Revolución independentista | Historia de Venezuela

Diccionario de Historia
de Venezuela

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Guerra de Independencia de Venezuela


Revolución emancipadora, Revolución independentista y Guerra de Independencia son, entre otras, las denominaciones con que se conoce en la historia el proceso comprendido entre 1808 y 1823, mediante el cual Venezuela surgió y se consolidó política y militarmente como Estado soberano. Al fijar el año de 1808 como el comienzo, se hace con fines puramente metodológicos, pues las inquietudes revolucionarias de los venezolanos se habían manifestado varios años antes. Esta revolución, según el historiador José Luis Salcedo-Bastardo, muestra 3 fases bien definidas: gestación, guerra de independencia y administración. También caben otras divisiones. Por ejemplo, si se pone énfasis en el aspecto político, se puede apreciar: 1) Una etapa de crisis de la monarquía que estalla en la metrópoli y repercute en la capitanía general de Venezuela, etapa que se inicia a mediados de 1808 y concluye en abril de 1810. 2) La etapa denominada Primera República, desde el 19 abril de 1810 hasta fines de julio de 1812; ésta se subdivide, a su vez, en un momento inicial de marcha hacia la plena Independencia jurídica hasta el 5 de julio de 1811 (Junta Suprema, Congreso Constituyente, Triunvirato Ejecutivo) y la República propiamente dicha a partir de la Declaración de la Independencia hecha aquel día por el Congreso, y cuyo término se produce al capitular el generalísimo Francisco de Miranda a fines de julio de 1812 y entrar en Caracas las Fuerzas de la Regencia de España al mando del oficial de marina Domingo de Monteverde. 3) Una etapa de reconquista española, conocida también como «Gobierno de Monteverde», que empieza al finalizar el mes de julio de 1812 y termina con la liberación de Caracas y Cumaná en agosto de 1813 por los generales Simón Bolívar y Santiago Mariño, respectivamente; durante una parte de esta etapa rige nominalmente en Venezuela realista la Constitución de Cádiz de 1812 y en las zonas libertadas por los republicanos, las urgencias de la campaña no permiten restablecer cuerpos legislativos. 4) La etapa conocida como Segunda República, la cual se inicia en agosto de 1813, se caracteriza por la intensidad y dureza de la lucha y concluye con las victorias realistas en Urica y Maturín, en diciembre de 1814, cuando la Segunda República perece a manos de José Tomás Boves, sus tenientes y las fuerzas irregulares que comandan. Desde el punto de vista institucional, a pesar de algunos intentos de Bolívar y también de Mariño, las exigencias de la guerra no hacen posible restaurar de un modo estable las instituciones civiles. 5) a. Una etapa de restablecimiento del régimen monárquico en Venezuela (aunque hay que tener en cuenta que dicho régimen había estado siempre vigente, antes y después de 1810, en las provincias de Maracaibo, Guayana y la zona de Coro), que empieza en 1815, es reforzado en abril de ese año con la llegada de la expedición del general Pablo Morillo y termina en junio de 1821 con la liberación de Caracas por los republicanos a raíz de la batalla de Carabobo; desde el punto de vista de las instituciones monárquicas, esta etapa se caracteriza por el régimen absolutista de Fernando VII, que sólo cesa a mediados de 1820 al ser jurada de nuevo en el territorio dominado por los españoles la Constitución de Cádiz. 5) b. Una etapa (en parte paralela con la realista que hemos denominado 5 a.) que corresponde en el campo patriota a la que podría ser llamada «La República errante en armas», que va de fines de 1814 a mediados de 1817; se inicia con la emigración a las Antillas extranjeras o a la Nueva Granada (Colombia) de numerosos partidarios de la causa de la Independencia, mientras otros siguen combatiendo en las guerrillas, y concluye con el restablecimiento de la Tercera República en Guayana en la segunda mitad del año 1817; durante esta etapa la isla de Margarita se convierte en un foco de actividad patriota y se hacen varios intentos no logrados para restablecer las instituciones republicanas, entre los cuales se destaca la proclama de Bolívar dada en diciembre de 1816 desde la isla de Margarita y la reunión del Congreso de Cariaco en mayo de 1817. 