Las Obras de William Shakespeare

Reseña y Resumen de: La comedia de las equivocaciones

Esta comedia en cinco actos en verso y prosa de William Shakespeare fue escrita probablemente en 1591-92 y publicada en el infolio de 1623. Su fuente principal, directa o indirecta, son los Menecmos de Plauto, pero probablemente la escena primera del acto tercero está basada en el Anfitrión. A ello se le añade una intriga trágica, probablemente sugerida por la historia de Apolonio, rey de Tiro, que Shakespeare había de usar más tarde para su Pericles, príncipe de Tiro. Se encuentran analogías, poco notables, con el "Cuento del Caballero", uno de los Cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer (1340/45-1400), y con la Arcadia de sir Philip Sidney (1554-1586). Mientras Plauto se contentaba con una pareja de gemelos, Shakespeare, con barroca exuberancia, añade una segunda, multiplicando así las posibilidades de equívoco, pero aumentando también lo increíble de la intriga, que sólo puede encontrar justificación en el éxito de farsa de algún episodio.
Habiendo Siracusa condenado a muerte a algunos mercaderes de Éfeso que no tenían dinero para el rescate, Éfeso adopta una medida similar en relación con los mercaderes siracusanos. Egeón, viejo mercader de Siracusa, es condenado a sufrir dicha suerte y explica al duque de Éfeso por qué se encuentra en la ciudad. Había tenido dos gemelos de su mujer Emilia, exactamente idénticos y llamados ambos Antífolo. Dos esclavos, también gemelos y ambos llamados Dromio, nacidos a la misma hora que los otros dos, fueron dedicados a su servicio.

Arresto de Antífolo de Éfeso
En un naufragio, Egeón, con el gemelo nacido en segundo lugar y con uno de los Dromios, se ve separado de su mujer con el otro hijo y el otro esclavo y no ha sabido nada más de ellos. Llegado a madurez el segundo de los gemelos, Antífolo de Siracusa, partió junto con su Dromio en busca de su hermano y de su madre. No se supo más de ellos, por lo que Egeón, durante cinco años, estuvo errando en su busca, y llegó a Éfeso.
El duque, conmovido por el relato de Egeón, le da tiempo hasta la noche para encontrar el dinero del rescate. Precisamente en Éfeso se encuentra el primer nacido de los gemelos, Antífolo (Antífolo de Éfeso) con su Dromio (Dromio de Éfeso) salvados del naufragio. Antífolo de Éfeso vivió allí muchísimo tiempo y se casó con Adriana. Y precisamente llegaron aquel mismo día Antífolo de Siracusa y Dromio de Siracusa. Cada gemelo conservaba una perfecta semejanza con el otro, y de ahí una serie de equivocaciones asombrosas.
Dromio de Éfeso debe solicitar a Antífolo de Éfeso que vaya a su casa para comer, y se lo solicita en cambio a Antífolo de Siracusa. Adriana reclama sus derechos de mujer ante Antífolo de Siracusa, mientras él experimenta mayor simpatía por su hermana Luciana. Dromio de Siracusa, que ha ido con él, es objeto de las desagradables solicitudes de la fregona de Adriana, mientras Dromio de Éfeso se encuentra más tarde, junto con su patrón, con que le cierran la entrada a su casa, pues se cree que ambos están ya dentro.
La aventura se complica con el regalo de una cadena, la intervención de una cortesana, de los invitados, de un acreedor, hasta que Antífolo de Éfeso y su criado son atados como locos; Antífolo de Siracusa y su Dromio, tomados por los supuestos locos evadidos, sufren una agresión y se refugian en un convento, cuya abadesa es precisamente Emilia, también salvada del naufragio, pero separada por los crueles marineros de Corinto de los gemelos confiados a ella (y convertidos luego en Antífolo y Dromio de Éfeso).
Mientras tanto termina el plazo sin que Egeón haya encontrado el dinero del rescate, por lo que es conducido al suplicio, acompañado por el duque. Se presenta al duque Antífolo de Éfeso que, habiendo roto las ataduras con los dientes, ha huido y pide justicia contra su mujer, que le ha dejado fuera de su casa y luego hecho atar como loco. Finalmente, la abadesa hace salir del convento a la otra pareja y, puestos frente a frente, cada cual es reconocido como lo que es. Así Egeón encuentra al mismo tiempo a su mujer y sus hijos y el duque le deja en libertad.
Se ha querido suponer en Adriana, mujer celosa y litigiosa, un retrato indirecto de Anne Hathaway, mujer de Shakespeare, y que el cuadro de la vida doméstica de su marido estuvo sacado de la experiencia del poeta. Pero aparte de esta curiosa suposición y de algún rasgo cómico o sentimental (la declaración de amor de Antífolo de Siracusa a Luciana), el drama es uno de los menos atractivos de Shakespeare. Sin embargo, contiene tal cantidad de donaires y de situaciones grotescas que, aceptada la absurda premisa, no se advierte qué otra cosa mejor podía hacerse: en su tiempo debió de divertir al público como las actuales astracanadas.

Reseña y Resumen de: Tito Andrónico

Esta tragedia en cinco actos en verso es debida en parte a William Shakespeare, que debió de empezarla hacia 1593-94; fue publicada in-quarto en 1595, 1600 y 1611, e infolio en el año 1623. Edward Ravenscroft, en 1687, refirió una tradición teatral según la cual este drama se debía a un autor ajeno a la compañía, y Shakespeare "dio tan sólo unos magistrales retoques a dos de los principales personajes". El desconocido autor revela la influencia de Thomas Kyd (1558-1594) en el uso de horrores, mixtificaciones, y episodios de locura; de Christopher Marlowe (1564-1593) en la concepción del carácter de Arones que recuerda a Barrabás, el protagonista de El judío de Malta; y de George Peele (1558-1598) en el estilo.
Es difícil reconocer los retoques de Shakespeare. W. W. Greg imaginó una ingeniosa hipótesis, según la cual la versión corregida por Shakespeare, que autorizó la inserción del drama en la lista de sus obras que se encuentra en Palladis Tamia de Francis Meres (compilada antes del septiembre de 1598), fue destruida en el incendio del Globe Theatre (1613), y fue sustituida por la versión primitiva, añadiéndose de memoria la escena segunda del acto III, donde había rasgos shakesperianos.
Sólo se han encontrado temas lejanamente afines al argumento del drama, aunque es probable que su fuente sea una mala interpretación de crónicas bizantinas relativas al emperador Andrónico Comneno (siglo XII) y a la reina de Georgia, Thamar, más o menos contemporánea suya.
El general romano Tito Andrónico, tras vencer a los godos, y capturar a la reina Tamora junto con sus hijos Alarbus, Demetrius y Chiron, además del moro Aarón, amante de la reina, regresa a Roma mientras están disputándose el trono imperial Saturninus y su hermano Bassianus. Los romanos quisieran elegir a Tito Andrónico, pero él les persuade a que nombren a Saturninus.

Anthony Hopkins en Titus (1999),
filme basado en Tito Andrónico
Bassianus rapta a Lavinia, hija de Andrónico, a la que Saturninus pretendía por esposa. Más tarde Saturninus, enamorándose de Tamora, se casa ron ella. Mutius, hermano de Lavinia, asistió a su rapto y por ello su padre Tito le mata. Es éste el principio de las desgracias que se acumulan sobre su cabeza, por la sed de venganza de Tamora, que quiere castigar a los andrónicos por la muerte de su hijo Alarbus, sacrificado sobre la tumba de los hijos de Andrónico muertos en la guerra, y por la maldad del moro Aarón.
Durante una cacería, persuadidos por el moro, Demetrius y Chiron matan a Bassianus y luego violentan a Lavinia, y le cortan la lengua y las manos. Del asesinato de Bassianus acusan a Quintus y Martius, hijos de Tito, y éstos son condenados a muerte por el emperador. Aarón juega a Tito una siniestra burla: le dice que si se corta una mano y la envía al emperador, éste concederá la gracia a sus hijos; pero a Tito le devuelven las cabezas de sus hijos junto con su mano cortada. Lucius, otro hijo de Tito, es desterrado y sale para reclutar un ejército entre los godos, mientras Tito, sediento de venganza, simula enloquecer.
Mientras tanto Tamora da a luz un niño moro, que Aarón se ve obligado a llevar lejos de Roma; Lucius lo captura y Aarón, haciéndose prometer que nada pasará a su hijo, le revela con sádico placer todas las maldades tramadas en perjuicio de su familia. A la noticia de la llegada del ejército godo de Lucius, Tamora con sus dos hijos va a casa de Tito, que ella cree loco, diciendo que es la Venganza, y tratando de persuadirle a hacer de manera que Lucius celebre una entrevista con el emperador.
Tito, que descubre el engaño, simula consentir y retiene en su casa, como rehenes, a los hijos de Tamora. Acto seguido los mata y con sus cabezas prepara unos platos que ofrece en el banquete en honor del emperador. En una matanza final, Tito mata a Lavinia, como Virginio matara a su hija, cuyo honor habla sido manchado; Tamora come sin saberlo los horripilantes platos que Tito le había ofrecido, Saturninus mata a Tito, Lucius mata a Saturninus, y por fin acaban proclamándole emperador. El moro Aarón es condenado al palo.
Todos los horrores de Séneca y Ovidio están mezclados y acumulados en este drama sensacional, en versos que a menudo tienen la retórica hinchazón del Tamerlán de Marlowe; algún que otro toque de ambiente, como el siniestro zarzal donde tiran el cuerpo de Bassianus, también recuerda y repite sombrías descripciones de Séneca. El drama nos parece caricaturesco e inhumano, aunque es típico del gusto isabelino bajo la influencia de Séneca. Los caracteres están perfilados rudamente, y son bastante pueriles; las situaciones dramáticas están tratadas sin delicadeza.

Reseña y Resumen de: La vida y la muerte del rey Juan

Este drama histórico en cinco actos y en verso fue refundido por Shakespeare a partir de un drama preexistente, El turbulento reinado del rey Juan, publicado en dos partes en 1591. La revisión, que Shakespeare marcó con su superior genio dramático y poético, se hizo quizás en 1596-97 y no se imprimió hasta el infolio de 1623.
El drama, que no sigue con demasiada fidelidad los acontecimientos históricos (es extraño, por ejemplo, que no se cite la Carta Magna de 1215), trata los principales episodios del reinado del tiránico y astuto Nerón inglés, especialmente la eliminación de su joven sobrino Arturo; en una de las escenas más vigorosas (la tercera del acto tercero), el rey excita a Humberto de Burgh a que lo quite de en medio, porque se cruza en su camino hacia el poder.
Humberto se apresta a privar a Arturo de la vista con hierros candentes, pero el joven, en una escena patética (IV, 1) consigue conmoverlo; sin embargo, más tarde, Arturo se mata al saltar los muros del castillo. El dolor de Constanza, madre de Arturo, ante la noticia del encarcelamiento de su hijo está reflejado con mucha eficacia, y los últimos instantes del rey Juan, en Swinstead Abbey, están pintados de modo que mitigan la odiosidad del protagonista.
Pero el personaje más notable del drama es quizás el bastardo Felipe Faulconbridge, en quien se resume el espíritu de intriga, aventura y avidez de poder que domina el drama. Su hermano Roberto intenta promoverle un proceso con motivo de su patrimonio, y ello le hace reconocer precisamente como hijo natural de Ricardo Corazón de León.
El drama, aunque poco notable desde el punto de vista literario, ha disfrutado siempre de mucho éxito en los escenarios ingleses, especialmente por tratar el conflicto entre la monarquía inglesa y el papado, y ofrece momentos dramáticos de efecto y posibilidades de poner en escena costumbres pintorescas. Su principal interés crítico radica en la posibilidad que nos ofrece de estudiar de cerca la técnica de Shakespeare, pues es el único drama del que se conserva la redacción anterior a la shakesperiana.

Reseña y Resumen de: Ricardo III

Este drama histórico en cinco actos, en prosa y en verso fue escrito por Shakespeare hacia 1593 e impreso en in-cuarto en 1597, 1598, 1602, 1605, 1612, 1622, y en in-folio en 1623. Los hechos históricos están casi todos tomados de las crónicas de Edward Hall o Halle (La unión de las dos nobles e ilustres familias de Lancaster y de York, 1548) y de Raphael Holinshed, ambas basadas, a su vez, en las Anglicae Historiae (1534) de Polidoro Virgili de Urbino (1470-1555?), y en la incompleta Historia del rey Ricardo Tercero (1513), atribuida a Thomas More.
En el centro del drama se halla el personaje del usurpador Ricardo, duque de Gloucester, aparecido ya en Enrique IV. Ricardo, escondiendo bajo benignas apariencias sus diabólicos planes, hace que su hermano Eduardo IV sospeche del otro hermano, Jorge, duque de Clarence, y lo ponga en prisión; luego hace que sus sicarios lo maten y arrojen a una cuba de malvasía. Ricardo corteja a Ana, viuda de Eduardo, príncipe de Gales, en tanto ella sigue al féretro de su difunto marido, episodio que hace pensar en la famosa situación de la matrona de Éfeso en el Satiricón de Petronio, porque Ana, después de haber insultado a Ricardo, cede a sus pretensiones de amor.
Muerto Eduardo IV, Ricardo, convertido en protector del reino durante la minoría de edad de Eduardo V, conspira para usurpar el trono. Recluye al joven rey con su hermano Ricardo en la Torre de Londres, y con la ayuda del duque de Buckingham se hace proclamar rey. Hace asesinar en la Torre a los hijos de Eduardo IV, y quita de en medio a los pares no partidarios suyos: Hastings, Rivers y Grey.

Lawrence Olivier en Ricardo III (1955)
Para fortalecer su posición, el usurpador repudia a Ana para casarse con su joven sobrina, Elisabeth de York, hija de Eduardo IV, y, en una escena parecida a la de la conquista de Ana, persuade a la viuda de Eduardo IV, la reina Elisabeth, a consentir en el matrimonio. El duque de Buckingham se rebela ante la ingratitud de Ricardo, declarándose por el conde de Richmond, pero es capturado y condenado a muerte. Por fin las tropas del usurpador combaten con las de los rebeldes en Bosworth (1485) y Ricardo, después de una noche atormentada por la espantosa visión de sus víctimas que se le aparecen (escena que no se cree de Shakespeare), es muerto en la batalla. Richmond asciende al trono con el nombre de Enrique VII.
Entre las mejores escenas figura aquella en que la vieja reina Margaret, viuda de Enrique VI, maldice a los demás personajes del drama, culpables de la pérdida de su marido y de los suyos; sus maldiciones, según muestra el desarrollo del drama, se cumplen, por lo que la figura de la anciana cobra casi la categoría de una Erinia. El estilo es amanerado y retórico, con repeticiones de comienzos de versos y otros artificios, tales como invectivas e imprecaciones. De un extremo a otro lo recorre como motivo dominante la palabra "sangre". El carácter de Ricardo, aunque poco sutil, resulta muy vigoroso.
Psicología y estilo han parecido demasiado elementales para ser de Shakespeare, pero la obra muy bien puede ser suya, si se piensa no en el Shakespeare de las grandes tragedias de la madurez sino en el de las primeras tentativas, todavía influidas por sus predecesores, sobre todo por Christopher Marlowe (1564-1593). El episodio de la muerte de los jóvenes hijos de Eduardo, narrado por un personaje que ejerce la función del mensajero de la tragedia clásica, es famoso, y sugirió un cuadro muy notable de Paul Delaroche (1797-1856). Es también famosa la exclamación de Ricardo, que busca una nueva cabalgadura en la batalla de Bosworth: "Un caballo, un caballo, mi reino por un caballo".

Reseña y Resumen de: Enrique IV

Este drama histórico en verso y prosa de William Shakespeare consta de dos partes de cinco actos cada una; dichas partes fueron representadas en 1597-98 y publicadas respectivamente en 1598 y 1600. El drama se basa en la Crónica de Holinshed y, para las partes cómicas, Oldcastle y Falstaff, en un drama preexistente, Las famosas victorias de Enrique V.
La primera parte trata de la rebelión de los Percy, ayudados por Douglas, con el concurso de Mortimer y de Glendower, y de su derrota por obra del rey y del príncipe de Gales en Shrewsbury (1403). El Príncipe de Gales se asocia con Oldcastle (luego sustituido con el nombre de Falstaff) y sus compañeros Pointz, Bardolp y Peto en su vida desenfrenada. Pointz y el príncipe hacen que los demás asalten a algunos viajeros en Gadshill y les roben, y sean a su vez robados por ellos. Falstaff, para justificar la pérdida del botín, pretende haber sido asaltado por cien pícaros; luego va reduciendo paulatinamente el número de los agresores, hasta que el Príncipe le explica cómo han ido las cosas y entonces Falstaff confiesa que no ha reaccionado porque nunca podría matar al heredero del trono.
La parte seria del drama está formada por el contraste entre los dos jóvenes héroes, el príncipe Enrique y Percy Hotspur. Enrique está adornado de las cualidades más seductoras: sus más locas extravagancias parecen sólo rasgos maliciosos en los que estalla su espíritu activo, a su pesar obligado al ocio, hasta que, apenas se ofrece ocasión, despliega toda su fiereza caballeresca. El valor de Hotspur es en cambio una mezcla de rudeza, de orgullo y de obstinación pueril; pero su impetuoso ardor redime sus defectos, hasta que cae en la batalla de Shrewsbury. Falstaff, verdadero "miles gloriosus", encuentra su cuerpo en el campo y se jacta de haberle matado.
La segunda parte tiene por argumento la rebelión del arzobispo Scroop, de Mowbray y de Hastings, mientras en la trama cómica continúan las gestas de Falstaff, con las del príncipe, del fanfarrón Pistol, de Pointz, de la señora Quickly, de Doll Tearsheet (o Rompesábanas, como traduciríamos en castellano). Falstaff, llamado para reprimir la rebelión, durante la recluta cae sobre los jueces Shallow y Silence, se fija en ellos, y roba mil libras al primero. (En la caricatura de Shallow se ha querido advertir una alusión a sir Thomas Lucy, con quien Shakespeare había tenido que ver por haber robado cuando joven un gamo en sus tierras; según otros, se trataría de una alusión al juez Gardiner).
A la muerte de Enrique IV, Falstaff piensa que la ascensión del príncipe al trono constituirá su fortuna: pero el nuevo rey lo arroja de su presencia y lo mete en la cárcel. Mientras la trama heroica del drama languidece después de la muerte de Hotspur, la trama cómica (gesta de Falstaff y sus compañeros hasta la catástrofe y el repudio, por parte de Enrique V, de los compañeros de sus fechorías juveniles) mantiene vivo su interés de un extremo a otro, y constituye la obra maestra cómica de Shakespeare, bastante superior a la farsa de Las alegres comadres de Windsor por el brío de los hallazgos y el gusto rabelaisiano de las frases grotescas.

