2 Crónicas 20-21-22-23- 24, Puntos sobresalientes de la Biblia

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Puntos sobresalientes de la lectura de la Biblia: 2 Crónicas 20 a 24. Información para el estudio personal

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21 de dic. Lectura de la Biblia: 2 Crónicas 20 a 24


(2 CRÓNICAS 20:1)

“Y después de eso aconteció que los hijos de Moab y los hijos de Ammón y con ellos algunos de los ammonim vinieron contra Jehosafat en guerra.”

*** it-1 pág. 115 Ammonim ***
AMMONIM
(Los Pueblos).
En 2 Crónicas 20:1 el texto masorético menciona que algunos de los “ammonim [heb. ʽam•moh•ním]” se unieron a los hijos de Moab y de Ammón para guerrear contra Jehosafat, el rey de Judá. La Versión Valera (1877) añade la palabra “otros”, de modo que la redacción del versículo queda así: “Los hijos de Moab y de Ammon, y con ellos otros fuera de los Ammonitas”, mientras que otras traducciones optan por la expresión ‘algunos de los ammonitas’ (TA, BAS, MK), solución que resulta ilógica, pues a los ammonitas ya se les menciona antes en el mismo pasaje. Por otra parte, la Biblia Hebraica Stuttgartensia (nota), así como otras versiones modernas de la Biblia (BJ, NC, CI, VP, NBE), interpreta que el término se refiere a los meunim mencionados en 2 Crónicas 26:7. Según este punto de vista, supone que debido a un error de transcripción atribuible al escriba, se invirtieron las dos primeras consonantes (מע) de la palabra hebrea meʽu•ním, de lo que resultó la voz ʽam•moh•ním. Puede que esta explicación se apoye en el hecho de que en los versículos que narran la guerra que se libró contra Jehosafat, se dice que “la región montañosa de Seír” (no “los ammonim”) se unió a las fuerzas de Ammón y Moab. (2Cr 20:10, 22, 23.) Los traductores de la Versión de los Setenta usaron en 2 Crónicas 20:1 la misma palabra griega (mi•nái•ōn) que emplearon en otros pasajes para traducir el gentilicio meunim, de lo que se infiere que entendían que en todos los casos se trataba del mismo grupo de personas. (Véase MEUNIM.)
Sin embargo, como esa identidad es incierta, algunas traducciones, como la de Isaac Leeser y la Traducción del Nuevo Mundo, prefieren transliterar el término tal y como aparece en el texto masorético.

*** it-1 pág. 951 Pueblos enemigos que atacaron a Israel ***
Ammón 2Cr 20:1-3, 10, 11; 2Re 24:2

*** it-2 pág. 410 Moab, moabitas ***
Por tanto, tuvo que ser en una fecha anterior durante el reinado de Jehosafat, cuando Moab combinó sus fuerzas con las de Ammón y las de la región montañosa de Seír para atacar a Judá. Debido a la intervención de Jehová, los tres ejércitos lucharon entre sí y se autodestruyeron. (2Cr 20:1, 22-24.) Algunos eruditos creen que en el Salmo 83:4-9 se hace referencia a este acontecimiento. (Compárese 2Cr 20:14 con Sl 83, encab.)

(2 CRÓNICAS 20:7)

“¿No expulsaste tú mismo, oh Dios nuestro, a los habitantes de esta tierra de delante de tu pueblo Israel y entonces la diste a la descendencia de Abrahán, tu amador, hasta tiempo indefinido?”

*** it-1 pág. 113 Amigo ***
Amigo de Dios. Una de las bendiciones divinas otorgadas a Abrahán fue el privilegio y el honor de ser llamado “amigo [o: amador] de Jehová”. Esto se debió a su fe sobresaliente, de la que hizo máxima expresión al estar dispuesto a ofrecer en sacrificio a su hijo Isaac. (Isa 41:8, nota; 2Cr 20:7; Snt 2:21-23; véase DECLARAR JUSTO.)

(2 CRÓNICAS 20:10)

“Y ahora, aquí los hijos de Ammón, y Moab y la región montañosa de Seír, a quienes tú no permitiste que Israel invadiera cuando iba saliendo de la tierra de Egipto, sino que se apartó de ellos y no los aniquiló,”

*** it-1 pág. 951 Pueblos enemigos que atacaron a Israel ***
Ammón 2Cr 20:1-3, 10, 11; 2Re 24:2

(2 CRÓNICAS 20:11)

“sí, aquí están ellos recompensándonos mediante venir para expulsarnos de tu posesión que tú nos hiciste poseer.”

*** it-1 pág. 951 Pueblos enemigos que atacaron a Israel ***
Ammón 2Cr 20:1-3, 10, 11; 2Re 24:2

(2 CRÓNICAS 20:17)

“No tendrán que pelear en esta ocasión. Tomen su posición, esténse quietos y vean la salvación de Jehová a favor de ustedes. Oh Judá y Jerusalén, no tengan miedo ni se aterroricen. Mañana salgan contra ellos, y Jehová estará con ustedes’”.”

