El cuadro de fin de siglo

Capítulo 5. El guzmancismo: Un proyecto de país 1870 / 1899

Unidad 14. Los caudillos de fin de siglo


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Caudillo militar y dos veces presidente de la República, Joaquín Crespo domina la vida política venezolana durante los años noventa y finales de la década anterior.
Su lealtad a Guzmán Blanco le garantiza el primer ascenso al poder y el título de “Héroe del Deber Cumplido”.
Con la Revolución Legalista llega por segunda vez a la primera magistratura e inicia el último capítulo de los caudillos presidentes del siglo XIX.


El período que va desde la declinación del guzmancismo (1888) a la Revolución Liberal Restauradora (1899) muestra la fragilidad del orden político y económico creado por el guzmanato, y representa el fin de una época que casualmente culmina con el siglo.
La ausencia de discusión ideológica va pareja con el inestable liderazgo de estos años.
El único líder que sobresale como jefe indiscutido es Joaquín Crespo (1841 / 1898), jefe de la Revolución Legalista (1892) quien pone fin al gobierno de Juan Pablo Rojas Paúl e inicia el último ciclo de los caudillos presidentes del siglo XIX. Sin embargo, su muerte lo saca muy temprano de la política de fin de siglo.
Durante este período se combinan dos tendencias contradictorias. De una parte, la nación muestra su fragilidad económica cuando comienza la crisis internacional de los precios del café, a lo que se suma el peso de las deudas internacionales y, nuevamente, la impericia en el manejo de los fondos públicos. De la otra, se observa una notable mejoría en la cultura, la innovación tecnológica y la urbanización. La lentitud y lo errático de ese proceso son consecuencias de la ausencia de un eficaz liderazgo político y social.
El general Ignacio Andrade le sucederá garantizando la continuidad del sistema liberal.