1 Crónicas 26-27-28-29, Puntos sobresalientes de la Biblia

1 Crónicas 26-27-28-29, Puntos sobresalientes de la Biblia

Puntos sobresalientes de la lectura de la Biblia: 1 Crónicas 26-29. Información para el estudio personal

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Investigación para los Puntos sobresalientes de: 1 Crónicas 26 a 29


(1 CRÓNICAS 26:16)

“Supim y Hosá tuvieron la suya al oeste cerca de la Puerta Saléket junto a la calzada que sube, correspondiendo grupo de guardia con grupo de guardia;”

*** it-2 pág. 1075 Supim ***
2. Portero designado para estar al O. del santuario. (1Cr 26:16.) Dado que los tres últimos caracteres de este nombre en hebreo (Schup•pím) son iguales que los tres últimos caracteres de la palabra anterior (behth ha•ʼasup•pím), los eruditos sospechan que en este caso se trata de una ditografía (repetición involuntaria del copista), no del nombre de una persona. (Compárese con 1Cr 26:10, 11.)

(1 CRÓNICAS 26:29)

“De los izharitas, Kenanías y sus hijos estaban para el negocio exterior como oficiales y como jueces sobre Israel.”

*** it-2 pág. 173 Kenanías ***
2. Qohatita de la familia de Izhar. Se le nombró junto con sus hijos para “el negocio exterior”, que debía consistir en servir de jueces y oficiales, de los que había 6.000 cuando David hizo un recuento de los levitas. (1Cr 26:29; 23:1-4, 12.)

(1 CRÓNICAS 26:30)

“De los hebronitas, Hasabías y sus hermanos, hombres capacitados, mil setecientos, estaban sobre la administración de Israel en la región del Jordán al oeste para todo el trabajo de Jehová y para el servicio del rey.”

*** it-1 pág. 53 Administración ***
La palabra hebrea traducida “administración” en 1 Crónicas 26:30 (pequd•dáh) viene de la raíz pa•qádh, que significa “visitar; dar atención a”. (Rut 1:6, nota.) También se vierte “cuidado; supervisión”. (2Cr 24:11; Nú 3:32; compárese con 2Re 11:18, nota; véase SUPERINTENDENTE.)

(1 CRÓNICAS 27:1)

“En cuanto a los hijos de Israel por su número, los cabezas de las casas paternas y los jefes de los millares y de las centenas y sus oficiales que ministraban al rey en todo asunto de las divisiones de los que entraban y que salían mes tras mes para todos los meses del año, cada división era de veinticuatro mil.”

*** it-1 pág. 782 Ejército ***
Sin embargo, también introdujo algunas innovaciones. Estableció un sistema de rotación mensual para que hubiera doce grupos de 24.000 hombres (un total de 288.000), de manera que por lo general un soldado tan solo servía un mes al año. (1Cr 27:1-15.) Esto no quería decir que los 24.000 que servían durante un mes procediesen de la misma tribu, sino que cada tribu aportaba cierto número de soldados todos los meses del año.

(1 CRÓNICAS 27:6)

“Este Benaya era un hombre poderoso de los treinta y sobre los treinta; y [sobre] su división estaba Amizabad su hijo.”

*** it-1 pág. 114 Amizabad ***
AMIZABAD
(Mi Pueblo Ha Dotado).
Hijo de Benaya, el hombre fuerte de David que tenía a su cargo a los treinta hombres poderosos. Por encargo de su padre, Amizabad supervisaba el tercer grupo de servicio que ministraba al rey durante el tercer mes del año. (1Cr 27:5, 6.)

(1 CRÓNICAS 27:7)

“El cuarto, para el cuarto mes, era Asahel hermano de Joab, y Zebadías su hijo después de él, y en su división había veinticuatro mil.”