*** w05 1/12 pág. 21 Puntos sobresalientes del libro de Segundo de las Crónicas ***
20:17. Para ‘ver la salvación de Jehová’, debemos ‘tomar nuestra posición’ apoyando activamente el Reino de Dios. En vez de querer arreglar las cosas por nuestra cuenta, tenemos que ‘estarnos quietos’, mostrando confianza absoluta en Jehová.

*** w03 1/6 págs. 21-22 Quédense quietos y vean la salvación de Jehová ***
¿Cómo reaccionaremos los siervos de Dios?
14 ¿Qué tendremos que hacer los siervos de Dios cuando se nos ataque? Nuevamente, hallamos un modelo en la reacción de la nación típica de Dios en tiempos de Jehosafat. Observemos que los ciudadanos recibieron tres órdenes: primero, tomar su posición; segundo, estarse quietos, y tercero, ver la salvación de Jehová. ¿Cómo actuará en armonía con estas palabras el pueblo de Dios de la actualidad? (2 Crónicas 20:17.)
15 Tomar su posición. Sin vacilar, los siervos de Dios mantendremos nuestra posición de apoyo activo al Reino y neutralidad cristiana. Además, seguiremos “constantes” e “inmovibles” sirviendo lealmente a Jehová y alabándolo en público por su bondad amorosa (1 Corintios 15:58; Salmo 118:28, 29). No habrá presión, ni actual ni futura, que nos haga abandonar nuestra posición aprobada por Dios.
16 Estarse quietos. Los siervos de Jehová no trataremos de salvarnos por nuestros propios medios, sino que confiaremos plenamente en él, ya que es el único capaz de rescatarnos del caos mundial, y además ha prometido hacerlo (Isaías 43:10, 11; 54:15; Lamentaciones 3:26). Confiar en Jehová implicará confiar en el canal visible que está utilizando desde hace décadas para realizar sus propósitos. Como nunca antes, los cristianos verdaderos tendremos que confiar en nuestros consiervos que dirigen la obra con la autorización de Jehová y de su Rey reinante. Estos hombres fieles darán al pueblo de Dios instrucciones cuyo incumplimiento podría acarrearnos consecuencias desastrosas (Mateo 24:45-47; Hebreos 13:7, 17).
17 Ver la salvación de Jehová. El premio de la salvación se concederá a los fieles por mantener su posición de integridad cristiana y confiar en Jehová como su libertador. Hasta el último momento, y al grado que podamos, anunciaremos la llegada del día de juicio de Jehová. Toda la creación ha de saber que él es el Dios verdadero y que tiene siervos fieles en la Tierra. Nunca más será necesario permitir una larga controversia sobre la legitimidad de Su soberanía (Ezequiel 33:33; 36:23).

(2 CRÓNICAS 20:20)

“Y procedieron a levantarse muy de mañana y a salir al desierto de Teqoa. Y mientras salían, Jehosafat se puso de pie y entonces dijo: “¡Óiganme, oh Judá y ustedes los habitantes de Jerusalén! Pongan fe en Jehová su Dios para que resulten de larga duración. Pongan fe en sus profetas y así logren éxito”.”

*** w98 1/5 pág. 20 párr. 4 El juicio de la llanura baja de la decisión ***
4 Jehová pidió al rey Jehosafat y a sus súbditos más que sentarse a aguardar la liberación milagrosa cruzados de brazos. Tendrían que iniciar la acción frente al reto del enemigo. El rey y ‘todos los de Judá, hasta sus pequeñuelos, sus esposas y sus hijos’, obedecieron con fe firme: madrugaron y fueron al encuentro de las hordas invasoras. De camino, el rey siguió dándoles instrucción teocrática y ánimo, exhortándolos así: “Pongan fe en Jehová su Dios para que resulten de larga duración. Pongan fe en sus profetas y así logren éxito” (2 Crónicas 20:20). Fe en Jehová y fe en sus profetas: esa era la clave para tener éxito. Hoy, igualmente, sigamos activos en el servicio a Jehová, sin dudar nunca de que gracias a él nuestra fe saldrá victoriosa.

(2 CRÓNICAS 20:21)

“Además, tomó consejo con la gente y apostó cantores a Jehová y quienes ofrecieran alabanza en adorno santo mientras salían al frente de los hombres armados, y que dijeran: “Den alabanza a Jehová, porque hasta tiempo indefinido es su bondad amorosa”.”

*** w98 1/5 pág. 20 párr. 5 El juicio de la llanura baja de la decisión ***
5 Nosotros, igual que los habitantes de Judá de la época de Jehosafat, hemos de “[dar] alabanza a Jehová, porque hasta tiempo indefinido es su bondad amorosa”. ¿Cómo lo alabamos? Predicando el Reino con fervor. Igual que los habitantes de Judá, que “dieron comienzo con el clamor gozoso y alabanza”, así respaldemos nuestra fe con obras (2 Crónicas 20:21, 22). Sí, demostremos la misma fe inquebrantable mientras Jehová se dispone a intervenir contra sus enemigos. Aunque el camino se haga largo, decidámonos a aguantar, con fe activa, como hace en la actualidad su pueblo victorioso en regiones conflictivas de la Tierra.