Reseña y Resumen de: El mercader de Venecia

Esta comedia en cinco actos, en verso y prosa, de William Shakespeare fue escrita, según algunos, en 1594 (alusión en el acto IV, escena I, a la ejecución del judío Rodrigo López el 17 de junio de 1594, bajo la acusación de haber intentado envenenar a la reina Isabel); según otros, sobre todo por consideraciones de estilo, en otoño del 1596. Las dos fechas podrían conciliarse suponiendo una revisión por parte de Shakespeare. Fue publicada en cuarto en 1600 y en folio en 1623.
Los dos motivos principales del argumento, el del préstamo hecho por un judío a un cristiano por una libra de carne, y el de una elección entre objetos de aparentemente distinto valor, son antiguos y recurrentes. El primero llegó a conocimiento de Shakespeare por medio de Il Pecorone de Giovanni Fiorentino (escrito hacia 1318 y publicado en 1558), y, para el detalle del rapto de la hija del usurero, por medio de Zelauto (1580), relato de Anthony Munday (1553-1603).
El segundo motivo le vino por medio de la versión de Richard Robinson de los Gesta Romanorum (publicada según parece en 1517). Los dos motivos pudieron encontrarse reunidos en un drama preexistente, El Hebreo (1578), que sólo conocemos indirectamente (su argumento era "la codicia de los que prefieren los bienes terrenos y el alma sanguinaria de los usureros"). Shakespeare refundió probablemente este drama, conservando de él alguna parte, quizá los versículos contenidos en los cofrecillos.
Basanio, noble veneciano que ha malgastado su caudal, pide al rico mercader Antonio, amigo suyo, tres mil ducados para poder continuar dignamente su noviazgo con la rica heredera Porcia, que vive en tierra firme, en Belmonte. Antonio, que ha empleado todo su dinero en especulaciones de ultramar, se propone hacerse prestar el dinero por Shylock, usurero judío a quien antes había insultado por la usura que ejercía. Shylock consiente en prestar el dinero bajo una condición: si la cantidad no es pagada el día fijado, Shylock tendrá derecho a tomarse una libra de carne del cuerpo de Antonio.

Al Pacino interpretó a Shylock
en El mercader de Venecia (2004)
Porcia, por disposición testamentaria de su padre, se casará con el pretendiente que entre tres cofrecillos (uno de oro, uno de plata, otro de plomo) escoja el que contenga el retrato de ella. De todas partes llegan ilustres aspirantes; fracasan el príncipe de Marruecos y el de Aragón, que abren respectivamente el cofre de oro y el de plata; pero Basanio, con sensata reflexión, escoge el buen cofrecillo, el de plomo, y se casa con Porcia, que lo ama, y su amigo Graciano con la doncella de Porcia, Nerisa.
Mientras tanto llega la noticia de que los navíos de Antonio han naufragado, que su deuda no ha sido pagada dentro del plazo convenido, y que Shylock pide su libra de carne. El asunto es llevado ante el Dux. Porcia se disfraza de abogado y Nerisa de escribano y, sin saberlo sus maridos, se presentan ante el tribunal para defender a Antonio.
Después de haber intentado en vano obtener el perdón del judío, ofreciéndole el triple de la cantidad debida, Porcia solicita que sea concedida la petición del hebreo, pero le advierte que perderá su vida si derrama una sola gota de sangre, puesto que la obligación sólo le da derecho a la carne. Argumenta después que Shylock debe pagar con la vida el delito de haber atentado, siendo extranjero, contra la vida de un ciudadano de Venecia.
El dux perdona a Shylock la vida, pero asigna la mitad de sus riquezas a Antonio, y la otra mitad al Estado. Antonio renuncia a su parte si Shylock se hace cristiano, y deja su caudal, cuando muera, a Jésica (hija de Shylock), que ha huido, después de haber tomado dinero de los cofres del padre, para casarse con un cristiano, Lorenzo, y por ello ha sido desheredada. Shylock acepta; Porcia y Nerisa, que no han sido reconocidas, piden por toda paga los anillos que Basanio y Graciano recibieron de sus esposas, y de los cuales prometieron no separarse nunca. Ellos los ceden después de haber resistido en vano. Al regresar a su casa sus esposas les reprueban aquella acción, pero al fin les revelan su añagaza. Finalmente se sabe que tres de los buques de Antonio han regresado sanos y salvos.
El drama figura entre los más famosos y afortunados de Shakespeare, sobre todo por el personaje de Shylock, trazado con robustez y veracidad y que ha movido siempre a los grandes actores a representarlo. Tiene escenas que figuran entre las más dramáticas y brillantes que Shakespeare escribió: la escena del contrato (I, 3); aquella en que Shylock se lamenta por la fuga de su hija con su dinero (III, 1); la de la elección de los cofrecillos por parte de Basanio (III, 2); la escena ante el tribunal de justicia (IV, 1); y la de la música al claro de luna (V, 1). En fin, la habilidad con que Shakespeare ha combinado motivos diversos y pintorescos y la conclusión del drama, que celebra la victoria de la caridad sobre la rígida justicia (motivo que Shakespeare volverá a tratar en Medida por medida), han ejercido su hechizo en el público teatral de todas las épocas.
Algunas incongruencias y prolijidades del drama casi desaparecen en la fiel construcción del conjunto. Se ha llamado la atención acerca de la atmósfera de la obra, que tiene carácter italiano no sólo por los nombres de los personajes y alguna alusión precisa (mención del Rialto, pontón que une a Venecia con la tierra firme, y de la exacta distancia entre Belmonte, esto es, Montebello, y Padua), sino también por cualidades más generales que han hecho ver a un crítico (A. Quiller-Couch) los dos aspectos del Renacimiento, el mundo de los ricos mercaderes y el refinamiento artístico de las costumbres, simbolizado por Venecia y Belmonte; una atmósfera italiana que no tiene en modo alguno la calidad siniestra de los dramas isabelinos.
Aunque el tema central (la extracción de la libra de carne) sea tan cruel y trágico, Shakespeare hábilmente distrae de él al espectador mediante las escenas que se desenvuelven en la villa de Porcia; de manera que, por ejemplo, después de la escena culminante del proceso, que dejará una impresión fuerte y amarga, podemos deleitarnos en la sublime poesía de la noche lunar, con la música y el diálogo de los amantes.

Reseña y Resumen de: La fierecilla domada

Esta comedia en cinco actos, en verso y prosa, de William Shakespeare fue escrita en 1593-1594, representada en 1594 y publicada en el infolio de 1623. Está basada en una comedia precedente de título ligeramente distinto (Una fierecilla domada). Shakespeare se sirvió de un colaborador, que para la intriga secundaria recurrió a la fuente de los Supuestos de Ludovico Arlosto y a su versión inglesa, Supposes (1566) de George Gascoigne (1525?-1577). Se asignaron a Shakespeare el Prólogo ("Induction") y una serie de fragmentos: acto II, esc. 1, VV. 1-38, 115-326; acto III, esc. 2, VV. 1-129, 151-254; acto IV, escs. 1, 3, 5; acto V, esc. 2, VV. 1-181. Probablemente colaboró también a la escena 2 del acto I, VV. 1-116. En conjunto, cerca de las tres quintas partes del drama, con todas las escenas relativas a Sly y a la trama Petruchio-Katharina.
El colaborador escribió la escena del cortejamiento de Bianca; es menos vigoroso que Shakespeare, aunque bastante capaz. No se le ha podido identificar con plausible aproximación: se han citado los nombres de Thomas Lodge (1558?-1625), de Robert Greene (1558-1592), y de George Chapman (1559-1634), pero sin fundamento seguro. Precede al drama un prólogo en el que un calderero, Cristóbal Sly, es recogido borracho por un señor que vuelve de una cacería, ante una hostería en pleno campo.
Sly es llevado al castillo y le hacen la broma de tratarle, cuando despierta, como si fuese un caballero que, después de largo tiempo, ha recobrado el uso de la razón. Surge así una situación extremadamente curiosa, que hubiese merecido un desarrollo distinto del que recibió: Sly es obligado a escuchar un drama representado especialmente para él, por una compañía de faranduleros; este drama es precisamente La fierecilla domada.
A los pocos versos y hacia el final de la primera escena del primer acto, Sly y los personajes del prólogo desaparecen. Gremio y Hortensio cortejan a Blanca, hija menor de Bautista Minola, rico señor de Padua; pero habiendo decidido éste que Blanca, su hija segunda, se case sólo cuando se haya encontrado marido a la hija mayor, la intratable Catalina, los pretendientes a la mano de Blanca se reúnen para encontrar a un hombre adecuado para casarlo con Catalina.
Finalmente deciden que sea Petruchio (grafía inglesa para dar la pronunciación italiana de Petruccio), noble de Verona, perspicaz e imperturbable. Mientras Petruchio corteja a Catalina, Hortensio y Lucencio (hijo de Vicente, rico mercader de Pisa), uniéndose al grupo de los enamorados de Blanca, se introducen en su casa disfrazados de maestros de la doncella. Entre ellos se halla Tranio, criado de Lucencio, que se hace pasar por el propio Lucencio.
Petruccio hace la corte a Catalina, la fierecilla del título, fingiendo que la encuentra tanto más dulce y amable cuanto más le maltrata; consigue luego llevarla al altar, y tanto en la ceremonia nupcial, como en casa del suegro o en la suya, somete a Catalina a humillaciones y desaires. La priva de comida y de sueño, fingiendo que los alimentos no son dignos de ella y que la cama está mal hecha; le impide que se vista elegantemente, apaleando al sastre y al sombrerero y rechazando sus exquisitos adornos; le obliga a aceptar y repetir sus más absurdas afirmaciones (por ejemplo, que el claro de luna es el brillo del sol, que es por la mañana cuando es por la tarde). Por fin, la vuelve a llevar completamente domada a casa de su padre.

Petruchio (Richard Burton) hace callar a
Catalina (Elizabeth Taylor) en la versión
cinematográfica de Franco Zeffirelli
Blanca es conquistada por Lucencio, mientras el falso Lucencio, Tranio, vence a los demás aspirantes ante el padre de Blanca prometiendo las arras más ricas y haciéndolas garantizar por un pedante, al cual, con el pretexto de un imaginario peligro, le hacen poner las ropas de Vicente. Cuando llega el verdadero Vicente se produce una serie dramáticamente grotesca de equívocos, que al fin se resuelven felizmente. Hortensio se casa con una viuda, y, en el banquete final de las parejas (Petruccio-Catalina, Lucrecio-Blanca, Hortensio-viuda) los esposos apuestan cuál de sus mujeres será la más dócil; Petruchio gana la apuesta. La obra termina con un discurso sobre la obediencia debida a los maridos.
A los motivos vulgares arrancados de la comedia italiana del siglo XVI y, a través de ella, del teatro latino, la obra añade la fresca invención de la doma de la fierecilla, en la que la misoginia medieval (Jean de Meung, Eustache Deschamps) se agudiza en caracterización psicológica. La comedia, que en ningún punto adquiere la antidramática verborrea del teatro italiano del XVI, conserva aún hoy su lozanía y es una de las obras más frecuentemente representadas de Shakespeare.
Farsa bien lograda, no es, sin embargo, más que una farsa, aunque tenga motivos que hubiesen podido llevarla a desarrollos más complejos: como el de Sly, recogido en nuestro tiempo por Gerhard Hauptmann en Sehluck und Jau (1900) y por Giovacehino Forzano en Sly. Pero el tema central, la sumisión de la mujer a la voluntad masculina, es de los que divertirán siempre al público, eterno como los proverbios.

Reseña y Resumen de: Romeo y Julieta

Escrita según unos en 1591, esta tragedia en cinco actos, en verso y prosa, de William Shakespeare, se publicó "in quarto" en 1597, en 1599, en 1609 y en otra fecha imprecisa, y en "in folio" en 1623. Las relaciones entre los diversos textos han sido minuciosamente estudiadas.
El tema de la "muerta viva", destinado a hallar su más elevada expresión en este drama (según el conocido estudio de H. Hauvette, La morte vivante), llega a Shakespeare por conducto italiano, especialmente a través del trabajo de Matteo Bandello (1485-1561), divulgado en el extranjero por Pierre Boisteau. La versión de este último fue a su vez traducida al inglés en el Palacio del Placer de William Painter, e interpretado libremente por Arthur Brooke en el poema La trágica historia de Romeo y Julieta, de 1562, en el que se inspiró Shakespeare.
Se ha intentado establecer una relación entre el drama de Shakespeare y los otros derivados de la misma fuente, el de Lope de Vega (Castelvines y Monteses) y la Adriana (1578) de Luigi Groto, que contiene frases e imágenes que se encuentran también en el drama de Shakespeare, pero que son tan sólo lugares comunes del petrarquismo; además, ambos dramas son completamente diferentes en el modo de tratar el argumento y en el estudio de los personajes.
Los Montecchi (Montagues) y los Cappelletti (Capulets), las dos principales familias de Verona, son enemigas. Romeo, hijo del viejo Montecchi, asiste enmascarado a una fiesta en casa de los Capuletos y, si antes se creía enamorado de Rosalina, ahora descubre que su verdadera pasión es Julieta. Después de la fiesta, los jóvenes se encuentran inflamados en mutuo amor. Y, estando bajo la ventana de Julieta, Romeo la oye confesar a la noche su amor por él, y obtiene su consentimiento para un matrimonio secreto.
Con la ayuda de fray Lorenzo se casan al día siguiente. Mercutio, amigo de Romeo, encuentra a Tebaldo, biznieto de la señora Capuleto, furioso por haber descubierto la presencia de Romeo en la fiesta; Mercurio y Tebaldo riñen. Romeo interviene, y al desafío de Tebaldo responde con palabras que ocultan el nuevo vínculo de parentesco, y rehúsa batirse. Mercutio se indigna ante tanta sumisión y saca la espada. Romeo trata en vano de separar a los contendientes, consiguiendo tan sólo dar ocasión a Tebaldo para herir de muerte a Mercutio. Entonces Romeo se ve arrastrado a luchar y mata a Tebaldo.
Es condenado al destierro y, al día siguiente, después de haber pasado la noche con Julieta, deja Verona para ir a Mantua, siendo exhortado por fray Lorenzo, que entiende que aquél es el momento oportuno para hacer público su matrimonio. Julieta, forzada por su padre a casarse con el conde Paris y aconsejada a hacerlo incluso por su nodriza, que antes había favorecido su unión con Romeo, se deja convencer por fray Lorenzo de que consienta, pero bebiendo la víspera de la boda un narcótico que la hará parecer muerta durante cuarenta horas. El fraile mismo se ocupará de avisar a Romeo, que la sacará del sepulcro a su despertar y la conducirá a Mantua.

Romeo y Julieta (1968), de Franco Zeffirelli
Julieta pone en práctica el consejo. Pero el mensaje no llega a Romeo porque el fraile que debía entregarlo es detenido como sospechoso de contagio; en cambio le llega la noticia de la muerte de Julieta. Compra a un boticario un poderoso veneno y se dirige hacia el sepulcro para ver a su amada por última vez; en la entrada encuentra a Paris y lo mata en duelo. Entonces, Romeo, después de haber besado a Julieta por última vez, bebe el veneno. Julieta vuelve en sí y encuentra a Romeo muerto, con la copa aún en la mano. Se da cuenta de lo sucedido y se apuñala. Este trágico fin es narrado por el fraile (que llegó demasiado tarde para impedirlo) y por el paje del conde Paris. Los jefes de las dos familias enemigas, conmovidos por la catástrofe provocada por su enemistad, se reconcilian.
Ha sido advertido muchas veces por los críticos que ésta no es una tragedia en el sentido que lo serán las grandes tragedias de Shakespeare, ya que no brota de los caracteres, sino que es debida a una fortuita combinación de circunstancias externas, hasta tal punto que en el siglo XVIII se pudo alterar el desenlace del drama haciéndolo feliz. No obstante, la concepción de Shakespeare resulta trágica por las mismas imágenes con que opera, ya que en ellas muestra su visión de la historia de los dos enamorados en su rápida y fatal belleza, casi como un relámpago, encendido de pronto y también súbitamente apagado.
Esta concepción se proyecta sobre un fondo artificial "italianizado", que es el mismo de los primeros dramas de Shakespeare (Los dos hidalgos de Verona, Trabajos de amor perdidos). De todo el teatro shakesperiano, Romeo y Julieta es la obra más rica en metáforas; en las palabras de Romeo, más aún que en los sonetos de Shakespeare, encontramos la influencia de los conceptos convencionales de los precursores del barroco. Pero la artificiosidad, en lugar de ser tan sólo una amena decoración, como en los dramas de John Lyly y de Robert Greene, confiere un acento más patético a la historia humana que rodea, y la angustia y la muerte no son menos reales y conmovedoras por producirse en un melindroso jardín a la italiana y estar rodeados de dulzura.
Grande es la variedad de las notas tocadas en este drama, que resume el período inicial y anticipa el de la madurez de Shakespeare: costumbres artificiosas, agudeza extraña y desbocada, pureza de corazón, ardiente fantasía, apoteosis del amor y de su fúnebre pompa. Por esta mezcla de elementos, el drama fascinó a los románticos, no sólo por sus notas más elevadas (en él se inspirará John Keats, cuya Víspera de Santa Inés es una variación sobre un tema de este drama), sino también por ciertos motivos macabros, como la escena del panteón (que puede haber influido sobre ciertas narraciones fantásticas de Edgar Allan Poe) y el parlamento de Julieta en la primera escena del IV acto ("Dime que me oculte donde anidan las sierpes...", v. 79 y ss.), que parece haber sugerido muchas situaciones de "novelas negras" de fines del siglo XVIII.
El drama es quizás, entre los de Shakespeare, el más difundido y popular, y son numerosas las imitaciones y derivaciones en todas las lenguas, si bien el valor de éstas sea a menudo muy escaso.

