Ideas ilustradas

Capítulo III. La ruptura independentista 1780 / 1821

Unidad 6. Crisis del orden hispánico 1780 / 1810


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Una nueva corriente crítica del saber humano se expande por Europa con el pensamiento ilustrado y penetra en todos los espíritus. A España llega con la Dinastía de los Borbón que sucede a los Habsburgo. A las colonias americanas viene en los empaques del comercio y en las valijas de las nuevas autoridades. Según los viajeros más connotados, como Alejandro de Humboldt, las ideas de la Ilustración circulaban libremente en Venezuela.
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El centro superior del saber colonial es la Universidad de Caracas (1721). A fines del siglo XVIII, un grupo de catedráticos progresistas, el sacerdote Baltasar de los Reyes Marrero entre ellos, contagiados con las ideas ilustradas de España y del enciclopedismo francés, se proponen estimular a los alumnos universitarios para el estudio de la ciencia experimental y la filosofía innovadora. Se comienzan a discutir las ideas de los pensadores europeos más influyentes: René Descartes, Baruch Spinoza, Galileo Galilei, Gottfried Wilhem Leibniz, Juan Bautista Lamarck, Etienne Bonnot de Condillac, John Locke.
Muchos de los profesores son criollos ilustrados. Sus alumnos son quienes fundamentan la Independencia y construyen la República: Juan Germán Roscio, Miguel José Sanz, Cristóbal de Mendoza, Fernando Peñalver, José Ángel de Álamo, influidos también por la filosofía política de la trilogía Montesquieu-Voltaire-Rousseau.
Las doctrinas que orientan la independencia se concretan en El espíritu de las leyes de Montesquieu, inspirado a su vez en la obra de John Locke: Ensayo sobre el entendimiento humano.
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En cuanto a los principios que deben caracterizar a los gobiernos, según Locke, su legitimidad deriva “del consentimiento del pueblo, porque siendo los hombres naturalmente iguales [...] ninguno de cuantos componen la sociedad civil está obligado o sujeto al capricho de otros, sino solamente a leyes fijas y conocidas hechas para el beneficio de todos”. De Rousseau toman las relaciones entre el pueblo y la autoridad, sobre la base de derechos y obligaciones. Los Derechos del Hombre y del Ciudadano sirven de modelo a declaraciones afines en Europa e Hispanoamérica. La Revolución francesa proporciona a los venezolanos las locuciones de inspiración política para escribir sus documentos oficiales.
Por último, los criollos invocan las antiguas libertades de los pueblos españoles para justificar la independencia: “Las provincias ultramarinas de la monarquía no son, no han sido nunca colonias y su estatuto jurídico político es semejante al de las provincias y reinos peninsulares”. Por tanto... “todos los habitantes del imperio tienen el derecho de establecer dentro de los límites territoriales que a cada una de las provincias corresponden, constituciones que les garanticen el ejercicio de la soberanía y de la libertad”...
Se puede afirmar, pues, que la declaración de independencia tuvo una amplia base doctrinaria, aunque en la práctica fue necesario recurrir a la guerra para hacer posible la aplicación de los principios sobre los cuales se sustentaba.
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