Biografía de Adam Smith | Sentó las bases de la economía como ciencia.
En sus célebres Investigaciones explicó los mecanismos del incipiente capitalismo y sentó las bases de la economía como ciencia.
Adam Smith
Busto de Adam Smith
Los economistas Adam Smith y David Ricardo
en una caricatura de la época
Una edición de 1870 de las Investigaciones
Adam Smith vino al mundo en Kirkcaldy, pequeño pueblo
escocés de pescadores, cercano a Edimburgo, en un día primaveral de
fecha desconocida del año 1723 y fue bautizado el 5 de junio del mismo
año. Hijo único del segundo matrimonio de Adam Smith, inspector de
aduanas, y de Margaret Douglas, quedó huérfano de padre a los tres meses
bajo la tutela de su madre, hija de un rico propietario de la comarca, a
quien siempre permaneció muy unido.
A los cuatro
años vivió lo que parece haber sido la única aventura de su vida: fue
raptado por unos gitanos. Tras una desesperada búsqueda por parte de la
familia, el niño fue hallado en un bosque en el que había sido
abandonado por sus raptores. Luego, sin trauma alguno, continuó siendo
un niño bueno, aunque débil y enfermizo, de carácter dulce, prodigiosa
memoria y amor al estudio, excelente alumno de la escuela elemental de
Kirkcaldy.
Adam Smith
A
los catorce años abandonó su pueblo natal para ingresar en la
Universidad de Glasgow. En este centro se apasionó por las matemáticas y
recibió la influencia de Francis Autcheson, afamado profesor de
filosofía moral y hombre de fuerte personalidad, cuyas ideas económicas y
filosóficas fueron decisivas en la formación de Smith, aunque sólo
fuese por su posterior y profunda discrepancia respecto de ellas. Tres
años después se graduaba, obteniendo una beca para estudiar en el
Balliol College de Oxford. A los veintitrés años de edad concluyó
brillantemente los estudios haciendo gala de un profundo dominio de la
filosofía clásica y de la de la época. A continuación regresó a
Kirkcaldy con su madre para empezar a buscar trabajo.
En
1748, gracias a un amigo de su familia, el filósofo y jurista lord
Henry Kames, se le presentó la oportunidad de dar una serie de
conferencias en Edimburgo. Lejos de desaprovecharla, durante los dos
años siguientes disertó sobre diferentes temas, desde la retórica a la
economía y la historia, y se dio a conocer con éxito como escritor con
la publicación de algún artículo en la Edimburgh Review. En esta época
conoció al filósofo David Hume, quien se convertiría en su amigo más
íntimo.
Con las conferencias cosechó un éxito tal que
en 1751 le ofrecieron un puesto de profesor de lógica en la Universidad
de Glasgow. Tras un año en este puesto, cambió las clases de lógica por
las de filosofía moral, que además de resultarle más interesantes
estaban mejor remuneradas. Para Adam Smith, se trataba de una etapa de
gran creatividad que él definiría luego como el período más feliz de su
vida; parecía decidido a seguir la carrera docente e incluso en 1758 fue
nombrado decano de la facultad, se reveló como un profesor excelente
cuya fama traspasaba las fronteras, y se decía que Voltaire, desde
Francia, le enviaba alumnos deseosos de asistir a sus clases y embeberse
en su sabiduría.
En Glasgow formaba parte de un
selecto círculo integrado por intelectuales, científicos y, sobre todo,
por destacados comerciantes dedicados al comercio colonial desde que en
1707, a raíz de su unión con Inglaterra, éste quedara abierto para
Escocia. Sus ideas y opiniones sobre el comercio y los negocios
representaron una información de primera mano para el futuro economista
y, en contacto con dicho círculo, conformó las tesis que cristalizarían
más adelante en su obra.
La moral y la economía
El primer libro de Adam Smith, The Theory of Moral Sentiment
(Teoría de los sentimientos morales), su obra maestra desde el punto de
vista filosófico, se publicó en 1759. En ella exponía los principios de
la naturaleza humana que guiaban el comportamiento social del hombre, y
hablaba por vez primera de «la mano invisible» que sin saberlo y sin
proponérselo orientaba el egoísmo humano hacia el bien de la sociedad.
En
1763 recibió una nueva oferta de trabajo que le había de resultar mucho
más lucrativa que cualquiera de las tareas que había realizado hasta el
momento: preceptor del joven duque de Buccleuch. Renunció a la docencia
y en 1764 partió hacia Francia en compañía de su pupilo. En Toulouse
pasaron dieciocho meses, en cuyo transcurso Smith combatió el
aburrimiento provinciano con la redacción de una nueva obra.