Reseña y Resumen de: El sueño de una noche de verano

Esta comedia en cinco actos en verso y prosa de William Shakespeare fue escrita alrededor de 1595 y representada hacia la misma época; se publicó in-quarto en 1600 y en 1619, e in-folio el año 1623. Shakespeare parece haber bebido en las fuentes más dispares para este drama: en El descubrimiento de la hechicería, de Reginald Scot (1538?-1599) pudo haber hallado las noticias en torno a Robin Goodfellow, mientras que la historia de la transformación en asno se remonta al Asno de oro de Apuleyo, pero pudo tomarla de Chaucer o Plutarco.
Hermia, enamorada de Lisandro, se niega a casarse con Demetrio, contraviniendo así el deseo de Egeo, su padre. Demetrio, por su parte, es amado por una amiga de Hermia, Elena, a la que ha abandonado para casarse con Hermia. Según la ley ateniense, el duque Teseo da a Hermia cuatro días de tiempo para que obedezca la voluntad paterna, transcurridos los cuales habrá de morir.
Hermia y Lisandro se ponen de acuerdo para abandonar Atenas secretamente y casarse donde la ley no pueda alcanzarles. Planean encontrarse en un bosque a unas millas de la ciudad. Hermia revela el plan a Elena, que informa de ello a Demetrio. Demetrio sigue a Hermia al bosque y Elena sigue a Demetrio; de manera que los cuatro se hallan en el bosque aquella noche.
Oberón y Titania, rey y reina de las hadas, que habitan en el bosque, han reñido por causa de un paje. Oberón pide al duendecillo Puck, símbolo de la volubilidad del amor, que le procure cierta flor mágica cuyo jugo, vertido en los ojos de Titania mientras duerme, hará que se enamore del primer ser a quien vea cuando despierte. Oberón oye en el bosque a Demetrio reprochar a Elena que ande siguiéndolo, y deseoso de reconciliarles, ordena a Puck que vierta un poco de aquel filtro amoroso en los ojos de Demetrio cuando Elena esté junto a él.
Puck, tomando a Lisandro por Demetrio, le da el filtro, y como Elena es la primera persona que Lisandro ve al despertar, le dirige palabras de amor; pero no consigue sino irritarla porque piensa que Lisandro se burla de ella. Oberón, descubierto el error de Puck, vierte el jugo en los ojos de Demetrio, de modo que ahora son dos los que cortejan a Elena. Las dos mujeres se pelean mientras los hombres se preparan a desafiarse por Elena.
Mientras tanto Oberón ha puesto el filtro en los párpados de Titania, quien, al despertar, halla a su lado al tejedor Bottom con una cabeza de asno en lugar de la propia: en efecto, Bottom, con una compañía de artesanos atenienses, se halla en el bosque ensayando un drama que ha de representarse para festejar las bodas del duque, y Puck le ha puesto la cabeza de asno. Titania se enamora de él en cuanto lo ve, y le requiebra por su belleza. Los sorprende Oberón, quien compadece a Titania, y después de recuperar al raptado paje, frota los ojos de su esposa con una hierba que la libera del encanto.
Puck, por orden de Oberón, rodea a los amantes humanos y los reúne: mientras duermen unos junto a otros, exprime en sus ojos la hierba que deshace el encanto, de manera que al despertar vuelven a los amores de antes. Se presentan Teseo y Egeo; los fugitivos son perdonados y las parejas se casan. El drama termina con una escena de Píramo y Tisbe recitada de manera grotesca por Bottom y sus compañeros para las bodas de Teseo e Hipólita, reina de las Amazonas.
Los diversos hilos del drama (las bodas de Teseo e Hipólita, la disputa de Oberón y Titania, la fuga de los cuatro amantes, la representación de los artesanos) se enlazan del modo más ágil en un suntuoso tapiz de vivaces colores sobre un fondo de mágica floresta. El mundo clásico y el mundo de las hadas se funden como en un "triunfo" del Renacimiento tardío: en la pareja Oberón -Titania hay un reflejo de la antigua disputa entre Júpiter y Juno, y aquellos dos seres parecen participar de la serena belleza de los dioses de Grecia, mientras Puck pertenece al mundo tenebroso y mítico de la superstición nórdica.
La encantadora ligereza del mundo de los elfos concierta con la vicisitud humana; hasta los movimientos y las pasiones de los enamorados parecen desarrollarse según arabescos de ensueño, se desenvuelven en absurdas dificultades y se disipan en encanto como una danza elegante y abstrusa gobernada por el capricho de Amor. Una alegre y absurda metamorfosis se apodera hasta de los humildes artesanos, que no son fantoches marginales en el cuadro, sino que se hallan envueltos en una misma atmósfera mágica; y Bottom, con la cabeza de asno, y la grotesca representación de "Píramo y Tisbe", no parecen tan emparentados con el mundo clásico de Luciano y de Ovidio como con las singulares invenciones de aquel pintor de absurdos fantasmas que se llamó Hieronymus Bosch. El mundo fantástico de las alegorías del Renacimiento y el mundo amoroso de las novelas caballerescas con sus fuentes que encienden o hielan el amor, hallan aquí su más perfecta y poética expresión.

Reseña y Resumen de: Las alegres comadres de Windsor

Esta comedia en cinco actos y en prosa, con algunas partes en verso, de William Shakespeare, fue escrita probablemente hacia 1598, publicada en ediciones "in quarto" en 1602, en 1619 y en 1630, y en la edición "in-folio" de 1623. El texto de 1602 es incompleto.
Según una tradición, la obra fue escrita en quince días a petición de la reina Isabel, que deseaba ver en escena a Falstaff enamorado. Con todo, parece no tratarse de una mera improvisación, por haber utilizado Shakespeare una comedia ya existente en el repertorio de su compañía. Se trata de La Comedia del celoso, representada en 1593 y basada en una narración italiana (la segunda del primer libro del Il Pecorone), donde el motivo del enamorado escondido en un mueble, común en la novelística italiana, toma la forma del hombre "escondido bajo una montaña de ropa sucia".
En varios de sus personajes se han querido ver caricaturas de personas realmente existentes. Así, los retratos del juez Shallow y su estúpido sobrino Abraham Slender podrían tener por modelo a Sir Thomas Luey de Charlecote, junto a Stratford, quien, según se cree, habría perseguido a Shakespeare cuando éste era joven por haber cazado furtivamente en sus tierras, hecho cuya veracidad es dudosa.
La comedia consiste en el enlace de dos motivos: el de Falstaff que corteja a dos ricas burguesas de Windsor que se burlan de él, y el de Anne Page, a quien sus padres quieren casar. Falstaff, hallándose falto de dinero, decide cortejar a las mujeres de Ford y de Page, burguesas de Windsor, ya que ellas gobiernan el caudal de sus maridos.
Falstaff manda idénticas cartas galantes a las dos esposas, las cuales deciden vengarse de él. Por otra parte, Nym y Pistol, los compadres de Falstaff, despechados porque se ha separado de ellos, avisan a los maridos. Page no se conmueve, y Ford se alegra de la posibilidad de coger "in fraganti" a su esposa.
Falstaff recibe primero la visita de la señora Quickly, sirvienta del doctor Cajus, encargada de hacer el papel de medianera de las dos señoras; ésta asegura a Falstaff que ambas mujeres no desean sino complacerle. Después recibe una visita de Ford disfrazado con las ropas de Brook, que se finge loco de amor por la señora Ford y promete a Falstaff una espléndida recompensa si le ayuda a conquistarla. Falstaff revela que tiene una cita con la señora Ford y promete ceder después el sitio a Brook. Durante la fingida cita se presenta Ford con una turba de amigos para atestiguar el adulterio, y a Falstaff le esconden deprisa y corriendo en un gran cesto de ropa sucia, y después es arrojado con toda aquella ropa al cieno del río.
En una segunda cita Falstaff es disfrazado de mujer gorda, y como tal apaleado fuertemente por Ford. También el marido celoso es burlado dos veces, pero finalmente le descubren el complot y dan una última cita a Falstaff en el bosque de Windsor, donde le asaltan y pellizcan fingidas liadas y duendecillos, y por fin es desenmascarado por Ford y Page.
El enredo secundario representa el cortejo de Anne, hija de Page, por parte de tres pretendientes, el doctor Calus, médico francés; Slender (nombre que se podría traducir por "Esmirriado" o "Enclenque"), bobo sobrino del juez Shallow (cuyo equivalente podría ser "Ligero"); y Fenton, un joven extravagante, amado por Anne. Madona Quickly (como quien dice la señora "deprisa y corriendo"), hace de mediadora entre los tres, y les alienta por igual. Sir Hugh Evans, párroco galés, se interpone en favor de Slender, y es desafiado por Caius, pero sus hostilidades se reducen a que maltraten la lengua inglesa un galés y un francés.
A la última cita dada a Falstaff en el bosque, Page, que favorece a Slender, dispone que éste rapte a su hija, la cual vestirá de blanco, mientras la señora Page, que protege al doctor, dispone que su hija vista de verde, y sea raptada por él. Pero cuando llega el momento los dos pretendientes se hallan entre las manos un muchacho disfrazado, mientras la verdadera Anne ha huido con Fenton, con quien se casará.
Algunos han querido ver en esta comedia una especie de "fabliau" escenificado con todas las características de aquel género un tanto procaz: retratos realistas, maneras burdas, falta de respeto para el matrimonio, placer burgués en maltratar a un patricio mujeriego... Tal vez por estos elementos más continentales que ingleses, y especialmente por el tema sensual en que se basa y la caricatura del cornudo, esta comedia no tuvo mucho predicamento entre los críticos ingleses del XIX; mientras que en nuestras escenas, al elaborar temas brillantes de la novelística italiana, halla divertida y fácil atención. Hábil obra de teatro, se resiente sin embargo de su composición precipitada, compensada a menudo con un brío extraordinario.

Reseña y Resumen de: Bien está lo que bien acaba

Esta comedia en cinco actos en verso y prosa, traducida también como A buen fin no hay mal principio, fue escrita probablemente hacia 1602-1603. Según otros, que tienen en cuenta las desigualdades del texto, tuvo una primera redacción durante la juventud de Shakespeare, en el período 1590-1594 y, una decena de años después, fue rehecha por el mismo autor con la ayuda de un colaborador. Se publicó en el infolio del 1623.
No se tiene noticia de que haya sido representada antes del mes de marzo de 1714, en una época de vuelta al fervor por las comedias de Shakespeare, ni que tuviera fortuna en la escena. La trama está sacada de la novena historieta de la tercera jornada del Decamerón de Giovanni Boccaccio, traducida en el Palacio del placer de William Painter (I. 38). Es la conocida historia de Giletta de Narbona que cura al rey de Francia de una fístula y pide por marido a Beltrán del Rosellón.
Beltrán, joven conde del Rosellón, es llamado tras la muerte de su padre a la Corte del rey de Francia, y deja en el castillo heredado a su madre y a Elena, hija del famoso médico Gerardo de Narbona, que ha sido educada a expensas del viejo conde. El rey de Francia (Carlos V, nombre que no se cita en el drama de Shakespeare) está enfermo de una fístula incurable. Elena, que está enamorada de Beltrán y le ama, concibe el atrevido plan de trasladarse a París e intentar la curación del rey por medio de una receta que le dejó su padre. La madre de Beltrán, que ha descubierto el amor de Elena por su hijo, secunda su proyecto.
La curación sale bien y Elena obtiene como recompensa del rey el poder escoger un marido entre los gentilhombres de la Corte; así deja recaer su elección en Beltrán, que, aunque irritado por tener que casarse con una mujer de rango inferior, es apremiado a obedecer la orden del rey. Pero, instigado en parte por el fanfarrón Parolles, Beltrán se alista inmediatamente al servicio del duque de Florencia en la guerra contra Siena, y escribe a Elena que no piense en considerarle su marido mientras no haya obtenido el anillo que lleva en su dedo, y del que no tiene intención de desprenderse jamás, y hasta que no tenga un hijo de él, aunque no tiene ninguna intención de compartir su lecho.
Elena, vestida de peregrina, se dirige a Florencia, y encuentra que Beltrán está enamorado de Diana, hija de la hospedera de peregrinos. Diana, sin embargo, rehúsa sus proposiciones. Elena se da a conocer a la joven y a su madre como la esposa de Beltrán, y obtiene, prometiendo a Diana una dote, que ella finja aceptar un convenio del enamorado a condición de que le entregue el anillo; luego, cuando tenga que verificarse la cita, Elena sustituirá a Diana.
Poco tiempo después, difundida la falsa noticia de la muerte de Elena, y habiendo terminado la campaña en la que se ha distinguido extraordinariamente, Beltrán vuelve al Rosellón. Entretanto su amigo Parolles ha sido desenmascarado como abyecto y cobarde traidor. En el castillo del Rosellón se encuentra el rey, que viendo en el dedo de Beltrán el anillo que él mismo había dado a Elena, y del que ella no debía separarse más que para enviárselo en demanda de auxilio en caso de gran necesidad, sospecha que Beltrán ha hecho desaparecer a su mujer. Diana se presenta con una súplica, acusando a Beltrán de haberla seducido y diciendo que se ha visto obligada a entregar a Beltrán el anillo. El enigma se resuelve finalmente con la aparición de Elena, quien, mostrando a Beltrán el otro anillo que él había creído dar a Diana, y habiendo quedado encinta de él, es finalmente recibida como esposa del marido arrepentido y perdonado por el rey.
No se puede decir que el bien trazado cuento de Boccaccio salga mejorado en la dramatización shakesperiana; quizás para ofrecer un papel brillante a un actor cómico, Shakespeare ha introducido los episodios relativos a Parolles, que probablemente pusieron a flote el drama con perjuicio de la trama principal. Sin embargo aquellos episodios son parte esencial de la atmósfera del drama, del mismo modo que el lenguaje de burdel y las venenosas maledicencias de Lucio son partes inseparables de Medida por medida, la amarga comedia que tiene estrechísima afinidad con Bien está lo que bien acaba.
Elena tiene un poco de Isabel (especialmente en sus discursos para persuadir al rey de la eficacia de la curación) y un poco de Mariana de Medida por medida. El desenlace en el último acto procede por estadios bastante afines en ambos dramas, y la semejanza de estilo, de diálogo, de general colorido pesimista, invitan a sostener que Bien está lo que bien acaba es una obra gemela de Medida por medida, pero no tan vital. De los dos personajes principales, Elena nos puede parecer ambigua, y Beltrán odioso; más nobles son el rey y la condesa, pero secundarios; el bufón Lavache es flojo, y sólo Parolles puede movernos a risa, pero como en una amarga farsa, sin la humana simpatía que suscita en nosotros un fanfarrón como Falstaff.
Pero sobre todo no nos dice el drama de qué modo Elena, aborrecida por Beltrán, logra al fin hacerse amar: conclusión, esta última, que debería verificarse si verdaderamente todo "debe terminar bien". La deficiencia de la justificación psicológica queda suplida por lo prodigioso del caso, por el hábil expediente con que Elena llega a cumplir las dos condiciones puestas por Beltrán, aunque este expediente opera de modo excesivamente mecánico para producir convicciones. Tampoco se ve en qué puede Beltrán ser un marido deseable, a no ser por su recia posición social.

Reseña y Resumen de: Julio César

Esta tragedia en cinco actos, en verso y prosa, de William Shakespeare fue escrita probablemente en 1599, estrenada el mismo año y publicada "in folio" en 1623. Sus fuentes son las vidas de Bruto, César y Antonio de las Vidas paralelas de Plutarco, en la traducción inglesa de sir Thomas North (1579), muchas veces seguidas por Shakespeare literalmente. Se han comparado algunos pasajes con la Farsalia de Lucano, con las Epístolas de Cicerón, con la Historia natural de Plinio, con las Guerras civiles de Appiano, con la Historia romana de Dión Casio, con las Vidas de los doce Césares de Suetonio y con El César de Pescetti, pero no se puede decir qué es lo que Shakespeare ha tomado directamente de estas fuentes, ya que se han perdido otros dramas ingleses anteriores sobre el mismo tema.
Las ambiciones de Julio César provocan una conjura entre los defensores de la libertad romana, sobre todo Casio y Casca, quienes persuaden a Bruto. Bruto odia las ambiciones de César, pero no a César mismo, por lo que toda su actuación va acompañada de la repugnancia por el acto que va a efectuar. Bruto se defiende de la insistencia de su mujer Porcia, que quiere enterarse de su secreto, mientras la mujer de César, Calpurnia, advertida por un sueño, suplica a César que no vaya al Capitolio en los Idus de marzo. Pero uno de los conjurados, Decio, lo convence.
El sofista Artemidoro falla en su intento de prevenirle, y César es asesinado. Los conjurados hacen gritar por la ciudad: "¡Libertad e independencia!", creyendo tener al pueblo con ellos, pero Antonio, con una hábil oración fúnebre ante el cadáver de César, levanta al pueblo, mientras el forzado discurso de Bruto deja fría a la masa. La insurrección obliga a huir a los conjurados; se forma el gobierno de los triunviros, Antonio, Octavio y Lépido, que se movilizan contra el ejército de Bruto y Casio.

