Puntos Sobresalientes de Genesis 21 a 24

Puntos Sobresalientes de la Biblia: Genesis 21 - 22 - 23 - 24


Para el repaso oral: de la Escuela del Ministerio Teocrático de Enero y Febrero de 2014


5ª Pregunta.
¿Cómodemostro Abrahán fe en la resurrección y en la promesa de Jehová de que la descendencia vendría por medio de Isaac? (Gén. 22: 1-18.) [3 de Febrero, w09 1/2 pág. 18 párr. 4.)
w09 1/2 pág. 18 La mayor prueba del amor de Dios ***
Durante los tres días que duró el trayecto, tuvo mucho tiempo para pensar en el objetivo de aquel viaje. Aun así, estaba resuelto a obedecer a Dios. Al divisar la montaña a la que tenía que ir, dijo a sus servidores algo que demostró su gran fe en Jehová: “Quédense aquí [...], pero yo y el muchacho queremos ir allá, y adorar, y volver a ustedes”. Y cuando Isaac le preguntó qué iban a ofrecer, respondió: “Dios [...] proveerá la oveja” (versículos 5 y 8). Así pues, Abrahán esperaba regresar con su hijo vivo. ¿Cómo lo sabemos? Porque Hebreos 11:19 dice que él “estimó que Dios podía levantarlo [a Isaac] hasta de entre los muertos”.

Capítulo 21:

w95 1/5 págs. 16-17 párr. 9 Benefíciese de la lectura diaria de la Biblia
9. a) ¿Qué puede ayudar a la persona muy ocupada a apartar tiempo para leer la Biblia diariamente? b) ¿Por qué es importante que los ancianos, en especial, lean la Palabra de Dios?
9 Es cierto que las personas muy ocupadas encuentran difícil apartar tiempo para hacer algo extra regularmente. No obstante, podemos beneficiarnos del ejemplo de Jehová. La Biblia dice que él hace las cosas a ‘tiempos señalados’. (Génesis 21:2; Éxodo 9:5; Lucas 21:24; Gálatas 4:4.) Comprender la importancia de leer la Palabra de Dios periódicamente nos ayudará a fijar un momento para hacerlo todos los días. (Efesios 5:15-17.) Los ancianos, en particular, necesitan apartar tiempo para leer la Biblia con regularidad a fin de que su consejo se base inequívocamente en los principios bíblicos y de que el espíritu que manifiesten refleje “la sabiduría de arriba”. (Santiago 3:17; Tito 1:9.)

w92 15/10 págs. 11-12 párr. 14 La familia: una provisión amorosa de Jehová
14. ¿Qué pudiera hacer la esposa cuando no concuerda con una decisión de su esposo?
14 ¿Significa eso que no puede decir nada cuando le parece que la decisión de su esposo va a perjudicar a su familia? No necesariamente. Sara, la esposa de Abrahán, no se quedó callada cuando percibió que el bienestar de su hijo Isaac estaba en peligro. (Génesis 21:8-10.) De igual manera, puede ser que en ocasiones usted se sienta obligada a expresar su punto de vista. Si se hace con respeto y “al tiempo apropiado”, el cristiano que teme a Dios escuchará. (Proverbios 25:11.) Pero si su esposo no acepta su consejo y no se está violando ningún principio bíblico, ¿no sería contraproducente el que se opusiera a él? Recuerde que “la mujer verdaderamente sabia ha edificado su casa, pero la tonta la demuele con sus propias manos”. (Proverbios 14:1.) Una manera de edificar su casa es apoyando la jefatura de su esposo, alabando sus logros y aceptando con calma sus errores.

w01 15/8 pág. 26 párr. 5 No desistamos de hacer lo que es excelente
5. ¿Cómo podrían ser víctimas de persecución en la escuela los jóvenes cristianos?
5 Ahora bien, la persecución no conlleva necesariamente violencia. Andando el tiempo, a Abrahán se le bendijo con dos hijos: Ismael e Isaac. Génesis 21:8-12 nos cuenta que en una ocasión Ismael “se burlaba” de Isaac. En la carta a los Gálatas, Pablo indica que no se trataba de un juego de niños, sino de algo más grave, pues dice que Ismael perseguía a Isaac (Gálatas 4:29). De modo que las burlas de los condiscípulos y los ataques verbales de los opositores pueden considerarse con razón una persecución. Un joven cristiano llamado Ryan recuerda lo mucho que le hicieron sufrir sus compañeros de clase: “Los quince minutos que duraba el trayecto en autobús a la escuela y luego a casa me parecían horas a causa de los insultos de que era objeto. Hasta me quemaron con unos sujetapapeles que habían calentado con un encendedor”. ¿Por qué sufrió este trato cruel? “La educación teocrática me hacía distinto de los demás jóvenes de la escuela.” A pesar de todo, con el apoyo de sus padres logró aguantar fielmente. Jóvenes, ¿se sienten desanimados por culpa de las burlas de sus compañeros? En tal caso, no se rindan. Si aguantan con fidelidad, experimentarán el cumplimiento de estas palabras de Jesús: “Felices son ustedes cuando los vituperen y los persigan y mentirosamente digan toda suerte de cosa inicua contra ustedes por mi causa” (Mateo 5:11).

w10 15/5 pág. 15 párrs. 16-17 ¿Por qué debe la mujer respetar el principio de autoridad?
16, 17. ¿Cómo demuestra el ejemplo de Sara que las mujeres tienen voz y voto en el matrimonio?
16 Si Jehová les otorga tantos privilegios a las mujeres, ¿no sería sabio que el hombre consultara con su esposa antes de tomar decisiones importantes? Sin la menor duda. Las Escrituras mencionan a varias mujeres que expresaron su parecer o pasaron a la acción sin que sus esposos se lo hubieran pedido. Veamos dos ejemplos.
17 Sara le pidió con insistencia a su marido, el patriarca Abrahán, que echara del campamento a su concubina y a su hijo porque estaban mostrando falta de respeto. Aunque aquello le resultó “muy desagradable [...] a Abrahán”, Dios pensaba distinto; por eso le dijo: “No te sea desagradable nada de lo que Sara siga diciéndote acerca del muchacho y acerca de tu esclava. Escucha su voz” (Gén. 21:8-12). Abrahán obedeció a Jehová y accedió a los deseos de Sara.

w91 1/7 pág. 12 párr. 15 El papel de la mujer en las Escrituras
15. a) ¿Cómo ilustra la conducta de Sara una relación apropiada entre el hombre y su esposa? b) ¿Por qué es notable el caso de Rahab?
15 Las Escrituras Hebreas contienen muchos ejemplos de mujeres que fueron sobresalientes como siervas de Jehová Dios. El de Sara ilustra excelentemente cómo puede una mujer piadosa ser sumisa a su esposo y, al mismo tiempo, una ayuda para él al tomar decisiones. (Génesis 21:9-13; 1 Pedro 3:5, 6.) El caso de Rahab es notable. Prueba que es falsa la acusación de que Jehová manifiesta prejuicio racial y es severo con las mujeres. Rahab era una ramera no israelita. Jehová no solo la aceptó como adoradora, sino que, debido a su gran fe —apoyada por obras que incluían el cambio de su modo de vivir— la declaró justa. Además, la recompensó con el privilegio extraordinario de ser antepasada del Mesías. (Mateo 1:1, 5; Hebreos 11:31; Santiago 2:25.)

w95 15/7 pág. 13 párr. 16 El digno papel de la mujer entre los primeros siervos de Dios
16. ¿Qué ejemplos demuestran que se valoraba el consejo de las mujeres piadosas?
16 Se valoraba el consejo de las mujeres piadosas. Cuando el siervo temeroso de Dios, Abrahán, vaciló en seguir el consejo que le dio en cierta ocasión su esposa piadosa, Sara, Jehová le dijo: “Escucha su voz”. (Génesis 21:10-12.) Las esposas hititas de Esaú “fueron una fuente de amargura de espíritu para Isaac y Rebeca”. Con el tiempo, Rebeca expresó la angustia que sufriría si su hijo, Jacob, se casaba con una hitita. ¿Cómo reaccionó Isaac? “Por consiguiente —dice el relato—, Isaac llamó a Jacob y lo bendijo y le mandó y le dijo: ‘No debes tomar esposa de las hijas de Canaán[’].” Aunque Rebeca no había dado un consejo directo, la decisión de su esposo reflejó que había tomado en cuenta sus sentimientos. (Génesis 26:34, 35; 27:46; 28:1.) Más tarde, el rey David evitó ser culpable de derramamiento de sangre porque escuchó la súplica de Abigaíl. (1 Samuel 25:32-35.)

w91 15/12 pág. 21 ¿Qué significa la sujeción en el matrimonio?
Esas actitudes se deben cultivar en la congregación. Y especialmente deben cultivarse entre el esposo y la esposa en el hogar cristiano. El esposo puede mostrar su tierno cariño y apacibilidad al escuchar las sugerencias de su esposa. Debe considerar el punto de vista de su esposa antes de tomar una decisión que afecte a la familia. Las esposas cristianas no tienen la mente vacía. A menudo pueden ofrecer sugerencias valiosas a sus esposos, como lo hizo Sara a su esposo, Abrahán. (Génesis 21:12.) Por otro lado, la esposa cristiana no será irrazonablemente exigente con su esposo. Mostrará su bondad y humildad mental al seguir la guía de él y apoyar sus decisiones, aunque a veces difieran de lo que ella prefiere.
El esposo razonable, como el anciano que manifiesta la misma cualidad, es abordable y bondadoso. La esposa amorosa responde mediante ser compasiva y ejercer gran paciencia, a la vez que reconoce los esfuerzos que él hace por cumplir con sus responsabilidades a pesar de su imperfección y las presiones de la vida. Cuando el esposo y la esposa cultivan esas actitudes, la sujeción en el matrimonio no va a ser un problema. Más bien, es una fuente de gozo, seguridad y contentamiento duradero.