5) c. Siempre en el campo patriota, sigue otra etapa (también paralela en parte con la realista 5 a.), que corresponde a la denominada Tercera República, la cual comienza con el establecimiento en firme del gobierno republicano en Angostura por Bolívar a mediados de 1817, incluye la convocatoria y reunión del Congreso y la aprobación de la segunda Constitución de Venezuela en 1819 y llega hasta diciembre de ese año, cuando el propio Congreso de Angostura, por sugerencia del Libertador, decreta la creación de la antigua República de Colombia (la Gran Colombia). 6) La siguiente etapa, en la cual Venezuela es parte integrante de esa gran República (junto con la Nueva Granada, hoy Colombia, y el Ecuador) se inicia el 17 de diciembre de 1819 con la aprobación de Ley Fundamental de la República de Colombia y concluye cuando, al triunfar en noviembre-diciembre de 1829 el movimiento encabezado por el general José Antonio Páez, se restablece la República de Venezuela a partir de enero de 1830; esta etapa grancolombiana (que en realidad excede del período de la Revolución Independentista propiamente dicho) podría subdividirse en 2: una primera parte que iría desde diciembre de 1819 hasta fines de 1821, con la liberación total del territorio excepto Puerto Cabello y la aprobación y jura de la Constitución de Cúcuta; y una segunda parte (1822-1830) cuando las operaciones militares, aunque duran hasta fines de 1823, no tiene ya el mismo impacto que en las etapas anteriores y la organización político-administrativa y económica pasa al primer plano. En todo caso, desde la primera etapa, y aun antes de 1808 está presente, como sustancia y guía, la vieja aspiración a un estado de libertad individual, de igualdad social y de independencia política.

Estas ideas florecieron con mayor fuerza durante el siglo XVIII y se materializaron con los actos de rebelión de José Leonardo Chirino en Coro (1795) y de Gual y España en La Guaira y Caracas (1797); movimientos precursores a los que siguieron, en los albores del siglo XIX, la expedición mirandina (1806), y la conspiración de los mantuanos (1808). Durante más de 20 años trabajó Francisco de Miranda en sus proyectos de liberación de Venezuela y de América, hasta que en 1806, con ayuda de ingleses y estadounidenses prepara una expedición y, previa escala en Haití, recala en playas venezolanas. Sus tropas habían recibido el nombre de «Ejército de Colombia para el servicio del pueblo libre de Sur América». Las ideas directoras de estos proyectos, unas eran conocidas en Venezuela a través de las consignas de los conspiradores que le precedieron; otras, las más, serán la guía de Simón Bolívar en el quehacer de su empresa libertadora. Las acciones de Miranda, en esta oportunidad, no fueron más allá de la toma de La Vela de Coro y de la ciudad de Coro, que pocos días después hubo de evacuar; sin embargo, su influencia fue de particular importancia en la lucha que debía iniciarse pocos años después. La invasión de los ejércitos de Napoleón Bonaparte a España y el trastorno político resultante en 1808, crearon una situación muy delicada para la metrópoli, pero de gran utilidad para los revolucionarios de Hispanoamérica. Tan pronto como en Venezuela se tuvo conocimiento de tales sucesos, varios criollos que, por su condición distinguida, recibían el nombre de ´mantuanos», vieron en la situación española una buena oportunidad para llevar a cabo sus propósitos. Se reúnen subrepticiamente; conspiran; hablan de independencia, de un congreso de venezolanos y de un gobierno también de criollos: «Junta Gubernativa», como ellos le llaman. Informado el capitán general del movimiento en gestación, tomó las medidas necesarias para su neutralización: los comprometidos, en su mayoría, fueron confinados en sus propiedades. Así fracasó la llamada Conspiración de los Mantuanos, en noviembre de 1808. Sus autores y cooperadores, aún dominados, mantuvieron viva en su conciencia la idea de independencia.