(2 CRÓNICAS 20:22)

“Y al tiempo que dieron comienzo con el clamor gozoso y alabanza, Jehová colocó hombres en emboscada contra los hijos de Ammón, Moab y la región montañosa de Seír que venían para entrar en Judá, y estos se pusieron a herirse unos a otros.”

*** w98 1/5 pág. 20 párr. 5 El juicio de la llanura baja de la decisión ***
5 Nosotros, igual que los habitantes de Judá de la época de Jehosafat, hemos de “[dar] alabanza a Jehová, porque hasta tiempo indefinido es su bondad amorosa”. ¿Cómo lo alabamos? Predicando el Reino con fervor. Igual que los habitantes de Judá, que “dieron comienzo con el clamor gozoso y alabanza”, así respaldemos nuestra fe con obras (2 Crónicas 20:21, 22). Sí, demostremos la misma fe inquebrantable mientras Jehová se dispone a intervenir contra sus enemigos. Aunque el camino se haga largo, decidámonos a aguantar, con fe activa, como hace en la actualidad su pueblo victorioso en regiones conflictivas de la Tierra.

(2 CRÓNICAS 20:26)

“Y al cuarto día se congregaron en la llanura baja de Beracá, porque allí bendijeron a Jehová. Por eso llamaron a aquel lugar por nombre llanura baja de Beracá... hasta hoy.”

*** it-1 pág. 314 Beracá ***
2. Llanura baja de Judá que se encuentra entre Belén y Hebrón. En la actualidad se la identifica con Wadi el-ʽArrub, y el nombre del pueblo cercano de Khirbet Bereikut (Berakhot) parece guardar relación con el nombre original de la llanura. Este valle corre de E. a O. y conecta la zona montañosa de Judá con el desierto que se halla al O. del mar Salado.
Después de la victoria milagrosa sobre las fuerzas combinadas de Ammón, Moab y Edom, Jehosafat congregó al pueblo en esta llanura baja para bendecir a Jehová, de ahí el nombre llanura baja de Beracá (que significa “Bendición”). (2Cr 20:26.)

(2 CRÓNICAS 20:34)

“En cuanto al resto de los asuntos de Jehosafat, los primeros y los últimos, allí están escritos entre las palabras de Jehú hijo de Hananí, que fueron insertadas en el Libro de los Reyes de Israel.”

*** w09 15/3 pág. 32 Preguntas de los lectores ***
Por otro lado, a veces se hace referencia a escritos que tienen nombres parecidos a ciertos libros de la Biblia, pero que no son parte de ella. Este sería el caso de cuatro libros antiguos llamados “el libro de los asuntos de los tiempos de los reyes de Judá”, “el Libro de los Reyes de Judá y de Israel”, “el Libro de los Reyes de Israel” y “el Libro de los Reyes de Israel y de Judá”. Aunque los nombres pueden sonar parecidos a los de los libros bíblicos que conocemos como Primero y Segundo de los Reyes, esos cuatro escritos no fueron divinamente inspirados ni tienen cabida en el canon bíblico (1 Rey. 14:29; 2 Cró. 16:11; 20:34; 27:7). Probablemente fueron simples registros históricos que existían cuando el profeta Jeremías y Esdras escribieron los relatos que encontramos en la Biblia.

(2 CRÓNICAS 20:36)

“De modo que lo asoció consigo en hacer naves que fueran a Tarsis, e hicieron naves en Ezión-guéber.”

*** it-1 pág. 912 Ezión-guéber ***
Debe notarse que en ambos casos algunas naves no solo tenían por destino Ofir, sino Tarsis. (2Cr 9:21; 20:36, 37.) Ya que se da por sentado que Tarsis estaba en España, algunos han puesto en duda que en tiempos antiguos fuese posible navegar hasta allí desde Ezión-guéber. Sobre este particular, véase el artículo TARSIS núm. 4, donde se plantea la posibilidad de que existiese un canal entre el río Nilo y el mar Rojo. Dicho canal explicaría el que Hiram enviase a Ezión-guéber y Elat (Elot) no solo hombres, sino también barcos, que puso a disposición de Salomón. (2Cr 8:17, 18.) Otra posibilidad que se ha apuntado es que una vez que los barcos arribasen a puerto en la costa filistea, se desmantelasen y transportasen por tierra hasta el golfo de ʽAqaba, para reconstruirlos allí. Los partidarios de esta teoría se apoyan en el hecho de que durante las cruzadas se utilizó un sistema similar. En cualquier caso, sea que existiese un canal entre el Nilo y el mar Rojo, o una ruta terrestre, lo que parece estar claro es que la madera para los barcos procedía de otro lugar, pues, aunque los alrededores de Ezión-guéber son ricos en palmeras, carecen de árboles apropiados para construir embarcaciones.