w95 15/7 págs. 16-18 párrs. 6-7 La mujer cristiana merece honra y respeto
6, 7. a) ¿Qué dijo Jesús a las mujeres que fueron a la tumba? b) ¿Cuál fue la primera reacción de los discípulos varones de Jesús ante el testimonio de las mujeres, y qué podemos aprender de este relato?
6 Temprano por la mañana del primer día de la semana, María Magdalena y otras mujeres fueron a la tumba de Jesús para untar su cuerpo con especias. Al encontrar la tumba vacía, María corrió a avisar a Pedro y a Juan. Las demás mujeres permanecieron allí. Poco después se apareció un ángel y les dijo que Jesús había sido levantado. “Vayan de prisa y digan a sus discípulos que él ha sido levantado”, ordenó el ángel. Mientras estas mujeres se apresuraban a anunciar estas noticias, Jesús mismo se les apareció. “Vayan, informen a mis hermanos”, les dijo. (Mateo 28:1-10; Marcos 16:1, 2; Juan 20:1, 2.) María Magdalena regresó apesadumbrada a la tumba vacía, sin ser consciente de la visita del ángel. Jesús se le apareció allí, y cuando finalmente lo reconoció, él le dijo: “Ponte en camino a mis hermanos y diles: ‘Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes’”. (Juan 20:11-18; compárese con Mateo 28:9, 10.)
7 Jesús pudo haberse aparecido primero a Pedro, a Juan o a uno de los otros discípulos varones. Sin embargo, optó por favorecer a estas mujeres permitiéndolas ser las primeras testigos presenciales de su resurrección y comisionándolas para dar testimonio de esta a sus discípulos varones. ¿Cuál fue la primera reacción de los hombres? El relato dice: “Estos dichos les parecieron como tonterías, y no quisieron creer a las mujeres”. (Lucas 24:11.) ¿Es posible que se les hiciera difícil aceptar el testimonio porque procedía de unas mujeres? Si ese fue el caso, con el tiempo recibieron prueba abundante de que Jesús había sido resucitado de entre los muertos. (Lucas 24:13-46; 1 Corintios 15:3-8.) Para los cristianos de hoy es una muestra de sabiduría tomar en cuenta las observaciones de sus hermanas espirituales. (Compárese con Génesis 21:12.)

w99 1/8 págs. 19-20 párr. 14 Honremos a las demás personas
14. ¿Cómo se dan honra mutuamente el esposo y la esposa?
14 La Biblia estipula que “la cabeza de todo varón es el Cristo; a su vez, la cabeza de la mujer es el varón” (1 Corintios 11:3). Jehová obliga al hombre a tratar a su esposa como Cristo a la congregación. En 1 Pedro 3:7 se manda al esposo que asigne a su esposa “honra como a un vaso más débil, el femenino”. Puede hacerlo demostrando verdadera disposición a escucharla y teniendo en cuenta las sugerencias que ella tenga (Génesis 21:12). Puede acceder a sus preferencias cuando no entra en juego ningún principio bíblico, hacer cosas por ella y tratarla con bondad. A su vez, “la esposa debe tenerle profundo respeto a su esposo” (Efesios 5:33). Ella le escucha, no trata de salirse siempre con la suya, no lo menosprecia ni lo critica. Demuestra humildad mental al no intentar dominarlo, ni siquiera cuando en ciertos campos sus aptitudes sean superiores a las de él.

w12 1/9 págs. 10-11 Dios respeta y valora a la mujer
Jesús confiaba en las mujeres. En los tribunales judíos, el testimonio de una mujer valía tan poco como el de un esclavo. De hecho, el historiador del siglo I Josefo decía: “No valdrá el testimonio de mujeres por la frivolidad y temeridad propias de su sexo”.
¡Qué diferente fue Jesús! Él eligió a mujeres para que anunciaran su resurrección (Mateo 28:1, 8-10). Es interesante que, aunque estas fieles mujeres habían presenciado la ejecución y el entierro de su Señor, hasta a los apóstoles les costaba creer lo que ellas decían (Mateo 27:55, 56, 61; Lucas 24:10, 11). Sin embargo, al escoger como primeros testigos de su resurrección a unas mujeres, Jesús probó que las consideraba tan dignas de ser sus testigos como a cualquier otro discípulo (Hechos 1:8, 14).
Beneficio para las mujeres actuales: Los varones que tienen responsabilidades en la congregación cristiana muestran su consideración a las mujeres tomando en cuenta lo que tengan que decir. Los esposos, por su parte, honran a sus esposas escuchándolas con atención (1 Pedro 3:7; Génesis 21:12).

w93 1/7 págs. 24-25 Beer-seba, donde un pozo significaba vida
Abrahán y su familia vivieron mucho tiempo en Beer-seba y en sus alrededores, y conocían la importancia de los pozos. Es probable que cuando Agar, la sierva de Sara, huyó al desierto, tuviera la intención de conseguir agua de los pozos o de los beduinos que los usaban, como la beduina de la parte superior de la página siguiente que está sacando agua de un pozo de la península del Sinaí. Más tarde, cuando Abrahán tuvo que despedir a Agar y a su hijo, que había cometido continuos abusos, amorosamente los aprovisionó de agua. ¿Qué sucedió cuando se les agotó? “Entonces Dios le abrió los ojos de modo que ella alcanzara a ver un pozo de agua; y ella fue y se puso a llenar de agua el odre y a dar de beber al muchacho.” (Génesis 21:19.)
¿De dónde consiguió Abrahán el agua para llenar el odre de Agar? Quizás del pozo que había cavado, junto al que plantó un tamarisco. (Génesis 21:25-33.) Cabe decir que algunos científicos explican que la elección que hizo Abrahán de un tamarisco fue la más apropiada, pues su hojas pequeñas pierden muy poca humedad, lo que le permite crecer a pesar de la aridez de esta región. (Véase la fotografía inferior.)

Capítulo 22:

w09 15/1 págs. 27-28 párrs. 11-12 El Siervo de Jehová: traspasado por nuestra transgresión
11, 12. a) ¿Qué nos indica sobre el sacrificio de Cristo el que Isaac estuviera dispuesto a morir? b) ¿Qué debemos tener presente sobre Jehová, el Abrahán Mayor, cuando asistimos a la Conmemoración?
11 Al igual que Isaac, el hijo de Abrahán, Jesús estuvo dispuesto a ofrecerse como sacrificio (Gén. 22:1, 2, 9-13; Heb. 10:5-10). Ahora bien, recordemos que, aunque Isaac consintió en ser sacrificado, fue Abrahán quien trató de ofrecer el sacrificio (Heb. 11:17). De igual modo, Jesús estuvo dispuesto a morir, pero fue Jehová quien dispuso que se llevara a cabo ese sacrificio. Por lo tanto, el sacrificio de Jesús es una expresión del profundo amor que Dios le tiene a la humanidad.
12 Jesús mismo dijo: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Y el apóstol Pablo escribió: “Dios recomienda su propio amor a nosotros en que, mientras todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rom. 5:8). Por consiguiente, aunque honramos a Cristo conmemorando su muerte, jamás debemos olvidar que el que hizo posible aquel sacrificio fue Jehová, el Abrahán Mayor. Asistimos a la Conmemoración, pues, para darle la alabanza que se merece.


w09 15/9 págs. 28-29 párrs. 13-14 ¿Valoramos lo que Jehová ha hecho para liberarnos?
13, 14. ¿Cómo puede ayudarnos el ejemplo de Abrahán a valorar lo que ha hecho Jehová por nosotros?
13 ¿Qué costo emocional supuso para Jehová esta gran muestra de amor? Es difícil imaginarlo, pero algo que nos ayudará a hacerlo es un relato que se encuentra en la Biblia. Jehová le pidió a su fiel siervo Abrahán que ofreciera a su hijo Isaac como sacrificio. Esto era algo sumamente difícil para Abrahán, pues él lo quería mucho. De hecho, Jehová le dijo que era “su hijo único a quien ama[ba] tanto” (Gén. 22:2). Sin embargo, Abrahán entendió que la voluntad de su Dios era más importante que el amor que le tenía a Isaac, por lo que estuvo dispuesto a obedecer el mandato. Finalmente, Jehová no permitió que Abrahán hiciera lo que él mismo haría en el futuro, sino que envió a un ángel para que lo detuviera justo antes de que realizara el sacrificio. Abrahán estaba decidido a obedecer a Dios y sabía que solo podría volver a ver a su hijo si resucitaba. Pero tenía fe absoluta en que Dios le devolvería la vida a Isaac. De hecho, Pablo dijo que el patriarca recibió a Isaac de entre los muertos “a manera de ilustración” (Heb. 11:19).
14 ¿Podemos siquiera imaginar el dolor que sintió Abrahán cuando se preparaba para sacrificar a su hijo? En cierto modo, ese sufrimiento ilustra lo que sintió Jehová al sacrificar a su propio Hijo, a quien llamó “el amado” (Mat. 3:17). Pero en el caso de Jehová, el dolor fue sin duda mucho más intenso. Él y su Hijo habían pasado juntos en el cielo millones o incluso miles de millones de años. El “obrero maestro” trabajó con alegría al lado de su Padre y le sirvió de vocero; así es, fue “la Palabra” (Pro. 8:22, 30, 31; Juan 1:1). No podemos imaginar lo que Jehová tuvo que soportar mientras veía cómo atormentaban a su Hijo, se burlaban de él y lo ejecutaban como si fuera un criminal. ¡Qué precio tan alto tuvo que pagar para liberarnos! ¿Cómo podemos demostrar que valoramos lo que hizo?

w10 15/8 págs. 14-15 párrs. 12-13 Cómo nos salva el rescate
12, 13. ¿Qué aprendemos del dolor que debió de experimentar Abrahán cuando se disponía a sacrificar a Isaac?
12 Aunque no podemos comprender plenamente el precio emocional que implicó el rescate para nuestro Padre celestial y su amado Hijo, la Biblia contiene relatos históricos que nos ayudan a hacernos una idea. Por ejemplo, recordemos la historia de Abrahán. Tratemos de imaginar cómo se sintió durante el viaje de tres días que hizo a la tierra de Moria para obedecer este mandato divino: “Toma, por favor, a tu hijo, a tu hijo único a quien amas tanto, a Isaac, y haz un viaje a la tierra de Moria, y allí ofrécelo como ofrenda quemada sobre una de las montañas que yo te designaré” (Gén. 22:2-4).
13 Imaginémonos también su creciente angustia al llegar al lugar designado, construir un altar y luego hacer que se recostara sobre él su hijo, tras haberlo atado de pies y manos. Y pensemos en el terrible dolor que sintió en el alma mientras alzaba el cuchillo con la intención de sacrificarlo. Fijémonos ahora en Isaac. ¿Cómo se habrá sentido al yacer sobre el altar, a la espera de que un agudo cuchillo desgarrara dolorosamente su carne y le provocara la muerte? Aunque el ángel de Jehová detuvo a Abrahán justo a tiempo, lo que hicieron el patriarca y su hijo en aquella ocasión nos ayuda a entender lo duro que tuvo que ser para Jehová permitir que los agentes de Satanás mataran a su Hijo. Y la actitud colaboradora de Isaac ilustra la disposición de Jesús a sufrir y morir por nosotros (Heb. 11:17-19).

w11 1/12 pág. 16 ¿Cómo podemos elegir buenos amigos?
2. ¿Cómo puede ser usted amigo de Dios?
Aunque Jehová es el Dios todopoderoso, es posible tener su amistad. En la Biblia se dice que Dios consideraba a Abrahán su amigo porque este confiaba en él y le obedecía (Génesis 22:2, 9-12; Santiago 2:21-23). Si nosotros confiamos en Jehová y hacemos lo que él nos pide, también podemos ser sus amigos. (Lea Salmo 15:1, 2.)