Los
viajeros se dirigieron después a Ginebra, ciudad en la que pasaron dos
meses; Smith aprovechó dicha estancia para conocer personalmente a
Voltaire, por quien siempre sintió una gran admiración. Siguió luego una
breve pero provechosa estancia en París; su amigo Hume, secretario de
la embajada británica, le introdujo en los más selectos salones de la
capital; entre otros, conoció a François Quesnay, médico y economista,
fundador de la escuela fisiocrática, que fue la primera que atribuyó de
forma coherente a la naturaleza el origen de la riqueza. Los fisiócratas
eran acérrimos seguidores de la máxima de Le Mercier de la Rivière,
«Laissez faire, laissez passer, le monde va de lui même», que hicieron
suya. Parece que influyeron en Adam Smith lo suficiente como para que
pensara dedicar a Quesnay el libro que estaba escribiendo, pero la
muerte del francés antes de que fuera publicado le hizo cambiar de idea.
En 1767 el repentino fallecimiento del hermano menor del duque de
Buccleuch, que se había reunido con ellos en Toulouse, les obligó a un
precipitado regreso a Londres.
Busto de Adam Smith
En
la primavera de ese mismo año, Smith se instaló en Kirkcaldy, donde,
sin perder contacto con sus amigos de Glasgow, se entregó en cuerpo y
alma a la redacción de la obra comenzada en Toulouse, An Inquiry into the Nature of the Wealth of Nations (Ensayo sobre la riqueza de las naciones), que lo ocuparía aún seis años y publicó finalmente en Londres en 1776.
La
obra, síntesis original de gran número de elementos preexistentes en el
pensamiento económico anterior, fue pionera en muchos campos y pronto
se convirtió en su trabajo más difundido. Representaba el primer gran
trabajo de economía política clásica y liberal. En ella se aplicaban a
la economía, por vez primera, los principios de investigación
científica, en un intento de construir una ciencia independiente.
Continuación del tema iniciado en su obra filosófica y en base a la
misma, mostraba cómo el juego espontáneo del egoísmo humano bastaría
para aumentar la riqueza de las naciones, si los gobiernos dejasen hacer
y no interviniesen con medidas reflexivas.
El libro
alcanzó de inmediato un éxito extraordinario, y a partir de entonces,
como si hubiera puesto punto final a una obra casi perfecta, en 1778 se
retiró a Edimburgo, de donde apenas salía, salvo para algún viaje
ocasional a Londres o a Glasgow, sus únicos contactos con el mundo.
Llevaba una vida plácida y tranquila mientras revisaba y corregía sus
dos obras capitales. En 1784 la pérdida de su madre, de noventa años de
edad, le resultó un golpe tan duro que su propia salud comenzó a
declinar, de tal manera que cuando tres años más tarde fue nombrado
rector de la Universidad de Glasgow, ni siquiera pudo pronunciar el
discurso de apertura.
En lo sucesivo su vida
transcurrió en una soledad asistida por la enfermedad y, pese a ser
objeto de honores y del reconocimiento general, no fue más que una larga
espera del fin inexorable. El 17 de julio de 1790, a los setenta y
siete años de edad, fallecía en Edimburgo, en cuyo cementerio de
Canongate fue enterrado.
Cronología de Adam Smith
1723 | Nace en Kirkcaldy, Escocia. |
1737 | Estudia en la Universidad de Glasgow. |
1748 | Ejerce la docencia como profesor ayudante de retórica y literatura en Edimburgo. Conoce al filósofo David Hume, con el que mantendrá una duradera amistad. |
1751 | Profesor de lógica y más tarde de filosofía moral en la Universidad de Glasgow. |
1759 | Publica Teoría de los sentimientos morales. |
1763 | Renuncia a su puesto universitario para convertirse en tutor de Henry Scott, tercer duque de Buccleuch, al que acompaña en un viaje por Europa. Durante el viaje conoce a Voltaire y a algunos fisiócratas franceses. |
1766 | Inicia la redacción del Ensayo sobre la riqueza de las naciones. Reside alternativamente en Kirkcaldy y Londres |
1776 | Publica Ensayo sobre la riqueza de las naciones, obra pionera de la economía entendida como ciencia. |
1784 | Muere su madre. Empieza a sufrir graves problemas de salud. |
1787 | Es nombrado rector honorífico de la Universidad de Glasgow. |
1790 | Muere en Edimburgo. |
Obras de Adam Smith
El filósofo y economista británico Adam Smith impulsó de
manera notable el desarrollo de la economía como ciencia moderna. En
1776 se publicaron en Londres sus Investigaciones sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones,
en cinco volúmenes, una de las cimas del pensamiento económico moderno.
Previamente, sin embargo, había publicado una obra de carácter
filosófico: la Teoría de los sentimientos morales, que guarda una evidente relación con el desarrollo de sus ideas económicas.
Obra filosófica
La Teoría de los sentimientos morales,
publicada en 1759, es una obra profundamente influida por el
utilitarismo de Bentham y Mill en la que Adam Smith describe la
formación de los juicios morales en el marco de un "orden natural" de
ámbito social, y sobre cuyos principios basará su posterior liberalismo
económico. Smith veía en el comportamiento humano la presencia de una
dualidad entre razón e impulsos pasionales. La naturaleza humana,
individualista y racional al mismo tiempo, empuja al hombre tanto al
enfrentamiento como a la creación de instituciones destinadas a la
consecución del bien común.