En 1810, la acción de los conspiradores se vio revitalizada con los nuevos acontecimientos en España. El 29 de enero, en la isla de León (Cádiz) se constituyó el llamado Consejo de Regencia, que debía sustituir a la Junta Central. Esta Junta había emitido el 22 de enero una proclama en la cual afirmaba que los dominios de España en las Indias no eran propiamente colonias «...sino una parte esencial e integrante de la monarquía española...» Tales afirmaciones fueron ratificadas por el Consejo de Regencia, así como la convocatoria para una reunión de Cortes con representación de los pueblos americanos; esta invitación estaba acompañada por una proclama muy favorable a los propósitos de los revolucionarios de Venezuela, cuando declaraba que la arbitrariedad y nulidad de los mandatarios del gobierno antiguo «...son la causa de los males de América...», y agregaba: «Tened presente que al pronunciar o al escribir el nombre del que ha de venir a representaros en el congreso nacional, vuestros destinos ya no dependen ni de los ministros, ni de los virreyes, ni de los gobernadores: están en vuestras manos...» Después de un intento fallido el 1 de abril, los conspiradores tuvieron éxito el 19 de abril de 1810. El Cabildo reunido aquel día y presidido por el gobernador capitán general Vicente de Emparan y Orbe, trató lo concerniente a la inexistencia de un gobierno legítimo en España y la necesidad de constituir uno en Caracas, con el encargo de que velase por los derechos de Fernando VII. Invocan como argumento de peso para ello, el llamamiento que hiciera la Junta Central Gubernativa. Emparan se mostró vacilante y timorato, hasta que interceptado por Francisco Salias a las puertas de la catedral y, presionado por los cabildantes y otros revolucionarios, presentó su renuncia. Su puesto fue ocupado inmediatamente por el Cabildo, cuya representación fue ampliada con los representantes del pueblo, de los pardos y del clero. El nuevo gobierno tomó el nombre de Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando ; integrada por 23 miembros y presidida por José de las Llamozas y Martín Tovar Ponte. Con estos sucesos, el poder, largo tiempo ejercido por funcionarios peninsulares, pasó a manos de criollos venezolanos, quienes eran los factores determinantes en la junta. La actuación de ésta favoreció la idea independentista, pese a que había manifestado su intención de gobernar en nombre de Fernando VII. Entre sus decisiones se cuentan: la eliminación del impuesto de alcabala sobre comestibles; extinción del derecho de exportación; prohibición del tráfico de esclavos; libertad de comercio y derogación del tributo de los indios. Suya fue la convocatoria del primer Congreso de Venezuela, el cual se reunió el 2 de marzo de 1811. Del seno de este cuerpo legislativo emanó la organización del gobierno bajo un triunvirato formado por Cristóbal de Mendoza, Juan de Escalona y Baltasar Padrón; quienes, por turno, ejercerían la presidencia de la República. Y también a este Congreso correspondió la decisión solemne del 5 de julio de 1811: la declaración de la Independencia de Venezuela. A partir de ese momento se dan los pasos encaminados a la organización política de la naciente República, creada sobre bases federativas. La Constitución promulgada por el Congreso el 21 de diciembre contempla esta estructura y proclama todas las libertades políticas y las garantías de los ciudadanos. Con esta Constitución es Venezuela el primer estado hispanoamericano poseedor de una Carta Fundamental dictada por un cuerpo soberano, depositario de la voluntad popular. El 5 de julio nació la República de Venezuela; así como sus instituciones y las leyes para su funcionamiento; pero también la lucha armada que han de sostener los 2 Estados envueltos: España, para mantener la integridad de sus dominios; Venezuela para respaldar la decisión que ha tomado. Esta contienda es la Guerra de Independencia; la segunda fase de la Revolución. Si nos atenemos estrictamente a su propósito, el comienzo debe situarse inmediatamente después del 5 de julio de 1811. Antes de esta fecha hubo 2 empresas bélicas: el desembarco de las tropas del general Miranda en 1806 y la campaña contra Coro (1810). La primera, con propiedad, forma parte de un intento revolucionario; la segunda corresponde a una acción del gobierno (Junta Suprema) para reducir la insurrección contra el nuevo orden político establecido en Caracas el 19 de abril de ese año; por consiguiente, no pertenecen a la guerra de independencia propiamente dicha, aunque sí al proceso general de la emancipación.

