Llega la imprenta
Capítulo III. La ruptura independentista 1780 / 1821
Unidad 6. Crisis del orden hispánico 1780 / 1810
Los acontecimientos políticos de comienzos del siglo XIX, ponen de manifiesto la necesidad de instalar una imprenta en Caracas. Así lo comprende el capitán general Juan de Casas, cuando toma la decisión en 1808. Anteriormente existieron en varias ciudades de las provincias las “imprentas de camino”, consideradas instrumentos peligrosos ya que imprimían, entre otros, propaganda subversiva. Para contrarrestarla se edita la Gazeta de Caracas, que vio la luz el 24 de octubre de 1808. Al comienzo es vocero de las autoridades españolas y publica noticias de Europa. Luego es el órgano de difusión de la causa republicana. Después de la declaración de Independencia se introducen otras imprentas y se editan otros periódicos: El Semanario de Caracas, El Mercurio venezolano, El Publicista de Venezuela, órgano del Congreso Constituyente, y El Patriota de Venezuela, órgano de la Sociedad Patriótica.
Andrés Bello fue uno de los redactores de la Gazeta de Caracas; en sus páginas inserta sus primeros trabajos y en la imprenta publica su primer libro, Calendario manual y guía universal de forasteros en Venezuela. Este ilustre humanista universal, filósofo, poeta, educador, filólogo y gramático, nació en Caracas en 1781.
Bachiller en Artes por la Universidad de Caracas, comenzó las carreras de derecho y medicina; y por iniciativa propia estudia francés e inglés. En 1810 el gobierno de la Junta Suprema lo nombra oficial 1º de Relaciones Exteriores y comisionado, con Simón Bolívar y Luis López Méndez, ante el gobierno inglés. Permanece en Londres hasta 1829, y pasa a Santiago de Chile donde muere en 1865. Bello promovió la publicación de las revistas, la Biblioteca Americana y el Repertorio Americano.
Revolución ideológica
España no es ajena a las grandes transformaciones ideológicas que se gestan en Europa; tampoco lo son los territorios de ultramar. Los monarcas borbónicos no desprecian las ideas de la Ilustración. Cultos funcionarios españoles propagan “principios novadores”. aunque legalmente restringidas, mediante el comercio de libros penetran las nuevas ideas.La propaganda dirigida por Inglaterra y Holanda contra el imperio español cobra sus frutos.
En sus viajes a Europa los mantuanos y comerciantes asimilan los principios científicos y políticos; también los toman de los viajeros que vienen
a estudiar la naturaleza y la sociedad de las colonias, tal como Alejandro
de Humboldt. Los ejemplos revolucionarios penetran a las colonias desde Estados Unidos, Francia, Haití e Inglaterra.
El movimiento cultural
Durante este período se gesta en Caracas un importante movimiento cultural. El teatro es impulsado por el capitán general Manuel González Torres de Navarra, quien además promueve la formación de un pequeño museo de ciencias naturales.
Las tertulias o salones, como las de los Uztáriz y los Montilla, fomentan el intercambio de ideas, aunado a la lectura de poesía y ensayos de autores como Andrés Bello, José Luis Ramos y Vicente Salias. Se interpretan obras musicales europeas –Mozart, Haydn, Beethoven– y venezolanas, de los representantes de la Escuela de Chacao, José Ángel Lamas, Pedro Nolasco Colón, Lino Gallardo, Juan José Landaeta.
La educación es controlada por el Estado, orientada en sentido religioso y profundamente clasista. A los centros de cultura sólo tienen acceso los blancos; pardos y negros están excluidos. Los indígenas son educados por los sacerdotes para asimilarlos en las misiones y en los pueblos de indios.
La prosperidad de la clase dominante durante el siglo XVIII permite el desarrollo sostenido de la pintura; los artistas reciben encargos que los obligan a refinar su arte. También se traen obras de la Península, México y otras provincias hispanas. Los temas predominantes son religiosos, retratos de eclesiásticos y de ricos personajes. Los pintores más destacados son Francisco José de Lerma y Villegas, Juan Pedro López y los agrupados en la “Escuela de los Landaeta”.