*** it-2 pág. 1088 Tarsis ***
Se cree que la expresión “naves de Tarsis” con el transcurso del tiempo representó un tipo de nave, como dice cierto léxico: “Naves grandes, propias para la navegación de altura, adecuadas para hacer el trayecto a Tarsis”. (A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament, de Brown, Driver y Briggs, 1980, pág. 1077.) De manera similar, el nombre inglés Indiamen se aplicó originalmente a las grandes naves británicas que participaban en actividades comerciales con la India, pero con el tiempo el término aplicó a todas las naves de ese tipo sin importar su origen o su destino. De modo que en 1 Reyes 22:48 se muestra que el rey Jehosafat (c. 936-911 a. E.C.) “hizo naves de Tarsis para que fueran a Ofir por oro”.
No obstante, el relato de las Crónicas especifica que las naves que utilizó Salomón para los viajes trienales “iban a Tarsis” (2Cr 9:21); además, comenta que las naves de Jehosafat estaban diseñadas para que “fueran a Tarsis”, pero “se destrozaron, y no retuvieron fuerza para ir a Tarsis”. (2Cr 20:36, 37.) Estos textos indican que Ofir no era el único puerto de escala de las “naves de Tarsis” israelitas, sino que también navegaban por aguas del Mediterráneo. Naturalmente, esto plantea un problema, pues se muestra que el lugar de botadura de al menos algunas de estas naves fue Ezión-guéber, en el golfo de ʽAqaba. (1Re 9:26.) Para que las naves llegasen al mar Mediterráneo, tenían que atravesar por un canal desde el mar Rojo hasta el río Nilo y luego hasta el Mediterráneo, o circunnavegar el continente africano. Aunque hoy resulta completamente imposible determinar los detalles de las rutas de navegación (y los canales) que existían o se utilizaban en el tiempo de Salomón y en el tiempo de Jehosafat, no es suficiente razón para poner en tela de juicio el registro de sus actividades marítimas.

(2 CRÓNICAS 21:2)

“Y él tenía hermanos, hijos de Jehosafat: Azarías y Jehiel y Zacarías y Azarías y Miguel y Sefatías; todos estos eran los hijos de Jehosafat el rey de Israel.”

*** it-1 pág. 260 Azarías ***
7, 8. Dos de los siete hijos de Jehosafat, mencionados en segundo y quinto lugar. Su padre los colmó de regalos y les dio ciudades fortificadas, pero Jehoram, su hermano mayor, los mató una vez que ascendió al trono. (2Cr 21:1-4.) “Parece poco verosímil suponer [como algunos han hecho] que la repetición del nombre se deba a que eran medio hermanos o a que uno de los dos murió de pequeño.” (The Interpreter’s Dictionary of the Bible, edición de G. A. Buttrick, 1962, vol. 1, pág. 325.) Sería un caso infrecuente que dos hermanos tuviesen el mismo nombre, pero hay una ligera diferencia en la grafía y pronunciación hebreas de este nombre: ʽAzar•yáh (“Jah Ha Ayudado”) y ʽAzar•yá•hu (“Jehová Ha Ayudado”).

(2 CRÓNICAS 21:12)

“Al fin le llegó un escrito de Elías el profeta, que decía: “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de David tu antepasado: ‘Debido al hecho de que no has andado en los caminos de Jehosafat tu padre ni en los caminos de Asá el rey de Judá,”

*** it-1 pág. 793 Elías ***
Unos cuantos años después de su ascensión en la tempestad de viento, Elías todavía estaba vivo y activo como profeta, en esta ocasión profetizando contra el rey de Judá. Debido al inicuo derrotero emprendido por el rey Jehoram de Judá, Elías le escribió una carta en la que expresaba la condenación de Jehová, condenación que se cumplió poco tiempo después. (2Cr 21:12-15; véase CIELO [Ascensión al cielo].)

(2 CRÓNICAS 21:16)

“En conformidad, Jehová despertó contra Jehoram el espíritu de los filisteos y de los árabes que estaban al lado de los etíopes.”

*** it-1 pág. 167 Arabia ***
Puesto que al SO. Arabia está separada de África por un estrecho de tan solo unos 32 Km. de ancho, es posible que los productos de Etiopía (2Cr 21:16), como el marfil y la madera de ébano, también se hallaran entre las mercancías de estos mercaderes viajantes. (Eze 27:15.)

*** it-1 pág. 616 Cus ***
Es posible que “los árabes que estaban al lado de los etíopes [Ku•schím]” (2Cr 21:16) fueran las tribus árabes que ocupaban la costa SO. de la península arábiga y que, por lo tanto, estaban enfrente de la costa africana, al otro lado del mar Rojo.

*** it-1 pág. 617 Cusita ***
La expresión “al lado de los etíopes [cusitas]”, de 2 Crónicas 21:16, que hace referencia a ciertos árabes, puede significar también “bajo el control de los etíopes [cusitas]”, lo que podría ser una base para aplicar el nombre “cusita” a personas que no eran descendientes de Cus pero que estaban bajo su control. Se cree que varios de los hijos de Cus se asentaron en la península arábiga. (Véanse HAVILÁ núm. 3; SABTÁ.)

(2 CRÓNICAS 21:17)

“De modo que ellos subieron a Judá y lo abrieron a la fuerza y tomaron cautivos todos los bienes que se hallaban en la casa del rey, y también a sus hijos y sus esposas, y no le quedó hijo alguno sino Jehoacaz, su hijo más joven.”

*** it-2 págs. 516-517 Ocozías ***
A Ocozías también se le llama “Azarías” en 2 Crónicas 22:6 (aunque hay quince manuscritos hebreos que aquí leen “Ocozías”) y “Jehoacaz” en 2 Crónicas 21:17 y 25:23 (un caso de transposición del nombre divino, utilizándolo al principio de la palabra en vez de ir pospuesto).

