Desconfían los inversionistas

Capítulo 5. El guzmancismo: Un proyecto de país 1870 / 1899

Unidad 14. Los caudillos de fin de siglo


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Estación del Ferrocarril La Ceiba. El escaso rendimiento de los ferrocarriles, obliga al Estado venezolano a contratar deuda externa para cancelar los compromisos con las compañías operadoras.


161-02Un despacho del 21 de diciembre de 1895 publicado por el periódico inglés Times hace interesantes comentarios sobre la economía venezolana. Después de la inflación provocada por el capital ingresado al país para la construcción ferrocarrilera y otras obras públicas, el comercio sufre una experiencia bastante común pero ingrata. El valor total del capital extranjero invertido entre 1883 y 1894 se calcula en £11.000.000 (l £=Bs. 25,15); la mayor parte se gasta en salarios que incrementan la demanda de artículos de comercio. El valor de las importaciones en 1886 es de £2.893.000 y en 1893 sube a £4.395.000, pero en 1895 se estima en £4.000.000 y los comerciantes no son optimistas. Las importaciones son el mejor barómetro de la prosperidad de Venezuela, comenta el despacho. Terminados los ferrocarriles, se reduce el poder adquisitivo de la comunidad al disminuir la oferta de trabajo. Sin negar los beneficios del ferrocarril como medio de comunicación eficiente, señala que “cuando factores tan poderosos como la compañía ferrocarrilera dejan de invertir para convertirse en exportadores de ganancias, el resultado inevitable en países con poca población como Venezuela, debe ser el estancamiento en muchas ramas del comercio, y esto sólo puede cambiar con un aumento de la población y un desarrollo de sus recursos naturales”. Un mercado pequeño resiente por todos lados una contracción del 10% en el volumen de los negocios. Sin embargo, el negocio mercantil y bancario y la moneda tienen bases sólidas, el crédito nunca se otorga sin buen respaldo del deudor, y el interés está entre 12 y 15% anual, muy alto para permitir el desarrollo y el progreso del país. Concluye que “la única explicación de esto es el constante miedo a la revolución y la falta de confianza en el gobierno para conducir satisfactoriamente los asuntos internos del país. Falta de responsabilidad moral hacia Venezuela entre los venezolanos, que nace de un permanente sentimiento de desconfianza e incertidumbre entre los hombres de negocios, y deben pasar muchos años de paz y prosperidad antes de que este sentimiento sea erradicado o mitigado en una medida apreciable”.
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Puente de Caracara, Ferrocarril La Ceiba-Motatán, estado Trujillo