Partidos políticos de Venezuela | Historia de Venezuela

Diccionario de Historia
de Venezuela

Diccionario de Historia de Venezuela


  1. Antecedentes. Siglo XIX
  2. Facciones y grupos personalistas
  3. Partido Conservador
  4. Partido Liberal
  5. Tadeístas y gregorianos
  6. Partido Federal
  7. Los Lincheros de Santa Rosalía
  8. Partidos de Guzmán Blanco
  9. Continuistas y legalistas
  10. Partido Liberal Nacionalista
  11. Partidos regionales
  12. Siglo XX: 1900-1936. Muerte, letargo e incubación
  13. 1936-1948: Hervidero, formación, proliferación, consolidación
  14. Breve recapitulación intermedia
  15. Un paréntesis: 1948-1958
  16. A partir de 1958

Siglo XIX


Antecedentes: En la historia de Venezuela tienen singular importancia los partidos políticos, cuyo origen arranca desde el nacimiento institucional de la República. Considérase el primer partido que existió en el país a la Sociedad Patriótica, fundada por un grupo de revolucionarios a fines de 1810, o comienzos de 1811. La actuación de algunos de sus miembros, como Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Miguel Peña, Francisco Espejo, dio a esta sociedad un cariz abiertamente político, al punto que su actuación fue similar a la de un partido político y se convirtió en elemento de presión para lograr que el Congreso Nacional se decidiera a proclamar la Independencia. Esta asociación, que tuvo en su composición las mismas características de los partidos modernos, llegó a contar hasta 600 miembros solamente en Caracas, instalándose también filiales en Barcelona, Barinas, Valencia y Puerto Cabello. Sus miembros se destacaron en los Congresos, en las funciones públicas y en la guerra, a la que fueron a defender sus principios. Tuvo su vocero periodístico, El Patriota de Venezuela, cuya redacción estuvo a cargo principalmente de Vicente Salias y Antonio Muñoz Tébar. Del ala radical que militaba en sus filas salió el llamado Club de los Sin Camisa, presidido por el sacerdote José Joaquín Liendo y Larrea. Facciones y grupos personalistas: En el tiempo de la revolución, ya en 1811, se dividió la opinión entre godos y patriotas. En el Congreso del mismo año se distingue entre centralistas y federalistas. La guerra será entre facciones armadas: realistas y republicanos. Durante la Gran Colombia, a partir de 1821, por el descontento que sobrevino por estar la capital en Bogotá y nombrarse vicepresidente al general Francisco de Paula Santander, se formó el Partido de Caracas. Después surgieron los grupos personalistas: paecistas, santanderistas y bolivarianos. Posteriormente al movimiento de Valencia conocido como La Cosiata (1826), saldrá el Partido Separatista, el que dará al traste con la gran República fundada por Simón Bolívar. En la Revolución de las Reformas (1835), fueron llamados reformistas sus partidarios y constitucionalistas los que respaldaron al gobierno. Empero, todos los surgidos desde el fin de la Sociedad Patriótica en 1812 hasta 1840 no tenían la estructura de partidos políticos, sino que eran más bien facciones o grupos personalistas. Una de las pocas instituciones que intentó revivir el espíritu de la Sociedad Patriótica fue la Sociedad Republicana, de breve existencia en 1830-1831, entre cuyos dirigentes figuraba Gerónimo Pompa.
Partido Conservador: A principios del segundo período presidencial del general José Antonio Páez (1839), los campos políticos se definen. Ante el empuje de la oposición, los conservadores empiezan a organizarse. Su jefe es el general Páez; él es el caudillo, la personificación del gobierno, el prestigio que sostiene el andamiaje político. Se habla de la necesidad de los partidos y éstos empiezan a delinearse. El que defiende al gobierno es el Partido Conservador. Sus dirigentes son los altos funcionarios, por lo que sus organismos de dirección se confunden con los órganos del Estado. Se le ha nombrado también «godo», «constitucional», «legalista», «civilista», «ministerial» y «oligárquico». Su núcleo económico es el sector mercantil y un pequeño resto del mantuanismo aristocrático. Por eso el término «conservador» es adecuado para distinguirlo en el campo de las luchas políticas. Fue el partido gobernante hasta comienzos de 1848, aun cuando, por las razones expuestas, no tuvo propiamente una estructura organizada como partido.
