La economía próspera de Venezuela

La economía próspera de Venezuela

La economía próspera de Venezuela

EL CUADRO económico de Venezuela ofrece un contraste refrescante con el de otros países en los cuales la moneda quizás esté en un período de depresión, decayendo de valor constantemente o hasta tambaleando al borde de la ruina. ¡Imagínese vivir en un país en que el costo de la vida solo subió uno por ciento en 1968!
Cuando uno piensa en Venezuela y su economía, inmediatamente le viene a la memoria la palabra “petróleo.” Pero Venezuela ha estado trabajando duro para ensanchar su base económica y explotar su abundancia de otros recursos naturales. No siempre seguirán trayendo prosperidad al país los yacimientos de petróleo que se encuentran bajo el lago Maracaibo y bajo el pasto ondulante de su llanura del este. Los proyectistas del gobierno están buscando medios de diversificar las fuentes de los ingresos. Pero, ¿qué se ha logrado?

Petróleo... el sostén principal

Diferente de la situación de otros países de la América del Sur y de la América Central, el gobierno es dueño de los recursos minerales. En consecuencia los ingresos del petróleo se esparcen por la entera economía, beneficiando a la mayoría más bien que a unos cuantos privilegiados. Los ingresos por persona de los diez millones de habitantes de Venezuela varían de unos 745 a más de 900 dólares anuales, dando a los venezolanos más dinero para gastar que a sus vecinos latinoamericanos. Y el bolívar venezolano es la moneda más firme de toda la América del Sur.
Como el más grande exportador de petróleo del mundo, Venezuela extrae con bombas un promedio de 3.600.000 barriles por día. De las ganancias resultantes la nación recibe dos tercios, unos 3,5 millones de dólares por día. Mientras tanto, también, los automovilistas venezolanos disfrutan del más barato precio de gasolina en el mundo... solo 11 centavos de dólar por galón (3,79 litros).
Todas las actividades acostumbradas de la industria petrolera: producción, refinamiento, exportación y consumo interno, han tenido aumento considerable... todas, es decir, salvo la exploración nueva. La norma petrolera del gobierno sigue dando énfasis a la eficacia de operación y al uso productivo de los recursos petrolíferos, más bien que a buscar un rendimiento superior de este artículo que no es renovable. Se están aplicando los más recientes métodos de recuperación secundaria del petróleo. En realidad, para 1966, más de cincuenta establecimientos de reinyección de gas estaban en funcionamiento, y uno de ellos es el más grande del mundo.
Se calcula que a la proporción de producción actual las reservas petrolíferas deben durar trece años. Por lo tanto, prudentemente los economistas del país han estado utilizando los ingresos que produce el petróleo para formar la estructura para mayor industrialización así como para el logro de reformas sociales que se necesitan. Aparte de la disminución de los recursos petrolíferos, un cambio a alguna fuente de energía que no fuera el petróleo podría producir efectos serios en la economía.

Fundamento para desarrollo

A fin de colocar el fundamento para el futuro desarrollo industrial, en los últimos diez años Venezuela ha invertido 6.000.000.000 de bolívares en carreteras, puentes y desarrollo hidroeléctrico. Ahora el país tiene uno de los mejores sistemas de carreteras de toda la América latina... 17.600 kilómetros pavimentados. Hay supercarreteras que pasan alrededor y por encima de Caracas, la capital, y parten de allí hasta las ciudades más importantes.
El más largo puente de concreto pretensado del mundo, es decir, previamente sometido a tensión, atraviesa el lago Maracaibo, el cual, a propósito, es el lago más grande de la América del Sur. Este puente une a Maracaibo, la ciudad que ocupa el segundo lugar en tamaño, con el resto del país. Antes de 1962 todo tenía que ser pasado en transbordadores a través del lago o ser transportado por 360 kilómetros alrededor de su litoral meridional. Ahora se ha abierto una rica zona agrícola con acceso directo a la Carretera Panamericana.
En el otro extremo del país, en vez de tener que esperar el transbordador pequeño en una fila larga y calurosa, que causaba frustración, ahora los camioneros pueden pasar por el hermoso puente nuevo que atraviesa el poderoso Orinoco cerca de Ciudad Bolívar y continuar sin demora.
Se ha dado prioridad especial a la electrificación del país, puesto que el deseado desarrollo económico exigía que se elevara al doble la capacidad generadora cada cinco años. Durante los pasados diez años la energía eléctrica disponible se ha triplicado y 1.500 ciudades, poblaciones y aldeas han sido iluminadas al estilo moderno. Grandes plantas en el poderoso río Caroní están generando centenares de miles de kilovatios. De hecho, la potencialidad hidroeléctrica es casi inagotable. Solo en unos cuantos países de África hay una potencialidad superior, que se puede desarrollar a menos costo.

Otros ricos recursos

Además de los yacimientos de “oro negro” que yacen bajo tierra en Venezuela, este país también puede alardear de varias montañas de hierro. Sus reservas de mineral de hierro de alta calidad, pues es puro en un 50 por ciento, se han calculado en 1.800.000.000 de toneladas métricas. Noveno entre los productores de hierro del mundo, el país de Venezuela puede llamar a este mineral su segundo artículo de exportación más importante. La competencia internacional ha impulsado a los venezolanos a construir una fábrica que producirá anualmente un millón de toneladas de enriquecidos aglomerados de mineral, de calidad lo suficientemente alta para satisfacer las demandas de las fábricas siderúrgicas internacionales.
También se encuentran depósitos de bauxita, oro, níquel y manganeso en la región que rápidamente se está convirtiendo en el orgullo de Venezuela... el gran trecho de tierra que yace al sur del Orinoco. Allí es donde se están haciendo los esfuerzos más intensos para edificar un centro de industria pesada. Una fábrica siderúrgica y una fábrica productora de aluminio ya están en operación. El objetivo es un completo complejo de mineral a metal. La fábrica siderúrgica tiene capacidad para producir 750.000 toneladas en lingotes además de 600.000 toneladas de productos acabados por año. La fábrica de aluminio produce 10.000 toneladas de lingotes de aluminio 99,5 por ciento puro cada año, y hay planes de producir el doble este año.