En este campo de la
filosofía moral tiene especial importancia para Smith el concepto de
simpatía, el cual constituye el principio que explica la formación de
los juicios morales, pero es también un método: por medio de ella el
individuo expresa un juicio favorable del comportamiento del prójimo y
espera que los demás hagan lo mismo. Este conjunto de expectativas
recíprocas convierte a la sociedad en un sistema de intercambio de
servicios entre los individuos. De este modo el egoísmo individual
converge hacia el interés general para conseguir la convivencia y los
beneficios sociales.
Los economistas Adam Smith y David Ricardo
en una caricatura de la época
En
este sistema la libertad es una condición indispensable para todo
progreso, y las injusticias que se derivan de la libertad económica no
justificarían en ningún caso la renuncia a esa libertad. Asimismo expuso
la creencia en una mano invisible armonizadora de los intereses
individuales en el marco de la actividad colectiva.
Sus teorías económicas
La obra fundamental de Adam Smith, las Investigaciones sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones,
es considerada el hito indicador de la elevación de la economía
política a la categoría de ciencia. Sus cinco volúmenes aparecieron en
1776; traducidos a las principales lenguas, proporcionaron
inmediatamente a su autor una gran fama.
En las Investigaciones,
Smith recoge y coordina críticamente las teorías económicas elaboradas
hasta entonces desarrollándolas ampliamente y sobre todo tratando de
recogerlas alrededor de un criterio unitario: la autonomía de la
actividad económica (cuyo fundamento es la utilidad individual) respecto
a la moral (cuyo fundamento es la simpatía). "El hombre tiene casi
siempre necesidad de la ayuda de sus semejantes, pero la esperaría en
vano sólo fiado en su benevolencia. No es la benevolencia del carnicero,
del cervecero o del panadero de lo que esperamos nuestra comida, sino
de la consideración de su propio interés". He aquí la primera
afirmación de la teoría del hecho económico en relación con la moral,
sin que por esto surja entre ambos ninguna forma de oposición.
Con
esta premisa, pasa Smith a la construcción de su sistema. Superando
decididamente la posición fisiocrática, asegura que no es la naturaleza,
sino el trabajo, la fuente de donde una nación obtiene los productos
que anualmente consume. La mayor productividad del trabajo depende de su
división, consistente en la división del proceso productivo necesario
para crear una cosa en diversas fases, asignada cada una de ellas a un
operario. Es evidente que en régimen de división del trabajo (unos
fabrican sombreros, otros zapatos, otros pan), el cambio es el supuesto
indispensable para cuya generalización es necesario el instrumento
monetario, gracias al cual puede uno procurarse lo que necesita a cambio
de moneda.
Una edición de 1870 de las Investigaciones
De
aquí el problema del "valor", en el que Smith, aun distinguiendo
netamente entre el "valor de uso" (la utilidad de una cosa para su
posesor) y el "valor de cambio" (poder de una cosa para adquirir con
ella otra), confunde la utilidad abstracta con la utilidad concreta de
las cosas, y hace depender el "precio real" ora del trabajo necesario
para producir una cosa, ora del trabajo que esta cosa ahorra a quien la
posee, ora del trabajo que le permite imponer a los demás.
Sin
embargo, para Smith sólo el "trabajo" que goza de cierto valor
invariable es la medida real y última sobre la que el valor de todas las
cosas en todos los tiempos y lugares es comparado y estimado.
Precisamente ésta es la teoría del valor-trabajo que adquirirá gran
importancia en el desarrollo paralelo de las doctrinas liberal y
socialista. Los elementos constitutivos del precio real de las cosas
son, para Smith, el salario del trabajo, el interés del capital y el
rendimiento de la tierra. En torno a este "precio natural" oscila el
precio del mercado que varía constantemente según la oferta y la
demanda.
Antimercantilista, Smith critica
severamente la identificación de la riqueza con la moneda, refutando el
"bulionismo", la teoía de la balanza comercial, la creencia en la
superioridad del comercio interior en defensa de la libertad del
comercio. No se puede decir que Smith sea en sentido estricto un
fisiócrata, porque superó esta posición, aunque defendió la teoría del
"dejar hacer, dejar pasar" en interés general.
Mente
crítica y robusta, Smith fue el primero en hacer de la ciencia
económica una ciencia en sí, distinta de la moral, sin crear por eso
antítesis entre ambas. La obra de Smith transformó radicalmente la
teoría de la economía en el siglo XVIII, al defender la idea de que la
riqueza de una nación procedía del trabajo de sus pobladores y no de sus
reservas de dinero, como afirmaban los mercantilistas, o de su
producción agrícola, como sostenían los fisiócratas. De la misma manera,
aseveró que la división del trabajo podía aumentar la productividad de
éste y defendió la idea de que los precios eran el mecanismo regulador
que aseguraba el equilibrio entre la oferta y la demanda. Con estas
teorías, Smith sentó las bases del pensamiento económico capitalista.