*** it-1 pág. 223 Asahel ***
En 1 Crónicas 27:7 se menciona a Asahel como comandante de una de las divisiones de la formación mensual de tropas. Puesto que Asahel murió antes de que David llegara a ser rey sobre todo Israel, su mención aquí tal vez sea con relación a su casa, representada por su hijo Zebadías, al que se hace referencia en el texto como sucesor de Asahel. Otra posible explicación es la que da The Interpreter’s Dictionary of the Bible (edición de G. A. Buttrick, 1962, vol. 1, pág. 244): “Es posible que tengamos aquí el prototipo de la milicia davídica organizada al comienzo del gobierno del rey sobre Judá, y que la lista original haya sido puesta al día al incluir a Zebadías, hijo y sucesor de Asahel en su mando”. (Compárese con 1Cr 12.)

(1 CRÓNICAS 27:24)

“Joab hijo de Zeruyá había comenzado él mismo a tomar la cuenta, pero no acabó; y por esto llegó a haber indignación contra Israel, y el número no llegó a figurar en la relación de los asuntos de los días del rey David.”

*** it-1 pág. 1232 Inscripción ***
Sin duda debido a lo impropio del recuento, este suceso no llegó a formar parte de la “relación de los asuntos de los días del rey David”. (1Cr 27:24.)

(1 CRÓNICAS 27:32)

“Y Jonatán, sobrino de David, era consejero, hombre de entendimiento, y también secretario; y Jehiel hijo de Hacmoní estaba con los hijos del rey.”

*** it-2 pág. 119 Jonatán ***
7. Hombre de entendimiento, secretario y consejero del rey David. (1Cr 27:32.) El parentesco de Jonatán con David se indica en el texto masorético con el vocablo hebreo dohdh, que por lo general significa “tío”. Ahora bien, tomando en cuenta que la Biblia menciona en dos ocasiones a un sobrino de David llamado Jonatán, parece probable que la palabra se haya usado aquí en su acepción más amplia: “pariente”, que en este caso sería el “sobrino [hijo del tío]” (CJ, nota; NM, nota). En este caso, sería la misma persona que el núm. 4.

(1 CRÓNICAS 28:5)
“y de todos mis hijos (pues muchos son los hijos que Jehová me ha dado) él entonces escogió a Salomón mi hijo para que se sentara sobre el trono de la gobernación real de Jehová sobre Israel.”


*** it-2 págs. 847-848 Rey ***
Representantes nombrados divinamente. Los reyes que Jehová nombraba para Su pueblo tenían que actuar como Sus agentes reales. No se sentaban sobre sus propios tronos, sino sobre “el trono de la gobernación real de Jehová”, es decir, eran representantes de su gobierno teocrático. (1Cr 28:5; 29:23.)

(1 CRÓNICAS 28:9)

“”Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón completo y con alma deleitosa; porque todos los corazones Jehová los está escudriñando, y toda inclinación de los pensamientos la está discerniendo. Si tú lo buscas, él se dejará hallar de ti; pero si lo dejas, él te desechará para siempre.”

*** cl cap. 24 pág. 242 párr. 7 Nada puede “separarnos del amor de Dios” ***
Como indicó el rey David a su hijo Salomón, “todos los corazones Jehová los está escudriñando, y toda inclinación de los pensamientos la está discerniendo” (1 Crónicas 28:9). En su examen de miles de millones de corazones, debe de reportarle gran satisfacción hallar personas que aman la paz, la verdad y la justicia a pesar de vivir en un mundo plagado de odio y violencia.