Partido Liberal: A mediados de 1840 un grupo de hombres notables de Caracas, principalmente civiles, por iniciativa del hacendado y escritor Tomás Lander resuelven fundar una asociación con el ánimo de participar en los debates públicos. Desde 1838 había iniciado gestiones en tal sentido el propio Lander, quien con un grupo de conciudadanos publicó un programa de acción en el periódico La Bandera Nacional. Pero la idea no se concreta sino en 1840; originalmente se piensa en un partido de carácter local y se le nombra Sociedad Liberal de Caracas. Después se denominará Partido Liberal y extenderá su acción a toda la República. Con el fin de poner en marcha su programa se acordó fundar el periódico El Venezolano y se designó para redactarlo a Antonio Leocadio Guzmán. En el primer editorial, en agosto de 1840, Guzmán adopta el lema «hombres nuevos, principio alternativo», que viene a ser la consigna agitativa, el grito de combate del nuevo partido. De este modo el nacimiento del partido se confunde con la fundación de El Venezolano y Guzmán va tomando una figuración de primer plano. Con el tiempo, se coloca en la posición de jefe supremo de dicha organización. Será, ciertamente, el gran táctico del partido y sus campañas periodísticas lo acercarán, cada vez más, a la masa popular. En pocos años, el liberalismo se hace un robusto movimiento que funciona en las principales ciudades del país. Hacia mediados de la década de 1840, cuando sus miembros intervienen en los comicios electorales, se autodenominará Gran Partido Liberal y tendrá como candidato presidencial, lanzado en Caracas, al propio Guzmán, aun cuando un sector del partido, acaudillado por Blas Bruzual, promoverá desde Barcelona la candidatura del general José Gregorio Monagas. En 1845, de las reuniones liberales celebradas en Caracas surgirá un programa elaborado por el candidato conjuntamente con los letrados José Manuel García y Manuel María Echeandía. Fue una asociación de encontrados intereses porque en su composición policlasista predominaron los sectores pudientes, pero su acción hizo que los sectores populares adquirieran una conciencia de lucha, lo que vendrá, con el tiempo a culminar como realización práctica, en la Guerra Federal. Desde la década de 1840 los liberales usan como color distintivo el amarillo, que campea en sus banderas y luego será adoptado por los federalistas, en tanto los conservadores y los centralistas se distinguen por el color rojo de sus enseñas.
Tadeístas y gregorianos: El primero de los Monagas que llega al poder es José Tadeo (1847-1851), a quien sucede su hermano José Gregorio (1851-1855). Al principio se cree que el primero habría de tener una influencia decisiva en la dirección del gobierno del segundo; pero, en la práctica, no fue así. José Gregorio Monagas formó su propio grupo y los partidarios de ambos se enfrentaron como adversarios. Por lo tanto, a partir de 1851, se manifiestan 2 tendencias, la de los gregorianos, que detentan el poder, y la de los tadeístas, quienes sintiéndose perseguidos, se aprestan a la lucha; ésta, sin embargo, no llega a la contienda armada, sino que se manifiesta sólo en el plano político; al mismo tiempo, tadeístas y gregorianos permanecen unidos, por encima de sus divergencias, a la hora de enfrentar los intentos de Páez y los conservadores para desalojarlos del poder.