w06 1/10 págs. 27-28 párr. 8 Esperar en Jehová nos infunde valor
8. ¿Cómo se fortalece la esperanza cuando aguantamos fielmente?
8 Abrahán mantuvo viva su esperanza obedeciendo a Dios en todo, aun en los casos más difíciles (Génesis 22:2, 12). De igual modo, si obedecemos y perseveramos en el servicio de Jehová, nos sentiremos más seguros de la recompensa. Pablo escribió que “el aguante” tiene como resultado “una condición aprobada”, y esta, “a su vez, [produce] esperanza, y la esperanza no conduce a la desilusión” (Romanos 5:4, 5). Por esta razón, el apóstol también indicó: “Deseamos que cada uno de ustedes muestre la misma diligencia a fin de tener la plena seguridad de la esperanza hasta el fin” (Hebreos 6:11). Esta actitud positiva, que se basa en una buena relación con Jehová, nos ayudará a afrontar los problemas con ánimo e incluso con gozo.


w03 15/9 págs. 13-14 párrs. 16-17 Las conversaciones espirituales edifican
16, 17. ¿Qué les enseña a los padres cristianos el ejemplo de Jehová y de Abrahán?
16 Podemos imaginarnos las largas conversaciones que Jesús debió tener con su Padre celestial con respecto a su asignación terrestre. “El Padre mismo, que me ha enviado, me ha dado mandamiento en cuanto a qué decir y qué hablar”, dijo a sus discípulos (Juan 12:49; Deuteronomio 18:18). El patriarca Abrahán también debe haber hablado durante horas y horas con su hijo Isaac sobre las bendiciones que Jehová les había otorgado a ellos y a sus antepasados. Sin duda, tales conversaciones ayudaron tanto a Jesús como a Isaac a someterse humildemente a la voluntad divina (Génesis 22:7-9; Mateo 26:39).
17 También ahora los hijos necesitan conversaciones edificantes. Por ello, los padres tienen que sacar tiempo de su apretado horario para dialogar con ellos. Si es posible, ¿por qué no comen juntos en familia al menos una vez al día? Durante las comidas y después de ellas surgirán oportunidades de mantener conversaciones edificantes que pueden resultar muy valiosas para la salud espiritual de la familia.

w01 15/8 pág. 14 párrs. 1-2 Abrahán, un ejemplo de fe
1, 2. a) ¿Qué es lo que más recuerdan de Abrahán los cristianos verdaderos de nuestros días? b) ¿Por qué se llama a Abrahán “el padre de todos los que tienen fe”?
FUE el antepasado de una nación poderosa, un profeta, un hombre de negocios y un caudillo; pero lo que más recuerdan de él los cristianos de nuestros días es una cualidad que motivó a Jehová Dios a considerarlo su amigo: la fe inquebrantable (Isaías 41:8; Santiago 2:23). Su nombre fue Abrahán, y la Biblia lo llama “el padre de todos los que tienen fe” (Romanos 4:11).
2 Ahora bien, ¿acaso no tuvieron fe algunos hombres que vivieron antes que él, como Abel, Enoc y Noé? Sí, pero fue con Abrahán con quien se hizo el pacto para bendecir a todas las naciones de la Tierra (Génesis 22:18). Así se convirtió en el padre simbólico de todos los que tienen fe en la Descendencia Prometida (Gálatas 3:8, 9). Puede decirse que, en cierto sentido, es nuestro padre, pues su fe constituye un ejemplo que debemos imitar. Toda su vida puede considerarse una expresión de fe, ya que a lo largo de ella sufrió numerosas penalidades. De hecho, mucho antes de que se enfrentara a la que cabría denominar la prueba suprema de su fe —el mandato de ofrecer en sacrificio a su hijo Isaac—, Abrahán había demostrado esta cualidad durante múltiples pruebas de menor envergadura (Génesis 22:1, 2). Examinemos algunas de ellas y veamos qué lecciones nos enseñan.
w00 1/9 pág. 20 párr. 6 ¿Qué significa para nosotros nuestra valiosa herencia?
6. a) ¿Qué demostró Abrahán al estar dispuesto a sacrificar a su hijo? b) ¿Qué valiosa herencia pudo pasar Abrahán a su prole?
6 Abrahán había esperado muchos años el nacimiento de su hijo, Isaac, y lo amaba intensamente. Isaac ya debía ser un adulto joven cuando Jehová dijo a Abrahán que lo tomara y lo ofreciera como sacrificio. Este no sabía que iba a demostrar lo que Dios mismo haría al dar a su Hijo como rescate; no obstante, obedeció y estuvo a punto de sacrificar a Isaac, pero el ángel de Jehová lo detuvo (Génesis 22:9-14). Jehová ya le había dicho que sus promesas se cumplirían mediante Isaac. Por lo tanto, está claro que Abrahán tuvo fe en que, de ser necesario, Dios podría resucitar a Isaac de entre los muertos, aunque nunca antes hubiera ocurrido una resurrección (Génesis 17:15-18; Hebreos 11:17-19). Puesto que Abrahán no retuvo ni siquiera a su hijo, Jehová le prometió: “Mediante tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra” (Génesis 22:15-18). Estas palabras indicaban que la Descendencia mencionada en Génesis 3:15, el libertador Mesiánico, vendría a través del linaje de Abrahán. Esta era una valiosa herencia que transmitir.

w00 1/5 págs. 13-14 párrs. 1-2 Escuchemos lo que el espíritu dice
1, 2. ¿Cómo se ha comunicado Jehová con el ser humano a través de la historia?
EN LA isla de Puerto Rico se encuentra el mayor y más sensible radiotelescopio de plato único del mundo. Durante décadas, los científicos han esperado recibir mensajes de seres vivos extraterrestres, mediante este enorme aparato. Pero no han recibido ninguno. Sin embargo, todos nosotros podemos recibir en cualquier momento claros mensajes externos al ámbito humano sin tener que emplear para ello ningún tipo de instrumento ultramoderno. Estos proceden de una Fuente mucho más elevada que cualquier extraterrestre imaginario. ¿Quién es esta Fuente de comunicación, y quiénes están recibiendo tales mensajes? ¿Qué dicen estos?
2 La Biblia contiene varios relatos de ocasiones en las que el ser humano oyó mensajes de origen divino. Algunas veces los entregaron criaturas espirituales que actuaban como mensajeros de Dios (Génesis 22:11, 15; Zacarías 4:4, 5; Lucas 1:26-28). En tres ocasiones se oyó la propia voz de Jehová (Mateo 3:17; 17:5; Juan 12:28, 29). Dios también habló a través de profetas humanos, muchos de los cuales pusieron por escrito lo que él les inspiró a decir. Hoy tenemos la Biblia, que incluye un relato escrito de muchos de esos comunicados, así como de las enseñanzas de Jesús y sus discípulos (Hebreos 1:1, 2). Jehová sin duda ha estado transmitiendo información a sus criaturas humanas.


w09 15/7 pág. 6 párrs. 14-15 Busquemos los tesoros “cuidadosamente ocultados” en Cristo
14, 15. a) ¿Para qué utilizaban los siervos de Dios de la antigüedad ovejas y otros animales? b) ¿Por qué es “el Cordero de Dios” un tesoro incomparable?
14 Jesús es “el Cordero de Dios” (Juan 1:29, 36). En tiempos bíblicos, un medio importante para acercarse a Dios y obtener su perdón era sacrificar ovejas. Por ejemplo, al ver que Abrahán estaba dispuesto a sacrificar a su hijo, Jehová le dijo que no le hiciera daño y le dio un carnero (es decir, una oveja macho) para que lo ofreciera en lugar de Isaac (Gén. 22:12, 13). Antes de ser liberados de Egipto, los israelitas usaron ovejas para celebrar “la pascua de Jehová” (Éxo. 12:1-13). Y más tarde se estableció en la Ley mosaica el sacrificio de ovejas y cabras, entre otros animales (Éxo. 29:38-42; Lev. 5:6, 7).
15 Sin embargo, ninguno de estos sacrificios —ni ningún otro efectuado por seres humanos— podía expiar de manera permanente los pecados ni librar de la muerte a nadie (Heb. 10:1-4). En cambio, Jesús es “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Por sí solo, este hecho convierte a Jesús en un tesoro superior a cualquier tesoro que se haya descubierto en la historia. Por eso debemos estudiar con detenimiento el tema del rescate y ejercer fe en ese maravilloso regalo. Si lo hacemos, tendremos la esperanza de recibir una gran recompensa: gloria y honra en el cielo con Jesucristo si somos miembros del “rebaño pequeño” o vida eterna en un paraíso terrestre si somos de las “otras ovejas” (Luc. 12:32; Juan 6:40, 47; 10:16).

w01 15/5 págs. 11-12 párr. 13 Alabemos a Jehová por sus grandes obras
13. ¿Cómo está estrechamente ligada nuestra esperanza a las grandes obras de Dios?
13 Nuestra esperanza para el futuro está estrechamente ligada a las grandes y loables obras relacionadas con el propósito eterno de Dios. Después de la rebelión de Edén, Jehová dio su primera profecía, que estaba llena de esperanza. Al dictar sentencia contra la serpiente, dijo: “Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón” (Génesis 3:15). La esperanza de la prometida descendencia de la mujer permaneció viva en el corazón de los hombres fieles después que Jehová llevó a cabo una gran obra al conservar con vida a Noé y su familia cuando trajo el Diluvio que acabó con un mundo impío (2 Pedro 2:5). Las promesas proféticas hechas a hombres de fe como Abrahán y David permitieron comprender mejor lo que Jehová lograría mediante esa Descendencia (Génesis 22:15-18; 2 Samuel 7:12).

w07 1/1 pág. 20 párr. 2 “Serán ustedes completamente dichosos”
2. ¿Qué luz arrojó Jehová sobre la manera como cumpliría la profecía de Génesis 3:15?
2 Con el paso del tiempo, Jehová fue arrojando más luz sobre aquella profecía, indicando así que su cumplimiento sería cosa segura. Por ejemplo, le prometió a Abrahán que la “descendencia” procedería de su linaje (Génesis 22:15-18). Jacob, nieto de Abrahán, llegó a ser el padre de las doce tribus de Israel. Cuando estas se transformaron en nación en 1513 antes de nuestra era, Jehová les dio un código de leyes que incluía varias fiestas anuales, a las que el apóstol Pablo llamó “una sombra de las cosas por venir” (Colosenses 2:16, 17; Hebreos 10:1). Algunos aspectos de tales fiestas prefiguraron cómo se cumpliría el propósito que Jehová tenía para la Descendencia, y su celebración era motivo de gran regocijo para el pueblo. Un breve análisis de estas fiestas nos infundirá más fe en las promesas de Jehová.