Frente al cadáver de César, Marco Antonio
(Marlon Brando) incita al pueblo a la rebelión, en
el excelente filme de Joseph L. Mankiewicz (1953)
La víspera del encuentro los dos amigos tienen un altercado, pero después se reconcilian y Bruto da a Casio la noticia de la muerte de Porcia. Este llamado "diálogo de arma corta" ("half-sword parley") fue una de las escenas más admiradas de todo el teatro de Shakespeare por sus contemporáneos. El espectro de César se aparece a Bruto. Sobre la llanura de Filipos, Bruto vence a las fuerzas de Octavio, mientras que Casio es batido por Antonio. Creyendo que también Bruto ha sido derrotado, Casio se suicida; el fiel Titinio sigue su ejemplo. En la segunda batalla Bruto, desalentado por la muerte de Casio, es derrotado e, igualmente, se mata.
El problema de la interpretación de este drama, que preludia el período de las grandes tragedias de Shakespeare, está complicado por la confusión que existe entre la función dramática de la escena central (la muerte de César) y la auténtica meta trágica. La mayor parte de los críticos, basándose en el hecho de que la muerte de César sucede en un estado prematuro de la acción, niegan que éste sea el protagonista de la tragedia y sostienen que esta calidad compete a Bruto. Por otra parte reconocen que el espíritu de César domina toda la tragedia, incluso después de su muerte, y su nombre está en los labios de Casio y de Bruto cuando se suicidan.
A primera vista puede parecer que el verdadero protagonista es Bruto, tanto más cuanto que, al final del drama, éste es recordado por Antonio con palabras que, por analogía, podrían aplicarse al mismo Shakespeare: "Éste fue el más noble entre todos los romanos... Su vida fue apacible; y los elementos estaban de tal forma mezclados en él, que la Naturaleza podría erguirse y exclamar ante todo el mundo: esto fue un hombre". Pero Bruto, en el primer acto, ocupa una posición secundaria respecto a Casio; en el tercero, su personalidad es apoyada por la de Antonio; y sólo en los actos IV y V desempeña una función dramática de primer plano.
Para resolver el problema, algunos han pensado que el verdadero protagonista es la idea personificada por César, el cesarismo, el ideal autoritario, cuyo antagonista sería la idea republicana representada por los defensores de la libertad de la antigua Roma. Para otros, en fin, todas las disquisiciones sobre el verdadero protagonista son vanas, teniendo en cuenta cuán indisolublemente están ligados los destinos de César y de Bruto, de tal suerte que a Bruto (acto IV, escena 3) se le aparece su propio destino, su demonio, con el rostro de César.
La tragedia, dotada de un ritmo apremiante, está regida por un férrea Némesis: la primera parte culmina en la muerte de César, la segunda en el suicidio de sus matadores. En medio hay una pausa, la reunión de los triunviros que, apartados del trágico tumulto, lo miran fríamente, calculando sus ventajas prácticas. El elemento cómico está casi ausente de este drama romano, como también de Coriolano; si en él hay risa, es una risa amarga por el destino del poeta Cinna, muerto por la ingenuidad y la simpleza de la muchedumbre, fácilmente conquistada por los descarados recursos retóricos de la oración de Antonio.

Reseña y Resumen de: Hamlet

Escrita y estrenada en torno a 1600-1601, esta tragedia en cinco actos en verso y en prosa de William Shakespeare ha llegado a nosotros en varias redacciones: el "en cuarto" de 1603, o primer "en cuarto"; el "en cuarto" de 1604, o segundo "en cuarto"; el "infolio" de 1623. El segundo "en cuarto" representaría el texto original del drama, del cual derivarían los otros textos en mayor o menor medida.
La historia de Hamlet fue narrada por Saxo Grammaticus en la Gesta de los daneses (libros III y IV, caps. 86-106), de principios del siglo XIII. Llegó a Shakespeare a través de las Histoires Tragiques de F. de Belleforest y de un drama perdido, que probablemente apareció en la escena en 1587 o 1589. Hay algunas divergencias importantes entre la narración de Belleforest y el drama shakesperiano: en el relato del francés, Hamlet sabe desde el principio cómo murió su padre, por lo cual su fingida locura tiene una magnífica justificación; por otra parte, no muere en el cumplimiento de su venganza y es capaz de obrar enérgicamente en el momento preciso.
Cabe imaginar que algunos de los elementos nuevos fuesen introducidos por la tragedia preshakesperiana, designada por los críticos, con prefijo alemán, Ur-Hamlet, o sea, "Hamlet primitivo": así la muerte del protagonista, el espectro del padre, la escena del drama dentro del drama y el duelo final con Laertes, elementos que hacen pensar en Thomas Kyd (1558-1594) como autor. Probablemente, en la tragedia preshakesperiana Hamlet era un vengador agresivo, pero al readaptar a la escena la antigua tragedia, Shakespeare dio al protagonista el carácter melancólico, que se puso de moda a principios del siglo XVII, para justificar el retraso de la venganza; así el centro del drama se trasladaba de las intrigas de Claudio a las reacciones en el ánimo del "melancólico" y pesimista Hamlet.
En la tragedia de Shakespeare, el rey de Dinamarca ha sido asesinado por su hermano Claudio, que ha usurpado el trono y se ha casado, sin respetar las costumbres, con la viuda del muerto, Gertrudis. El espectro del padre aparece a Hamlet en la muralla del castillo de Elsinore, refiere las circunstancias del delito y pide venganza. Hamlet promete obedecer, pero su naturaleza melancólica le hace irresoluto y le obliga a diferir la acción; mientras tanto se finge loco para evitar la sospecha de que amenace la vida del rey. Se cree que ha turbado su mente el amor de Ofelia, hija del chambelán Polonio, a la que, habiéndola cortejado anteriormente, trata ahora con crueldad.

Lawrence Olivier en Hamlet (1948)
Hamlet comprueba el relato del espectro, haciendo representar ante el rey un drama (el asesinato de Gonzago), que reproduce las circunstancias del delito, y el rey no sabe dominar su agitación. En una escena en que clama contra su madre, Hamlet supone que el rey está escuchando detrás de una cortina y saca la espada, pero mata en cambio a Polonio. El rey, decidido a hacer desaparecer a Hamlet, le envía a Inglaterra con Rosencrantz y Guildenstern, pero los piratas capturan a Hamlet y lo devuelven a Dinamarca.
A su llegada encuentra que Ofelia, loca de dolor, se ha ahogado. El hermano de la muchacha, Laertes, ha vuelto para vengar la muerte de su padre Polonio. El rey, aparentemente, quiere apaciguarlos e induce a Hamlet y a Laertes a rivalizar, no en un duelo, sino en una partida de armas que selle el perdón; pero a Laertes le dan una espada con punta y envenenada. Hamlet es traspasado, pero antes de morir hiere mortalmente a Laertes y mata al rey, mientras Gertrudis bebe la copa envenenada destinada al hijo. El drama concluye con la llegada del puro Fortinbrás, príncipe de Noruega, que se convierte en soberano del reino.
Entre las escenas famosas, figuran la del monólogo de Hamlet (acto III, esc. 1) que empieza con el célebre verso "Ser o no ser, he aquí el problema" ("To be or not to be: that is the question"), o la del cementerio, donde Hamlet hace consideraciones sobre la cabeza de Yorick, bufón del rey. El juicio sobre Hamlet, en la mayoría de los críticos, se reduce a un juicio sobre el carácter del protagonista, expresamente concebido como viviendo una vida suya y externa al drama. En dicho punto de vista han sido seguidos los críticos por los autores que sacrifican al personaje de Hamlet todo el conjunto del drama, cortando sin preocupación, al representarlo, escenas consideradas desde dicho punto de vista como secundarias.
Pero el juicio sobre Hamlet es extraordinariamente complicado debido a una serie de problemas que no son divagaciones ociosas: ¿por qué, por ejemplo, Claudio no interrumpe el drama de Gonzago que reproduce las circunstancias de su delito, a la sola vista de la pantomima que precede a la declamación de los actores? ¿Por qué Hamlet emplea persistentemente con Ofelia un lenguaje obsceno e insultante? A tales preguntas, los críticos que se sitúan en un punto de vista estrictamente histórico responden alegando las frecuentes incongruencias de los dramas de la época: Granville-Barker llega a decir que "la intriga, como tal intriga, está desarrollada con escandalosa incompetencia". Otros críticos sostienen que gran parte del desarrollo se ha perdido y que el verdadero problema de Hamlet consistiría en tratar de reconstruirlo.

Sólo Kenneth Branagh ha llevado al cine la obra íntegra
en Hamlet (1996), un filme de cuatro horas de duración
Así, mientras los críticos psicológicos explican la actitud de Hamlet hacia Ofelia como el resultado de la náusea sexual provocada en el príncipe por la conducta materna, los críticos históricos la relacionan con la intervención de Ofelia en el drama original, donde, como en el relato de Belleforest, no sería más que un instrumento del tío de Hamlet para seducir al príncipe. Y el lenguaje que Hamlet emplea con ella es precisamente el que adoptaría hacia dicho instrumento, aunque Ofelia no sea tal cosa en el drama de Shakespeare. Hamlet podía imaginar que lo fuese de haber oído las palabras de Polonio al rey en la segunda escena del segundo acto, verso 162 y sig.: "At such a time I'll loose my daughter to him" ("En ese momento le soltaré a mi hija"); donde "loose" no sólo implica que Polonio, que hasta entonces ha prohibido a Ofelia que se comunique con Hamlet, la dejará en libertad, sino que contiene una alusión al ayuntamiento de caballos y reses (para lo cual los isabelinos empleaban dicho verbo).
Cierto que Hamlet, más adelante (V. 174), llama a Polonio "a fishmonger" (pescadero), epíteto que se daba a los rufianes, y compara a su hija con un "carrion flesh" (carroña, pero también, en jerga isabelina, prostituta). Hay, pues, que imaginar, para explicar la actitud de Hamlet hacia Ofelia, que interpretase siniestramente su conducta a la luz de la frase de Polonio, sorprendida por él; se deduce, pues, como dice Dover Wilson, que hay que colocar en dicha escena la anotación "entra Hamlet".
Nota central de la tragedia es ciertamente la de la frase "The native hue of resolution is sicklied o'er with the pale cast of thought" ("El color natural de la resolución se enferma con el pálido tinte del pensamiento", III, 1, 85). Con Hamlet, que encarna esa actitud que ha sido definida como una enfermedad de la voluntad, contrastan Fortinbrás y Laertes, hombres de acción. Las alternativas de frenesí y de aparente apatía del carácter central señalan el ritmo de toda la tragedia, ritmo dijérase febril, con sus paroxismos y sus languideces, que da al drama su fascinación indistinta, tan difícil de analizar, pero siempre intuida por el auditorio, incluso en las reducciones y deformaciones que han sufrido las citadas escenas.

Reseña y Resumen de: Otelo, el moro de Venecia

Escrita hacia 1604 y probablemente representada el mismo año, esta tragedia en cinco actos, en verso y en prosa, de William Shakespeare se publicó en cuarto en 1622, en folio en 1623 y nuevamente en cuarto en 1630 y en 1655. El texto de la primera edición en cuarto presenta notables diferencias con la de 1623, hasta el extremo de que quedó justificada la hipótesis de que los editores utilizaron manuscritos distintos; por ello el texto se establece teniendo en cuenta ambas ediciones.
La fuente de esta obra es la séptima novela de la tercera década de los Hecatómitos de Giovan Battista Giraldi Cintio, con la diferencia de que el capitán moro y el alférez carecen de nombre en Giraldi. Se ha emitido una hipótesis identificando el moro con el patricio Cristoforo Moro, que fue lugarteniente en Chipre, en 1508, y que perdió su mujer en el viaje de regreso a Venecia; otros autores creen que se trata del "capitán moro" (en realidad un italiano del sur) Francesco da Sessa, que fue condenado a galeras por los Rectores de Chipre, a fines de 1544 o principios del año siguiente, en Venecia, por un delito no especificado. No se sabe con certeza si Shakespeare se valió del original italiano o bien de la traducción francesa de Gabriel Chappuys, publicada en París en 1584.
El moro Otelo, general al servicio de Venecia, ha conquistado el amor de Desdémona, hija del senador veneciano Brabantio, relatándole sus gestas y los peligros por los que pasó; y luego se ha casado con ella. Por esto Brabantio le acusa ante el Dux de haber hechizado y raptado a su hija. Pero Otelo explica de qué manera conquistó lealmente el corazón de Desdémona, y ésta confirma su relato.
Mientras tanto llega la noticia de que es inminente un ataque de los turcos contra Chipre, y se pide la colaboración de Otelo para rechazarlos. Brabantio, de mala gana, cede su hija al moro, que inmediatamente marcha con ella a Chipre. El alférez Yago, que ha sido sustituido en el cargo de lugarteniente por Casio, siente un odio profundo hacia Otelo; Yago ha oído rumores de que el moro ha yacido con Emilia, su esposa y camarera de Desdémona.
En un primer momento, Yago logra desacreditar a Casio ante Otelo, haciendo que Casio se emborrache y turbe la paz pública. En ello le ayuda Rodrigo, que ama, sin ser correspondido, a Desdémona. Casio, privado de su grado, es inducido por Yago para que ruegue a Desdémona que interceda en favor suyo; simultáneamente Yago hace nacer en el ánimo de Otelo la sospecha de que su esposa le engaña con el desgraciado lugarteniente.

Orson Welles en su Otelo (1952)
La intercesión de Desdémona en favor de Casio parece confirmar sus sospechas y crea en el moro unos furiosos celos. Yago se las ingenia para que un pañuelo que Otelo le había dado a Desdémona como preciosa prenda (pañuelo recogido por Emilia cuando su señora lo había perdido) sea hallado en poder de Casio. Otelo, cegado por los celos, ahoga a Desdémona en su lecho.
Poco más tarde, Casio, al que Rodrigo había de dar muerte por instigación de Yago, es hallado herido. Pero a Rodrigo, herido por Yago para evitar que su plan sea descubierto, le hallan unas cartas que prueban la culpabilidad de Yago y la inocencia de Casio. Otelo, fulminado por el descubrimiento de haber dado muerte a su inocente esposa, y tras haber hallado, con motivo del derrumbamiento de su mundo, su lucidez mental, se mata estoicamente para castigarse.
Esta tragedia, cuyo tema dominante lo constituyen los celos, está tan hábilmente construida y arrebata de tal modo la atención que, a menos de que se haga un frío y minucioso examen, no se nota la improbabilidad de muchos elementos, las contradicciones en la psicología de los distintos personajes y una incurable inconsistencia en la duración de la acción.
Los críticos se han esforzado en solucionar las distintas dificultades que presenta el drama. La más grave de ellas es la duración de la acción: desde el desembarco de Desdémona y de Otelo en Chipre hasta la catástrofe final solamente transcurren treinta y seis horas; en cambio, muchas circunstancias requieren que la acción tenga un desarrollo más largo y dure al menos algunas semanas.
Se ha intentado conciliar esa evidente incongruencia de varias maneras, por ejemplo, suponiendo que la acusación de Yago contra Desdémona se refiere a una época anterior a su llegada a Chipre, puesto que durante la estancia en Chipre no habría habido materialmente tiempo para esos supuestos amoríos. Pero esta explicación se opondría a lo que Yago dice de Desdémona; así, en el tercer acto (3,230 y siguientes) la infidelidad de Desdémona se atribuye a un período posterior a la pasión que ella sintió hacia el moro, que había durado hasta poco tiempo antes. Por consiguiente, según las palabras de Yago, la infidelidad habría tenido lugar en una época recentísima.
También se aprecian contradicciones en el carácter de Otelo. Por otra parte, Desdémona parece demasiado obtusa para no darse cuenta de que Otelo está celoso, cuando recomienda a Casio en el momento menos oportuno. Más tarde, cuando ya se ha dado cuenta de los celos que siente su marido, no trata de descubrir el motivo y de tener inmediatamente una explicación con él. También los demás personajes pueden parecer algo ingenuos por dejarse engañar por Yago.
Pero las confusiones y contradicciones en la psicología de los personajes, así como soluciones de continuidad entre sus caracteres y la manera que tienen de obrar, estaban en el orden del día en el teatro elisabetiano, que contaba con efectos de perspectiva que inevitablemente implicaban deformaciones que no podían apreciarse en la representación. Y precisamente en este aspecto este drama de Shakespeare es quizás uno de los más lúcidos y clásicos del autor, lo cual explica su éxito en el continente. Zaira, de Voltaire, en la que el personaje Orosmane está calcado de Otelo, es la primera adaptación francesa de la obra shakesperiana.
Tragedia meridional por la pasión que constituye su argumento (sin que por este motivo pretendamos, como hizo Schlegel, ver en el drama un intento de estudio cultural y ambiental, según el cual Otelo vendría a ser la tragedia del bárbaro mal asimilado), es la que con más frecuencia se ha representado en Italia, dando lugar a interpretaciones famosas. En cambio, a la mentalidad inglesa y puritana, el tema siempre ha parecido más bien repelente, y por ello, en época reciente, el público seguía con morbosa atención la interpretación que el negro Paul Robeson hacía del personaje. Es una tragedia acuciante y que no da respiro; un hecho de crónica negra que Shakespeare rodea con toda la riqueza verbal y la sutilidad conceptual de un seiscentista.