Partido Federal: Después del derrocamiento de José Tadeo Monagas en su segundo período (1858), se constituye en Caracas la Sociedad Democrática de Santa Rosalía. Aunque muchos antiguos liberales aparecen en sus filas el término liberal parece extinguido. Ahora se llaman federales. Pero el Partido Federal propiamente dicho será fundado en la isla de Saint Thomas por un grupo de venezolanos expatriados. Éstos, el 15 de octubre de 1858, crean una Junta Patriótica de Venezuela que preside Félix María Alfonzo, figurando como secretario Carlos Sanabria y 3 vocales. Son ellos quienes redactan el primer programa de la Federación. El 20 de febrero de 1859, el comandante Tirso Salaverría asalta el cuartel de Coro y proclama la Federación. El 22 llega el general Ezequiel Zamora de Curazao para asumir la jefatura de operaciones y comienza así la Guerra Federal. Ésta terminará con el Tratado de Coche (24.4.1863) y con el ascenso al poder del general Juan Crisóstomo Falcón. Durante la guerra se producen enfrentamientos en el campo centralista entre los conservadores civilistas que apoyan a los presidentes Manuel Felipe de Tovar y Pedro Gual, y los dictatoriales que promueven (y al fin logran) que Páez asuma la dictadura, encabezados por Pedro José Rojas; entre los conservadores civilistas existe un grupo muy militante, al que sus adversarios llaman «los epilépticos», uno de cuyos miembros es Juan Vicente González.
Los Lincheros de Santa Rosalía: Durante el gobierno de los "azules" (1868-1870) los partidarios de José Ruperto Monagas fundaron en Caracas una agrupación denominada Sociedad Política y Religiosa de Santa Rosalía, la que pronto fue conocida como Los Lincheros. Aunque aparentemente con finalidades electorales, estos «lincheros» se organizaron para la acción directa y violenta, por lo que pronto se hicieron temidos en la ciudad.
Partidos de Guzmán Blanco: A los pocos meses de haber sido derrocado el gobierno de la federación que presidía el mariscal Falcón (26.6.1868), regresó a Venezuela Antonio Guzmán Blanco. Inmediatamente se dio a la tarea de estructurar un movimiento político que culminó en la Unión Liberal. Circunstancias adversas hicieron que Guzmán saliera nuevamente al exilio (agosto 1869). En poco tiempo organiza una expedición e invade por Curamichate, en el estado Falcón, desde donde inicia una campaña que lo trae triunfante hasta Caracas, que toma por asalto (abril 1870). Tan pronto como llega al poder, transforma la Unión Liberal en Partido Liberal de Venezuela, el que más tarde se denominará Gran Partido Liberal Amarillo. Este partido actuó en las 3 etapas del gobierno de Guzmán Blanco: El Septenio (1870-1877), el Quinquenio (1879-1884) y el Bienio de la Aclamación (1886-1888).
Continuistas y legalistas: En 1892 Raimundo Andueza Palacio pretendió seguir en el poder prolongando su gobierno por un régimen de facto, lo que trajo la revolución de Joaquín Crespo. Se planteó entonces la cuestión entre facciones armadas: los continuistas, seguidores de Andueza, y los legalistas, partidarios de Crespo. Después del triunfo de la revolución (octubre 1892), Crespo fundó el Partido de la Reconstitución Liberal. Cuatro años después, en 1896, Alberto González Briceño pretendió fundar un Partido Popular Obrero, el que habría podido constituir un importante ensayo laborista en Venezuela.
Partido Liberal Nacionalista: En 1897 Alejandro Urbaneja fundó el Partido Liberal Nacionalista, el que postuló como candidato a la Presidencia de la República al general José Manuel Hernández, el Mocho. Este partido inició en Venezuela unas campañas electorales modernas y puso en práctica los mítines públicos y las giras por la provincia. Fue un movimiento de gran relevancia en los comicios de 1897 y su candidato constituyó un extraño fenómeno de atracción colectiva.
