Campañas de Oriente y Occidente

Capítulo III. La ruptura independentista 1780 / 1821

Unidad 8. Formación de la República. 1812 / 1821



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La reacción de los republicanos contra el poder real, representado por Monteverde, se inicia en el oriente del país con la toma de Güiria el 13 de enero de 1813 por Santiago Mariño. De aquí pasa a Chacachacare, islote entre Trinidad y Paria, donde reúne a un grupo de 45 emigrados. Resuelven expedicionar sobre Venezuela dispuestos a acabar con el dominio español. A tal efecto, el 11 de enero Mariño es designado Jefe Supremo con plenitud de facultades.
En la empresa libertadora participan José Francisco y Bernardo Bermúdez, Manuel Piar, José Francisco Azcue, el marino extranjero Juan Bautista Bideau y Agustín Armario. La toma de Punta de Piedra e Irapa los anima a completar la liberación de la provincia de Cumaná y a proseguir con la de Barcelona y Margarita. Mientras tanto los margariteños, al mando de José Rafael Guevara, logran la fuga del déspota Pascual Martínez y reconocen como jefe a Juan Bautista Arismendi.
Las derrotas sufridas por los lugartenientes de Monteverde (Cervériz, Zuazola y Lorenzo de la Hoz) lo obligan a colocarse al frente de las operaciones militares. Derrotado el 25 de mayo en Maturín, el jefe canario regresa a Caracas.
En el otro extremo del país, desde la Nueva Granada, Simón Bolívar emprende la reconquista del Occidente, en la llamada Campaña Admirable. El 14 de mayo, con 500 hombres, invade por San Antonio del Táchira y en un recorrido fulgurante, el 7 de agosto, en medio de aclamaciones entra a Caracas.
Acompañan a Bolívar 600 neogranadinos, entre los que se cuentan Atanasio Girardot, Antonio Ricaurte y Luciano D’Elhuyar. Junto a ellos cabe destacar a Rafael Urdaneta, José Félix Ribas, el español Vicente Campo Elías y Rafael María Rivas Dávila, incorporados al ejército a su paso por Mérida.
En Trujillo el 15 de junio Bolívar publica el más controversial de sus decretos, el de Guerra a Muerte, justificado como represalia con el objetivo de deslindar los bandos en pugna: de un lado españoles y canarios, y de otro los americanos. En Caracas, Bolívar restablece el gobierno republicano. Consulta con los hombres de “saber y patriotismo” la forma transitoria de gobierno que conviene adoptar. Con esto trata de legitimar el nuevo poder republicano, asimilándolo a la dictadura comisoria de Miranda.
La autoridad de Bolívar se limita a Caracas y los valles de Aragua; el resto del país continúa en manos de los realistas y las guerrillas aparecen por doquier.
El 14 de octubre la Municipalidad de Caracas lo designa capitán general de los Ejércitos y le otorga el título de Libertador de Venezuela.