(2 CRÓNICAS 21:20)

“Treinta y dos años de edad tenía cuando empezó a reinar, y por ocho años reinó en Jerusalén. Por fin se fue sin ser deseado. De modo que lo enterraron en la Ciudad de David, pero no en las sepulturas de los reyes.”

*** w98 15/11 pág. 32 ¿Qué clase de nombre tenemos? ***
En cambio, Jehoram, rey de Judá, se hizo un mal nombre. Apartó a sus súbditos de la adoración de Jehová y hasta hizo que se diera muerte a sus seis hermanos y a algunos príncipes de la nación. Finalmente, Jehová le causó una dolorosa enfermedad que acabó con su vida. La Biblia dice que Jehoram “se fue sin ser deseado”, o como leemos en La Biblia de las Américas, “murió sin que nadie lo lamentara” (2 Crónicas 21:20).

(2 CRÓNICAS 22:6)

“Por lo tanto, este se volvió para sanarse en Jezreel de las heridas que le habían infligido en Ramá cuando peleó contra Hazael el rey de Siria. En cuanto a Azarías hijo de Jehoram el rey de Judá, él bajó a ver a Jehoram hijo de Acab en Jezreel, porque este estaba enfermo.”

*** it-2 págs. 516-517 Ocozías ***
A Ocozías también se le llama “Azarías” en 2 Crónicas 22:6 (aunque hay quince manuscritos hebreos que aquí leen “Ocozías”) y “Jehoacaz” en 2 Crónicas 21:17 y 25:23 (un caso de transposición del nombre divino, utilizándolo al principio de la palabra en vez de ir pospuesto).

(2 CRÓNICAS 22:7)

“Pero provino de Dios el que la caída de Ocozías ocurriera al ir [este] a Jehoram; y cuando llegó, salió con Jehoram a Jehú el nieto de Nimsí, a quien Jehová había ungido para cortar la casa de Acab.”

*** it-2 pág. 516 Ocozías ***
Cuando se comparan los dos relatos (2Re 9:21-28; 2Cr 22:7-9), se ve que el curso de los sucesos fue el siguiente: al acercarse a Jezreel, Jehú se encontró con Jehoram y Ocozías. Derribó a Jehoram, y Ocozías huyó. Jehú no lo persiguió inmediatamente, sino que continuó hacia Jezreel para terminar la obra de ejecución. Mientras tanto, Ocozías trató de regresar a Jerusalén; no obstante, solo llegó hasta Samaria, donde trató de esconderse. Los hombres de Jehú que lo estaban persiguiendo lo descubrieron en Samaria, lo capturaron y lo llevaron a Jehú, que estaba cerca de la ciudad de Ibleam, no lejos de Jezreel. Cuando Jehú vio a Ocozías, ordenó a sus hombres que lo mataran en su carro. Ellos lo derribaron y lo hirieron mientras iba camino de Gur, cerca de Ibleam, pero le permitieron escapar, de modo que Ocozías huyó a Meguidó, donde murió a causa de sus heridas. Luego se le llevó a Jerusalén para enterrarlo. Los relatos de su muerte son complementarios, no contradictorios.
Segundo de las Crónicas 22:7 indica que la muerte de Ocozías “provino de Dios”; por lo tanto, Jehú actuó como el ejecutor designado por Dios al matar a este hombre que se asoció con la casa condenada de Acab.

(2 CRÓNICAS 22:9)

“Entonces se puso a buscar a Ocozías, y por fin lo capturaron, mientras estaba escondido en Samaria, y lo trajeron a Jehú. Entonces le dieron muerte y lo enterraron, porque dijeron: “Es el nieto de Jehosafat, que buscó a Jehová con todo su corazón”. Y no hubo ninguno de la casa de Ocozías que retuviera poder para el reino.”

*** it-2 pág. 516 Ocozías ***
Cuando se comparan los dos relatos (2Re 9:21-28; 2Cr 22:7-9), se ve que el curso de los sucesos fue el siguiente: al acercarse a Jezreel, Jehú se encontró con Jehoram y Ocozías. Derribó a Jehoram, y Ocozías huyó. Jehú no lo persiguió inmediatamente, sino que continuó hacia Jezreel para terminar la obra de ejecución. Mientras tanto, Ocozías trató de regresar a Jerusalén; no obstante, solo llegó hasta Samaria, donde trató de esconderse. Los hombres de Jehú que lo estaban persiguiendo lo descubrieron en Samaria, lo capturaron y lo llevaron a Jehú, que estaba cerca de la ciudad de Ibleam, no lejos de Jezreel. Cuando Jehú vio a Ocozías, ordenó a sus hombres que lo mataran en su carro. Ellos lo derribaron y lo hirieron mientras iba camino de Gur, cerca de Ibleam, pero le permitieron escapar, de modo que Ocozías huyó a Meguidó, donde murió a causa de sus heridas. Luego se le llevó a Jerusalén para enterrarlo. Los relatos de su muerte son complementarios, no contradictorios.
Segundo de las Crónicas 22:7 indica que la muerte de Ocozías “provino de Dios”; por lo tanto, Jehú actuó como el ejecutor designado por Dios al matar a este hombre que se asoció con la casa condenada de Acab.