Reseña y Resumen de: El rey Lear

Escrita en 1605-1606 y representada en 1606, esta tragedia en cinco actos en verso y prosa de William Shakespeare fue publicada en 1608 (primero en cuarto con el título La verdadera crónica de la vida y muerte del rey Lear y de sus tres hijas), en 1619 (segundo en cuarto), en 1623 (en folio) y en 1655 (tercero en cuarto).
La historia de Lear y de sus hijas, uno de los temas que más han preocupado a los estudiosos de las tradiciones populares, se encuentra en Geoffrey of Monmouth (Historia Regum Britanniae, obra compuesta hacia 1140), en Holinshed (Chronicle), y en una aportación de John Higgins (1574) al Espejo de los magistrados (obra en la que, siguiendo el modelo de las Caídas de los príncipes, de John Lydgate, que a su vez imitaba las Desventuras de Boccaccio, hombres ilustres, generalmente pertenecientes a Inglaterra, narran su caída). También se halla en la Reina de las hadas, de Edmund Spenser (lib. II, canto 10, st. 27-32). Shakespeare utilizó un drama precedente, Lear. La leyenda del rey Lear tiene motivos comunes con la de la Cenicienta: la figura de Cordelia, hija del rey Lear, es una de tantas encarnaciones del tipo de muchacha virtuosa perseguida.
En la tragedia se desarrollan paralelamente dos acciones bastante parecidas en líneas generales (por algunos ha sido observada una analogía con la historia de Yayetis y Dirghatamas en el Mahebherata). La primera y principal consiste en la historia de Lear y de sus tres hijas; la segunda tiene por objeto los sucesos de Gloucester y de sus dos hijos.
Lear, rey de Bretaña, viejo autoritario y mal aconsejado, tiene tres hijas: Goneril, mujer del duque de Albania; Regan, mujer del duque de Cornuailles, y Cordelia, a cuya mano aspiran el rey de Francia y el duque de Borgoña. Con la intención de dividir su reino entre las tres hijas según el afecto que ellas sientan por él, Lear pregunta a cada una cómo le quiere. Goneril y Regan hacen protestas de sincero afecto y cada una recibe un tercio del reino; Cordelia, modesta y digna, dice que le ama como manda el deber. Airado por dicha respuesta, el rey divide su parte del reino entre las otras hermanas, con la condición de que él, con cien caballeros, sea mantenido por una de ellas turnándose.
Retirado el duque de Borgoña, el rey de Francia acepta a Cordelia sin dote. El conde de Kent, que se pone del lado de Cordelia, es desterrado, pero sigue al rey bajo vestiduras falsas. Goneril y Regan, apenas poseen el poder, desenmascaran su ánimo malvado, faltan al pacto estipulado por el padre negándole la escolta de caballeros, y cuando él, indignado, rechaza su odiosa hospitalidad, le dejan que vague por el campo durante la tempestad. El conde de Gloucester siente piedad del viejo rey y, por una delación de su hijo ilegítimo Edmund, se hace sospechoso de complicidad con los franceses que desembarcan en Inglaterra a instancias de Cordelia, y es hecho cegar por el duque de Cornuailles.
Antes de procurar la ruina de su padre, Edmund había calumniado ante él a su hermano, el legítimo Edgard, obligándolo a huir de la ira paterna. Disfrazándose de mendigo loco, Edgard se ve reducido a vivir en una cabaña en el campo, y precisamente en dicha cabaña buscan refugio, durante la tempestad, Lear junto con el bufón de su corte y el fiel Kent. Lear, reducido al nivel de un mísero vagabundo, siente por primera vez en su corazón la angustia del sufrimiento humano; la prueba es demasiado ruda y pierde la razón. Kent lo lleva a Dover, y allí Cordelia lo recibe afectuosamente.

Fotograma de Ran (1985), de Akira
Kurosawa, basada en El rey Lear
Entretanto, Goneril y Regan se han enamorado ambas de Edmund, que se ha convertido en conde de Gloucester. Goneril, para quitar de en medio a la rival, que, habiéndose quedado viuda, quiere casarse con Edmund, la envenena; pero su intención de desembarazarse de su propio marido es descubierta por una carta y Goneril se quita la vida. Edmund, acusado de traición, es muerto por Edgard en un juicio de Dios; pero, vencedor de los franceses, había dado ya orden de ahorcar a Cordelia, hecha prisionera junto con su padre; demasiado tarde, a punto de morir, revela su feroz orden.
Lear, que soñaba con estar siempre al lado de su hija, y por ello soportaba resignadamente la prisión, ve como la estrangulan ante sus propios ojos y muere vencido por el dolor. El duque de Albania, que no había aprobado la manera como Goneril trataba a su padre, le sucede en el reino. Edgard, que, sin ser reconocido, se había convertido en lazarillo de su padre ciego y le habla quitado de la mente la idea del suicidio, es restaurado en el título y honores.
El drama, uno de los más potentes de Shakespeare, parte del esquema casi abstracto de una fábula alegórica hacia las últimas profundidades de las acciones y el sentimiento humanos. En la primera escena de la división del reino, los personajes parecen los de una "moralidad" medieval; no menos lineal y simplista puede parecer el modo con que Edgard es traicionado por su hermano. Pero cuanto puede parecer paradigma en la premisa se consuma en el desarrollo que acomete angustiosamente el problema de la bondad del mundo, pues, aunque los malvados no triunfan al final del drama, la bondad ha caído antes víctima de sus intrigas, de modo que la única moraleja que puede extraerse (si hay que buscar alguna) está contenida quizás en las palabras de Edgard a su padre ciego y desesperado: "Los hombres han de tener paciencia para salir de este mundo, tanto como para entrar: todo es estar maduros".
Imagen de este triste mundo es la tormenta que domina en el centro del drama, arrastrando a Lear, que, con sus errores y pasiones, adquiere un significado simbólico: es la humanidad entera que, por boca del rey loco, se desespera en medio de la tempestad, mientras su creciente demencia debida a la crueldad de los hombres y de los elementos resulta más trágica en contraste con el ropaje grotesco que toma la verdad en las palabras del bufón y con la simulada locura de Edgard que se finge obseso. Como observó Schlegel: "Del mismo modo que en Macbeth Shakespeare llevó el terror a la cúspide, parece que en El rey Lear agotó las fuentes de la piedad".

Reseña y Resumen de: Macbeth

Esta tragedia en cinco actos, en verso y prosa, de William Shakespeare fue escrita probablemente entre 1605 y 1606, estrenada en 1606 e impresa en la edición infolio de 1623. El texto es poco satisfactorio por los indicios de retoques que parece presentar; probablemente hay cortes e interpolaciones. La fuente de la obra es la Crónica de Holinshed, que para los sucesos de Escocia se basa en la versión inglesa que hizo John Bellenden de las Scotorum Historiae (1527) de Héctor Bocce.
Macbeth y Banco (Banquo) son generales de Duncan, rey de Escocia. Volviendo de una victoriosa campaña contra los rebeldes, encuentran en una llanura a tres brujas que profetizan que Macbeth será "thane" (título nobiliario escocés semejante a "barón", con que se indica a los compañeros del rey) de Cawdor y luego rey, y que Banco engendrará reyes, aunque él no esté destinado a serlo. Inmediatamente después llega la noticia de que Macbeth ha sido nombrado barón de Cawdor.
Tentado por el cumplimiento parcial de la profecía y por lady Macbeth, que excita en él la ambición, secando "la leche de la humana benevolencia", Macbeth asesina a Duncan, hospedado en su castillo, mientras duerme, pero en seguida es presa del remordimiento. Los hijos de Duncan, Malcolm y Donalbain, huyen, y Macbeth se apodera de la corona. Pero todavía queda un obstáculo en el camino de Macbeth: las brujas habían profetizado que el reino iría a parar a la dinastía de Banco, por lo cual Macbeth decide hacer desaparecer a éste y a su hijo Fleance, pero éste logra huir.

Orson Welles en su impresionante
versión de Macbeth (1948)
Perseguido por el espectro de Banco, que se le aparece durante un banquete, Macbeth consulta a las brujas, que le dicen que se guarde de Macduff, barón de Fife; que nadie nacido de mujer podrá hacer daño a Macbeth; y que sólo será vencido cuando el bosque de Brinam vaya hasta Dusinane.
Sabiendo que Macduff se ha unido a Malcolm, quien está reclutando un ejército en Inglaterra, Macbeth hace asesinar a lady Macduff y a sus hijos. Lady Macbeth, a quien le había caído de la mano el puñal al intentar, antes que su marido, asesinar a Duncan, y ver en él por un momento a su propio padre, pierde la razón e intenta en vano hacer desaparecer de sus manos la visión de la sangre; finalmente muere.
El ejército de Macduff y de Malcolm ataca el castillo de Macbeth: pasando por el bosque de Birnam cada soldado corta una rama y detrás de esta cortina de follaje avanzan contra Dusinane. Macduff, sacado del vientre materno antes de tiempo, da muerte a Macbeth. La profecía se ha cumplido y Malcolm sube al trono.
El drama es en parte un acto de homenaje a Jacobo I (enumeración de los futuros reyes escoceses en el acto IV, escena 1, y otros detalles). De las tragedias de Shakespeare, Macbeth es, sin duda, la más vigorosa. Como dijo muy bien A. W. Schlegel, después de la Orestíada de Esquilo, "la poesía trágica no había producido nada más grandioso ni más terrible".
Una atmósfera iracunda gobierna el drama desde los primeros versos hasta el cumplimiento de la profecía: el sortilegio infernal que revela al guerrero victorioso y ambicioso a través de la profecía de las brujas, y sus no confesadas aspiraciones, cierran sobre él una red inevitable. El guerrero sucumbe a la tentación, pero aun así se debate y conserva las huellas de su primitiva nobleza en medio de todos los excesos a que se ve arrastrado.
Pesa sobre los personajes de este drama el mismo clima de fatalidad que pesaba sobre la casa de los Atridas; la acción se desenvuelve quizás en varios años, pero toda consideración de tiempo desaparece ante el espectáculo, cuyo ritmo está medido sobre el horror y la congoja. Un sentido de misterio e incluso de irracionalidad (¿era realmente necesario el delito de Macbeth?; ¿no es un salto en el vacío precipitado por una fatal sugestión?) emana de este drama; domina en él la noche, con las frecuentes invocaciones a las tinieblas, y la evocación de las torpes criaturas furtivas y rapaces de la oscuridad; atmósfera sofocante de pavor y de duda; por esto la palabra "pavor" ("fear") aparece a menudo al lado de imágenes de violencia y sangre. La vida misma se ve como "un cuento contado por un idiota, llena de ruido y furia, que no significa nada", en unos versos célebres y frecuentemente citados (esc. 5, 26).

Reseña y Resumen de: Antonio y Cleopatra

Esta tragedia en cinco actos en verso y prosa de William Shakespeare fue escrita probablemente alrededor de 1606-1607, estrenada seguramente en 1607 y publicada en el infolio de 1623. La fuente es, sin duda, la vida de Marco Antonio de las Vidas paralelas de Plutarco, en la versión de North. Shakespeare empleó también La historia romana de Apiano y pudo consultar otras obras inglesas sobre dicho tema.
El drama presenta a Antonio en Alejandría, esclavo de la belleza, ya madura, de Cleopatra. Reclamado por la muerte de su mujer Fulvia y por los sucesos políticos, Antonio vuelve a Roma, donde se pone fin al antagonismo entre él y Octavio César con su matrimonio con la hermana de César, Octavia, suceso que provoca los celos de Cleopatra.
Pero esta unión no dura: Antonio abandona a Octavia y vuelve a Egipto, donde la cadena de la voluptuosidad vuelve a ligarle. Se asiste a su descomposición espiritual, sólo interrumpida de tarde en tarde por impulsos generosos que recuerdan al guerrero de otros tiempos, como cuando con su generosidad confunde de vergüenza a Enorbarbo, que le había abandonado y que ahora se mata despreciándose a sí mismo.
Después de la batalla de Actium, Antonio es perseguido hasta Alejandría por César y allí, tras un efímero éxito, sufre la derrota final. Ante la falsa noticia de la muerte de Cleopatra, primero pide a su secuaz Eros que le mate, pero Eros no acepta y se mata en lugar de atravesar a Antonio. Antonio, siguiendo su ejemplo, se deja caer sobre la espada. Llevado al mausoleo donde se ha refugiado Cleopatra, expira en sus brazos. Cleopatra, para evitar la vergüenza de figurar en el triunfo de César, decide truncar su vida con la mordedura de un áspid; con ella se matan Carmiana y las demás doncellas.
Antonio y Cleopatra es la tragedia del hombre de acción cuya voluntad languidece y se debilita en las espirales de una lujuria que percibe indigna pero irresistible. Y nunca una tragedia similar ha sido conseguida con tintas tan fastuosas y encantadoras. Gran parte de la fascinación proviene del carácter de Cleopatra, representado por el poeta en toda su movilidad y facetas de seductora; verdaderamente moderno y capaz de imprimir un ritmo vivo, rápido, caprichoso, a ciertos diálogos, de sabor fresquísimo, en comparación con las retahílas pedantes de las reinas del teatro áulico del siglo XVI.
Pero la atmósfera de lujo barroco, y la alegría de colores iridiscentes y de imágenes exuberantes, difundida por todo el drama, hace de él algo aparte en la producción shakesperiana. Por otra parte, la rapidez y la extrañeza de las muertes, la vehemencia de algunas imágenes crueles (como, por ejemplo, cuando Cleopatra se ve ya mostrada a la ululante plebe romana y grita: "Ponedme antes desnuda en el fango del Nilo y dejad que las moscas del río cubriéndome de gusanos hagan de mí algo inmundo"), la insistencia sobre el tema de la serpiente (Antonio dice de Cleopatra, acariciándola: "¿Dónde está mi serpiente del viejo Nilo?" y Cleopatra, parecida a una serpiente en sus lisonjas y engaños, se mata con un áspid) dan al drama un gusto de encantadora y perversa perdición que parece ya casi romántico.
Todo el Oriente enjoyado y siniestro que atraerá a un Gautier y a un Flaubert está ya más que insinuado en la obra de Shakespeare. Pero no sólo la atmósfera de fastuosa y letal voluptuosidad de Antonio y Cleopatra fue recogida por los románticos; en algunas escenas de interrogatorio y de misteriosos resentimientos (IV, 3) se encuentra ya un modelo de la atmósfera de ansiedad evocada en tantos dramas de Maurice Maeterlinck.

Reseña y Resumen de: La tempestad

Escrito en 1611 y estrenado el mismo año, este drama en cinco actos, en verso y prosa, de William Shakespeare se publicó en el in-folio de 1623, donde precede a todas las demás piezas.
La fuente de esta obra debe buscarse en la commedia dell'arte italiana; algunas intrigas análogas a la suya han sido descritas por diversos estudiosos. Con estos elementos italianos Shakespeare combinó detalles del naufragio en las Bermudas de sir George Somers (25 de julio de 1609). Otros consideran como fuente probable de la tragedia la novela castellana La gran conquista de Ultramar.
En este drama, escrito al final de su carrera, como en El sueño de una noche de verano, escrito al comienzo, Shakespeare utiliza lo sobrenatural, recurriendo al mundo maravilloso de los elfos y de las hadas, fundiendo admirablemente sus acciones con aventuras humanas, con lo que éstas ganan en donosura y profundidad.
Próspero, duque de Milán, fue despojado del poder por su hermano Antonio, puesto en una barca y entregado a merced de las olas con su hijita Miranda. Próspero desembarcó en una isla desierta en la que había sido desterrada la hechicera Sycorax. Gracias a sus artes mágicas, Próspero liberó a varios espíritus aprisionados por la maga, entre ellos a Ariel, y los sometió a sus órdenes. Tiene ahora a su servicio al hijo de la hechicera, Calibán, una criatura monstruosa, abyecta e ingenua que es el único habitante de la isla.
Próspero y Miranda han vivido de este modo durante doce años. Una nave en la que viajan el usurpador Antonio, su aliado el rey de Nápoles Alonso, y Fernando, hijo de éste último, naufraga en las costas de la isla por medio de los encantamientos de Próspero. En este punto comienza el drama: Shakespeare ha condensado en la exposición del drama, en la segunda escena del acto primero, los antecedentes, que ocupaban tres actos en el Cuento de invierno.
Los pasajeros se salvan, pero creen que Fernando se ha ahogado, mientras Fernando piensa que los demás se han ahogado. Se encuentran Fernando y Miranda, se enamoran en cuanto se ven, y se prometen. Ariel, por orden de Próspero, prepara algunos sustos para Antonio y Alonso. Antonio es abatido por el terror y Alonso se arrepiente de su crueldad, se reconcilia con Próspero y recupera a su hijo Fernando.
La nave resulta salvada por la fuerza de los hechizos, y Próspero y los demás se preparan para dejar la isla, después de que Próspero haya renunciado a la magia deshaciéndose de su varilla mágica. La isla queda en poder de Calibán; las muchas escenas en que se presenta con Esteban, un despensero borrachín, y con el bufón Trínculo, conservan el sello de la commedia dell'arte, que constituye su fuente principal; también tiene resabios de la commedia la contraposición cómica entre la perfidia del usurpador que hizo perder el ducado a Próspero y la conjura de Calibán, que promete a Esteban y a Trínculo el dominio de la isla si matan a su odiado amo. Por otra parte, la tétrica impresión que pudiera producir el grupo de los pérfidos náufragos es mitigada por la locuaz franqueza del buen anciano consejero Gonzalo.
Aunque las escenas cómicas abundan en este drama, si bien no en la medida en que existen en el Doctor Fausto de Marlowe, la impresión general, como la que produce el drama de Marlowe, no está en nada determinada por el elemento de farsa. La atmósfera de La tempestad está como purificada por un huracán. Su fondo es la solitaria orilla de una isla en medio del mar; una luz tranquila, armoniosa, se difunde por todas partes; el aire, impregnado de luz y de mansedumbre, resuena con voces sobrenaturales. La gracia del cielo con sus rocíos ha tocado las orillas de la isla apartada del mundo, y esta suave influencia celestial parece que se desenvuelve ante nuestros ojos en el breve espacio de pocas horas (entre los dramas shakesperianos, La Tempestad es el único que se conforma a las famosas unidades de lugar, de tiempo y de acción).
Aun cuando se puede afirmar casi con certeza que Shakespeare no leyó el Purgatorio, el clima de este drama recuerda mucho el de la orilla de la isla imaginado por Dante. El "tremolar della marina", la purificante frescura del rocío o las voces de los espíritus se hallan en ambos poemas. Los hombres naufragan en la mágica orilla y desembarcan en la extraña tierra para arrepentirse y expiar. Y Próspero se nos muestra como un santo anciano, no desemejante de Catón en la orilla del Purgatorio. La visión última de Shakespeare revela afinidades con la visión de Dante, y también con el sacro misterio de Las Euménides de Esquilo. En cada uno de los tres grandes poetas la justicia es restaurada por medio de un rito de expiación; el tono de sus versos más graves es el mismo, formado de dulzura y de gravedad a un mismo tiempo, un tono de perdón. Ellos alcanzaron una visión del mundo que se expresa en términos de orden y de armonía, la música de Ariel, los himnos cantados por las almas que se purifican al son de la lira de Apolo, que todo lo apacigua.
Después de Hamlet, La tempestad es el drama shakesperiano que ha dado más amplio pábulo a hipótesis e interpretaciones. En ciertos momentos, en las poesías de Ariel y en las palabras de Próspero, el poeta mismo, por boca de sus personajes, se dirige al mundo y expresa su concepto de la vida, de manera que La tempestad es el más personal de sus dramas y parece reflejar a veces el pensamiento más profundo del dramaturgo: "Somos de la misma sustancia de que están hechos los sueños, y nuestra breve vida está rodeada de un sueño" (IV, esc. 1).
El aspecto sobrenatural de La tempestad fue en parte utilizado por Alexander Pope (1688-1744) en El rizo robado, donde Ariel es el jefe de los silfos que tiene el oficio de servir a las damas; el personaje de Calibán inspiró a Robert Browning su poema Calibán sobre Setebos en que se expresa el pensamiento de un salvaje acerca de la creación del mundo y la Divinidad.