w11 15/6 págs. 14-15 párrs. 17-18 Dios nos recomienda su amor
17, 18. a) ¿Cómo consideró Dios al fiel Abrahán? b) ¿Por qué pudo Jehová ver a Abrahán como una persona justa?
17 Pablo menciona un ejemplo destacado. Habla de Abrahán, un hombre de fe que vivió siglos antes de que Jehová entregara la Ley a Israel y mucho antes de que Cristo abriera el camino a la vida en los cielos (Heb. 10:19, 20). El apóstol dice: “No fue mediante ley que Abrahán o su descendencia tuvieron la promesa de que él hubiera de ser heredero de un mundo, sino que fue mediante la justicia por fe” (Rom. 4:13; Sant. 2:23, 24). Como vemos, Dios consideró justo al fiel Abrahán (léase Romanos 4:20-22).
18 Eso no quiere decir que este siervo de Dios nunca cometiera un pecado. No, él no era justo en ese sentido (Rom. 3:10, 23). Sin embargo, Jehová, en su sabiduría infinita, tomó en cuenta tanto su fe excepcional como sus obras de fe. En particular, Abrahán tuvo fe en la “descendencia” prometida que vendría de su familia. Esa Descendencia fue el Mesías, o Cristo (Gén. 15:6; 22:15-18). Tomando como base “el rescate pagado por Cristo Jesús”, el Juez Supremo puede perdonar los pecados de Abrahán y de muchos otros fieles de tiempos precristianos, lo cual permitirá que resuciten en el futuro (léase Romanos 3:24, 25; Sal. 32:1, 2).


w12 15/12 pág. 26 párr. 8 “Residentes temporales” que sirven unidos al Dios verdadero
8. ¿Qué prometió Dios, y de qué estaba convencido Abrahán?
8 Dios prometió que todas las familias de la Tierra —y no solo una nación— se bendecirían mediante Abrahán y sus descendientes (léase Génesis 22:15-18). A pesar de que faltaba mucho para que esa promesa divina se hiciera realidad, Abrahán siempre estuvo convencido de que se cumpliría. Pasó más de la mitad de su vida yendo de un sitio a otro con su familia, y durante todo ese tiempo conservó su amistad con Jehová.

w01 15/8 pág. 28 párrs. 11-12 No desistamos de hacer lo que es excelente
11, 12. a) ¿Cuál es quizá la razón de que algunos miembros de la congregación pierdan el sentido de la urgencia? b) ¿Qué buen ejemplo dio Abrahán al centrar su vida en la fe en las promesas de Dios?
11 Otra prueba quizá tenga que ver con el aparente retraso del fin del malvado sistema de cosas. Según 2 Pedro 3:12, los cristianos han de ‘esperar y tener muy presente la presencia del día de Jehová’. Muchos llevan aguardándolo años, y algunos, décadas, por lo que quizá se desanimen y pierdan el sentido de la urgencia.
12 Veamos una vez más el ejemplo de Abrahán. Centró toda su vida en su fe en las promesas de Dios, aunque no había ninguna posibilidad de que todas se cumplieran en sus días. Es verdad que vivió lo suficiente para ver crecer a su hijo Isaac, pero habrían de pasar siglos antes de que su descendencia pudiera compararse a “las estrellas de los cielos” o “los granos de arena que hay en la orilla del mar” (Génesis 22:17). Pese a todo, no se amargó ni se desanimó. Por ello, el apóstol Pablo dijo lo siguiente sobre él y otros patriarcas: “En fe murieron todos estos, aunque no consiguieron el cumplimiento de las promesas, pero las vieron desde lejos y las acogieron, y declararon públicamente que eran extraños y residentes temporales en la tierra” (Hebreos 11:13).

w04 15/9 pág. 9 “El abundante caudal de los mares”
Esculturas de arena
La orilla del mar a veces se convierte en el telón de fondo de impresionantes esculturas de arena, como estas dunas de la costa de Namibia, en el sur de África. El viento es la fuerza principal que confiere a la arena su forma distintiva. Mientras que algunas dunas parecen simples montículos, otras alcanzan los 400 metros de altura. Esa vasta cantidad de arena nos ayuda a comprender la expresión bíblica “los granos de arena que hay en la orilla del mar”, la cual se refiere a algo incontable o difícil de medir (Génesis 22:17). Nos quedamos mudos de asombro ante el Creador, quien ideó tan ingenioso baluarte arenoso para protegernos de las acometidas del tempestuoso mar.

w07 1/1 pág. 21 párr. 7 “Serán ustedes completamente dichosos”
7. ¿Qué se hacía en la fiesta de las Semanas?
7 Jesús fue la Descendencia prometida en Edén que Jehová utilizaría para “desbaratar las obras del Diablo” (1 Juan 3:8). No obstante, las palabras de Jehová a Abrahán indicaron que su “descendencia” estaría formada por más de una persona: sería “como las estrellas de los cielos y como los granos de arena que hay en la orilla del mar” (Génesis 22:17). La aparición de otros miembros de la “descendencia” fue representada por otra alegre festividad. Contando cincuenta días desde el 16 de nisán, Israel celebraba la fiesta de las Semanas, tal como lo prescribía la Ley: “Hasta el día después del séptimo sábado deben contar, cincuenta días, y tienen que presentar una ofrenda de grano nuevo a Jehová. De sus moradas deben llevar dos panes como ofrenda mecida. De dos décimas de efá de flor de harina deben resultar. Deben ser cocidos con levadura, como primeros frutos maduros a Jehová” (Levítico 23:16, 17, 20).

w11 15/7 pág. 25 párr. 7 ¿Qué es el descanso de Dios?
7. ¿Con qué fin libertó Jehová a los israelitas de Egipto, y qué condición les impuso?
7 En el año 1513 antes de la era cristiana, Jehová le reveló a Moisés lo que se proponía hacer con los israelitas que vivían esclavos en Egipto: “Estoy procediendo a bajar para librarlos de la mano de los egipcios y para hacerlos subir de aquella tierra a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel” (Éxo. 3:8). ¿Con qué fin los libertó? Para convertirlos en su pueblo, tal como le había prometido a Abrahán (Gén. 22:17). Además, les dio un código de leyes que les permitiría disfrutar de paz con él (Isa. 48:17, 18). Pero les impuso una condición: “Si ustedes obedecen estrictamente mi voz y verdaderamente guardan mi pacto [de la Ley], entonces ciertamente llegarán a ser mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos, porque toda la tierra me pertenece a mí” (Éxo. 19:5, 6). Como vemos, los israelitas tendrían el privilegio de ser el pueblo de Dios siempre y cuando fueran obedientes.


w00 15/5 pág. 15 párr. 4 Tengamos fe en la palabra profética de Dios
4. ¿Qué promesa hizo Dios a Abrahán, y qué indicó esta con respecto a la Descendencia prometida?
4 Unos dos mil años después del tiempo de Abel, Jehová hizo esta promesa profética al patriarca Abrahán: “Yo de seguro te bendeciré y de seguro multiplicaré tu descendencia como las estrellas de los cielos [...]. Y mediante tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra” (Génesis 22:17, 18). Aquellas palabras relacionaban a Abrahán con el cumplimiento de la primera profecía. Indicaban que la Descendencia mediante la cual se pondría fin a las obras de Satanás aparecería en el linaje de Abrahán (1 Juan 3:8). “A causa de la promesa de Dios, [Abrahán] no titubeó con falta de fe”, como tampoco lo hicieron otros testigos de Jehová precristianos, quienes “no obtuvieron el cumplimiento de la promesa” (Romanos 4:20, 21; Hebreos 11:39). Sin embargo, mantuvieron su fe en la palabra profética de Dios.

w02 1/10 págs. 17-18 párr. 2 Cultivemos la obediencia mientras se acerca el fin
2. ¿Qué significa el término Siló, y sobre quiénes reinará Siló?
2 El término hebreo Siló significa “Aquel de Quien Es”, o “Aquel a Quien Pertenece”. En efecto, Siló heredaría nada menos que el derecho a la gobernación y el poder de mando, como lo simbolizan el cetro y el bastón de comandante, respectivamente. Además, no solo reinaría sobre los descendientes de Jacob, sino sobre todos “los pueblos”, en armonía con la promesa de Jehová a Abrahán: “Tu descendencia tomará posesión de la puerta de sus enemigos. Y mediante tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra” (Génesis 22:17, 18). Jehová confirmó la identidad de esta “descendencia” en el año 29 E.C., cuando ungió con espíritu santo a Jesús de Nazaret (Lucas 3:21-23, 34; Gálatas 3:16).

w03 15/6 págs. 13-14 párrs. 8-9 Imitemos a Jehová, el Dios imparcial
8, 9. ¿Cómo demostró Jehová imparcialidad en sus relaciones con Abrahán y con la nación de Israel?
8 El discípulo Santiago destacó la bondad inmerecida que manifestó Dios en su relación con Abrahán y su prole. En el caso del patriarca, no fue su origen, sino su fe, lo que lo hizo “amigo de Jehová” (Santiago 2:23). Además, gracias a su fe y a su amor a Dios legó grandes bendiciones a sus descendientes (2 Crónicas 20:7). Jehová le prometió: “De seguro te bendeciré y de seguro multiplicaré tu descendencia como las estrellas de los cielos y como los granos de arena que hay en la orilla del mar”. Además, le hizo este otro juramento, que encontramos en el versículo siguiente: “Mediante tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra” (Génesis 22:17, 18; Romanos 4:1-8).
9 El trato que Jehová dio a Israel no revela en modo alguno parcialidad, sino más bien, lo que él puede hacer en favor de quienes le obedecen. De hecho, ejemplifica su manera de expresar amor leal a sus siervos fieles. Aunque aquel pueblo era su “propiedad especial”, los demás no quedaban excluidos de su benevolencia (Éxodo 19:5; Deuteronomio 7:6-8). Es cierto que Jehová había redimido a los israelitas de la esclavitud en Egipto y luego había declarado: “Solo a ustedes he conocido de todas las familias del suelo”. Sin embargo, mediante siervos suyos como el profeta Amós, también ofreció un maravilloso futuro a gente de “todas las naciones” (Amós 3:2; 9:11, 12; Isaías 2:2-4).