Durante estos 12 años, la guerra fue sostenida con pequeñas variaciones en su intensidad; con sólo 5 meses de suspensión de las hostilidades, dictada por un tratado suscrito por las partes beligerantes: el Armisticio de Trujillo (1820). Los éxitos y los fracasos de los contendientes fueron determinantes de la formación de varios momentos históricos de Venezuela, conocidos como Primera República (1810-1812); Segunda República (1813-1814) y Tercera República (1817-1819); a fines de ese año fue creada la República de Colombia (1819-1830). Bolívar los llamó «períodos», y corresponden a los momentos citados. «He aquí el tercer período de la República...», anunció en su proclama del 8 de mayo de 1816 en la Villa del Norte cuando, procedente de Haití, reanudaba sus operaciones en Venezuela. Existe el interrogante de si esta guerra fue civil, insurreccional o pública; y, antes de cualquier pronunciamiento sobre el particular conviene una definición de los 3 conceptos planteados. Por guerra civil se entiende la que llevan a cabo entre sí los habitantes de un mismo pueblo o nación. Guerra insurreccional es aquella cuyo origen es el levantamiento de un pueblo para proclamar su autonomía. Pública o internacional es la que sostienen 2 o más estados, cualesquiera que sean las causas que la originaron. Hasta noviembre de 1820, la guerra de independencia puede ser considerada como insurreccional, pues la acción de Venezuela fue dirigida contra el gobierno español para proclamarse autónoma; es decir, para constituirse en Estado independiente. Venezuela era una parte integrante del Estado español y la sola declaratoria de su Independencia, formulada el 5 de julio de 1811, no bastó para que España la reconociese como nación independiente. El Tratado de Armisticio, celebrado entre Venezuela y España, en noviembre de 1820, puso fin a la condición insurreccional de la guerra que hacía Venezuela y le dio carácter internacional. La razón de ello es el reconocimiento de la existencia de la República de Colombia; es decir, del gran estado del cual Venezuela formaba parte. Este reconocimiento fue propuesto por el Libertador, como indispensable para las conversaciones que conducirían al pacto que tanto interesaba a los 2 contendientes. Con fecha 7 de julio de 1820, el Libertador escribió al mariscal de campo Miguel de la Torre para expresarle su complacencia por el armisticio que le proponía; le dice también que los comisionados del gobierno español, al tratar de paz y amistad con el de Colombia, deben reconocer esta República como Estado independiente, libre y soberano. Seis días después, el presidente del Congreso de Angostura envió comunicación al general Pablo Morillo con argumentos análogos a los de Bolívar.

Cuatro campañas bélicas hubo durante la Primera República en su sentido amplio, de 1810 a 1812: la dirigida contra Coro (1810) la de Valencia (1811) y las campañas de Guayana y de occidente en 1812. La primera fue dispuesta por la Junta de Caracas, aun antes de ser declarada la Independencia, a fin de someter a Coro que se había mantenido fiel a la Regencia española; dirigida por el marqués del Toro, no logró su objetivo. La segunda fue la respuesta del gobierno republicano a la insurrección que estalló en Valencia el 11 de julio de 1811, tan pronto como tuvieron allí conocimiento de la declaración de la Independencia. Aquella disidencia había sido alentada, principalmente, por la propaganda esparcida por los agentes del comisionado regio Antonio Ignacio de Cortabarría, residente en Puerto Rico. Para someter a los rebeldes marchó una fuerza mandada por el general Francisco de Miranda, cuyas operaciones militares dieron por resultado la capitulación de Valencia el 13 de agosto. La campaña de Guayana (1811-1812), llevada a cabo por las fuerzas terrestres y navales combinadas pertenecientes a las provincias de Cumaná, Barcelona y Caracas contra los realistas guayaneses terminó en fracaso con la acción de Sorondo (marzo 1812). La campaña de occidente en 1812 se originó en las actividades insurreccionales de Juan de los Reyes Vargas y Andrés Torrellas en Carora, a favor de la causa realista. En su apoyo el gobernador de Coro (brigadier José Ceballos) envió una columna mandada por el capitán de fragata Domingo de Monteverde, quien después de someter a Barquisimeto, Carora, San Carlos y otros pueblos, siguió a Valencia. Nuevamente marchó de Caracas el general Miranda con el ejército que debía neutralizar la ofensiva de Monteverde. Avanzó hasta Guacara, y desde allí, bajo la presión de los realistas, se replegó a La Cabrera, donde se estableció defensivamente. El Portachuelo de Guaica, al sur del lago de Valencia, igualmente fue fortificado. La caída de estos puntos en manos de los realistas, combinada con la acción del jefe realista Eusebio Antoñanzas por San Juan de los Morros y Villa de Cura, determinó el repliegue de Miranda a La Victoria; ciudad que fue artillada y fortificada. Dos ataques lanzó Monteverde contra los republicanos, y en ambos fue rechazado. La defección de Puerto Cabello (30.6.1812), la rebelión de los esclavos barloventeños y la marcada inclinación de importantes áreas del país en favor de la causa realista, dieron a Monteverde gran ventaja, con lo cual impuso a Miranda una capitulación el 25 de julio de ese año de 1812. Mediante este acto fue desconocido cuanto se había hecho después del 5 de julio de 1811 y Monteverde se erigió como capitán general de Venezuela.