*** w10 1/11 pág. 30 “Él se dejará hallar de ti” ***
Acérquese a Dios
“Él se dejará hallar de ti”
1 CRÓNICAS 28:9
¿CONOCE usted a Dios? Dar respuesta a esta pregunta no es tan fácil como parece. Conocer de verdad a Dios supone familiarizarse con su voluntad y sus caminos. Si lo hacemos, desarrollaremos una relación estrecha con él que influirá en todo aspecto de nuestra vida. Pero ¿es verdaderamente posible la intimidad con Dios? En caso afirmativo, ¿cómo se alcanza? Las respuestas a estas preguntas se deducen del consejo que el rey David le dio a su hijo Salomón y que se encuentra en 1 Crónicas 28:9.
Imagínese la escena. David ha gobernado Israel cerca de cuarenta años, y la nación ha prosperado. Pronto le sucederá en el trono Salomón, que es muy joven (1 Crónicas 29:1). ¿Qué palabras de despedida le dirige David a su hijo antes de morir?
Este monarca, que ha sido un fiel siervo de Dios por muchos años, comienza con la siguiente exhortación: “Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre”. David tiene que estar hablando de algo más que simple conocimiento intelectual. Salomón es un adorador de Jehová, el Dios de David. Y como ya se ha terminado cerca de un tercio de las Escrituras Hebreas, seguramente sabe lo que estos escritos sagrados dicen acerca de Dios. Un biblista comenta que el verbo hebreo que se traduce por “conocer” puede referirse a una “íntima relación personal de familiaridad”. Está claro que David desea que su hijo cultive una estrecha relación con Dios, algo que siempre había significado mucho para él.
Dicha relación influiría profundamente en el criterio y el modo de vivir de Salomón. David ahora ofrece a su hijo este consejo: “Sírvele [a Dios] con corazón completo y con alma deleitosa”. Cabe destacar que primero le dice a su hijo que conozca a Dios y luego lo insta a servirle. Lo normal es que cuando uno conoce bien a Dios, se sienta impulsado a servirle. No obstante, no debemos hacerlo con un “corazón irresoluto” —o con indecisión— ni con un “corazón doble”, o hipócrita (Salmo 12:2; 119:113). David le ruega a su hijo que sirva a Dios con ganas y de todo corazón.
¿Por qué anima David a su hijo a adorar a Dios con el motivo y modo de pensar correctos? Él mismo explica: “Todos los corazones Jehová los está escudriñando, y toda inclinación de los pensamientos la está discerniendo”. Salomón no debe servir a Dios solo para complacer a su padre, pues Dios busca a quienes se sienten inclinados a servirle de todo corazón.
¿Seguirá Salomón el ejemplo de su padre y se convertirá en alguien allegado a Jehová? Todo depende de él. David le dice: “Si tú lo buscas, él se dejará hallar de ti; pero si lo dejas, él te desechará para siempre”. Así es, a fin de tener una relación estrecha con Dios, Salomón debe esforzarse por conocerlo.
El consejo paternal de David nos garantiza que Jehová quiere que desarrollemos una estrecha relación con él. Para ello tenemos que buscarlo y llegar a conocerlo a fondo, profundizando en las Escrituras. Dicho conocimiento debería motivarnos a servirle con ganas y de todo corazón. Eso es precisamente lo que Jehová desea... y se merece (Mateo 22:37).
[Notas]
Cierta traducción vierte esta frase así: “Sírvelo de todo corazón y con una mente dispuesta”.
Aunque Salomón empezó sirviendo a Dios con un corazón completo, lamentablemente no permaneció fiel (1 Reyes 11:4).

*** w08 15/10 pág. 7 Los “ojos radiantes” de Jehová examinan a todos ***
Sirvamos a Dios con todo el corazón
18 El rey David le dijo a su hijo Salomón: “Conoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón completo y con alma deleitosa; porque todos los corazones Jehová los está escudriñando, y toda inclinación de los pensamientos la está discerniendo” (1 Cró. 28:9). David no quería que su hijo se limitara a creer en Jehová. Quería que apreciara el profundo interés que muestra en Sus siervos. Sin duda, ese es el aprecio que todos debemos sentir.

*** w05 15/2 pág. 19 párr. 9 Protejamos nuestra identidad cristiana ***
David exhortó a su hijo Salomón: “Conoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón completo” (1 Crónicas 28:9). No fue suficiente que el joven Salomón viera cómo su padre cultivaba fe en Jehová, sino que tenía que conocerlo por sí mismo. Y así lo hizo, pues le rogó: “Dame ahora sabiduría y conocimiento para que pueda salir delante de este pueblo y para que pueda entrar” (2 Crónicas 1:10).