(2 CRÓNICAS 22:11)

“Sin embargo, Jehosabeat hija del rey tomó a Jehoás hijo de Ocozías y lo hurtó de entre los hijos del rey a quienes iban a dar muerte, y los puso a él y a su nodriza en el cuarto interior para los lechos. Y Jehosabeat hija del rey Jehoram, la esposa de Jehoiadá el sacerdote (porque sucedía que ella misma era la hermana de Ocozías), lo mantuvo oculto debido a Atalía, y ella no le dio muerte.”

*** it-2 pág. 179 Ladrón ***
La tía del jovencito Jehoás le salvó la vida ‘hurtándole de entre sus hermanos’ para que no muriese como ellos a manos de la inicua Atalía. (2Re 11:1, 2; 2Cr 22:11.)

(2 CRÓNICAS 23:5)

“y una tercera parte estará en la casa del rey; y una tercera parte estará a la Puerta del Fundamento; y todo el pueblo estará en los patios de la casa de Jehová.”

*** it-2 pág. 762 Puerta, paso de entrada ***
Puerta del Fundamento. Puerta del templo cuya ubicación es incierta. (2Re 11:6; 2Cr 23:5.)

(2 CRÓNICAS 23:13)

“Entonces ella vio, y allí estaba el rey de pie junto a su columna a la entrada, y los príncipes y las trompetas junto al rey, y toda la gente de la tierra estaba regocijándose y tocando las trompetas, y los cantores con los instrumentos de canto y los que daban la señal para ofrecer alabanza. Al instante Atalía rasgó sus prendas de vestir y dijo: “¡Conspiración! ¡Conspiración!”.”

*** it-1 pág. 511 Columna ***
Las dos enormes columnas de cobre que estaban enfrente del pórtico, llamadas Jakín y Boaz, eran las más notables del templo de Salomón. (1Re 7:15; 2Re 25:17; Jer 52:21; véase CAPITEL.) El New Bible Dictionary (edición de J. Douglas, 1985, pág. 941) comenta que puede que el rey se pusiera de pie al lado de una de estas columnas en ocasiones ceremoniales, pero que no es posible confirmarlo, pues la Biblia solo dice que el rey estaba “de pie junto a su columna a la entrada”. (2Cr 23:13; 2Re 11:14; 23:3.) Cabe la posibilidad de que se pusiera de pie junto a una puerta del patio interior o en cualquier otro lugar elevado para dirigirse al pueblo.

(2 CRÓNICAS 23:15)

“De manera que le echaron manos. Cuando ella llegó a la entrada de la puerta de los caballos de la casa del rey, en seguida le dieron muerte allí.”

*** it-2 pág. 761 Puerta, paso de entrada ***
Algunos creen que la Puerta de los Caballos comunicaba las dos partes del recinto del templo-palacio. Llegan a esta conclusión debido a que en el relato de la ejecución de Atalía se dice que cuando los soldados la sacaron del templo, “ella llegó a la entrada de la puerta de los caballos de la casa del rey”. (2Cr 23:15; 2Re 11:16.) Sin embargo, probablemente esta no era más que una entrada a los recintos del palacio real y no la Puerta de los Caballos por la que los caballos entraban y salían de la ciudad.

(2 CRÓNICAS 24:6)

“Por lo tanto, el rey llamó a Jehoiadá el cabeza y le dijo: “¿Por qué no has exigido que los levitas den razón acerca de traer de Judá y Jerusalén el impuesto sagrado ordenado por Moisés el siervo de Jehová, aun el de la congregación de Israel, para la tienda del Testimonio?”

*** it-1 pág. 547 Contribución ***
La Ley requería algunas contribuciones. Cuando Moisés tomó un censo de los israelitas, todo varón de más de veinte años tuvo que ofrecer un rescate por su alma, “medio siclo [probablemente 1,10 dólares (E.U.A.)], según el siclo del lugar santo”. Era la “contribución de Jehová” para hacer expiación por sus almas y “a favor del servicio de la tienda de reunión”. (Éx 30:11-16.) Según el historiador judío Josefo (La Guerra de los Judíos, libro VII, cap. VI, sec. 6), con el tiempo este “impuesto sagrado” se pagó anualmente. (2Cr 24:6-10; Mt 17:24; véase IMPUESTOS.)

*** it-1 pág. 1217 Impuestos ***
Impuestos para mantener el santuario de Jehová. El servicio del santuario se mantenía gracias a los impuestos. Los sacerdotes aarónicos y los levitas se mantenían principalmente de los diezmos obligatorios. Al menos en una ocasión recibieron una parte del botín de guerra en conformidad con un impuesto estipulado por Jehová. (Nú 18:26-29; 31:26-47; véase DIEZMO.) Jehová también le mandó a Moisés que hiciera un censo y que cada persona registrada diera medio siclo (aproximadamente 1,10 dólares [E.U.A.]) como “contribución de Jehová” para el servicio de la tienda de reunión. (Éx 30:12-16.) Parece ser que era costumbre que los judíos dieran una cantidad fija cada año, aunque no se hiciera un censo anual. Por ejemplo, Jehoás exigió el “impuesto sagrado ordenado por Moisés”. (2Cr 24:6, 9.) Los judíos del tiempo de Nehemías se comprometieron a pagar la tercera parte de un siclo (unos 75 centavos [E.U.A.]) cada año para el servicio del templo. (Ne 10:32.)