Reseña y Resumen de: Venus y Adonis

Este poema en estrofas de seis versos de William Shakespeare fue publicado en 1593 y dedicado por el poeta a Henry Wriothesley, conde de Southampton, como "el primer engendro de mi ingenio": todo permite, pues, suponer que es la primera obra publicada por Shakespeare. Venus, enamorada del joven Adonis, le retrae de que se entregue a la caza e intenta seducirlo, sin lograrlo; le pide que se encuentren al día siguiente, pero Adonis quiere ir a la caza del jabalí. En vano la diosa trata de disuadirlo. Llegada la mañana, Venus oye el ladrar de los perros de Adonis, y llena de terror, va en busca del amado, al que encuentra muerto por la fiera.
La obra tiene un aire de familia con el contemporáneo Hero y Leandro de Marlowe (1564-1593) y con Scillaes Metamorphosis de Lodge (1558?-1625), que puede haber sugerido a Shakespeare el metro (la estrofa de seis versos con rima ababcc). Está en todo y por todo impregnada del gusto de la época. Su serie de cuadritos voluptuosos postovidianos se dirigía a un bien definido público de cortesanos "italianizados". Un mismo aire de alejandrinismo meticuloso y conceptista se desprende de esta obra como del Adonis de Marino (1569-1625): ambos utilizan los mismos motivos, como el del jabalí que no tiene la intención de herir el costado de Adonis, sino sólo de besarlo, motivo que se repite en el poemita pseudoteocríteo Sobre el muerto Adonis.

Reseña y Resumen de: La violación de Lucrecia

Este poema de William Shakespeare fue publicado en 1594 y dedicado a Henry Wriothesley, conde de Southampton. El poema relata un motivo de larga tradición: violada por Sexto Tarquino, Lucrecia pide a su padre y a su marido Colatino que la venguen, y se suicida. El poema, en estrofas de siete versos, termina en el momento en que Bruto y Colatino se disponen a transportar a través de Roma el cadáver de la Lucrecia, para incitar a los romanos a expulsar a Tarquino. Mientras en Venus y Adonis un casto joven era seducido por una experta, aquí una casta esposa era violada por un libertino.
La obra está dirigida al mismo público cortesano para quien en otros países Tiziano y el Veronés habían pintado a bellas y lánguidas mujeres desnudas en el sueño y en la invitación amorosa. El cuadrito licencioso domina: con los ojos de Tarquino, que levanta las cortinas del lecho, vemos a Lucrecia dormida, visión de alabastrina blancura apenas sombreada por venas azules. Los personajes discurren, imploran e imprecan, pero entre el centelleo de la retórica no se alcanza a notar al que era un grandísimo genio trágico.

Reseña y Resumen de: Enrique VI

Este drama histórico en tres partes de cinco actos cada una, en verso con fragmentos en prosa, fue escrito por Shakespeare en el período 1590-92. La segunda parte apareció anónima en 1594, llevando como título La lucha entre las dos famosas casas de York y de Lancáster. La tercera parte apareció en 1595 y se titulaba La verdadera tragedia de Ricardo duque de York, y la muerte del buen rey Enrique VI. Las tres partes se publicaron en 1623 en el primer in-folio de las obras de Shakespeare; en tal edición, la segunda y la tercera partes presentan alteraciones parciales en el texto.
El drama se basa sobre todo en las Crónicas de Holinshed (1577), pero también Halle, Fabyan, Grafton y Stowe pudieron haber sido consultados. La primera parte trata de las guerras de Francia en los primeros años de Enrique VI, de la liberación de Orleáns por parte de los franceses y de la expulsión de los ingleses de casi toda Francia. Los franceses son guiados por Juana de Arco, representada como podían verla las tropas inglesas: una violenta caricatura, medio bruja y medio meretriz. El héroe inglés que se le opone es Talbot, que, hasta su muerte cerca de Burdeos, deja en la sombra a los demás capitanes.
Los acontecimientos que se desarrollan en Inglaterra son las diferencias entre los nobles y el principio de la lucha entre York y Lancáster. La segunda parte pone en escena el matrimonio de Enrique con Margarita de Anjou, las intrigas de la facción de York y los demás episodios históricos importantes, entre los cuales destacan la rebelión de Jack Cade, la batalla de St. Albans (1455) y la muerte de Somerset. La tercera parte comprende desde la renuncia de Enrique a la sucesión del trono en favor del duque de York y la rebelión de la reina Margarita al ser desheredado su hijo hasta la batalla de Tewkesbury en 1471. Enrique VI es asesinado por Ricardo, duque de Gloucester, el futuro Ricardo III, cuyo carácter está ya delineado aquí.
Obra juvenil, Enrique VI apenas difiere, por su estilo, de los dramas de los contemporáneos, de modo que ha ofrecido fácil juego a los disgregadores de Shakespeare, que han querido descubrir la mano de Marlowe, de Kyd, de Peele, de Geene, de Lodge o de Nashe además de la de Shakespeare, que sólo sería el revisor de una obra ya existente. Sin excluir esta posibilidad, hay que tener presente, sin embargo, que el estilo de un principiante es siempre eco de acciones y frases ajenas. Muchos de los procedimientos retóricos que constituyen un rasgo tan característico del Ricardo III se encuentran también aquí, pero en menor escala, en medio de grandes zonas carentes de adornos.
Los personajes, que son multitud, muestran ya señales de robusta caracterización y algunas escenas tienen gran eficacia, como aquella en que el rey visita al cardenal que al final de su vida está atormentado por los remordimientos, breve escena que Schlegel juzgó sublime. En el episodio de la rebelión de Cade está bien pintada la mezcla de terror y de ridículo que ofrece la anárquica embriaguez de la multitud.

Reseña y Resumen de: Mucho ruido por nada

Traducida también a menudo como Mucho ruido y pocas nueces, esta comedia en cinco actos, en verso y prosa, de William Shakespeare fue escrita en la forma en que la poseemos en 1598, pero probablemente tuvo una primera redacción en la juventud del autor. Fue impresa en 1600 y en 1623.
El motivo dramático central, el del amante inducido a engaño por medio de una persona que adopta el parecido de su amada (antiguo motivo que ya se encuentra en las Aventuras de Quereas y Calirroé, de Caritón de Afrodisia), fue extraído por Shakespeare de las Novelas de Matteo Bandello (novela XXII), en la versión de François de Belleforest (Histoires Tragiques, III, 1569), y del Orlando Furioso de Ludovico Ariosto (historia de Ginevra y Ariodante). Las agudas discusiones de Benedicto y Beatriz parecen inspiradas en las de Gaspare Pallavicino y de Emilia Pia en El cortesano de Baldassare Castiglione, traducido por sir Thomas Hoby en 1561.
El príncipe de Aragón, don Pedro, en cuyo séquito figuran Claudio y Benedicto, viene a visitar a Leonato, gobernador de Mesina, padre de Hero y tío de Beatriz. Claudio se enamora de Hero y se acuerda su matrimonio. La alegre y aguda Beatriz, y Benedicto, soltero impenitente e ingenioso, se encarnizan en atacarse con sus burlas; sus amigos deciden hacer que se enamoren y se las componen de manera que Benedicto sorprenda una conversación en que el príncipe y Claudio hablan de un pretendido amor secreto de Beatriz por él, y Beatriz sorprende una confidencia semejante acerca del amor que Benedicto parece alimentar por ella en secreto.

Emma Thompson (Beatriz) y Kenneth Branagh
(Benedicto) en la versión cinematográfica
dirigida por el propio Branagh (1993)
De este modo los amigos se imaginan ser artífices de la derrota de los adversarios del matrimonio; pero ya en aquel acosarse estaba el germen de una secreta inclinación. Don Juan, hermano bastardo del príncipe y recientemente reconciliado con él, es un carácter soberbio y perverso; envidioso del favor que Claudio goza cerca de su hermano, imagina un engaño para destruir aquel matrimonio: Borrachio, su criado, se presentará de noche bajo la ventana de Hero, y a la ventana se asomará, vestida con las ropas de Hero, Margarita, la doncella de compañía de Hero, que está enamorada de Borrachio; el príncipe y Claudio asistirán de lejos al coloquio.
Así sucede con la involuntaria complicidad de Margarita, la cual, vistiéndose de Hero, piensa ceder a una inocente mascarada. Claudio y el príncipe quedan profundamente impresionados, y el día de las bodas delatan la conducta de la joven en plena iglesia. Hero se desmaya. Por consejo de fray Francisco, que está seguro de la inocencia de Hero, Leonato hace correr la voz de que la joven ha muerto y Benedicto, estimulado por Beatriz, desafía a Claudio por haber calumniado a Hero.
Mientras tanto, Borrachio, en estado de embriaguez, confiesa el engaño a un compañero y es oído por los guardias de la ronda nocturna, al mando de dos grotescos oficiales de policía, Dogberry y Verges, que dan lugar a unas escenas cómicas con sus bobadas y su pueril incompetencia. Borrachio es detenido y revela al príncipe y a Claudio el engaño de que han sido víctimas.
Claudio ofrece reparación a Leonato y le recomiendan que se case con una prima de Hero en sustitución de la supuesta muerta. En el momento de las bodas, la esposa descubre ser Hero en persona. Se casan también Benedicto y Beatriz, y su petulante agudeza no los abandona ni ante el altar. Don Juan, que había huido de Mesina, es detenido y será castigado.
Aunque el enredo Hero-Claudio sea visiblemente el tema principal de la obra, con la melodramática escena de la iglesia y el efecto final de la muerta fingida que resucita (repetido, junto con otros rasgos de esta comedia, en el Cuento de invierno), ello no constituye la parte viva de la obra. Tal aspecto de la trama se ve algo debilitado por la circunstancia de que las pasiones que suscita deben armonizarse con el clima de una comedia; de manera que, por ejemplo, la escena del coloquio fingido, imaginado para deshonrar a Hero, es sólo referida brevemente, el siniestro carácter de don Juan queda apenas apuntado y Claudio, en lugar de conmoverse con una desesperación parecida a la de Troilo en semejante situación (la de asistir sin que lo vean al coloquio de amor de la mujer amada que le hace traición), se muestra mecánico e inhumano en su cambio de carácter a medida que la trama lo requiere.
Las escenas verdaderamente vivas son las desarrolladas entre Benedicto y Beatriz, pareja que se asemeja bastante a la de Biron-Rosalina en Trabajos de amor perdidos. A pesar de que sus frases jocosas no sean propias del gusto moderno, su brío nos conquista; no son personajes del todo cómicos, pues la devoción de Beatriz por Hero, y su indignación y la diligencia con que Benedicto se compromete a servirla desafiando a Claudio, les prestan aquella porción de seriedad que basta para representárnoslos como seres humanos completos. También son muy divertidas las escenas, cuyo carácter es de neta farsa, en que son puestos en ridículo los oficiales de policía; una frase de Dogberry, quien se queja de que el escribano no haya puesto en su informe que uno de los detenidos lo ha llamado asno, se ha hecho proverbial: "iOh, si él estuviera aquí para escribir que soy un asno!".

Reseña y Resumen de: Como gustéis

Esta comedia en cinco actos en verso y prosa de William Shakespeare fue escrita probablemente en 1599 y publicada en el infolio de 1623. La fuente es la novela Rosalinda o el áureo legado de Eufue (1590), de Thomas Lodge (1558?-1625), que a su vez deriva en parte del Cuento de Gamelyn, atribuido a Geoffrey Chaucer (1340/45-1400).
Frederick ha usurpado el dominio de su hermano el duque, que con sus hijos se ha retirado al bosque de las Ardenas (la casi homonimia con el bosque de Arden en Inglaterra hizo que Shakespeare, al crear el ambiente, pensase sobre todo en éste). Celia, hija de Frederick, y Rosalind, hija del duque desterrado, a quien, por el gran afecto que la une a Celia, se le ha permitido quedarse en la corte, asisten a una lucha en la que Orlando, hijo de sir Rowland de Boys, derrota a un campeón de lucha; tras el combate, Rosalind y Orlando se enamoran.
Orlando, a la muerte de su padre, fue confiado a su hermano mayor, Oliver, quien le abandonó obligándole a vivir entre los inferiores y, finalmente, fue expulsado de su casa. Frederick, en el momento de felicitar al vencedor de la lucha, se entera de que es hijo de un amigo del duque desterrado, entra en sospechas y Orlando se ve obligado a huir.

Laurence Olivier, Sophie Stewart y Elisabeth Bergner
en la versión cinematográfica de Como gustéis (1936)
También Rosalind, desterrada por Frederick, se aleja, y Celia la acompaña; la primera se disfraza de aldeano y toma el nombre de Ganymede, la segunda finge ser su hermana Aliena. En el bosque de las Ardenas se encuentran con Orlando, que se ha reunido con el duque desterrado, y el fingido Ganymede gana la confianza de Orlando. Oliver va al bosque con la intención de matar a su hermano Orlando, según imposición de Frederick; pero, salvado de una leona por intervención de su hermano, experimenta remordimientos por sus crueles intenciones; se enamora de Aliena y decide casarse con ella.
Ganymede, por su parte, promete a Orlando hacer venir (mediante a sus artes mágicas) a Rosalind para que la tome como esposa. Cuando las parejas están reunidas en presencia del duque desterrado para celebrar las bodas (están también Febe y Silvio, típica pareja pastoril, y el bufón Piedradetoque con la ruda aldeana Audrey), Celia y Rosalind abandonan el disfraz. Entretanto, llega la noticia de que Frederick, mientras avanzaba con fuerzas armadas para eliminar al duque desterrado y a sus secuaces, ha encontrado a un venerado ermitaño que le ha inducido a arrepentirse, y a devolver el ducado a su hermano, retirándose del mundo.
La trama es sencilla y la psicología de los principales personajes de esta comedia apenas está esbozada, exceptuando al contemplativo Jacques, en quien se combinan astucia y melancolía, y al bufón Piedradetoque. Más que personajes, son estados de ánimo, todos los matices de la pasión amorosa que pueden ser objeto de comedia, sobre el fondo oscuro del bosque; el drama es como un tapiz verde lleno de lozanas escenas boscosas y las figuras humanas están subordinadas al gran espíritu del bosque. Esta atmósfera de parque está presente en todos los episodios y destaca en las encantadoras poesías que contiene la obra.
Los convencionalismos pastoriles del siglo XVI italiano y las gracias y argucias de las cultas conversaciones adquieren inusitada frescura en el ambiente natural profundamente sentido por el poeta. Los hombres han dejado a sus espaldas, en la ciudad, las ambiciones, la envidia, la avaricia, todas las bajas pasiones que infectan la vida de la corte, para sólo conocer el amor. Juntos en el círculo mágico del bosque, los malvados (Oliver y Frederick, encarnizados contra sus respectivos hermanos) son ganados por el arrepentimiento y la bondad. Así, en este encantador drama se insinúa un motivo que constituirá el tema central de La tempestad: la naturaleza parece conspirar con las fuerzas del bien para amansar a los hombres feroces y hacerles caer de las manos las espadas fratricidas.

