oficina Nacional de Prensa, 1942.

Recuperado para fines educativos
Fuente: Diccionario de Historia de Venezuela
Publicado por: Fundación Polar