Partidos regionales: En las luchas de provincia, los bandos políticos liberales o conservadores tenían los nombres más originales. Por ejemplo, en las elecciones de 1834 peleábanse en Maracaibo el gobierno local los «Tembleques» (liberales) y los «Campesinos» (conservadores). Desde 1840 se enfrentaron en Ciudad Bolívar los «Filántropos» (liberales) y los «Antropófagos» (conservadores). En 1848, se oponen en el Táchira los «Güífaros» (monagueros-liberales) y los «Calungos» (paecistas-conservadores); lo mismo sucedía en Barcelona con los «Chorreados» (liberales guzmancistas) y los «Chupapiedras» (liberales antiguzmancistas). En Barquisimeto el pleito fue entre los «Chuíos» (guzmancistas) y los «Chuaos» (antiguzmancistas). En Coro eran irreconciliables los «Independientes» (antiguzmancistas) y los «Incondicionales» (guzmancistas); igual actitud tenían en el Guárico los «Turupiales» (liberales) y los «Arrendajos» (conservadores). En Barinas los liberales eran llamados «Capuceros» y en los Andes «Lagartijos»; en Trujillo existían además los «Langostas» (antiguzmancistas). También en los Andes los conservadores eran calificados de «Ponchos» y finalmente, a principios del siglo XX, en San Felipe (Edo. Yaracuy) disputábanse el dominio político los «Morrocoyes» y los «Bicicletas», ambos de tendencia liberal. M.V.M.

Siglo XX


1900-1936: Muerte, letargo e incubación: Al iniciarse cronológicamente el siglo XX, Venezuela está gobernada por Cipriano Castro; a partir de 1908 y hasta 1935 lo será por Juan Vicente Gómez. Castro intenta personificar la causa liberal, pero de una manera personalista, sin cuajar ninguna estructura partidista o cosa que se le parezca, en el sentido moderno de esos términos, es decir, organizaciones con continuidad de ideas globales sobre la sociedad y de líneas programáticas que tiendan a una cierta autonomía institucional, alejándose del personalismo de los partidos decimonónicos y que propendan, a través de ese aparato institucional, al encuadramiento organizado de las masas y de los sectores sociales. Con Juan Vicente Gómez, que también se reclama de la «Causa» y llámase «Rehabilitador», la vida partidista venezolana se simplifica. De hecho, no hay actividad de partidos políticos en suelo nacional; pero el período gomecista es, a la vez que de letargo, un período de incubación. El régimen suscita en los estudiantes un romanticismo libertario que, a falta de partidos, se cobija en la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV), cuya oposición al gobierno de Gómez estallará en los sucesos del año 1928, que culminaran en la prisión o el exilio de los dirigentes estudiantiles. La FEV vivirá una segunda y corta etapa de vida en 1936. Por otra parte, estudiantes e intelectuales, profesionales y algunos obreros conocen las ideas políticas que circulan en el mundo. Sea en el exilio, sea en la prisión, sea en tertulias de parques y librerías, los jóvenes leen y comentan en forma autodidacta textos de Carlos Marx, Vladimir Ilich Lenin, León Trotsky, Henri Barbusse, Oswald Spengler, José Ortega y Gasset, Federico Nietzsche y otros autores europeos. Posteriormente, elementos de la doctrina social de la Iglesia y noticias e ideas del fascismo italiano y del «New Deal» entran también en el campo de conocimiento y discusión de una juventud, universitaria o no, animada de ese romanticismo libertario que sirve de marco emocional a las variadas mescolanzas ideológicas que podían resultar de lecturas tan dispares y tan desigualmente organizadas. Es así como se forman varios partidos en el exilio, 2 de los cuales son embriones de partidos que han llegado hasta hoy: el Partido Revolucionario Venezolano (PRV) y la Agrupación Revolucionaria de Izquierda (ARDI); el primero es el germen del futuro Partido Comunista, mientras que el segundo, formado esencialmente por estudiantes exiliados a raíz de los sucesos de 1928, es el embrión de los futuros partidos reformistas-populistas de Venezuela. El ideario de ambos partidos se inspira en el marxismo, siendo desde luego más ortodoxo en sus planteamientos el PRV. A la muerte de Gómez, todo ese fermento contenido se dispara y se organiza.