(2 CRÓNICAS 24:8)

“Entonces el rey dijo [la palabra], y por lo tanto hicieron un cofre y lo pusieron afuera, a la puerta de la casa de Jehová.”

*** it-1 págs. 363-364 Bolsa ***
sin embargo, otras vierten la palabra griega glōs•só•ko•mon por “caja” (CP, Jn 12:6) o “caja del dinero” (BAS, 1973; NM). Esta palabra denotaba en un principio la caja que se utilizaba para guardar la boquilla de un instrumento de viento, pero con el tiempo llegó a significar una caja pequeña para cualquier fin, como el de guardar dinero. Los traductores de la Septuaginta griega usaron esta palabra con referencia al cofre mencionado en 2 Crónicas 24:8, 10.

(2 CRÓNICAS 24:10)

“Y todos los príncipes y todo el pueblo empezaron a regocijarse, y siguieron trayéndolo y echándolo en el cofre hasta que todos hubieron dado.”

*** it-1 págs. 363-364 Bolsa ***
sin embargo, otras vierten la palabra griega glōs•só•ko•mon por “caja” (CP, Jn 12:6) o “caja del dinero” (BAS, 1973; NM). Esta palabra denotaba en un principio la caja que se utilizaba para guardar la boquilla de un instrumento de viento, pero con el tiempo llegó a significar una caja pequeña para cualquier fin, como el de guardar dinero. Los traductores de la Septuaginta griega usaron esta palabra con referencia al cofre mencionado en 2 Crónicas 24:8, 10.

(2 CRÓNICAS 24:20)

“Y el mismísimo espíritu de Dios envolvió a Zacarías hijo de Jehoiadá el sacerdote, de modo que él se puso de pie por encima de la gente y les dijo: “Esto es lo que ha dicho el Dios [verdadero]: ‘¿Por qué están traspasando los mandamientos de Jehová, de modo que no pueden lograr éxito? Porque ustedes han dejado a Jehová, él, a su vez, los dejará a ustedes’”.”

*** gt cap. 110 Completado el ministerio en el templo ***
Zacarías, hijo de Baraquías [llamado Jehoiadá en Segundo de Crónicas], a quien ustedes asesinaron entre el santuario y el altar. En verdad les digo: Todas estas cosas vendrán sobre esta generación”.
Porque Zacarías reprendió a los líderes de Israel, estos “conspiraron contra él y lo lapidaron por mandamiento del rey, en el patio de la casa de Jehová”.

*** w90 1/3 pág. 24 Termina su ministerio en el templo ***
Respecto a los que envía como representantes suyos, Jesús dice: “A algunos de ellos ustedes los matarán y fijarán en maderos, y a algunos los azotarán en sus sinagogas y los perseguirán de ciudad en ciudad; para que venga sobre ustedes toda la sangre justa vertida sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías [llamado Jehoiadá en 2 Crónicas], a quien ustedes asesinaron entre el santuario y el altar. En verdad les digo: Todas estas cosas vendrán sobre esta generación”.
Porque Zacarías reprendió valerosamente a los líderes de Israel, estos “conspiraron contra él y lo lapidaron por mandamiento del rey, en el patio de la casa de Jehová”.

(2 CRÓNICAS 24:21)

“Finalmente conspiraron contra él y lo lapidaron por mandamiento del rey, en el patio de la casa de Jehová.”

*** it-1 pág. 284 Baraquías ***
Según 2 Crónicas 24:21, a Zacarías se le asesinó “en el patio de la casa de Jehová”. El altar de la ofrenda quemada estaba en el patio interior, frente a la entrada del santuario, lo que correspondería con la ubicación que dio Jesús del incidente: “Entre el santuario y el altar”.

(2 CRÓNICAS 24:22)

“Y Jehoás el rey no se acordó de la bondad amorosa que Jehoiadá el padre de aquel había ejercido para con él, de modo que mató a su hijo, quien, cuando estaba a punto de morir, dijo: “Jehová lo vea y lo reclame”.”

*** it-1 pág. 284 Baraquías ***
Tanto en el caso de Abel como en el de Zacarías, se profetizó que habría un ajuste de cuentas por derramamiento de sangre. (Gé 4:10; 2Cr 24:22.) Hubo también un notable paralelo entre lo sucedido en los días de Zacarías, el hijo de Jehoiadá, y los acontecimientos de la generación que vivía cuando Jesús pronunció esas palabras. Mientras se estaba muriendo, Zacarías dijo: “Jehová lo vea y lo reclame”. Sus palabras proféticas empezaron a cumplirse muy pronto. Jehová dio el poderoso ejército de Judá en mano de una pequeña fuerza siria, que arruinó a los príncipes de Judá y se llevó su despojo. Los sirios ejecutaron actos de juicio en Jehoás y le dejaron muy enfermo, después de lo cual sus siervos lo asesinaron. (2Cr 24:23-25.) Tras haber puesto de manifiesto la culpa de sangre de aquellos a quienes hablaba, Jesús dijo: “Todas estas cosas vendrán sobre esta generación”. (Mt 23:36.) La profecía de Jesús se cumplió en Jerusalén y Judea en gran escala durante los años 70 a 73 E.C.