w06 15/2 pág. 18 párr. 9 Dios realiza su propósito mediante una administración
9. ¿Cómo fue revelando gradualmente Jehová el secreto sagrado de su voluntad?
9 Mediante una serie de pactos, Jehová reveló gradualmente cómo se desarrollaría su propósito relativo a la Descendencia que él había prometido en Edén. La promesa vinculada al pacto abrahámico indicó que la futura Descendencia vendría a la Tierra del linaje de Abrahán y que sería el medio por el cual se bendecirían “todas las naciones de la tierra”. Este pacto también dio a entender que habría otras personas asociadas a la parte principal de la descendencia (Génesis 22:17, 18). El pacto de la Ley que se celebró con el Israel carnal reveló el propósito de Jehová de formar “un reino de sacerdotes” (Éxodo 19:5, 6). El pacto con David mostró que la Descendencia sería el Rey de un Reino que duraría por tiempo indefinido (2 Samuel 7:12, 13; Salmo 89:3, 4). Una vez que el pacto de la Ley condujo a los judíos hasta el Mesías, Jehová dio a conocer otros detalles sobre el cumplimiento de su propósito (Gálatas 3:19, 24). Los seres humanos que estarían asociados a la parte principal de la descendencia formarían el predicho “reino de sacerdotes” y entrarían en “un nuevo pacto” como un nuevo “Israel”, un Israel espiritual (Jeremías 31:31-34; Hebreos 8:7-9).

w08 15/1 pág. 20 párr. 3 Considerados dignos de recibir un reino
3. ¿Para qué hizo Jehová un pacto con Abrahán, y quién desempeña un papel fundamental en su cumplimiento?
3 El Día del Juicio durará mil años, y será Jesús, el Rey del Reino de Dios, quien presida el juicio en nombre de su Padre. Pero Jesús no estará solo. Jehová escoge a seres humanos para que reinen y juzguen junto con él durante ese período (compárese con Lucas 22:29, 30). Hace casi cuatro mil años, Jehová sentó las bases para ese Día del Juicio cuando hizo un pacto con su fiel siervo Abrahán, pacto que al parecer entró en vigor en el año 1943 antes de nuestra era (léase Génesis 22:17, 18). Por supuesto, Abrahán no captó del todo lo que significaría para la humanidad dicho pacto. Pero hoy nosotros comprendemos, al examinar sus términos, que la descendencia de Abrahán desempeña un papel fundamental en el cumplimiento del propósito de Dios de juzgar a la humanidad.

w09 15/3 pág. 22 párr. 10 Jehová merece que todos lo alabemos
10. ¿Cómo demostró Jehová su fidelidad al pacto que había hecho con Abrahán?
10 “Ha dado alimento a los que le temen. Hasta tiempo indefinido se acordará de su pacto.” (Sal. 111:5.) Al parecer, el salmista se refiere al pacto que Dios hizo con Abrahán. Jehová prometió que bendeciría a la descendencia de Abrahán y aseguró que esta tomaría “posesión de la puerta de sus enemigos” (Gén. 22:17, 18; Sal. 105:8, 9). En un principio, esa promesa se cumplió cuando la descendencia de Abrahán creció hasta formar la nación de Israel. Los israelitas fueron esclavos en Egipto durante mucho tiempo, pero Dios “se acordó [...] de su pacto con Abrahán” y los liberó (Éxo. 2:24). La forma en que los trató después de liberarlos demostró su generosidad, pues no solo les dio alimento físico, sino también alimento espiritual (Deu. 6:1-3; 8:4; Neh. 9:21). En siglos posteriores, los israelitas desobedecieron vez tras vez a Dios, a pesar de que él les enviaba profetas para convencerlos de que se corrigieran. Más de mil quinientos años después de liberar a Israel, Jehová envió a su Hijo unigénito a la Tierra, pero la mayoría de los judíos lo rechazaron y dejaron que fuera ejecutado. Entonces, Dios formó una nueva nación, una nación espiritual llamada “el Israel de Dios”. Junto con Jesús, esta nación conforma la descendencia espiritual de Abrahán, mediante la cual Jehová prometió bendecir a la humanidad (Gál. 3:16, 29; 6:16).

w11 15/9 pág. 26 párr. 7 ¿Me conoce Jehová?
7. ¿Qué comprendía Abrahán acerca de las promesas de Jehová, y cómo influyó este hecho en su forma de vivir?
7 Abrahán recibió la promesa divina de que sus descendientes heredarían la Tierra Prometida y serían tan numerosos “como los granos de arena que hay en la orilla del mar” (Gén. 22:17, 18). Sin embargo, aunque no vivió para ver el cumplimiento de esta promesa, mantuvo firme su confianza en Jehová. Comprendía que siempre que el Creador daba su palabra de hacer algo, podía darse por hecho. Y por su forma de vivir probó que tenía esa seguridad (léase Hebreos 11:13). ¿Qué puede decirse de nosotros? ¿Nos conoce Dios como personas que poseen una fe semejante?

w11 15/5 pág. 22 párrs. 8-9 ¡Qué profunda es la sabiduría de Dios!
8, 9. a) ¿Qué cuatro puntos básicos nos ayudarán a entender la comparación del olivo? b) ¿Qué pregunta vamos a analizar, y qué nos revela sobre Jehová la respuesta?
8 Si queremos entender bien la comparación del olivo, primero debemos recordar cuatro hechos sobre cómo desarrolla Jehová su propósito valiéndose de la Descendencia Prometida. Primero, que Dios le hizo esta promesa a Abrahán: “Mediante tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra” (Gén. 22:17, 18). Segundo, que Jehová les dio a los descendientes de Abrahán, la nación de Israel, la oportunidad de producir “un reino de sacerdotes” (Éxo. 19:5, 6). Tercero, que Dios tomó otras medidas para producir dicho “reino de sacerdotes” al ver que la mayoría de los israelitas no aceptaron al Mesías (Mat. 21:43; Rom. 9:27-29). Y, cuarto, que aunque Jesús es la parte principal de la descendencia de Abrahán, Jehová concede a otras personas el honor de formar parte de dicha descendencia (Gál. 3:16, 29).
9 A estos cuatro puntos se une otro dato que encontramos en Revelación: 144.000 personas van al cielo para ser reyes y sacerdotes con Cristo (Rev. 14:1-4). Este libro los designa también como “los hijos de Israel” (Rev. 7:4-8). ¿Quiere decir lo anterior que todos los 144.000 son israelitas de raza, es decir, judíos? La contestación a esta pregunta revela lo flexible que es Jehová al cumplir su propósito. Para encontrar la respuesta, fijémonos ahora en la carta que escribió Pablo a los romanos.

w08 1/1 pág. 6 ¿Qué es el Reino de Dios?
5. El Rey del Reino de Dios ya ha demostrado ante toda la humanidad que es digno de ocupar ese puesto. Jesús de Nazaret fue sin duda el Mesías prometido. Provino del linaje que Dios había determinado (Génesis 22:18; 1 Crónicas 17:11; Mateo 1:1). Cuando estuvo en la Tierra, cumplió decenas de profecías escritas siglos antes. Además, desde los cielos se le identificó como el Mesías. ¿De qué manera? Pues bien, Dios mismo habló desde los cielos y lo reconoció como su propio Hijo, y los ángeles lo señalaron como el Mesías prometido. Por otra parte, Jesús ejecutó milagros que eran una clara manifestación del poder divino, y a menudo lo hizo ante miles de testigos oculares. Jesucristo demostró vez tras vez la clase de gobernante que sería. No solo tenía el poder para ayudar a la gente, sino también el deseo de hacerlo (Mateo 8:1-3). Era generoso, compasivo, valiente y humilde. El relato de su vida en la Tierra se halla al alcance de todos, en las páginas de la Biblia.


w09 15/12 págs. 20-21 párrs. 5-6 Dios nos salva mediante el Mesías
5, 6. a) ¿Cómo se ejecutaría la sentencia contra Satanás? b) ¿Cómo fue revelando Dios la línea genealógica de la “descendencia” prometida?
5 Las profecías mesiánicas giran en torno al “secreto sagrado” (Col. 1:26, 27; Gén. 3:15). Este secreto abarca múltiples aspectos de relevancia universal. Uno de ellos es la sentencia dictada contra “la serpiente original”, es decir, contra el culpable de que la humanidad sea esclava del pecado y la muerte: Satanás (Rev. 12:9). ¿Cómo se ejecutaría esa sentencia? Pues bien, Jehová predijo que la “mujer” produciría una “descendencia” que aplastaría la cabeza de la “serpiente”, eliminando así al causante de la rebelión, las enfermedades y la muerte. Sin embargo, antes de eso, Dios le permitiría al Diablo herir en el talón a la “descendencia” de la mujer.
6 La identidad de la “descendencia” prometida se reveló gradualmente. Para empezar, Abrahán recibió esta promesa de Jehová: “Mediante tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra” (Gén. 22:18). Tiempo después, Moisés predijo que se trataría de “un profeta”, el cual sería mayor que él mismo (Deu. 18:18, 19). Y luego David recibió la garantía divina —confirmada más tarde por los profetas— de que el Mesías nacería en su familia, heredaría su trono y gobernaría para siempre (2 Sam. 7:12, 16; Jer. 23:5, 6).

w10 15/12 pág. 19 párr. 16 Las bendiciones que nos ofrece el Rey que Dios guía con su espíritu
16. ¿Qué garantía ofrece Génesis 22:18?
16 Jehová le prometió a Abrahán: “Mediante tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra debido a que has escuchado mi voz” (Gén. 22:18). Para las personas que aman a Dios, esta promesa constituye una garantía de que recibirán las bendiciones que traerá la Descendencia mesiánica. Por eso, teniendo presentes dichas bendiciones, se dedican a servir a Dios con mucho entusiasmo.

w10 15/3 pág. 26 párr. 12 Un solo rebaño, un solo pastor
12. ¿Qué nuevo acuerdo predijo Jehová?
12 Jehová anunció que establecería un nuevo acuerdo con su pueblo cuando dijo: “Este es el pacto que celebraré con la casa de Israel después de aquellos días [...]. Ciertamente pondré mi ley dentro de ellos, y en su corazón la escribiré. Y ciertamente llegaré a ser su Dios, y ellos mismos llegarán a ser mi pueblo” (Jer. 31:31-33). Mediante este nuevo pacto cumpliría de forma gloriosa y duradera su promesa a Abrahán (léase Génesis 22:18).