1936-1948: Hervidero, formación, proliferación, consolidación: En efecto, después de la muerte de Gómez aparece una primera gran camada de partidos de la Venezuela moderna. Una parte de ella, la menos significativa y duradera, la componen intentos de revivir los viejos partidos históricos del siglo XIX. Ejemplos de ello son el Partido Liberal Amarillo Histórico, el Partido Liberal del Táchira, el Partido Nacionalista y el Gran Partido Liberal. Otra parte la componen partidos representativos de sectores vinculados al gomecismo o al lopecismo y que se crearon para combatir las ideas marxistas; como la Liga de Defensa Nacional y la Agrupación Cívica Bolivariana. Una tercera parte la componen los partidos que expresan ese fermento al cual se ha hecho referencia. Es esta parte la más dinámica y la de mayores consecuencias para el futuro. Constituye también los embriones de los principales partidos modernos venezolanos. Sin embargo, en esta primera etapa los partidos de este último grupo son de corta vida y se disuelven y fusionan de manera vertiginosa. Entre ellos están: el Partido Revolucionario Progresista (PRP), de ideología marxista; el Movimiento de Organización Venezolana (ORVE) que reunió destacadas y algo heterogéneas figuras del pensamiento venezolano de entonces, que planteó ideas de modernización del Estado, de la economía y la sociedad y que, después de algunas decantaciones, quedó como un partido que sería otro antecesor, al igual que ARDI, de Acción Democrática; el Bloque Nacional Democrático, zuliano, de ideas progresistas y modernizadoras muy similares a las de ORVE; la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), que es una disidencia de la FEV, ocurrida en 1937 y liderada por Rafael Caldera, Lorenzo Fernández y Pedro José Lara Peña, motivada según sus autores por el predominio en la FEV de un pensamiento genéricamente marxista. La UNE nacerá con un ideario socialcristiano, siendo en los años de su nacimiento llamativas sus simpatías por el falangismo español y el bando del general Francisco Franco en la guerra civil española. La UNE, después de pasar por las etapas de Acción Electoral en 1938, Movimiento de Acción Nacionalista y Acción Nacional, es el embrión del partido social cristiano COPEI. Las divisiones y subdivisiones de estos partidos servirán de base a la historia de los partidos políticos venezolanos desde entonces hasta hoy, en una dialéctica a la que podrán incorporarse sectores y partidos provenientes del gomecismo como ya ocurre en cierta medida con la formación de la UNE. Al lado de los partidos mencionados hay, y seguirán habiendo durante los años de López Contreras (1936-1941), pequeñas, numerosas y transitorias agrupaciones políticas de la más diversa índole y alcance, que desaparecerán sin dejar huella, sea para disolverse en otra agrupación política más significativa, sea para alimentar otro intento transitorio. Vale la pena recordar a la Unión Nacional Republicana (1936), intento significativo de formar un partido que representase los intereses empresariales más avanzados. Parece haber sido el intento más serio y duradero de participación política organizada por parte de los dirigentes de la actividad económica. Intentos de fusión de ORVE, del PRP, del BND y otros partidos de izquierda culminan en la constitución del Partido Democrático Nacional (PDN) que empieza funcionando clandestinamente. Rómulo Betancourt y Jóvito Villalba están en él. En la clandestinidad, este partido sufrió un proceso de deslinde entre quienes propiciaban un partido marxista ortodoxo, clasista e internacionalista y quienes defendían, liderados por Rómulo Betancourt, la idea de un partido reformista, policlasista y nacionalista; estos últimos dominaron y los comunistas se fueron del partido. El PDN no pudo ser legalizado ni tampoco el Partido Democrático Venezolano (PDV), «disfraz» del PDN, por ser considerado por el gobierno de López Contreras portavoz de ideas comunistas, proscritas por el inciso 6º del artículo 32 de la Constitución Nacional de 1936. En 1941, ya derogado el inciso 6º, nace Acción Democrática, partido compuesto por los hombres del PDN. Los demás partidos continúan