*** g90 8/10 págs. 24-25 ¿Por qué tengo que estudiar la Biblia? ***
pues 1 Crónicas 28:9 dice: “Si tú lo buscas, él se dejará hallar de ti”, y buscarlo implica profundizar en las Escrituras con el propósito de conocer a Jehová íntimamente.
¿Lo has hecho? Por ejemplo, ¿puedes explicar por qué dice la Biblia que Jehová tiene “ojos”, “oídos”, un “rostro” y un “brazo”? (1 Pedro 3:12; Ezequiel 20:33.) ¿No dice también que “Dios es un Espíritu”? (Juan 4:24.) O, ¿sabes hasta qué grado puede observarte Dios y conocer lo que vas a decir aun antes de que lo digas? (Salmo 139:4.) ¿Y los atributos cardinales de Jehová: amor, sabiduría, justicia y poder? ¿Puedes explicar cuál fue la mayor manifestación del amor de Dios? (Juan 3:16.) ¿Conoces la diferencia entre el espíritu de Dios y Su poder? (Miqueas 3:8.) ¿Puedes demostrar que Dios tiene sentimientos y que es posible herírselos? (Salmo 78:40.)
Solo hay una manera de responder a esas preguntas: por medio del estudio de la Biblia. El joven Luther reconoce que “estudiando Su Palabra puedo ‘ver’ la personalidad de Jehová y la clase de persona que es”. (Compárese con Job 42:5.) Jaquella también ha llegado a conocer mejor a Dios. Mediante un estudio de la Biblia ha llegado a apreciar “que Jehová puede respaldar lo que dice. Cuando promete algo, no rompe su promesa, pues Él no miente”. (Tito 1:2.)

*** w89 1/5 pág. 19 párr. 6 Adore al Creador, no a la creación ***
La disposición de buscar a Jehová es lo que separa a las personas que son semejantes a ovejas de las que son semejantes a cabras. “Si tú lo buscas, él se dejará hallar de ti; pero si lo dejas, él te desechará para siempre.” (1 Crónicas 28:9.) Así, prescindiendo de la raza o nacionalidad de una persona, de la educación académica que tenga, o de si es rica o pobre, si sinceramente busca la verdad acerca de Dios, la hallará. Desde el lugar ventajoso donde están en los cielos, Cristo y sus ángeles se encargarán de que la persona que busca se ponga en contacto con la verdad, sin importar dónde viva.

(1 CRÓNICAS 28:11)

“Y David procedió a dar a Salomón su hijo el plano arquitectónico del pórtico y de sus casas y sus cuartos de almacenar y sus cámaras del techo y sus cuartos interiores oscuros y la casa de la cubierta propiciatoria;”

*** it-1 págs. 206-207 Arquitectura ***
Además, fue el medio que Dios usó para inspirar el “plano arquitectónico” de todo el templo y su equipamiento. (1Cr 28:11, 19.) La palabra hebrea para la expresión “plano arquitectónico” (tav•níth) proviene de la raíz ba•náh (“edificar”; 1Cr 22:11), y en otros lugares se traduce por “modelo” y “representación”. (Éx 25:9; 1Cr 28:18.)

*** it-1 pág. 605 Cubierta propiciatoria ***
En 1 Crónicas 28:11 se llama al Santísimo, el compartimiento más interior del templo, “la casa del kap•pó•reth”. Es obvio que en esta ocasión la palabra hebrea no se usa simplemente para designar una tapa o cubierta de un cofre, sino que se emplea para referirse a la función especial de la cubierta en la propiciación de los pecados. Por consiguiente, algunas versiones traducen la expresión como: “la Casa del Propiciatorio” (NC), “el lugar para el Expiatorio” (Ga), “la pieza donde estaría el lugar del Perdón” (RH) y “la casa de la cubierta propiciatoria” (NM).