*** it-2 pág. 1221 Zacarías ***
12. Hijo del sumo sacerdote Jehoiadá. Tras la muerte de Jehoiadá, el rey Jehoás siguió malos consejos, en vez de hacer caso a los profetas de Jehová, y se apartó de la adoración verdadera. Zacarías, que era primo de Jehoás (2Cr 22:11), amonestó con severidad al pueblo en cuanto a este proceder, pero en vez de arrepentirse, lo apedrearon en el patio del templo. Las palabras de Zacarías al morir fueron: “Jehová lo vea y lo reclame”. Se le concedió esta solicitud profética, pues Siria causó gran daño a Judá, y además Jehoás fue asesinado por dos de sus siervos “a causa de la sangre de los hijos de Jehoiadá el sacerdote”. La Versión de los Setenta y la Vulgata dicen que Jehoás fue muerto para vengar la sangre del “hijo” de Jehoiadá. Sin embargo, tanto el texto masorético como la Versión Peshitta siriaca utilizan el plural “hijos”, posiblemente para denotar la excelencia y dignidad del profeta y sacerdote Zacarías, el hijo de Jehoiadá. (2Cr 24:17-22, 25.)
Es muy probable que Jesús estuviese pensando en Zacarías, hijo de Jehoiadá, cuando profetizó que “la sangre de todos los profetas vertida desde la fundación del mundo” sería demandada “de esta generación [los judíos del tiempo del ministerio terrestre de Jesús], desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue muerto entre el altar y la casa”. (Lu 11:50, 51.) El lugar de este concuerda con dicha identificación. En el siglo I E.C., Crónicas ocupaba el último lugar en el canon de las Escrituras Hebreas. Por lo tanto, la expresión de Jesús, ‘desde Abel hasta Zacarías’, era similar a nuestra expresión “desde Génesis hasta Revelación”. En el relato paralelo de Mateo 23:35, a Zacarías se le llama hijo de Baraquías, posiblemente otro nombre de Jehoiadá, a menos que lo que se indique sea la existencia de una generación entre Jehoiadá y Zacarías, o que se trate del nombre de un antepasado anterior. (Véase BARAQUÍAS.)

(2 CRÓNICAS 24:25)

“Y cuando se fueron de él (porque lo dejaron con muchas enfermedades), sus propios siervos conspiraron contra él a causa de la sangre de los hijos de Jehoiadá el sacerdote; y lograron matarlo sobre su propio lecho, de modo que murió. Entonces lo enterraron en la Ciudad de David, pero no lo enterraron en las sepulturas de los reyes.”

*** it-2 pág. 1221 Zacarías ***
12. Hijo del sumo sacerdote Jehoiadá. Tras la muerte de Jehoiadá, el rey Jehoás siguió malos consejos, en vez de hacer caso a los profetas de Jehová, y se apartó de la adoración verdadera. Zacarías, que era primo de Jehoás (2Cr 22:11), amonestó con severidad al pueblo en cuanto a este proceder, pero en vez de arrepentirse, lo apedrearon en el patio del templo. Las palabras de Zacarías al morir fueron: “Jehová lo vea y lo reclame”. Se le concedió esta solicitud profética, pues Siria causó gran daño a Judá, y además Jehoás fue asesinado por dos de sus siervos “a causa de la sangre de los hijos de Jehoiadá el sacerdote”. La Versión de los Setenta y la Vulgata dicen que Jehoás fue muerto para vengar la sangre del “hijo” de Jehoiadá. Sin embargo, tanto el texto masorético como la Versión Peshitta siriaca utilizan el plural “hijos”, posiblemente para denotar la excelencia y dignidad del profeta y sacerdote Zacarías, el hijo de Jehoiadá. (2Cr 24:17-22, 25.)
Es muy probable que Jesús estuviese pensando en Zacarías, hijo de Jehoiadá, cuando profetizó que “la sangre de todos los profetas vertida desde la fundación del mundo” sería demandada “de esta generación [los judíos del tiempo del ministerio terrestre de Jesús], desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue muerto entre el altar y la casa”. (Lu 11:50, 51.) El lugar de este concuerda con dicha identificación. En el siglo I E.C., Crónicas ocupaba el último lugar en el canon de las Escrituras Hebreas. Por lo tanto, la expresión de Jesús, ‘desde Abel hasta Zacarías’, era similar a nuestra expresión “desde Génesis hasta Revelación”. En el relato paralelo de Mateo 23:35, a Zacarías se le llama hijo de Baraquías, posiblemente otro nombre de Jehoiadá, a menos que lo que se indique sea la existencia de una generación entre Jehoiadá y Zacarías, o que se trate del nombre de un antepasado anterior. (Véase BARAQUÍAS.)

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