en su proceso de decantación y consolidación. En particular, el Partido Comunista de Venezuela (PCV), alcanza su legalización en 1945. Durante los gobiernos de Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita, se constituyen sendas agrupaciones oficialistas: la de López Contreras es la Agrupación Cívica Bolivariana, estructurada con los cuadros de la Administración Pública, inspirada en el pensamiento bolivariano genéricamente entendido y expresada pragmáticamente en el Programa de Febrero de López Contreras; el partido medinista es el Partido Democrático Venezolano (PDV), compuesto por intelectuales, profesionales y empleados públicos. El golpe de Estado del 18 de octubre de 1945 y el proceso de vivificación política que significa, tiene, desde el punto de vista de la historia de los partidos políticos, las siguientes consecuencias: aparecen en 1946 el Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI) y Unión Republicana Democrática (URD) de inspiración socialcristiana el uno, aunque electoralmente alimentado al principio por una clientela conservadora, católica y andina, y de inspiración «nacionalista, democrática, revolucionaria y popular» el otro. Nacen en un ambiente político dominado por Acción Democrática, lo que se demuestra con los resultados electorales de 1947. En los años que van de 1945 a 1948, la lucha política en general y la partidista en particular se intensifican progresivamente. El predominio de Acción Democrática provoca en este partido (así parecen reconocerlo hoy retrospectivamente casi todos los actores involucrados en aquel entonces) conductas sectarias, imprudentes y prepotentes. Esto tiene importancia por los efectos eventuales que pudiera tener en la política venezolana la pugnaz relación que entonces se entabló entre los que con el tiempo llegarían a ser los 2 más importantes partidos venezolanos, AD y COPEI.

Breve recapitulación intermedia: Recapitulando lo referido a la etapa de formación inicial de los partidos políticos venezolanos que tendrían más importancia a partir de 1945 y sobre todo a partir de 1958 y que son Acción Democrática, COPEI, URD y el PCV, después de la muerte de Gómez se abren varias «líneas genealógicas»: una primera línea parte de la FEV y de ARDI, nacida cuando Gómez, sigue simultáneamente con ORVE, el BND y otros grupos menores, luego con el PDN clandestino y culmina en AD; otra línea parte de un sector de la FEV, continúa con UNE, Acción Electoral, Movimiento de Acción Nacional, Acción Nacional, y termina en COPEI; otra línea parte de otros miembros de la FEV, continúa en parte del PDN, se vincula al medinismo y culmina en URD. Estos «linajes» no son nítidos. Se entrecruzan con frecuencia al calor de una dinámica muy acelerada, facilitada por lo frágil que son esos partidos organizativamente, por sus difíciles condiciones de actuación, que dificultan su consolidación y estructuración, por lo afines que son muchas veces los programas y las ideas de base y por las relaciones personales de antigua data que con frecuencia tienen los dirigentes de todas esas agrupaciones. Más enrevesada aún es la línea genealógica de lo que será el PCV. Lo es por lo clandestino de su actuación, por las tácticas que adopta de dispersión y penetración de otras organizaciones como ORVE o el PDN y por las frecuentes divisiones que hubo entre los grupos comunistas. Este sería, sin embargo, su linaje: PRV, PCV, PRP, PCV (zuliano), parte del PDN, Unión Popular Venezolana (UPV) y de nuevo, a partir de 1945, PCV. Organizativamente, la mayoría de los numerosos partidos que aparecen y desaparecen fugazmente en el período considerado son partidos de notables sin estructura organizativa. Los partidos que están en la línea que culmina en AD o en el PCV han ido tejiendo una red organizativa con doble estructuración: una calcada sobre la división político administrativa y otra sobre los grupos y sectores sociales (sindicatos, gremios, etc.) Los partidos se abocan a crear, penetrar y controlar estas organizaciones, para convertirlas en instrumentos del poder y de la voluntad del partido. También URD y COPEI adoptarán esta vía organizativa; pero será después de 1945 