(1 CRÓNICAS 28:12)

“hasta el plano arquitectónico de todo lo que había llegado a estar con él por inspiración para los patios de la casa de Jehová y para todos los comedores todo en derredor, para los tesoros de la casa del Dios [verdadero] y para los tesoros de las cosas santificadas;”

*** it-1 pág. 860 Espíritu ***
El espíritu tiene la facultad de capacitar; puede capacitar a personas para un trabajo o para un oficio. Aunque Bezalel y Oholiab posiblemente eran artesanos antes de su nombramiento para hacer los utensilios del tabernáculo y las prendas de vestir sacerdotales, el espíritu de Dios ‘les llenó con sabiduría, entendimiento y conocimiento’ a fin de que pudieran efectuar el trabajo tal como se había indicado. Realzaba cualquier habilidad natural y conocimiento adquirido que ya tuvieran, y los capacitaba para enseñar a otros. (Éx 31:1-11; 35:30-35.) A David se le dieron los planos arquitectónicos del templo por inspiración, es decir, por medio de la influencia del espíritu de Dios, lo que le permitió emprender los extensos preparativos necesarios para la construcción. (1Cr 28:12.)

(1 CRÓNICAS 28:18)

“y para el altar del incienso oro refinado por peso, y para la representación del carro, a saber, los querubines de oro para tener extendidas [sus alas] y cubrir en forma protectora el arca del pacto de Jehová.”

*** it-2 pág. 773 Querubín ***
De manera simbólica, los querubines eran “la representación del carro” sobre el que Jehová montaba (1Cr 28:18), y las alas de los querubines conferían tanto protección como rapidez al viajar. En consonancia con eso, en una canción poética David aludió a la rapidez con la que Jehová fue en su ayuda diciendo que “vino cabalgando sobre un querubín, y vino volando [...] sobre las alas de un espíritu”. (2Sa 22:11; Sl 18:10.)

(1 CRÓNICAS 28:19)

““Él dio perspicacia para la cosa entera por escrito, de la mano de Jehová sobre mí, aun para todas las obras del plano arquitectónico.””

*** it-1 págs. 206-207 Arquitectura ***
Además, fue el medio que Dios usó para inspirar el “plano arquitectónico” de todo el templo y su equipamiento. (1Cr 28:11, 19.) La palabra hebrea para la expresión “plano arquitectónico” (tav•níth) proviene de la raíz ba•náh (“edificar”; 1Cr 22:11), y en otros lugares se traduce por “modelo” y “representación”. (Éx 25:9; 1Cr 28:18.)

(1 CRÓNICAS 29:1)

“David el rey ahora dijo a toda la congregación: “Salomón mi hijo, el único [a quien] Dios ha escogido, es joven y delicado, pero la obra es grande; porque el castillo no es para hombre, sino para Jehová Dios.”

*** it-1 pág. 440 Castillo ***
Esdras empleó la terminología de su tiempo cuando puso en boca del rey David el término “castillo” para referirse al templo de Salomón, en el relato en que dicho rey anima al pueblo a apoyar incondicionalmente su construcción. (1Cr 29:1, 19.)

(1 CRÓNICAS 29:4)

“tres mil talentos de oro del oro de Ofir, y siete mil talentos de plata refinada, para revestir las paredes de las casas;”

*** it-1 pág. 547 Contribución ***
Como parte de la contribución del rey David para la construcción del futuro templo, se contaba su “propiedad especial” de oro y plata, que ascendía a más de 1.202.000.000 de dólares (E.U.A.). Por su parte, los príncipes y los jefes del pueblo contribuyeron gozosamente oro y plata por valor de más de 1.993.000.000 de dólares (E.U.A.), además de cobre, hierro y piedras. (1Cr 29:1-9.)

*** it-1 págs. 639-640 David ***
De su fortuna personal David contribuyó oro de Ofir y plata refinada, cuyo valor hoy se calcula en 1.202.000.000 de dólares (E.U.A.). También hizo los planos —por inspiración divina— y organizó a las decenas de miles de levitas en sus muchas divisiones de servicio, así como un gran coro de cantores y músicos. (1Cr 23:1–29:19; 2Cr 8:14; 23:18; 29:25; Esd 3:10.)