w11 15/7 págs. 25-26 párrs. 9-10 ¿Qué es el descanso de Dios?
9, 10. a) ¿Por qué cometían un grave error los israelitas al querer volver a Egipto? b) ¿Qué habría ocurrido con su adoración a Dios si hubieran regresado?
9 Actuar en conformidad con el propósito divino era un honor inmenso que les habría reportado grandes beneficios a ellos y, con el tiempo, a todas las naciones (Gén. 22:18). Por desgracia, la mayor parte de aquella generación despreció el privilegio de ser el único pueblo gobernado directamente por Dios y un modelo para las demás naciones. ¡Hasta pretendieron regresar a Egipto! (Léase Números 14:2-4.) Pero ¿de qué les habría servido volver allí? ¿Acaso les habría ayudado a trabajar mejor a favor del propósito de Jehová? Todo lo contrario. Se habrían convertido de nuevo en esclavos de los paganos y jamás habrían podido obedecer la Ley mosaica ni recibir el perdón de sus pecados. Su obstinación con volver a Egipto demostraba lo ciegos que estaban y lo egoístas que eran. Con toda razón, Jehová recordó más tarde: “Quedé asqueado de esta generación y dije: ‘Siempre se descarrían en su corazón, y ellos mismos no han llegado a conocer mis caminos’. De modo que juré en mi cólera: ‘No entrarán en mi descanso’” (Heb. 3:10, 11; Sal. 95:10, 11).
10 Con su necia actitud, demostraron que valoraban muy poco las cosas espirituales. Lo único que les importaba eran los puerros, las cebollas y los ajos de Egipto (Núm. 11:5). Fueron tan ingratos como Esaú, quien no dudó en renunciar a su valiosa herencia espiritual por un plato de lentejas (Gén. 25:30-32; Heb. 12:16).

w11 15/5 pág. 25 párrs. 19-20 ¡Qué profunda es la sabiduría de Dios!
19, 20. Tal como indica la comparación del olivo, ¿qué logra Jehová?
19 Ciertamente, el propósito divino sobre “el Israel de Dios” se está cumpliendo de un modo maravilloso (Gál. 6:16). Como indicó Pablo, “todo Israel será salvo” (Rom. 11:26). Cuando llegue el momento que Jehová ha establecido, “todo Israel” —o sea, el número pleno de israelitas espirituales— realizará sus funciones en el cielo. En efecto, servirán como reyes y sacerdotes. ¡Nada puede impedir que se realice el propósito de Dios!
20 Gracias a la descendencia de Abrahán, formada por Jesucristo y los 144.000, la “gente de las naciones” podrá recibir grandes bendiciones, cumpliéndose así la promesa divina (Rom. 11:12; Gén. 22:18). Como vemos, los beneficios se extenderán al pueblo de Dios en su totalidad. Sin duda, al contemplar cómo se va haciendo realidad el propósito eterno de Jehová, no podemos menos que exclamar: “¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios!” (Rom. 11:33).

w12 15/10 pág. 24 párrs. 7-8 Obedezca a Dios y verá cumplidas sus promesas
7, 8. a) ¿Con qué propósito le hizo Dios un juramento a Abrahán? b) ¿Cómo se beneficiarán del juramento de Dios las “otras ovejas”?
7 ¿Con qué propósito le juró Dios a Abrahán que sus promesas se cumplirían? Con el de animar y fortalecerles la fe a las personas que compondrían la parte secundaria de la “descendencia” prometida, quienes serían herederos con Cristo (léase Hebreos 6:13-18; Gál. 3:29). Como explicó el apóstol Pablo, Jehová “intervino con un juramento, a fin de que, mediante dos cosas inmutables [su promesa y su juramento] en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos [...] fuerte estímulo para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros”.
8 Los cristianos ungidos no son los únicos que se benefician de ese juramento. Jehová juró que mediante la “descendencia” de Abrahán se bendecirían personas de “todas las naciones de la tierra” (Gén. 22:18). Entre ellas se encuentran las obedientes “otras ovejas” de Cristo, quienes abrigan la esperanza de vivir para siempre en una Tierra hecha un paraíso (Juan 10:16). Sea que tengamos la esperanza de vivir en el cielo o en la Tierra, debemos “asirnos”, o aferrarnos, a ella obedeciendo a Dios en todo aspecto de nuestra vida (léase Hebreos 6:11, 12).

Capítulo 23:

w12 15/9 pág. 10 párr. 11 Mil años de paz... ¡y muchos más!
11. ¿Qué relato bíblico lo conmueve especialmente?
11 Pensemos en algunos relatos bíblicos marcados por la emotividad y los sentimientos. Por ejemplo, “Abrahán entró a plañir a Sara y a llorarla” cuando ella falleció con 127 años de edad (Gén. 23:1, 2). Cuando Noemí se despidió de sus dos nueras viudas, en dos ocasiones “ellas se pusieron a alzar la voz y llorar” (Rut 1:9, 14). Cuando el rey Ezequías se enfermó y sabía que iba a morir, oró a Dios y “se puso a llorar profusamente”, lo que al parecer conmovió a Jehová (2 Rey. 20:1-5). ¿Y cómo no emocionarse al pensar en la ocasión en que Pedro, después de negar a Jesús, oyó cantar al gallo y “lloró amargamente”? (Mat. 26:75.)

w91 1/10 págs. 15-16 párrs. 11-13 Apóyese en los brazos eternos de Jehová
11-13. ¿Qué puede aliviar el dolor causado por la muerte de un ser querido?
11 Otra experiencia angustiosa es la muerte de un ser querido. Abrahán lamentó profundamente la pérdida de su esposa Sara. (Génesis 23:2.) David sintió gran desconsuelo cuando su hijo Absalón murió. (2 Samuel 18:33.) ¡Y hasta Jesús el hombre perfecto “cedió a las lágrimas” por la muerte de su amigo Lázaro! (Juan 11:35.) De modo que hay tristeza cuando ocurre la muerte de un ser querido. Pero ¿qué pudiera aliviar el dolor que se siente en esas circunstancias?
12 Dios ayuda a sus siervos a soportar el dolor extremo que causa la pérdida de un ser querido. Su Palabra dice que habrá una resurrección. Por eso ‘no nos apesadumbramos como lo hacen también los demás que no tienen esperanza’. (1 Tesalonicenses 4:13; Hechos 24:15.) El espíritu de Jehová nos ayuda a tener paz y fe y a meditar sobre el maravilloso futuro que se promete en su Palabra, para que no nos abrumen por completo pensamientos tristes sobre el ser querido que hemos perdido. También obtenemos alivio cuando leemos las Escrituras y oramos al “Dios de todo consuelo”. (2 Corintios 1:3, 4; Salmo 68:4-6.)
13 La esperanza de la resurrección puede consolarnos como lo hizo en el caso del piadoso Job, quien exclamó: “¡Oh que en el Seol me ocultaras, [Jehová,] que me mantuvieras secreto hasta que tu cólera se volviera atrás, que me fijaras un límite de tiempo y te acordaras de mí! Si un hombre físicamente capacitado muere, ¿puede volver a vivir? Todos los días de mi trabajo obligatorio esperaré, hasta que llegue mi relevo. Tú llamarás, y yo mismo te responderé. Por la obra de tus manos sentirás anhelo”. (Job 14:13-15.) Por lo general uno no se entristece profundamente cuando un amigo querido se va de viaje, pues esperamos verlo de nuevo. El profundo dolor que causa la pérdida de una persona amada puede aliviarse hasta cierto grado si vemos de manera semejante la muerte de un cristiano fiel. Si tenía la esperanza de vivir en la Tierra, será despertado del sueño de la muerte aquí en la Tierra bajo el Reinado de Mil Años de Cristo. (Juan 5:28, 29; Revelación 20:11-13.) Y si nosotros tenemos la esperanza de vivir para siempre en la Tierra, pudiéramos estar aquí para dar la bienvenida al ser querido que habrá sido resucitado.

w93 15/9 pág. 11 párr. 9 El aguante es fundamental para los cristianos
9. a) ¿Por qué tenemos que mostrar aguante cuando perdemos a un ser querido en la muerte? b) ¿Qué textos bíblicos muestran que no es impropio llorar de tristeza?
9 Si usted ha perdido a un ser querido en la muerte, necesita un aguante que dure mucho tiempo después que sus conocidos hayan regresado a la rutina cotidiana. Es posible que le sea especialmente difícil superar el abatimiento cada año en las fechas en que falleció su ser amado. Aguantar la pérdida de un ser querido no significa que sea impropio llorar de tristeza. Es normal que lloremos la muerte de un ser querido, y de ninguna manera indica que no tengamos fe en la esperanza de la resurrección. (Génesis 23:2; compárese con Hebreos 11:19.) Jesús “cedió a las lágrimas” cuando Lázaro murió, aunque le había dicho con toda confianza a Marta: “Tu hermano se levantará”. ¡Y Lázaro efectivamente se levantó! (Juan 11:23, 32-35, 41-44.)

w95 1/12 pág. 17 párr. 13 Jehová da poder al cansado
13. ¿Qué ejemplos bíblicos muestran que los hombres y mujeres fieles de aquellos tiempos tuvieron sentimientos y experiencias semejantes a los nuestros?
13 La muerte de su esposa afligió profundamente al patriarca Abrahán, a pesar de su fe en la resurrección. (Génesis 23:2; compárese con Hebreos 11:8-10, 17-19.) David, ya arrepentido, pensaba que era indigno de servir a Jehová debido a los pecados que había cometido. (Salmo 51:11.) Moisés se sintió inepto. (Éxodo 4:10.) Epafrodito se deprimió cuando se supo que una enfermedad grave limitaba su actividad en “la obra del Señor”. (Filipenses 2:25-30.) Pablo tuvo que luchar contra la carne caída. (Romanos 7:21-25.) Parece ser que Evodia y Síntique, dos hermanas ungidas de la congregación de Filipos, tuvieron alguna dificultad en llevarse bien. (Filipenses 1:1; 4:2, 3.) Es animador saber que estos siervos fieles que tuvieron sentimientos y experiencias semejantes a los nuestros, no se dieron por vencidos. Y Jehová tampoco los abandonó.

w07 15/7 págs. 28-29 párrs. 9-11 Esperemos con aguante el día de Jehová
9-11. a) ¿Qué nos permitirá sobrellevar el dolor de haber perdido a un ser amado? b) ¿Cómo nos ayuda el ejemplo de Ana?
9 Cuando la muerte nos separa de algún familiar, esa enorme pérdida puede producir mucha angustia. Abrahán lloró la muerte de su amada esposa, Sara (Génesis 23:2). Hasta Jesús, que era un hombre perfecto, “cedió a las lágrimas” al morir su amigo Lázaro (Juan 11:35). De modo que es natural sentirse triste cuando la muerte nos arrebata a un ser amado. No obstante, los cristianos sabemos que habrá una resurrección (Hechos 24:15). Por eso ‘no nos apesadumbramos como los que no tienen esperanza’ (1 Tesalonicenses 4:13).
10 ¿Cómo podemos sobrellevar la pérdida de un ser querido? Quizás una comparación resulte útil. Cuando un amigo sale de viaje, por lo general no caemos en un estado prolongado de tristeza, porque esperamos verlo a su regreso. Pues bien, tener un punto de vista similar sobre la muerte de un cristiano fiel puede aliviar nuestro dolor, ya que sabemos que le espera la resurrección (Eclesiastés 7:1).
11 La confianza total en “el Dios de todo consuelo” nos permitirá asimismo sobrellevar la pérdida (2 Corintios 1:3, 4). También nos será de provecho reflexionar en el ejemplo de una viuda de tiempos bíblicos llamada Ana. Ella había perdido a su esposo cuando apenas llevaba siete años casada. Sin embargo, a sus 84 años aún acudía al templo para servir a Jehová (Lucas 2:36-38). El hecho de llevar una vida de plena devoción le ayudó sin duda a sobreponerse al dolor y la soledad. De igual modo, nuestra participación regular en las actividades cristianas, entre ellas la predicación del Reino, nos ayudará a soportar el dolor de haber perdido a un ser amado.