El incumplimiento de lo pactado y la persecución llevada a cabo por las autoridades realistas, produjeron la emigración de muchos de los actores prominentes de la revolución. En Trinidad se refugió un grupo; en Cartagena de Indias, otro. El primero dio origen a las acciones en el oriente de Venezuela, a comienzos de 1813; cuando, después de un desembarco en Güiria, sus integrantes, bajo el mando de Santiago Mariño, tomaron a Maturín y otros pueblos y posteriormente a Cumaná. El grupo de Cartagena, con Simón Bolívar a la cabeza, fue el autor de la llamada Campaña Admirable, la cual se inició en San Antonio del Táchira el 14 de mayo de 1813 y concluyó en La Victoria el 4 de agosto con la capitulación de las autoridades realistas de Caracas. Con la entrada de Bolívar en esta ciudad (6.8.1813) se inició la Segunda República, cuyo final fue dictado por el combate de Maturín, el 11 de diciembre de 1814, perdido por los republicanos. El acto político más importante durante este período fue la organización civil de la administración superior del Estado; forma y base legal del gobierno de la República. Esta organización, en líneas generales, siguió el criterio expresado por Francisco Javier de Ustáriz, en su proyecto de gobierno provisorio; complementado con algunas decisiones del Libertador. Contemplaba los aspectos siguientes: organización del gobierno central; régimen militar; régimen de hacienda pública; administración de justicia; relaciones eclesiásticas; régimen municipal y relaciones exteriores. Entre las acciones militares de más relieve, se cuentan las de oriente, la Campaña Admirable y las batallas de Niquitao, Taguanes, Bárbula, Vigirima, Araure, primera de Carabobo y segunda de La Puerta. Tras la derrota de los republicanos en el centro y occidente del país, se llevó a cabo la retirada a oriente, donde se consumó la pérdida de la República.

Entre este período y el siguiente hay un lapso de 17 meses, durante los cuales las actividades bélicas se redujeron sensiblemente; ello se debió a 2 hechos importantes: la emigración de Bolívar y de muchos jefes de la revolución, y la llegada, en abril de 1815, del mariscal de campo Pablo Morillo, al frente de una expedición de algo más de 10.000 hombres. Mientras Bolívar busca apoyo en las Antillas, algunos jefes mantienen activa la lucha en Venezuela: Juan Bautista Arismendi, Francisco Esteban Gómez, José Tadeo Monagas, Pedro Zaraza, Manuel Cedeño, José Antonio Páez. Este último, en diciembre de 1815, después del combate de Chire (general Joaquín Ricaurte contra el brigadier Sebastián de la Calzada) en Nueva Granada, pasó a los llanos de Apure donde, a la cabeza de un pequeño grupo de los emigrados de Nueva Granada, formó el núcleo de lo que más tarde sería el ejército de Apure, autor de significativas empresas tácticas. El dominio del Bajo Apure por aquella fuerza se traduciría en una ventaja estratégica para las operaciones que, a partir de 1817, se llevarán a cabo en Venezuela. Con la ayuda proporcionada por Haití, Bolívar condujo a las costas venezolanas 2 expediciones. La primera recaló en Juangriego el 3 de mayo de 1816. El día anterior, frente a la isla de Los Frailes, había vencido la resistencia que le opusieron 2 buques realistas: el bergantín Intrépido y una goleta. De Margarita pasaron los expedicionarios a Carúpano, que fue tomado por asalto el 1 de junio. El 6 de julio desembarcaron en Ocumare, y desde allí lanzaron una ofensiva hacia los valles de Aragua; operación que degeneró en fracaso. Una parte de la expedición, mandada por Bolívar, se reembarcó rumbo a las Antillas. De los acontecimientos de mayor trascendencia durante la incursión de Bolívar, se destaca el acuerdo del 6 de mayo en la Villa del Norte, mediante el cual quedó sancionado unánimemente que la República de Venezuela sería una e indivisible; con desconocimiento de la anterior división de Oriente y Occidente. Después de la partida de Bolívar para las