*** it-2 pág. 521 Ofir ***
David donó 3.000 talentos de oro de Ofir, valorado en 1.156.050.000 dólares (E.U.A.), para la construcción del templo. (1Cr 29:1, 2, 4.)

(1 CRÓNICAS 29:5)

“del oro para la obra de oro, y de la plata para la obra de plata y para toda la obra por la mano de los artífices. ¿Y quién hay que ofrezca voluntariamente llenar su mano hoy [con una dádiva] para Jehová?”.”

*** w90 1/7 pág. 31 Honre a Jehová con sus riquezas ***
Cualquiera puede ‘llenar su mano’ con una dádiva
¿Se limita a asuntos espirituales el dar? No. Cuando el rey David de la antigüedad hacía los preparativos para edificar el templo, preguntó: “¿Quién hay que ofrezca voluntariamente llenar su mano hoy con una dádiva para Jehová?”. (1 Crónicas 29:5.) Cualquiera podía hacerlo. De igual manera hoy muchos —jóvenes y ancianos, en buena salud o no— desean hacer contribuciones materiales voluntariamente para adelantar los intereses del Reino. Esto puede hacerse mediante la sucursal del país donde uno vive, o mediante la congregación local. Así, según sus recursos cualquiera puede ayudar a sufragar los gastos para que las buenas nuevas se prediquen en toda la Tierra habitada. Es un privilegio. (2 Corintios 9:8-12.)

(1 CRÓNICAS 29:7)

“Por consiguiente, dieron para el servicio de la casa del Dios [verdadero] oro que valía cinco mil talentos y diez mil dáricos, y plata que valía diez mil talentos, y cobre que valía dieciocho mil talentos, y hierro que valía cien mil talentos.”

*** sgd pág. 62 18-B Monedas y pesos ***
Dárico (persa, de oro)
8,4 g / 0,27 oz tr
Esdras 8:27

*** w09 1/8 pág. 30 ¿Cuánto dinero debería donar? ***
Por ejemplo, cuando el rey David planificó la construcción de un templo a Jehová, sus súbditos donaron “oro [por valor de] cinco mil talentos” (1 Crónicas 29:7).

*** w09 1/8 pág. 30 ¿Cuánto dinero debería donar? ***
En 2008, el precio medio del oro fue de 871 dólares la onza, de modo que aquella contribución equivalió a 4.794.855.000 dólares.

*** it-1 pág. 547 Contribución ***
Como parte de la contribución del rey David para la construcción del futuro templo, se contaba su “propiedad especial” de oro y plata, que ascendía a más de 1.202.000.000 de dólares (E.U.A.). Por su parte, los príncipes y los jefes del pueblo contribuyeron gozosamente oro y plata por valor de más de 1.993.000.000 de dólares (E.U.A.), además de cobre, hierro y piedras. (1Cr 29:1-9.)

*** it-1 pág. 630 Dárico ***
En 1 Crónicas 29:7 aparece en dáricos una de las contribuciones para el templo hecha durante el reinado de David, aunque el dárico persa era desconocido en aquel tiempo. Es evidente que el escritor de Crónicas convirtió la cifra original en una moneda que se usaba por aquel entonces y que por lo tanto les resultaría familiar a sus lectores. (Esd 8:27.)

*** it-1 pág. 1141 Hierro ***
Sin embargo, el rey David posteriormente reunió grandes cantidades de hierro para la construcción del templo. Bajo el reinado de Salomón se contribuyó “hierro que valía cien mil talentos” (1Cr 22: 14, 16; 29:2, 7), o, según muchas traducciones, “cien mil talentos de hierro”. Si la referencia es al valor del hierro y los talentos eran de plata, su precio equivaldría a 660.600.000 dólares (E.U.A.). Si se hace referencia al peso del hierro, ascendería a unas 3.420 toneladas métricas.

