Nadie como yo
Capítulo 5. El guzmancismo: Un proyecto de país 1870 / 1899
Unidad 12. Falcón y Guzmán Blanco, el ejercicio federal 1870 / 1877
Aunque disfruta mejor la vida en Caracas, tanto las exigencias de la guerra como las de la paz llevan a Guzmán por distintas localidades del interior y, como revela su correspondencia personal, está consciente de que el país no sólo no termina sino que ni siquiera empieza en Caracas.
Desde Cúa escribe a su esposa en agosto de 1875: “El entusiasmo de estos pueblos crece de día en día en la proporción de los caminos que les hago, del número de escuelas que les disemino y de la seguridad, la libertad y bienestar de que los he rodeado”. En cinco años de gobierno la pacificación y las obras públicas resumen un balance positivo. Pero no lo presenta como la obra de un gobierno, que supone una estructura de poder compartido, sino como la suya, personal: “les hago”, “les disemino”, “los he rodeado”. Esa arrogancia, ese método de gobernar ignorando a sus colaboradores, provoca resentimientos que no tardan en aflorar. Cumplido su mandato de dos años, como lo establece la Constitución de 1874, las elecciones dan como ganador a Francisco Linares Alcántara en febrero de 1877, y en el mismo mes Guzmán y su familia se marchan a Europa. Linares es hombre de su confianza pero no lo será por mucho tiempo; tan pronto como Guzmán se aleja, la reacción antiguzmancista se manifiesta en la reversión de gran parte de su actuación, en la suspensión del pago de la deuda y, como símbolo del rechazo, en la demolición de sus estatuas. No tarda el círculo guzmancista en organizar otro movimiento: la “Revolución Reivindicadora”, que estalla en diciembre de 1878. Para entonces la muerte de Linares Alcántara (30.11.1878) ya ha debilitado a los antiguzmancistas.
En febrero de 1879 Guzmán está de regreso en Caracas y se dispone a organizar el gobierno del Quinquenio.