Antillas, el resto de la expedición bajo el mando del general Gregor MacGregor inició la retirada (16.7.1816), por Maracay y Cagua hacia el oriente del país. Después de la victoria de los republicanos en la batalla de El Juncal (27.9.1816), el general de división Manuel Piar tomó el mando de las tropas y se trasladó a Guayana, donde operaba el coronel Manuel Cedeño. El 31 de diciembre de 1816 desembarcó Bolívar en Barcelona con la segunda expedición proveniente de Haití. Tres días antes había llegado a Juangriego. En Barcelona estableció su cuartel general e inició el planeamiento para una campaña sobre Caracas, previa la concentración de las fuerzas que operaban en Apure, Guayana y Cumaná; pero ante la presencia de una serie de inconvenientes, suspendió la campaña y se trasladó a Guayana (marzo 1817); donde se hizo cargo de las operaciones contra los realistas, mandados por el brigadier Miguel de La Torre. Con la retirada de los realistas de Angostura (17.7.1817) y de Guayana la Vieja (3.8.1817) quedó consolidada la liberación de la provincia de Guayana.

Allí estableció Bolívar su cuartel general y también el gobierno de la Tercera República. Por obra de tales acontecimientos, esa provincia se transformó en la base de operaciones, en la cual se originaron importantes campañas. Durante el primer semestre de 1818 se llevó a cabo la del centro, que si bien no alcanzó los objetivos propuestos, permitió al Libertador hacer una evaluación del poder combativo realista y de la capacidad del ejército republicano. Acciones sobresalientes de esta operación: movimiento de los patriotas desde Angostura hasta Apure, batalla de Calabozo y toma de San Fernando por los republicanos, seguidos por la penetración de Bolívar en los valles de Aragua y su derrota en Semén. El 15 de febrero de 1819 fue instalado en Angostura el segundo Congreso de Venezuela, uno de los sucesos más significativos de la revolución, por el crédito que obtuvo la República en el ámbito internacional; crédito que se tradujo en apoyo a sus acciones bélicas, representado por el enganche de muchos combatientes europeos, principalmente británicos e irlandeses, y con la llegada de material de guerra y otros suministros, contratados en Europa, Estados Unidos y las Antillas. Tales hechos dieron notable impulso a la guerra y marcaron un período de éxitos para los republicanos, cuyo comienzo lo constituye la campaña libertadora de Nueva Granada (1819), tras el paso de los Andes y la subsiguiente destrucción de la tercera división realista (José María Barreiro) en la batalla de Boyacá, el 7 de agosto. De regreso a Venezuela, Bolívar creó la República de Colombia (17.12.1819), integrada por Venezuela, Cundinamarca (o Nueva Granada) y Quito. Estos acontecimientos favorecieron el movimiento liberal que se gestaba en España y que se hizo efectivo el 1 de enero de 1820 con el grito de rebeldía proferido por el coronel Rafael del Riego en Cabezas de San Juan. Riego era comandante de uno de los batallones pertenecientes a la expedición que, desde 1819, se preparaba para zarpar rumbo a Hispanoamérica. Dicha expedición estaba compuesta por algo más de 24.000 hombres y 94 piezas de artillería, que serían transportados en unos 250 buques, de ellos 46 de guerra. La revolución de Riego impidió la salida de tales fuerzas e impuso a Fernando VII la Constitución liberal de 1812; después de lo cual, la Corona cursó instrucciones a sus funcionarios de ultramar para que jurasen dicha Constitución e iniciasen conversaciones con sus contrarios para el cese de las hostilidades y arribar a una reconciliación general. Las gestiones de los realistas en Venezuela condujeron a la celebración del Tratado de Armisticio, firmado en noviembre de 1820, ya mencionado. También fue firmado otro tratado: el de Regularización de la Guerra, mediante el cual quedaba oficialmente derogado el decreto de guerra a muerte, emitido por Bolívar en Trujillo el 15 de junio de 1813.