Capítulo 24:

w93 15/2 págs. 17-18 párrs. 2-3 Cultivemos la nueva personalidad en el matrimonio
2, 3. a) ¿Qué se requiere para escoger acertadamente a un cónyuge? b) ¿Qué implica el matrimonio?
2 Hay buenas razones para que no nos precipitemos a contraer matrimonio impulsados por el intenso deseo carnal. Se requiere tiempo para cultivar la personalidad y el carácter propios de un adulto. También exige tiempo adquirir la experiencia y el conocimiento que pueden servir de fundamento para obrar con buen juicio. Entonces es más fácil acertar en la selección de un compañero para toda la vida que sea compatible. Un refrán español expresa estas ideas claramente: “Más vale soltero andar, que mal casar”. (Proverbios 21:9; Eclesiastés 5:2.)
3 Obviamente, el escoger el cónyuge apropiado es fundamental para tener éxito en el matrimonio. Hacer eso requiere que el cristiano siga las pautas bíblicas y que no se deje llevar simplemente por la atracción física ni indebidas presiones emocionales y románticas. El matrimonio es mucho más que la unión de dos cuerpos. Es la unión de dos personalidades, dos antecedentes familiares y educativos, y posiblemente dos culturas e idiomas. La unión de dos personas en matrimonio ciertamente exige el uso apropiado de la lengua; con el habla derrumbamos o edificamos. Por todo ello, vemos la sabiduría del consejo de Pablo de ‘casarse solo en el Señor’, es decir, con un compañero de creencia. (1 Corintios 7:39; Génesis 24:1-4; Proverbios 12:18; 16:24.)

w02 15/5 pág. 14 párrs. 8-9 Beneficiémonos de la bondad amorosa de Jehová
8, 9. a) ¿Cuál fue la misión del siervo de Abrahán? b) ¿Por qué oró a Dios el servidor pidiéndole su bondad amorosa, y qué sucedió mientras lo hacía?
8 En el capítulo 24 de Génesis leemos un pasaje en el que se pone de relieve otra expresión de la bondad amorosa, o amor leal, de Dios. Allí se relata que Abrahán encargó a su siervo que fuera al país de sus parientes con objeto de hallar una esposa para su hijo Isaac (versículos 2-4). Era una tarea difícil, pero Abrahán aseguró al servidor que el ángel de Jehová lo guiaría (versículo 7). Por fin el siervo llegó a un pozo situado a las afueras de “la ciudad de Nacor” (bien Harán o un lugar cercano), justo cuando se acercaban unas mujeres para sacar agua (versículos 10, 11). Cuando las vio aproximarse, se dio cuenta de que había llegado el momento crucial de su misión. Ahora bien, ¿cómo sabría cuál era la mujer adecuada?
9 Consciente de que necesitaba la ayuda divina, el servidor hizo esta oración: “Jehová, el Dios de mi amo Abrahán, haz que suceda, por favor, ante mí en este día, y ejecuta bondad amorosa para con mi amo Abrahán” (versículo 12). ¿Cómo expresaría Jehová su bondad amorosa? El servidor pidió una señal inequívoca que le permitiera reconocer a la joven que Dios había escogido (versículos 13, 14). Una de ellas hizo exactamente lo que él había solicitado a Jehová. Parecía como si la joven hubiese escuchado su oración (versículos 15-20). Atónito, el servidor “se quedó mirándola con fijeza, admirado”. No obstante, aún había que determinar algunos detalles fundamentales. ¿Era pariente de Abrahán esta hermosa mujer? ¿Estaba soltera todavía? De modo que el servidor guardó “silencio para saber si Jehová había dado éxito a su viaje o no” (versículos 16, 21).

w01 15/5 págs. 18-19 párr. 9 Consejo divino para la elección de un cónyuge
9. ¿Qué hizo Abrahán a fin de encontrar esposa para su hijo, y con qué resultados?
9 La devoción piadosa impulsó al fiel patriarca Abrahán a tratar de agradar a Dios cuando llegó el momento de escoger un cónyuge para su hijo Isaac. Le dijo a su siervo de confianza: “Tengo que hacerte jurar por Jehová, el Dios de los cielos y el Dios de la tierra, que no tomarás esposa para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre quienes estoy morando, sino que irás a mi país y a mis parientes, y ciertamente tomarás esposa para mi hijo, para Isaac. [...] [Jehová] enviará a su ángel delante de ti, y ciertamente tomarás de allá esposa para mi hijo”. Rebeca resultó ser una extraordinaria esposa, a quien Isaac amó profundamente (Génesis 24:3, 4, 7, 14-21, 67).

w99 1/1 pág. 7 párr. 5 ¿Es nuestra fe como la de Abrahán?
5. ¿A dónde se dirigió Abrahán después de la muerte de su padre? ¿Por qué?
5 La familia de Taré se estableció en su nueva ciudad. Años más tarde, cuando Abrahán habló de “mi país”, se refirió a la región de Harán, no a Ur (Génesis 24:4). No obstante, Harán no iba a ser el hogar permanente de Abrahán. Según Esteban, “después que hubo muerto su padre, Dios hizo que mudara su domicilio a esta tierra donde ustedes ahora moran” (Hechos 7:4). Abrahán obedeció las instrucciones de Jehová y, acompañado por Lot, cruzó el Éufrates y entró en la tierra de Canaán.

w99 1/1 pág. 18 párrs. 12-13 “Hagan firme su corazón”
12, 13. a) ¿Cómo bendijo Jehová a Abrahán cuando este siguió Su dirección? b) ¿Qué experiencias fortalecerán nuestra fe?
12 Un cuarto factor que fortaleció la fe de Abrahán fue el apoyo que Jehová le dio cuando siguió Su dirección. Cuando Abrahán fue a rescatar a Lot de manos de los reyes invasores, Jehová le dio la victoria (Génesis 14:16, 20). Aunque Abrahán vivía como un residente temporal en la tierra que heredaría su descendencia, Jehová lo bendijo en sentido material (compárese con Génesis 14:21-23). Jehová guió a su mayordomo a fin de que encontrara una esposa adecuada para su hijo (Génesis 24:10-27). En efecto, “Jehová [bendijo] a Abrahán en todo” (Génesis 24:1). Esto fortaleció tanto su fe y estrechó tanto su relación con Jehová Dios, que este lo llamó “mi amigo” (Isaías 41:8; Santiago 2:23).
13 ¿Podemos tener nosotros hoy una fe tan fuerte como esa? Ciertamente. Si ponemos a Jehová a prueba obedeciendo sus mandamientos, como lo hizo Abrahán, él también nos bendecirá, con el consecuente fortalecimiento de nuestra fe. Por ejemplo, un repaso del informe del año de servicio de 1998 muestra que muchas personas fueron maravillosamente bendecidas cuando obedecieron el mandato de predicar las buenas nuevas (Marcos 13:10).

w09 15/11 págs. 7-8 párrs. 3-4 El estudio de la Biblia enriquece nuestras oraciones
3, 4. ¿Qué misión tenía el siervo de Abrahán, y qué aprendemos de la respuesta que recibió de Jehová?
3 El estudio de la Biblia nos enseña lo importante que es pedir siempre la guía de Dios. Recordemos el caso del siervo de mayor edad de Abrahán, quien seguramente era Eliezer. Este hombre viajó a Mesopotamia por orden de su amo en busca de una mujer que sirviera a Jehová y se casara con Isaac. Cuando vio a cierta joven sacar agua de un pozo, oró a Jehová y le dijo: “Que la joven a quien yo diga: ‘Baja tu jarro de agua, por favor, para que yo beba’, y que realmente diga: ‘Bebe, y también daré de beber a tus camellos’, esta sea la que tienes que asignar a tu siervo, a Isaac; y mediante esto déjame saber que has ejecutado amor leal para con mi amo” (Gén. 24:12-14).
4 El siervo de Abrahán recibió la respuesta a su oración cuando Rebeca dio de beber a sus camellos. Poco después, ella se fue con él a Canaán y llegó a ser la amada esposa de Isaac. Claro, hoy día no podemos esperar que Jehová nos guíe dándonos una señal especial. No obstante, él dirigirá nuestros pasos si le oramos y nos dejamos guiar por su espíritu (Gál. 5:18).


w02 15/5 págs. 19-20 párr. 8 Mostremos bondad amorosa a los necesitados
8. ¿Cómo reaccionó Betuel ante los sucesos que tenían que ver con Rebeca?
8 Jehová ya había mostrado bondad amorosa a Abrahán (Génesis 24:12, 14, 27). ¿Estaría dispuesto Betuel a hacer lo mismo permitiendo que Rebeca se fuera con el siervo del patriarca? ¿Complementaría la bondad amorosa humana a la manifestada por Dios? ¿O sería en vano el largo viaje del servidor? Debió reconfortar mucho a este escucharles confesar a Labán y a Betuel: “De Jehová ha procedido esta cosa” (versículo 50). Reconocieron que Dios estaba detrás de lo sucedido y aceptaron su decisión sin vacilar. Luego, Betuel expresó su bondad amorosa al añadir: “Aquí está Rebeca delante de ti. Tómala y vete, y llegue ella a ser esposa del hijo de tu amo, tal como ha hablado Jehová” (versículo 51). Rebeca acompañó con gusto al servidor de Abrahán, y al poco tiempo se convirtió en la querida esposa de Isaac (versículos 49, 52-58, 67).

w08 15/2 pág. 3 párr. 4 Tengamos siempre presente a Jehová
4. Mencione un ejemplo bíblico que demuestre que Dios contesta las oraciones.
4 Si tenemos siempre presente a Jehová, él contestará nuestras oraciones (Sal. 65:2; 66:19). Una prueba de ello es el caso del siervo de mayor edad de Abrahán, quien seguramente era Eliezer. Este hombre viajó a Mesopotamia por orden de su amo en busca de una esposa para Isaac, una mujer que sirviera a Jehová. Acudió a Dios, le pidió ayuda y, al ver que Rebeca se ofrecía para dar de beber a sus camellos, supo reconocer la respuesta divina. Debido a que era un hombre de oración, encontró a la que llegaría a ser la amada esposa de Isaac (Gén. 24:12-14, 67). Aunque no estemos en una misión especial, como lo estuvo el siervo de Abrahán, ¿no deberíamos tener esa misma confianza en que Jehová contestará nuestras oraciones?