(1 CRÓNICAS 29:14)

“”Y sin embargo, ¿quién soy yo y quién es mi pueblo, para que retengamos el poder para hacer ofrendas voluntarias de esta manera? Porque todo proviene de ti, y de tu propia mano te hemos dado.”

*** it-2 pág. 803 Regalo, dádiva ***
Como Jehová es el Creador, es el dueño de todo. Por lo tanto, el que ofrece un don material para el adelanto de la adoración verdadera no hace sino devolver algo de lo que Dios le ha dado. (Sl 50:10; 1Cr 29:14.)

(1 CRÓNICAS 29:19)

“Y da a Salomón mi hijo un corazón completo para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus disposiciones reglamentarias, y para que haga todo, y para que edifique el castillo para el cual yo he hecho los preparativos”.”

*** it-1 pág. 440 Castillo ***
Esdras empleó la terminología de su tiempo cuando puso en boca del rey David el término “castillo” para referirse al templo de Salomón, en el relato en que dicho rey anima al pueblo a apoyar incondicionalmente su construcción. (1Cr 29:1, 19.)

(1 CRÓNICAS 29:23)

“Y Salomón empezó a sentarse sobre el trono de Jehová como rey en lugar de David su padre, y a hacerlo con éxito, y todos los israelitas le fueron obedientes.”

*** it-1 pág. 1023 Gobernante ***
Los reyes del linaje davídico que se sentaron sobre el trono de Israel gobernaron en representación de Jehová, quien, aunque invisible, era su verdadero rey. Por eso se decía que Dios los había ungido y que se sentaban en el “trono de Jehová”. (1Cr 29:23.)

*** it-2 pág. 218 Ley ***
En la Ley se reconocía a Jehová como Soberano absoluto y también como Rey de una manera especial. Por consiguiente, puesto que Jehová era Dios y Rey de Israel, la desobediencia a la Ley era una ofensa religiosa y un delito de lesa majestad, es decir, una afrenta contra el Cabeza del Estado: el Rey Jehová. Se dijo de David, de Salomón y de los sucesores al trono de Judá que se sentaban en el “trono de Jehová”. (1Cr 29:23.)

*** it-2 pág. 813 Reino de Dios ***
Los reyes que Jehová nombrara habrían de servir de agentes terrestres de Dios, sin menoscabar lo más mínimo la propia soberanía de Jehová sobre la nación. En realidad, el trono era de Jehová; ellos se sentaban sobre él como reyes delegados. (1Cr 29:23.) Jehová mandó que se ungiera al primer rey, Saúl (1Sa 9:15-17), y al mismo tiempo expuso la falta de fe que había demostrado la nación. (1Sa 10:17-25.)
Para que el reinado fuera beneficioso, tanto el rey como la nación tenían que respetar la autoridad de Dios. Si ilusoriamente se dirigían a otras fuentes en busca de dirección y protección, la nación y su rey serían barridos. (Dt 28:36; 1Sa 12:13-15, 20-25.) El rey no debía confiar en el poderío militar ni multiplicar el número de sus esposas ni dejarse dominar por el deseo de riquezas. Su gobernación no podía salirse del marco del pacto de la Ley. Tenía la orden divina de escribir su propia copia de la Ley y leerla diariamente, a fin de mantener el debido temor a la Autoridad, ser humilde y atenerse a un proceder justo. (Dt 17:16-20.) En la medida que actuara así, amando a Jehová con todo su corazón y al prójimo como a sí mismo, su gobierno reportaría bendiciones y no habría ninguna causa real de queja debido a opresión o dificultades. Pero como en el caso del pueblo, Jehová también permitió que estos gobernantes demostraran lo que había en su corazón, si estaban o no dispuestos a reconocer la autoridad y voluntad de Dios.

*** it-2 págs. 847-848 Rey ***
Representantes nombrados divinamente. Los reyes que Jehová nombraba para Su pueblo tenían que actuar como Sus agentes reales. No se sentaban sobre sus propios tronos, sino sobre “el trono de la gobernación real de Jehová”, es decir, eran representantes de su gobierno teocrático. (1Cr 28:5; 29:23.)

