Rebelión mantuana

Capítulo III. La ruptura independentista 1780 / 1821

Unidad 6. Crisis del orden hispánico 1780 / 1810


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En 1808 miembros de las familias criollas se rebelan contra el gobernador y capitán general Juan de Casas. Le exigen que rechace las instrucciones del Consejo de Indias y del gobierno para reconocer a
José Bonaparte como rey de España. Aunque las autoridades coloniales conocen lo acontecido en España por informes de los gobernadores de Trinidad y Cumaná, mantienen la reserva para evitar disturbios. La llegada de Paul de Lamanon, delegado de Bonaparte, el 14 de julio exacerba los ánimos del pueblo, lo que determina su retirada. Se presiona al capitán general para que reconozca en acto público a Fernando VII como el legítimo rey.
Durante todo el día 15 se produce un gran tumulto, hasta que a las ocho de la noche, precedidos por el pendón real, Juan de Casas, el Ayuntamiento y demás autoridades se dirigen a la Plaza Mayor, y después a las de San Jacinto y San Francisco. El alférez real Feliciano Palacios y Sojo impone silencio en estos sitios y jura la proclamación del soberano legítimo, a la voz de “Castilla, Castilla, Castilla y Caracas, por el Señor Fernando VII y todos los descendientes de la Casa de Borbon”.
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En noviembre, representantes de las familias notables, siguiendo el ejemplo de la formación de juntas conservadoras en España, proponen a Juan de Casas la convocatoria de una Junta en Caracas con miembros de diversos grupos sociales, a fin de ejercer la autoridad en nombre del monarca español. El plan es rechazado por el gobernador. De los firmantes de la petición –los Ribas, los Toro, los Tovar, los Ibarra, Mariano Montilla, Nicolás Anzola–, algunos son arrestados en sus casas o en los cuarteles; otros confinados en sus haciendas o enviados a España.
En abril de 1809 la causa de esta conjura es sobreseída y los comprometidos quedan en libertad. Al mes siguiente, Vicente Emparan asume el gobierno de la Capitanía la General de Venezuela.
Los proyectos mantuanos de juntas gubernativas son rechazados por los sectores populares, isleños y pardos, entre quienes las autoridades españolas difunden noticias mal intencionadas acerca de los propósitos exclusivistas y de dominio de los criollos.
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