o de 1958 cuando esas organizaciones adquirirán toda su solidez, capacidad de penetración y variantes diferenciadoras. Desde el punto de vista ideológico, la línea que culmina en COPEI se inspira doctrinariamente en el pensamiento social de la Iglesia, pero mucho de su contenido social concreto, mucha de su clientela política real viene, al comienzo, de sectores sociales conservadores, que poco saben de socialcristianismo. Sin embargo, esa inspiración doctrinaria servirá de base para una acelerada evolución posterior de dicho partido en un sentido popular. El resto de los partidos sobre los que más se ha insistido, como ARDI, PRV, ORVE, PDN, parten de un clima ideológico dominado por una recepción, más o menos ortodoxa, del marxismo y por el problema de cómo podría ser aplicada esa teoría a una situación como la venezolana. El pensamiento aprista peruano tuvo influencia en la respuesta que se le dio a ese problema, también el tema del nacionalismo y del antilatifundismo configuraron el perfil ideológico de estos partidos, cualquiera de los cuales hubiese podido reconocerse en esta definición: «…partidos revolucionarios, democráticos, nacionalistas, antiimperialistas y antifeudales…» Sería la mayor o menor ortodoxia marxista, o la mayor o menor velocidad con que se diluía la influencia de este pensamiento, la que introduciría las diferencias ideológicas entre esos partidos de la llamada «izquierda».

Un paréntesis: 1948-1958: El 24 de noviembre de 1948 el gobierno del presidente Rómulo Gallegos y de Acción Democrática es derrocado por un golpe militar; el partido pasa a la clandestinidad y poco más tarde, lo hará el PCV; luego URD y COPEI verán también prohibida su actividad política. Empieza un duro período de clandestinidad, especialmente para AD y el PCV, que los lleva a la cooperación y a la radicalización de sectores de la juventud adeca que, en 1961, se irán de AD y formarán el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR). Si bien, desde 1952, la actividad partidista desaparece, la fortaleza de los partidos se mantiene; así lo demuestra el vigor con que reaparecen o la rapidez con la que se recuperan a la caída del gobierno de Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958. Es así como, ese mismo año, entran de nuevo a copar la escena política los 4 grandes partidos: AD, URD, COPEI, PCV.

A partir de 1958: El proceso que desde entonces van a vivir es mucho menos accidentado que el que experimentaron sus antecesores. Los datos y canales ideológicos, organizativos, personales están mucho más consolidados y delimitados. Los partidos empiezan a transitar a «velocidad de crucero» unos hacia la expansión y otros hacia la decadencia. Además de los 4 grandes partidos mencionados, entre 1945 y 1952 y entre 1958 y 1986, se han fundado numeroso partidos, micropartidos y agrupaciones políticas, 200 aproximadamente. Pero su significación es obviamente muy pequeña. Solo los 4 partidos mencionados y algunas de las divisiones a las que han dado lugar han tenido verdadera importancia. Dos de los partidos «madres», URD y el PCV, han visto muy disminuida su importancia y en el caso de URD, sin que de él haya salido ningún nuevo grupo importante. Desde 1958 hasta el presente han ocurrido procesos diferentes en los que eran para esa fecha los 4 principales partidos. AD, COPEI y URD entraron en un proceso de convivencia y de limazón de las asperezas y rencores creados durante el trienio 1945-1948. Ello les permitió llegar a los acuerdos necesarios para apuntalar el incipiente y vacilante nuevo régimen político, como fue el caso con el Pacto de Punto Fijo de 1958 entre AD, COPEI y URD. Los 2 primeros han experimentado una gran consolidación organizativa, penetrando sus organizaciones hasta los últimos resquicios regionales y sectoriales del país; también un proceso de modernización ideológica. Acción Democrática se ha ido vinculando cada vez más con el pensamiento socialdemócrata mundial, llegando a ser miembro importante de la Internacional Socialista. COPEI se ha ido deslastrando del conservadurismo que signó sus inicios, convirtiéndose en un partido de raigambre popular; también ha reforzado