Reseña y Resumen de: Noche de Epifanía

Con este título y también con el de Noche de Reyes se ha traducido tradicionalmente la obra Twelfth Night or What You Will (La duodécima noche o Lo que queráis). Esta comedia en cinco actos y en verso y prosa fue escrita hacia los años 1599-1600, representada quizá la noche de Epifanía del 1600 y publicada en el infolio de 1623.
John Manningham, que vio la comedia representada en la fiesta anual de los juristas en el Temple por la Candelaria de 1601, la comparó en su Diario a un drama italiano, Los engaños. Se supone que se trata de los Engañados de los Académicos Entronizados (1537), que es la fuente de Bandello, Novelle, II, 36 (traducida por Belleforest, Histoires tragiques, IV, 59), de la que a su vez deriva el cuento "Apolonio y Sila" del Adiós a la profesión militar de Barnabe Riche (1581). Probablemente, Shakespeare se fijó en este último para el motivo del naufragio. Los Engañados fueron traducidos al francés por Charles Estienne con el título Les Abusés (Lyon, 1543). En los Engañados se encuentran los nombres Malevolti y Fabio, que se pueden aproximar respectivamente a los shakesperianos de Aguecheek y Fabian. El motivo de la dama disfrazada de paje, bastante usual, aparece en otras obras que Shakespeare podría haber visto; por ejemplo, Parismus de Emanuel Forde (1598), donde se encuentran el naufragio y los nombres de Olivia y Violeta.
Dos gemelos parecidísimos, Sebastián y Viola, se ven separados por un naufragio en las costas de Iliria. Viola, llevada a la playa en una embarcación, se emplea como paje con el nombre de Cesario, junto al duque Orsino, enamorado de la condesa Olivia, que rechaza, sin embargo, su amor y vive aislada debido al luto por su hermano.
Orsino se confía a Viola-Cesario y la envía a interceder en su favor cerca de Olivia, con gran tormento por su parte, pues Viola se ha enamorado de Orsino. Olivia, a su vez, se enamora de Viola-Cesario. Mientras tanto Sebastián, que durante el naufragio ha sido auxiliado por una nave mandada por Antonio, llega con éste a Iliria.
Junto a la intriga sentimental y novelesca se desarrolla otra satírica, que se origina en el círculo de la condesa Olivia: la rivalidad entre el intendente Malvolio, puritano austero y soberbio, y la compañía bohemia de sir Toby Belch, tío de la condesa, borrachín pendenciero y espadachín; de sir Andrew Aguecheek (el nombre puede corresponder, como se ha dicho, al de Malevolti en los Engañados), gentilhombre vanidoso, litigante y cobarde, que aspira a la mano de la condesa; de María, la dama de compañía, menuda de estatura pero llena de ingenio, y del bufón Feste, que se burla de todo, incluso del luto de la condesa.
Estos últimos, a instancias de María, gastan una broma a Malvolio enviándole una falsa carta de amor de la condesa, por lo que Malvolio afecta actitudes y raptos extraños, creyendo complacer así a su señora; pero obtiene el efecto contrario y es encerrado como loco en una habitación desocupada.
Viola-Cesario, desafiada por sir Andrew por instigación de sir Toby (un desafío en que ambos contendientes compiten en estar asustados), es salvada del conflicto por Antonio, que la cambia por Sebastián. Antonio, arrestado debido a un rencor que por él siente el duque Orsino, pide a Viola-Cesario una bolsa que él confió a Sebastián y acusa de ingratitud a su presunto amigo, que naturalmente no sabe nada de la bolsa.
Olivia, encontrándose con Sebastián, lo toma por Cesario, le invita a su casa y le ofrece su amor y, con el consentimiento de Cesario, se casa con él. Orsino va a visitar a Olivia; Antonio es conducido a su presencia encadenado y sostiene que Cesario es el joven salvado por él, mientras Olivia sostiene que es su marido. El duque, indignado, se despide de Olivia y del supuesto hipócrita Cesario, cuando la llegada de Sebastián aclara el equívoco. El duque, al darse cuenta del amor de Viola, que ha abandonado el traje viril, dirige a ella su afecto y se casan.
La intriga, el fondo y la atmósfera alegre y satírica de la comedia tiene muchos puntos de contacto con Como gustéis y más aún con la Comedia de las equivocaciones. Por sus incidentes (naufragio, hermano y hermana idénticos y disfraz masculino de la hermana, supuesto loco que es encerrado), es una deliciosa recapitulación de la materia cómica shakesperiana y contiene algunas de las escenas más brillantes del dramaturgo, como las del segundo acto, donde lo cómico y lo sentimental se mezclan con exquisito gusto y equilibrio y, después de haber insinuado la tragedia (amor imposible de Olivia por Viola-Cesario), cae en la plena farsa (burla a Malvolio).
Es notable especialmente la escena entre Viola y Orsino, con su atmósfera de pasión tímida y ardiente que se exalta en un sueño imposible y que Shakespeare había ya esbozado en los Dos hidalgos de Verona. Los tres últimos actos, aunque no participen de la atmósfera escénica del segundo, tienen desde el punto de vista escénico la habilidad de las mejores farsas de Molière.
Entre los personajes, algunos son tipos fijos, animados por la maestría shakesperiana, como el duque de Orsino, enamorado del amor, lánguido y zalamero, el clásico "dolido", o la condesa Olivia, también una sentimental, que toma actitudes de hermana inconsolable y cede al primer estremecimiento de simpatía. También son tipos fijos sir Andrew, sir Toby, el bufón y, en cierto sentido, Malvolio, que gustó tanto en el siglo XVII que Carlos I lo anotaba en su ejemplar como el carácter más importante del drama; pero la figura de Viola es la gran creación de esta obra shakesperiana.

Reseña y Resumen de: Ricardo II

Este drama histórico en cinco actos en verso, cuyo título original es The Tragedy of King Richard II, fue acaso escrito hacia 1595-96, publicado en in-cuarto en 1597, 1598, 1608 y 1615 y en in-folio en 1623. Su fuente principal es la Crónica de Holinshed en su segunda edición (1587), porque la escena cuarta del acto segundo utiliza un pasaje que no figura en la edición de 1577. Otras fuentes son la Crónica de Hall, las Guerras civiles de S. Daniel y la traducción inglesa (de Bernera) de la Crónica de la traición y de la muerte de Ricardo II de Inglaterra, atribuida a Jean Le Beau.
Hasta hace algún tiempo, se creía ver en este drama el influjo de Christopher Marlowe (1564-1593), por la manera de utilizar las crónicas. La crítica más reciente cree, en cambio, que la segunda y la tercera partes del Enrique VI de Shakespeare preceden al Eduardo II (1592) de Marlowe; de modo que Shakespeare habría sido el primero en iniciar este tipo de drama, y Marlowe, aunque haya influido sobre él, habría en este caso recibido su influjo, tomando de él la idea de dramatizar las crónicas. Es sin embargo cierto que el carácter de Ricardo II ofrece analogías con el de Eduardo II.
El drama trata los principales episodios del gobierno de Ricardo II. El rey Ricardo destierra arbitrariamente a Henry, apodado Bolingbroke, hijo de Juan de Gante, y a Thomas Moebray, duque de Norfolk; si en este caso el débil rey se complace en sus actitudes y se embriaga en el ejercicio del poder, poco después, a ruegos de Juan de Gante, mitiga la sentencia de Bolingbroke, queriendo alardear de soberano magnánimo.
La noticia de la enfermedad de Juan de Gante revela otro aspecto del carácter del rey: Ricardo se está exprimiendo el cerebro para ver la manera de sacar más dinero de sus súbditos, y la muerte de Juan le ofrecería una magnífica ocasión para incoar un expediente de confiscación y quedarse con los bienes del difunto.
Mientras el rey está en Irlanda, Bolingbroke invade Inglaterra con las fuerzas rebeldes. El rey vuelve, se deshace en imprecaciones contra sus enemigos y traza un retrato ideal del carácter augusto de un soberano, como ser superior a la inconstancia de las instituciones humanas, protegido del cielo que manda a sus ángeles a combatir por él; pero pasa de la exaltación al envilecimiento, según el tenor de las noticias que le llegan. Finalmente se retira al castillo de Flint, haciéndose pasar como víctima de los traidores.
El conde de Northumberland, que viene a parlamentar, le asegura que Bolingbroke sólo pide lo que le pertenece, y el rey concede una entrevista, de la que sale vencido y sometido. Bolingbroke entra triunfalmente en Londres, proclamado rey con el nombre de Enrique IV. En la famosa escena de la deposición (acto IV, escena l), Ricardo se compara con Cristo. Es verdad que, según ha observado Walter Pater, esta escena tiene toda la solemnidad del ritual de la misa, y todo el drama está sin duda investido de significado simbólico: la agonía y la muerte de Dios, sacrificado sobre el altar. Confinado en el castillo de Pomfret, Ricardo es asesinado.
El drama, además de una viva reseña de acontecimientos políticos, es, más sutilmente que los demás dramas históricos de Shakespeare, el estudio de un alma que parece anunciar ya la de Hamlet. Con el débil y fascinador soberano contrasta el hábil y nada sentimental Bolingbroke, que, mientras finge querer sólo tutelar los derechos de la herencia, se porta ya como un rey, mostrando las cualidades de sagacidad, moderación y dureza que debían asegurarle el trono. Por este eficacísimo contraste, el drama ha tenido siempre mucho éxito, y es digno del creador de Hamlet y de El rey Lear.

Reseña y Resumen de: Enrique V

Este drama histórico en cinco actos y en prosa y verso de William Shakespeare fue representado en 1599, publicado imperfectamente en 1600 y correctamente en el in-folio de 1623. Está basado en la Crónica de Holinshed y en la última parte de las Famosas victorias de Enrique Quinto. Durante el quinto acto (v. 31) se encuentra la única referencia directa de Shakespeare a sucesos contemporáneos (expedición de Essex a Irlanda, 27 marzo-28 septiembre de 1599).
Enrique V es claramente el héroe favorito de Shakespeare; le adorna con todas las virtudes reales y caballerescas, le muestra sincero, valiente, cortés y, en medio de las heroicas gestas, siempre inclinado a alguna inocente malicia que recuerda su juventud de príncipe de Gales, compañero de Falstaff. El único acontecimiento notable de la vida de este rey fue la invasión de Francia; pero la guerra, como observó justamente Schlegel, es más bien asunto de epopeya que de drama.
No le quedaba, pues, a Shakespeare más que convertir en dramático el suceso, mostrando el revés moral de la escena. Puso en contraste la impaciente ligereza de los generales franceses, que ya se consideraban vencedores antes de la batalla de Azincourt (1415), con la firme actitud del rey inglés y de su ejército que, reducidos a un extremo desesperado, toman la resolución de morir honorablemente.
Contraponiendo con manifiesta parcialidad el carácter de ambas naciones, Shakespeare consigue un efecto dramático destinado a entusiasmar a la platea inglesa, mientras los episodios cómicos conspiraban también hacia el fin patriótico, mostrando bajo las banderas de Enrique a un lento escocés, un ardiente irlandés y un galés pedante pero lleno de honor, cada uno de los cuales habla deformando el inglés con sus respectivas características dialectales. Y para excitar la fantasía de los espectadores sirven los prólogos líricos (llamados "coros") para cada acto, especialmente el que describe el aspecto de ambos campos antes de la batalla.
En el episodio guerrero se concentra todo el interés del drama, siendo los demás episodios su preparación (triunfo sobre los obstáculos que se interponen en la carrera de Enrique V; detención de lord Scroop, de sir Thomas Grey y del conde de Cambridge por traición) y las consecuencias (Enrique, para consolidar sus conquistas en Francia, decide casarse con una princesa francesa y corteja a Catalina de Francia, episodio que se tiñe de ironía, ya que el fruto del matrimonio fue el débil Enrique VI, bajo quien los asuntos públicos fueron de mal en peor).
Entre los episodios cómicos hay que recordar aquél en que el fanfarrón Pistol obliga al irascible galés Fluellen a comer el puerro (emblema galés) del cual habría hecho burla (de ahí la frase proverbial "to eat the leak", recibir una afrenta). La muerte de Falstaff es narrada por la señora Quickly. Enrique V es un drama excepcional en la carrera de Shakespeare. Epopeya nacional más que drama, el esplendor retórico constituye su principal característica.

Reseña y Resumen de: Las alegres comadres de Windsor

Esta comedia en cinco actos y en prosa, con algunas partes en verso, de William Shakespeare, fue escrita probablemente hacia 1598, publicada en ediciones "in quarto" en 1602, en 1619 y en 1630, y en la edición "in-folio" de 1623. El texto de 1602 es incompleto.
Según una tradición, la obra fue escrita en quince días a petición de la reina Isabel, que deseaba ver en escena a Falstaff enamorado. Con todo, parece no tratarse de una mera improvisación, por haber utilizado Shakespeare una comedia ya existente en el repertorio de su compañía. Se trata de La Comedia del celoso, representada en 1593 y basada en una narración italiana (la segunda del primer libro del Il Pecorone), donde el motivo del enamorado escondido en un mueble, común en la novelística italiana, toma la forma del hombre "escondido bajo una montaña de ropa sucia".
En varios de sus personajes se han querido ver caricaturas de personas realmente existentes. Así, los retratos del juez Shallow y su estúpido sobrino Abraham Slender podrían tener por modelo a Sir Thomas Luey de Charlecote, junto a Stratford, quien, según se cree, habría perseguido a Shakespeare cuando éste era joven por haber cazado furtivamente en sus tierras, hecho cuya veracidad es dudosa.
La comedia consiste en el enlace de dos motivos: el de Falstaff que corteja a dos ricas burguesas de Windsor que se burlan de él, y el de Anne Page, a quien sus padres quieren casar. Falstaff, hallándose falto de dinero, decide cortejar a las mujeres de Ford y de Page, burguesas de Windsor, ya que ellas gobiernan el caudal de sus maridos.
Falstaff manda idénticas cartas galantes a las dos esposas, las cuales deciden vengarse de él. Por otra parte, Nym y Pistol, los compadres de Falstaff, despechados porque se ha separado de ellos, avisan a los maridos. Page no se conmueve, y Ford se alegra de la posibilidad de coger "in fraganti" a su esposa.
Falstaff recibe primero la visita de la señora Quickly, sirvienta del doctor Cajus, encargada de hacer el papel de medianera de las dos señoras; ésta asegura a Falstaff que ambas mujeres no desean sino complacerle. Después recibe una visita de Ford disfrazado con las ropas de Brook, que se finge loco de amor por la señora Ford y promete a Falstaff una espléndida recompensa si le ayuda a conquistarla. Falstaff revela que tiene una cita con la señora Ford y promete ceder después el sitio a Brook. Durante la fingida cita se presenta Ford con una turba de amigos para atestiguar el adulterio, y a Falstaff le esconden deprisa y corriendo en un gran cesto de ropa sucia, y después es arrojado con toda aquella ropa al cieno del río.
En una segunda cita Falstaff es disfrazado de mujer gorda, y como tal apaleado fuertemente por Ford. También el marido celoso es burlado dos veces, pero finalmente le descubren el complot y dan una última cita a Falstaff en el bosque de Windsor, donde le asaltan y pellizcan fingidas liadas y duendecillos, y por fin es desenmascarado por Ford y Page.
El enredo secundario representa el cortejo de Anne, hija de Page, por parte de tres pretendientes, el doctor Calus, médico francés; Slender (nombre que se podría traducir por "Esmirriado" o "Enclenque"), bobo sobrino del juez Shallow (cuyo equivalente podría ser "Ligero"); y Fenton, un joven extravagante, amado por Anne. Madona Quickly (como quien dice la señora "deprisa y corriendo"), hace de mediadora entre los tres, y les alienta por igual. Sir Hugh Evans, párroco galés, se interpone en favor de Slender, y es desafiado por Caius, pero sus hostilidades se reducen a que maltraten la lengua inglesa un galés y un francés.
A la última cita dada a Falstaff en el bosque, Page, que favorece a Slender, dispone que éste rapte a su hija, la cual vestirá de blanco, mientras la señora Page, que protege al doctor, dispone que su hija vista de verde, y sea raptada por él. Pero cuando llega el momento los dos pretendientes se hallan entre las manos un muchacho disfrazado, mientras la verdadera Anne ha huido con Fenton, con quien se casará.
Algunos han querido ver en esta comedia una especie de "fabliau" escenificado con todas las características de aquel género un tanto procaz: retratos realistas, maneras burdas, falta de respeto para el matrimonio, placer burgués en maltratar a un patricio mujeriego... Tal vez por estos elementos más continentales que ingleses, y especialmente por el tema sensual en que se basa y la caricatura del cornudo, esta comedia no tuvo mucho predicamento entre los críticos ingleses del XIX; mientras que en nuestras escenas, al elaborar temas brillantes de la novelística italiana, halla divertida y fácil atención. Hábil obra de teatro, se resiente sin embargo de su composición precipitada, compensada a menudo con un brío extraordinario.

Reseña y Resumen de: Coriolano

Esta tragedia en cinco actos en verso y prosa de William Shakespeare fue escrita hacia 1607-1608, representada probablemente a principios de 1608 e impresa en el infolio de 1623. La fuente es la vida de Coriolano en las Vidas paralelas de Plutarco, que Shakespeare leyó en la traducción de Thomas North (1579), hecha sobre la francesa de Jacques Amyot.
Cayo Marcio, soberbio general romano, debido a sus prodigios de valor en la guerra contra los volscos y a la toma de la ciudad de Corioli, recibe el sobrenombre de Coriolano. A su regreso a Roma, el Senado pretende que sea nombrado cónsul, pero su actitud altiva y despectiva hacia la plebe le hace impopular y, pese a los esfuerzos de Menenio Agripa, los tribunos consiguen su destierro.
Se dirige a casa de Tulo Aufidio, general de los volscos, su acérrimo enemigo; es recibido calurosamente y puesto a la cabeza de los volscos para vengarse de los romanos. Coriolano llega a las murallas de la ciudad y los romanos, para salvarla de la destrucción, envían a su airado conciudadano antiguos amigos, que le instigan a pactar, pero en vano. Finalmente la madre de Coriolano, Volumnia, su mujer Virgilia y su hijito van a implorarle que salve a la ciudad. Cede a sus súplicas, concluye un tratado favorable para los volscos y vuelve con ellos a la ciudad de Anzio. Allí el general de los volscos le acusa de haber traicionado los intereses de este pueblo y, con ayuda de conspiradores, le hace matar en la plaza pública.
Shakespeare siguió muy fielmente las fuentes, en el argumento, en el estilo (similitudes y expresiones del texto de North se encuentran en los versos shakesperianos) y en la caracterización del protagonista. También el carácter de Aufidio es tal como se encuentra en Plutarco; Shakespeare atribuye a Volumnia el arte del disimulo y sobre este motivo basa la escena segunda del tercer acto, bastante famosa, en la que trata de persuadir a su hijo a que disimule para conseguir el consulado. Virgilia y Menenio son casi por entero creaciones de Shakespeare.
El dramaturgo concentra todo el interés en el protagonista, enriqueciendo con muchos detalles el relato plutarquiano y haciendo resaltar dicho carácter en contraste con la multitud, cuya sandez y volubilidad representa, hasta transformar un episodio histórico en el que culminó la lucha de principios en una oposición amarga y caricaturesca entre un alma de patricio cerrada por el orgullo y el alma vana y susceptible de la masa.
Más que tragedia, Coriolano es un drama histórico pero de un género bastante particular; tiene un gran relieve el elemento satírico y grotesco (como en la escena en que Coriolano ha de mendigar los votos de los plebeyos y los arrebata con una actitud de desafío más que de humildad), y dicho aspecto, así como la figura del zumbón Menenio, hace pensar en ese drama ambiguo que es Troilo y Crésida, donde no se pintan los conflictos internos de los protagonistas.
En realidad no hay conflicto en Coriolano (cede a las plegarias de sus seres queridos sin lucha interna: es como el derrumbamiento momentáneo de un mundo que muy pronto se rehace en su cohesión), sino un acontecimiento histórico que sirve para ilustrar la vanidad y la locura de los hombres, cuyas acciones y reacciones parecen tener algo automático que las vuelve al mismo tiempo risibles y siniestras. La impresión que nos deja el drama es la contenida en unas palabras de Menenio (acto V, esc. 4): "Cuando (Coriolano) camina se mueve como una máquina de guerra... Su voz es un tañido fúnebre, su refunfuñar un redoble de tambores". Es un drama áspero y estridente, pobre de color y de calor y, sin embargo, robusto y "romano" en su amargura.