w11 15/8 págs. 9-10 párrs. 8-9 Esperaban al Mesías
8, 9. Según las profecías, ¿de quién nacería el Mesías, y qué tragedia ocurriría después de su nacimiento?
8 Nacería de una mujer virgen. Isaías anunció: “La doncella [...] quedará encinta” (léase Isaías 7:14). Es cierto que este versículo no usa la palabra hebrea que significa específicamente “virgen” (bethuláh), sino otra que quiere decir “doncella” (ʽalmáh). Pero este último término también se aplicaba a las mujeres solteras que no habían tenido relaciones sexuales, como es el caso de Rebeca (Gén. 24:16, 43). Además, guiado por el espíritu de Dios, Mateo empleó el vocablo griego preciso para “virgen” (parthénos) cuando explicó que Isaías 7:14 se había cumplido al nacer Jesús. Y los Evangelios de Mateo y Lucas no dejan ninguna duda de que María lo había concebido sin haber tenido relaciones con ningún hombre, sino únicamente por la acción del espíritu santo (Mat. 1:18-25; Luc. 1:26-35).
9 Tras su nacimiento ocurriría una matanza de niños. Varios siglos antes de la era cristiana, cuando los hebreos vivían en Egipto, el faraón les mandó arrojar al río Nilo a todos sus varones recién nacidos (Éxo. 1:22). Mucho tiempo después, Jeremías 31:15, 16 anunció una matanza similar. La profecía habla de “Raquel que llora a sus hijos”, pues se los han llevado a “la tierra del enemigo”. Se lamenta con tanta fuerza que la oyen hasta en la lejana Ramá, en el territorio de Benjamín, al norte de Jerusalén. Mateo muestra que la predicción se cumplió cuando el rey Herodes ordenó ejecutar a los niños varones de muy corta edad de Belén y sus alrededores (léase Mateo 2:16-18). ¡Cuánto dolor tuvieron que sentir las familias de aquella región!

w02 15/5 págs. 21-22 párrs. 16-17 Mostremos bondad amorosa a los necesitados
16, 17. ¿Por qué es particularmente significativa la bondad amorosa de Betuel, José y Rut, y qué los movió a desplegar esta cualidad?
16 La bondad amorosa de Betuel, José y Rut es particularmente significativa, pues ni Abrahán ni Jacob ni Noemí podían presionarlos. Al fin y al cabo, Betuel no tenía ninguna obligación legal de dejar marchar a Rebeca, y podría haber dicho al servidor de Abrahán que deseaba que su laboriosa hija se quedara cerca de él (Génesis 24:18-20). Del mismo modo, José era libre de cumplir los deseos de su padre o no, pues este había muerto y no podía forzarlo a mantener su palabra. Noemí misma le dijo a Rut que era libre de quedarse en Moab (Rut 1:8). Y también tenía libertad de casarse con uno de “los jóvenes” en vez de con Boaz, un hombre mayor.
17 Betuel, José y Rut mostraron con gusto bondad amorosa; se sintieron impulsados a ello desde el corazón. Sintieron la responsabilidad moral de manifestar esta cualidad a aquellos con quienes tenían una relación, igual que más tarde David se sintió obligado a mostrársela a Mefibóset.

w02 15/5 pág. 19 párr. 7 Mostremos bondad amorosa a los necesitados
7. ¿Qué relató el siervo de Abrahán a Betuel y Labán, y qué cuestión les planteó?
7 En Génesis 24:28-67 hallamos el resto de la historia del siervo de Abrahán, que se trató en el artículo anterior. Después de encontrarse con Rebeca, fue invitado a la casa del padre de la joven, Betuel (versículos 28-32). Allí, contó en detalle su búsqueda de una esposa para el hijo de su amo (versículos 33-47). Puso de relieve que, para él, el éxito alcanzado hasta ese momento era una señal de Jehová, “que [lo] había guiado por el camino verdadero a tomar la hija del hermano de [su] amo para su hijo” (versículo 48). Seguramente confiaba en que su sincero relato convencería a Betuel y su hijo, Labán, de que Jehová respaldaba su misión. Concluyendo, dijo: “Si ustedes realmente están ejerciendo bondad amorosa y confiabilidad para con mi amo, declárenmelo; pero si no, declárenmelo, para que me vuelva o a la derecha o a la izquierda” (versículo 49).

w02 15/5 pág. 21 párr. 15 Mostremos bondad amorosa a los necesitados
15. ¿Qué característica de la bondad amorosa se destaca también en los tres relatos bíblicos que hemos comentado?
15 Los relatos bíblicos que hemos comentado indican asimismo que la bondad amorosa se ofrece libre y voluntariamente, no por obligación. Betuel cooperó gustoso con el siervo de Abrahán, al igual que Rebeca (Génesis 24:51, 58). José actuó con bondad amorosa sin que otros tuvieran que insistir para que lo hiciera (Génesis 50:4, 5). Rut “persistía en ir con [Noemí]” (Rut 1:18). Cuando esta le sugirió que hablara con Boaz, la bondad amorosa movió a la joven moabita a decir: “Todo lo que me dices lo haré” (Rut 3:1-5).

w12 15/10 pág. 29 párr. 8 Que su sí signifique sí
8. ¿Qué ejemplo nos dejó Rebeca?
8 “Estoy dispuesta a ir.” (Gén. 24:58.) Con estas sencillas palabras, Rebeca indicó a su madre y a su hermano que estaba dispuesta a irse de casa ese mismo día y viajar con un desconocido más de 800 kilómetros (500 millas) para casarse con el hijo de Abrahán, Isaac (Gén. 24:50-58). El sí de Rebeca significó sí, y ella fue una esposa fiel y temerosa de Dios. Por el resto de su vida vivió en tiendas como una extranjera en la Tierra Prometida. Y su fidelidad fue recompensada, pues tuvo el honor de ser antepasada de la Descendencia prometida, Jesucristo (Heb. 11:9, 13).

w04 15/10 págs. 17-18 párr. 12 “Ve de un sitio a otro en la tierra”
12. ¿A qué conclusión llegamos en cuanto a la fe de los israelitas, y por qué deberíamos meditar sobre ello?
12 Reflexione en este asunto desde un punto de vista geográfico. Si los israelitas hubieran ejercido fe y hubieran seguido el consejo de Josué y Caleb, ¿habrían tenido que viajar mucho para llegar a la Tierra Prometida? Qadés estaba a unos 16 kilómetros del lugar donde habían residido Isaac y Rebeca, Beer-lahai-roí [7], el cual se hallaba a menos de 95 kilómetros de Beer-seba, la ciudad que constituía el límite meridional de la Tierra Prometida (Génesis 24:62; 25:11; 2 Samuel 3:10). Si tenemos en cuenta que habían viajado desde Egipto hasta el monte Sinaí y desde allí habían recorrido 270 kilómetros hasta Qadés, podría decirse que estaban a las puertas de la Tierra Prometida. En nuestro caso, estamos en el umbral del prometido Paraíso terrestre. ¿Qué lección nos enseña este relato? El apóstol Pablo enlazó lo ocurrido a los israelitas con este consejo: “Hagamos, por lo tanto, lo sumo posible para entrar en ese descanso, por temor de que alguien caiga en el mismo modelo de desobediencia” (Hebreos 3:16–4:11).

w00 1/12 pág. 11 párr. 10 Jehová reanima al cansado
10. ¿Cuándo pudiéramos sacar tiempo para estudiar y meditar?
10 Sin duda, meditar en “las cosas profundas de Dios” reporta grandes beneficios (1 Corintios 2:10). Ahora bien, ¿cuándo sacaremos el tiempo para ello? Isaac, hijo de Abrahán, “estaba afuera paseando a fin de meditar en el campo como al caer la tarde” (Génesis 24:63-67). El salmista David ‘meditaba en Dios durante las vigilias de la noche’ (Salmo 63:6). Nosotros tenemos la opción de estudiar y meditar la Palabra de Dios en cualquier momento: mañana, tarde o noche. El estudio y la meditación de este tipo nos llevan a otro medio que ha dispuesto Jehová para robustecer la espiritualidad: la oración.

w90 15/11 pág. 11 párr. 3 “El mayor de estos es el amor”
3. ¿Qué ejemplos bíblicos hay del amor romántico?
3 El que el ser humano pueda manifestar amor es una expresión de la sabiduría y el amor e interés de Dios por la humanidad. Es interesante el hecho de que los griegos de la antigüedad tenían cuatro palabras para “amor”. Una era é•ros, que denotaba amor romántico asociado con la atracción sexual. No hubo ocasión para que los escritores de las Escrituras Griegas Cristianas usaran é•ros, aunque la Septuaginta usa formas de ese término en Proverbios 7:18 y 30:16, y hay otras referencias al amor romántico en las Escrituras Hebreas. Por ejemplo, leemos que Isaac “se enamoró” de Rebeca. (Génesis 24:67.) Un ejemplo verdaderamente notable de esta clase de amor se halla en el caso de Jacob, pues parece que él se enamoró a primera vista de la hermosa Raquel. De hecho, “Jacob procedió a servir siete años por Raquel, pero a sus ojos resultaron como unos cuantos días debido al amor que le tenía”. (Génesis 29:9-11, 17, 20.) El Cantar de los Cantares también trata sobre el amor romántico entre un pastor y una doncella. Pero se tiene que recalcar que esta clase de amor, que puede ser una fuente de mucha alegría y gozo, debe manifestarse solamente en conformidad con las normas justas de Dios. La Biblia nos dice que es solo con el amor de la esposa legítima del hombre que él puede estar “en un éxtasis constantemente”. (Proverbios 5:15-20.)

w06 15/10 pág. 18 párr. 2 Bodas honorables a la vista de Dios y los hombres
2. ¿Qué información hallamos en la Biblia tocante a las bodas?
2 Los cristianos han constatado que los consejos de la Palabra inspirada de Dios son muy útiles para quienes planean casarse (2 Timoteo 3:16, 17). Claro está, la Biblia no especifica un procedimiento detallado para celebrar las bodas cristianas. Es comprensible que así sea, ya que las costumbres y hasta los requisitos legales varían según el lugar y la época. Por ejemplo, en el antiguo Israel no había una ceremonia formal. El día de la boda, el novio llevaba a la novia a la casa de él o a la de su padre (Génesis 24:67; Isaías 61:10; Mateo 1:24). Este acto efectuado a la vista de todos constituía la boda en sí, sin la ceremonia formal que es común hoy día.

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