La entrada de tropas republicanas en Maracaibo el 29 de enero de 1821, después del pronunciamiento de esta ciudad en favor de la causa de la República, fue considerada por los realistas una violación de lo pautado en Trujillo 2 meses antes, y fue causa para la ruptura del Armisticio. El 28 de abril se reanudaron las hostilidades y comenzó la campaña que culminó con la batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821. Los restos del ejército realista, bajo el mando del mariscal de campo Miguel de la Torre, se refugiaron en Puerto Cabello. Bolívar siguió a Caracas y, después de la capitulación que impuso al coronel José Pereira, tomó posesión de la ciudad. Una vez restablecidas en Caracas las instituciones de la República, Bolívar partió a fines de 1821 hacia el sur, donde de 1822 a 1824 completará la libertad de Nueva Granada, Quito y Perú. La posesión de las plazas fuertes de Puerto Cabello y Cumaná por los realistas, hizo que éstos abrigaran esperanzas para la reconquista de Venezuela. Con ese propósito envió la Torre a la provincia de Coro, una fuerza al mando del coronel Juan Tello en apoyo del movimiento insurreccional realista dirigido allí por el coronel Pedro Inchauspe; dispuso algunas salidas contra la línea sitiadora de Puerto Cabello; preparó una expedición que obraría en auxilio de Cumaná y mandó que se organizasen guerrillas en los llanos, bajo el cuidado de los coroneles Alejo Mirabal y Antonio Ramos. La liberación de Cumaná (16.10.1821) por el general en jefe José Francisco Bermúdez dejó sin efecto la ayuda dispuesta por la Torre. Las acciones en los llanos terminaron en fracaso con la aprehensión y muerte de Mirabal y Ramos; e igualmente desafortunados resultaron los intentos de salida de Puerto Cabello. Sólo en la provincia de Coro, la victoria coronó los esfuerzos de la Torre cuando, después de algunos meses, el 9 de enero de 1822, logró que se rindiese por capitulación el pequeño contingente que mandaba el coronel Juan Gómez. El 4 de agosto de ese año partió la Torre para Puerto Rico, y al frente de las tropas realistas en Venezuela quedó el mariscal de campo Francisco Tomás Morales. El nuevo jefe se propuso consumar la reconquista de Venezuela. Aprovechando los éxitos obtenidos en Coro, hizo una salida de Puerto Cabello en dirección a Valencia, con lo cual atraería la atención de los republicanos en esa dirección. Rechazado en Naguanagua retornó a Puerto Cabello, donde se embarcó el 24 de agosto con 1.200 hombres, rumbo a la Guajira, para dar comienzo a una campaña que logró culminar victoriosamente poco después con la toma de Maracaibo. Con el triunfo en la batalla naval del 24 de julio de 1823, los republicanos recuperaron la importante zona. Los realistas quedaron reducidos a la plaza de Puerto Cabello, la cual fue sitiada por tierra y por mar, hasta el 8 de noviembre del mismo año, cuando las fuerzas republicanas, mandadas por el general en jefe José Antonio Páez, la rindieron e impusieron una capitulación a sus defensores. Con esta acción terminó la guerra de independencia en Venezuela. Comienza en aquel momento la tercera etapa de la revolución: la administración; es decir, la organización política del país, la ejecución de todos aquellos actos destinados al buen funcionamiento de las instituciones y la recuperación de la economía y de las finanzas. Proceso este que está plenamente enmarcado en el período histórico de la Gran Colombia. H.B.B.

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Información recuperada de:
Diccionario de Historia de Venezuela. 2da Edición. Caracas: Fundación Polar, 1997.