Reseña y Resumen de: Timón de Atenas

Este drama en cinco actos, en verso y en prosa, fue escrito por Shakespeare probablemente en 1608, y publicado en el infolio de 1623; no se tiene memoria de que fuera representado durante el reinado de Jacobo I. La concepción del drama es realmente shakesperiana, y hay pasajes que revelan afinidad con el El rey Lear, pero tales escenas no deben considerarse de la mano de Shakespeare en la forma en que nos han llegado.
El drama está tomado directamente del Timón de Luciano, del que no existían versiones inglesas; existían, sin embargo, algunas italianas y una francesa de Filbert Bretin (1582). Sus afinidades con un drama académico inglés, Timón (hacia 1581-1590), cabe probablemente explicarlas como motivadas por el uso de la misma fuente de procedencia lucianesca, puesto que el Timón inglés permaneció manuscrito y no parece probable que Shakespeare pudiese verlo. Es posible que dicha fuente sea italiana, pero no es el Timón de Matteo Maria Boiardo ni el de Galeotto del Carretto.
El argumento del drama es simple y se divide en secciones bien distintas. En las primeras escenas Timón se muestra liberal, espléndido, amante de la alegría, y se ve cortejado por las adulaciones de sus favoritos, cuyos obsequios devuelve él con extravagante munificencia. En vano Flavio, el mayordomo, se esfuerza en llamar la atención de su señor para exponerle su lamentable estado financiero.
Entrampado en sus deudas, Timón manda invitar a los pérfidos parásitos a un postrer banquete, y cuando ya éstos creen que sus demandas de dinero no habían sido más que un artificio para poner a prueba su amistad, Timón dramáticamente hace destapar los platos, llenos de agua caliente, y cubriéndolos de insultos se los echa al rostro. Maldiciendo la ciudad, Timón se retira a vivir una vida solitaria y misántropa en una caverna, y mientras remueve la tierra, para encontrar raíces con que nutrirse, encuentra un tesoro.
Menospreciando el oro, lo entrega a Alcibíades, que se había rebelado contra Atenas por haberse ésta mostrado desagradecida a sus servicios (caso parecido a la ingratitud de los favorecidos por Timón), para que con él pague a los soldados destinados a destruir la ciudad. Da además parte del tesoro a las cortesanas Friné y Timandra para que infecten con su contagio a la juventud de Atenas, a los bandidos para que asesinen, y finalmente a su fiel mayordomo Flavio, el único que le permanece fiel, a condición de que viva alejado del consorcio de los hombres.
La amargura de Timón se desahoga en un diálogo con el cínico Apemanto: ambos rivalizan en misantropía, pero el filósofo reprocha a Timón el haber abrazado por necesidad el género de vida que él ha escogido voluntariamente. Los senadores de Atenas, bajo la amenaza de las tropas de Alcibíades, vienen a implorar a Timón para que regrese a la ciudad, la cual le promete reparar los daños que le ha causado. Pero Timón se mofa de ellos ofreciéndoles el árbol próximo a su cueva para que se ahorquen en él. Finalmente, después de disponer su epitafio, muere. Alcibíades, que mientras tanto ha entrado en Atenas como vencedor, promete rendir honores a su sepulcro, a orillas del mar.
El drama tiene una simplicidad y un perfil de representación medieval. El carácter de Timón es un mero paradigma, como el de una alegoría; las escenas de adulación primero, de repudio después y finalmente de invectiva, se multiplican con una monotonía y prolijidad medievales. Pero el significado del drama está únicamente en la sátira de las costumbres y de la ingratitud humana, según la nueva boga satírica que triunfó en Inglaterra bajo Jacobo I, y que encontró adeptos entre dramaturgos como Ben Jonson (1572-1637) y J. Marston (1576-1634).

Reseña y Resumen de: Troilo y Crésida

Este drama en cinco actos y en verso y prosa fue escrito por Shakespeare alrededor del año 1602. Apareció impreso in-quarto el año 1609 y en el in-folio de 1623, en cuya lista de obras no figura el título; el texto se ubica después de los dramas históricos y antes de las tragedias. La discontinuidad entre las escenas troyanas y las del campo griego, y el contraste entre el estado de guerra activa que caracteriza las primeras y la tregua presupuesta por las segundas, han dado pretexto a algunos críticos que han creído observar diferencias de estilo que indican diversidad de manos o de fechas.
Directa o indirectamente este drama bebe en cuatro fuentes: el poema Troilo y Crésida de Chaucer; El sitio de Troya de John Lydgate (1373-1451?) o la Colección de las historias de Troya de William Caxton (1422?-1491), ambos derivados de la Historia Troyana de Guido delle Colonne, para las partes que se refieren a escenas de guerra; El testamento de Criseida de Henryson; y finalmente Homero (sin que se pueda precisar en qué forma Shakespeare debió de conocer el contenido del poema homérico) para la caracterización de los héroes griegos y la introducción de Tersites.
Del mismo modo que Chaucer, por medio del sensual y cínico Filóstrato, se remonta a la fórmula medieval del amor cortés, Shakespeare, por medio del caballeresco y sentimental Troilo y Crésida de Chaucer, se remonta al espíritu del Filóstrato. Con sus fundamentos medievales, sus fragmentos de clasicismo griego y su fachada típica del siglo XVI, el drama de Shakespeare es quizás el más abigarrado de todo su teatro.
Da título al drama la bien conocida historia del amor del joven Troilo por la consumada coqueta Crésida (Criseida), la cual, más que inclinada a la intriga, finge ceder con gran repugnancia a las insistencias de su tío Pándaro, y, enviada después al lado de su padre Calcante entre los griegos, en un cambio de prisioneros, no tiene reparo en ponerse a coquetear acto seguido con Diómedes.
Guiado por Ulises, Troilo sorprende junto a la tienda de Calcas el coloquio en que Crésida cede a las instancias de Diómedes, hasta el punto de darle la misma prenda de amor que ha recibido de él. En la batalla Troilo intenta desesperadamente y en vano matar a su rival; al final del drama se nos muestra maldiciendo a Pándaro.
Pero las escenas relativas a este asunto no representan sino parte del drama. La obra es toda ella una sucesión de cuadros en que la epopeya está vista con mirada desencantada y despiadada. Pomposas descripciones, arengas de héroes, todo sirve para hacer resaltar la fundamental y despreciable causa de la guerra y la disolución que la prolongan. Ni Agamenón con su autoridad suprema, ni Menelao con el recuerdo de los ultrajes padecidos, ni Néstor con su experiencia ni Ulises con su sabio arte de gobernar pueden en modo alguno hacer que los acontecimientos sigan por buen camino.
Finalmente, cuando se organiza un singular combate entre el fanfarrón Ayax y Héctor, este último deja el duelo por no dañar a Ayax, que es primo suyo. Aquiles es presentado a la luz menos favorable que se pueda imaginar. Después de hacerse rogar largo tiempo para salir de su inercia (amenizada por el bufón Tersites), recurre al engaño cuando llega a encontrarse frente a Héctor, haciendo que sus mirmidones rodeen y maten al guerrero troyano inerme.
La muerte es omnipresente en esta casi tragedia: pero como lo trágico no tiene el acento franco y directo de las grandes tragedias de Shakespeare, la muerte no nos muestra nunca su franco y duro rostro de severa Musa heroica, sino sólo la chata bestialidad de su perfil indeciso y traidor. Está por todas partes, como corrupción y putrefacción insidiosa, como consunción sutil; es disgregación en vida, como en Hamlet, tragedia del mismo temple, escrita a poca distancia de Troilo y Crésida. El amor cortés (Troilo) es contaminado y conducido a rápida descomposición por el hálito de lupanar que emana de Pándaro; el honor caballeresco (que tal es la guerra, para Héctor y para Shakespeare) es manchado y deshecho por el cinismo de Tersites. El campamento griego es el nuevo mundo que surge en el siglo XVI: no busca la gloria y el honor, sino el poder, logrado a toda costa; un mundo maquiavélico gobernado por la inteligencia y no por la pasión.

Reseña y Resumen de: Medida por medida

Este drama en cinco actos en verso y prosa fue compuesto por Shakespeare aproximadamente en 1604, estrenado el mismo año e impreso en el infolio de 1623. La fuente inglesa de Medida por medida es el drama Promos y Casandra (1578) de George Whetstone (1544?-1587?), quien más tarde tradujo en su Heptamerón de discursos civiles el quinto relato de la octava Década de los Hecatonmitos de Gian Battista Giraldi Cinzio (1504-1573), que había inspirado el drama junto con la tragedia Epitia del mismo Giraldi (impresa en Venecia en 1513, pero que probablemente ya antes circulaba manuscrita).
El tema del juez a quien imploran la esposa o la hermana de un condenado, que promete el perdón si aquella mujer se le entrega y que, después de poseerla, manda ejecutar la sentencia, estaba muy difundido en la literatura y tratado a menudo dramáticamente; además de serlo por Giraldi y Whetstone, lo fue por Claude Rovillet en la pedantesca tragedia latina Philandia (publicada en 1556), la cual, sin embargo, procede de una versión diferente, en un drama representado en Besançon en el verano de 1548 y que tenía por asunto el "juicio del duque Carlos". Esa leyenda se encuentra también en Nápoles, y se refiere a la "justicia ejemplar" hecha allí por Isabel de Aragón. Entre los modernos se inspiró en ella Alejandro Dumas padre en El matrimonio sobre el patíbulo. La innovación más notable introducida por Shakespeare en el argumento se refiere al carácter de la hermana del condenado.
El duque de Viena, con el pretexto de un viaje fuera de sus estados, confía su gobierno a Angelo, su magistrado, a quien hasta entonces tenía por hombre de probidad ejemplar. Angelo, acto seguido, condena a muerte a Claudio, culpable de la seducción de Juliet. Claudio lo hace saber a su hermana Isabel, novicia en un convento, y le ruega que interceda por él a Angelo. Las súplicas de Isabel no consiguen obtener el perdón, pero su belleza provoca en el juez una ternura que no había sentido por ninguna mujer; de manera que en una segunda conversación con ella, le ofrece salvar la vida del hermano si ella sacrifica su honor.
Isabel, indignada, rehúsa, y en una famosa escena en la prisión (acto III, escena I) pone al corriente de aquella proposición a su hermano; éste, que al principio parece aceptar serenamente la muerte, se agarra luego, de pronto, a la oprobiosa esperanza. "La más penosa y detestable existencia que la edad, el dolor, la pobreza y la prisión puedan infligir a la naturaleza humana es un paraíso en comparación con lo que nos hace temer la muerte."
El duque, que no ha abandonado Viena, se disfraza de fraile y se entera de la infame conducta de Angelo, e imagina una añagaza para salvar a Claudio. Ordena a Isabel que consienta en ir a casa de Angelo a medianoche y obtiene que Mariana, que está enamorada de Angelo (el cual la ha repudiado por motivos de interés), ocupe el lugar de Isabel. El trueque da resultado, pero a pesar de ello Angelo ordena que la ejecución de Claudio tenga lugar al alba.
El duque dispone que, en lugar de la cabeza de Claudio, sea llevada a Angelo la de un malhechor ajusticiado; y después, renunciando al disfraz y simulando un regreso súbito, escucha la súplica de Isabel y la de Mariana, y desmiente a Angelo, que niega la verdad de los relatos de las dos mujeres. A instancias de éstas, Angelo, finalmente confuso, es perdonado y unido en matrimonio a Mariana, mientras el duque declara su amor a Isabel. Claudio es indultado; Lucio, un burlón maldiciente que ha hablado mal del duque al propio duque disfrazado, es condenado a casarse con una prostituta.
La trama se sostiene por el hilo sutil de un exceso de disfraces que comprometen la coherencia de la obra. Y si bien es verdad que el duque simboliza una ética ilustrada y cristiana, no es moral ni cristiano continuar ocultando a Isabel que Claudio vive. Su figura de santón silencioso y entrometido, de fraile de medianoche que organiza una sustitución de concubina, no es ciertamente muy sagrada. Medida por medida, en efecto, ha dejado siempre perplejos a los críticos, desde Coleridge (a quien le pareció un drama "penoso") hasta los más recientes. El único personaje capaz de cautivar nuestra simpatía parece ser la abandonada Mariana. Si bien las figuras de los protagonistas del drama están trazadas con mano insólitamente vacilante en un Shakespeare, es, en cambio, decisiva la impresión que nos comunica de desconfianza y repugnancia hacia los hombres. Cualquier abyección con tal de vivir, con tal de satisfacer el libidinoso apetito: es el ritornelo que resalta sobre el fondo de esta hosca comedia.

Reseña y Resumen de: Sonetos

Los 154 sonetos de William Shakespeare fueron escritos aproximadamente antes de 1600, y quedaron manuscritos (a menos que se haya perdido una edición de 1602) hasta 1609, cuando los publicó el editor Thomas Thorpe con una dedicatoria a un misterioso Mr. W. H., al que se designa como "el único inspirador de los siguientes sonetos" ("the onlie begetter of these insuing sonnets"). Puesto que los sonetos parecen aclarar más que sus dramas la vida íntima del Shakespeare hombre, los críticos se han esforzado en descubrir quién era ese misterioso Mr. W. H., sin llegar empero a resultados muy positivos.
Según una opinión muy difundida, los sonetos están dedicados al conde de Southampton, protector de Shakespeare (W. H. serían las iniciales invertidas de Henry Wriothesley, el nombre del conde). Otros, que no creen posible que un editor se atreviera a designar a un poderoso miembro de la aristocracia con el sencillo "Mr. W. H.", han pensado en William Hall, un tipógrafo que habría procurado el manuscrito ("begetter" se puede interpretar como "procurador", además de como "inspirador") aunque no se le encomendara la impresión del mismo. El problema de la identificación sugirió a Oscar Wilde el elegante cuento El retrato de Mr. W. H.
Otro problema que apasionó a los críticos es la identificación del poeta rival, al que se alude en los sonetos 78-86; se han sugerido Barnabe Barnes (1569-1609), George Chapman (1559-1634) y otros. Sin embargo, las indagaciones tanto sobre éste como sobre la Dama Morena ("the Dark Lady") de otro grupo de sonetos, no han conseguido incrementar lo que ya sabíamos sobre los pormenores de la vida privada de Shakespeare.
El tono de los sonetos, que, aparte del convencionalismo de ciertos motivos, respira hastío y pesimismo y podría preludiar a Hamlet y a las sombrías tragedias siguientes, parece revelar a un Shakespeare bien distinto al afortunado profesional de la escena que emerge de los áridos documentos biográficos llegados hasta nosotros. Hay, sí, motivos convencionales, como abundan en los numerosos cancioneros de la época inspirados directa o indirectamente en el de Petrarca. Así, el motivo de la inmortalidad asegurada por el verso, tópico horaciano que pusieron de moda los poetas de la Pléyade; el tema de la aparición nocturna de la amada; o los juegos de conceptos en que ojos y corazón entran en conflicto.
Pero la mayoría de los sonetos de Shakespeare se distinguen de los cancioneros contemporáneos por el apasionado acento de experiencia vivida, hasta el punto de que William Wordsworth los define como "la llave con que Shakespeare nos abrió el corazón" (aunque otro gran poeta, Robert Browning, replicó a ello con la famosa frase "De ser así, Shakespeare empequeñece"). En los sonetos del tipo llamado "isabelino" o "shakesperiano" (tres cuartetas de rimas alternadas y un pareado final: abab, cdcd, efef, gg) pueden distinguirse dos o tres motivos que ciertamente tienen relación con situaciones reales. Su sentido está claro; sólo falta la clave de las alusiones.
El cancionero de Shakespeare tiene un desarrollo dramático que en vano se buscaría en las demás colecciones, por regla general desprovistas de un acento individual bien definido. Naturalmente, no faltan sonetos menos característicos, pero están desparramados a todo lo largo de la colección, según una ley de economía común incluso a las obras más grandes; un volumen en que toda composición fuera una obra maestra sería anómalo, artificial. Esta ley de economía explica la presencia de los sonetos mediocres mucho mejor que cualquier posible teoría que presente el cancionero shakesperiano como obra colectiva.
Lo que más acerca los sonetos de Shakespeare al lector moderno es el tono de clarividencia del poeta y la precisión de sus análisis, que se salen de los acostumbrados esquemas de aquel género de literatura. Clarividencia a menudo desesperada, como cuando el poeta se da cuenta de su humillación, de la abdicación de su dignidad frente a un ser indigno; "odi et amo" que renace con acentos ya muy cercanos a nuestra sensibilidad.
Entonces la confesión posee una intimidad nueva, como en el soneto 30: "Cuando ante el tribunal del dulce pensamiento silencioso convoco el recuerdo de las cosas pasadas..." y que a veces alcanza la profunda amargura de un sermón cristiano, como en el célebre soneto 129: "Derroche de espíritu en un desierto de deshonra es el deseo en acto; y hasta que no es acto el deseo es perjuro, homicida, sanguinario, lleno de culpa, salvaje, extremo, rudo, cruel, indigno de confianza: apenas gozado, ya se desprecia; buscado locamente, y, en cuanto poseído, violentamente odiado, como cebo tragado, tendido adrede, para enloquecer al que lo toma; loco en la persecución, y otro tanto en la posesión... Antes, un fantasma de goce; después, un sueño. Todo esto el mundo bien lo sabe; sin embargo nadie sabe cómo evitar el cielo que conduce al hombre a este infierno".
De todos modos, su corrosiva perspicacia no impide al poeta pulsar notas que son de las más puras y frescas en aquella lírica isabelina tan rica en frescura y en cantos alados, como en el soneto 18: "Debo compararte con un día de verano...", o en el 54: "Oh, cuánto más bella parece la belleza por el dulce adorno que le confiere la pureza". Aun cuando se deja arrastrar, como luego debía ponerse de moda entre los metafísicos de la escuela de John Donne, por sutilezas y conceptos, siempre se nota viva la profundidad de la inspiración, que da resonancias universales a maneras y modos del tiempo: así en el soneto 53, que juega con los significados de "shadow": "Cuál es la sustancia de la que estáis hecha, que millones de extrañas sombras os siguen, ya que cada hombre tiene una sombra, y vos, que no sois más que una persona, podéis oscurecer muchas cosas...", o en el 87, en que aplica al amor la terminología jurídica: "Adiós, eres demasiado cara para que yo te posea... los títulos que tengo de ti caducaron todos...". Dos de los sonetos publicados en 1609 (el 138 y el 144) ya habían sido editados en forma algo distinta en el volumen titulado El peregrino apasionado.
Extraido con permiso del website: Biografías y Vidas
Biografías de personajes históricos y famosos