*** it-2 pág. 1118 Tiempos señalados de las naciones ***
Jerusalén era la capital de la nación de Israel; se decía que sus reyes —pertenecientes a la línea de David— ‘se sentaban sobre el trono de Jehová’. (1Cr 29:23.) Como tal, Jerusalén representaba el asiento del gobierno constituido divinamente o el reino típico de Dios ejercido por medio de la casa de David.

*** it-2 pág. 1163 Trono ***
Jehová extendió su trono hasta la Tierra de una manera típica y específica en su relación con los hijos de Israel. Puesto que el que gobernaba en Israel tenía que ser ‘un rey que Jehová su Dios escogiera’, que gobernara en Su nombre, sobre Su pueblo y según Su ley, en realidad su trono era “el trono de Jehová”. (Dt 17:14-18; 1Cr 29:23.)

*** g89 22/2 pág. 18 Parte 4: 1513-607 a. E.C. — Una nación aparte, diferente de todas las demás ***
Pasarían casi cuatrocientos años antes de que se introdujera una dinastía de reyes humanos. Pero aun entonces, la nación seguía siendo singular. Su rey no afirmaba ser Dios ni un descendiente de Dios, como hacían, por ejemplo, los faraones de Egipto. Los reyes de Israel simplemente se sentaban, de modo representativo, en el “trono de Jehová”. (1 Crónicas 29:23.)

(1 CRÓNICAS 29:29)

“En cuanto a los asuntos de David el rey, los primeros y los últimos, allí están escritos entre las palabras de Samuel el vidente y entre las palabras de Natán el profeta y entre las palabras de Gad el hombre de visiones,”

*** w09 15/3 pág. 32 Preguntas de los lectores ***
Por ejemplo, 1 Crónicas 29:29 menciona “las palabras de Samuel el vidente”, “las palabras de Natán el profeta” y “las palabras de Gad el hombre de visiones”. Estas tres denominaciones podrían ser una referencia colectiva a los libros que hoy conocemos como Primero y Segundo de Samuel, o quizás al libro de Jueces.

*** it-2 pág. 1205 Vidente ***
VIDENTE
Persona a la que Dios permite discernir Su voluntad; la que tiene tal percepción; persona a la que se ha dado clarividencia para ver o entender lo que no está al alcance de los hombres en general. La palabra hebrea ro•ʼéh, “vidente”, se deriva de una raíz que significa “ver”, bien literalmente o de manera figurada. El vidente era un hombre al que otros consultaban para recibir consejo sabio sobre los problemas a los que se enfrentaban. (1Sa 9:5-10.) La Biblia llama “videntes” a Samuel (1Sa 9:9, 11, 18, 19; 1Cr 9:22; 29:29), Sadoc (2Sa 15:27) y Hananí (2Cr 16:7, 10).
Las designaciones “vidente”, “profeta” y “hombre de visiones” están relacionadas estrechamente en las Escrituras. “Vidente” posiblemente tenga que ver con el discernimiento, mientras que “hombre de visiones” aplique a cómo se dio a conocer la voluntad divina, y “profeta” se relaciona más bien con el hecho de pronunciar o proclamar la voluntad de Dios. A Samuel, Natán y Gad se les llama profetas (1Sa 3:20; 2Sa 7:2; 24:11), pero en 1 Crónicas 29:29 se hace una distinción entre las tres designaciones: “Entre las palabras de Samuel el vidente y entre las palabras de Natán el profeta y entre las palabras de Gad el hombre de visiones”.
Primero de Samuel 9:9 dice: “Al profeta de hoy se le llamaba vidente en tiempos pasados”. Puede que esto se haya debido a que hacia el final de los días de los jueces y durante los reinados de los reyes de Israel (que empezaron en los días de Samuel), adquirió más relevancia el profeta como proclamador público de la voluntad de Dios. Por lo general, a Samuel se le llama el primero de la línea de hombres conocida como “los profetas”. (Hch 3:24; 13:20; véase PROFETA.)

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