sus conexiones con la democracia cristiana mundial, de cuya Internacional es miembro prominente. Para 1973, AD y COPEI se han convertido en los 2 principales partidos venezolanos y entre ambos han obtenido, desde entonces, más del 80% los votos en las diferentes elecciones; su preeminencia ha hecho que el sistema político venezolano sea, de hecho, un sistema bipartidista. De ambos partidos ha salido la mayor parte del personal político y burocrático que ha gobernado a Venezuela desde 1959. Han estado sometidos a liderazgos personales, AD con Rómulo Betancourt y más discutible y transitoriamente, con Carlos Andrés Pérez; COPEI con Rafael Caldera. AD ha estado sometido además a un proceso de divisiones del que salieron 3 partidos: el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el Partido Revolucionario de Integración Nacional (PRIN) y el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP). COPEI no ha sufrido divisiones de importancia. URD también vivió una expansión organizativa, un liderazgo personal, el de Jóvito Villalba, y un auge popular que duró hasta 1968; en las elecciones de esa fecha decayó irrecuperablemente, para convertirse en un pequeño partido prestigiado por su líder Jóvito Villalba y de posiciones muy cambiantes en el juego político. Sufrió en 1966 un desprendimiento importante, liderado por Alirio Ugarte Pelayo que no sobrevivió a la inmediata muerte de ese dirigente, y luego otro mucho menor dirigido por Leonardo Montiel Ortega, con el nombre de Renovación Nacional (MORENA). El PCV pasó por las etapas de un relativo auge en 1959 y 1960, de la derrota militar de la subversión armada (1966 aproximadamente), y por la etapa del proceso de reacomodo y vuelta a la vida democrática hasta 1971, fecha en la que sufrió la división que dio origen al Movimiento al Socialismo (MAS). Los partidos más importantes de los que han nacido de las divisiones de los partidos «madre» son el MIR, el MEP y el MAS. El MIR se ha mantenido como un pequeño y tenaz partido marxista, luego de sufrir la derrota militar de los años 1960. El MEP ha experimentado un proceso de decadencia agudo: desde 1968 cuando nació grande hasta 1973 cuando descendió dramática y al parecer irrecuperablemente. Ello ha significado un deterioro organizativo importante. Ideológicamente, el MEP se ha convertido en un partido socialista radical. El MAS, que ha significado una renovación importante en el pensamiento político venezolano, aportándole una nueva versión de la idea socialista, se ha estancado organizativa y electoralmente, sin que, por ahora, pueda saberse si se trata de un estancamiento definitivo. Del MIR y el PCV se han desprendido numerosos grupos que han alimentado los restos de subversión que han quedado en las décadas de 1970 y el 1980.
Más allá de estas evoluciones, importa destacar el papel, positivo y negativo a la vez, de los partidos políticos en Venezuela desde 1958. En el período que va de 1936 a 1945, que cubre la etapa de formación de los partidos, sus avatares dejan comparativamente intacta la marcha de la vida del Estado. Son años decisivos para la historia partidista, pero no porque en aquellos años los partidos fueran importantes, sino porque en ellos se forman los que serán luego, partidos importantes. En efecto, posteriormente, en 1945 primero y a partir de 1958 después, los partidos han provisto al Estado de la mayoría de su personal político, han penetrado casi todas las organizaciones sociales, cuando no las han creado; sus intereses han sido los principales motores y frenos de las actuaciones del Estado venezolano. Son ellos los que canalizan el mayor número de demandas sociales, los que controlan las opciones sobre las que habrá de escoger el ciudadano elector. Son parte del esqueleto fundamental del sistema político venezolano, más aún, las fuentes principales de la gente y de las ideas concretas que dan vida a la estructura del Estado. Por todo ello se dice que la democracia venezolana es una democracia de partidos. D.B.U.

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Recuperado para fines educativos
Fuente: Diccionario de Historia de Venezuela
Publicado por: Fundación Polar