Estimulando la expansión industrial

La norma del gobierno, que estimula a que se produzca en el país lo que anteriormente se importaba, ha suministrado gran ímpetu al desarrollo de la industria. La producción manufacturera ha aumentado a una proporción media de 10 por ciento anualmente. Los artículos del consumidor ahora son casi totalmente de fabricación nacional, mientras que hace diez años casi la mitad de estos artículos eran importados. Las fábricas de ensamble de automóviles, y las fábricas para producción de llantas, muebles, papel, productos metálicos y materiales de construcción, ya están produciendo. Se están produciendo ropa y zapatos en volumen suficiente para suministrar un movimiento modesto de exportación de estos artículos.
En el campo petroquímico Venezuela tiene ambiciones. Se han anunciado planes de expansión en gran escala, planes que incluyen la construcción de un puerto marítimo que tenga mayor capacidad que cualquier otro puerto del país. Relacionadas con esta industria química habrá fábricas que alojarán empresas satélites como la fabricación de materias plásticas y abonos.
Por supuesto, tarde o temprano habrá problemas cuando el mercado doméstico limitado haya sido atendido. Entonces llegará a ser imperativo el aumentar grandemente la producción y reducir los costos para poder competir eficazmente en el mercado mundial.

La agricultura va al mismo paso

Es bastante significativo el que la única nación que le ganó a Venezuela en desarrollo agrícola en 1966 fuera Israel... una nación sobresaliente por su tecnología en métodos agrícolas. No sorprende, entonces, saber que Venezuela produce casi todas sus demandas de alimento, en realidad el 92 por ciento.
La norma de reforma agraria del gobierno ha tenido mucho que ver con este progreso. Hace diez años menos del 2 por ciento de los terratenientes eran dueños del 74 por ciento de la tierra. Desde entonces, 150.000 familias se han establecido en tierras de propiedad pública o en tierra no utilizada comprada por el gobierno a dueños particulares. Los agricultores obtienen títulos de sus parcelas para poder darlas como herencia en testamento a sus hijos, y obtener crédito y ayuda técnica de las agencias gubernamentales. Ya los agricultores no están trabajando en siembras a favor de terratenientes ausentes. Son dueños de sus siembras, y pueden disponer de ellas como deseen. Es significativo que durante un período de siete años la producción agrícola ha aumentado en 650 por ciento.
Esta expansión agrícola ha transformado toda la economía. Un país que antes de 1958 tenía que usar sus ingresos del petróleo para importar arroz del Ecuador, azúcar de Cuba, huevos de Polonia, papas del Canadá, etc., ha llegado a ser un país que no solo alimenta a sus propios ciudadanos, sino que también produce ingresos por la exportación de muchos de estos mismos productos además del café y el cacao tradicionales. En comparación con hace diez años la producción de maíz ha sido el doble, hay el doble del azúcar, doce veces la producción de arroz, y ocho veces la producción de papas.
El resultante abastecimiento alimenticio abundante ha tendido a evitar que los precios suban.

Dolores asociados con el crecimiento

Venezuela, por supuesto, tiene sus problemas. Principalmente, éstos los produce una muy real explosión demográfica. Cada año unas 300.000 personas se añaden a la población. Eso es casi el doble de la proporción del crecimiento de población en los Estados Unidos.
La educación es un problema vital, un problema que está siendo abordado valerosamente; tanto, que hoy se está gastando en ello tres veces la cantidad de dinero que se gastaba hace diez años. La proporción de analfabetismo ha disminuido a 17 por ciento según una estadística de la Organización de las Naciones Unidas.
El alojamiento es otro problema apremiante. No obstante, durante los últimos cuatro años se ha construido más alojamiento que en todo el resto de la historia oficial de construcción de Venezuela.
En el almacenamiento y distribución de agua también se han dado grandes pasos, con el resultado de que ahora el 98 por ciento de la población en ciudades de 5.000 o más habitantes tiene agua potable. En las ciudades más de tres millones tienen la comodidad de sistemas de alcantarillado en comparación con menos de un millón en 1958.
Imponer restricciones a la inmigración y dar estímulo a los inversionistas extranjeros son dos normas que se están siguiendo con la mira de mantener una economía próspera y creciente. Incidentalmente, en cualquier negocio hay que emplear a tres venezolanos por cada extranjero, a menos que se trate de una empresa altamente especializada y en la nación haya una escasez de personal técnico disponible.

Bajos impuestos sobre rentas, dinero estable

Se pagan impuestos sobre rentas al gobierno federal cuando una persona gana más de 12.000 bolívares al año. No hay impuestos estatales ni municipales. La carga total de impuestos, el 12,5 por ciento del producto nacional bruto, indudablemente es inferior al casi 30 por ciento que se paga en los Estados Unidos, el 35 por ciento de Alemania, el 39 por ciento de Francia y el 41 por ciento de Suecia. Es obvio, entonces, que hay un clima amigable de impuestos en Venezuela, un clima que estimula la inversión. Eso, a su vez, ayuda a la expansión de la economía.
Venezuela ocupa una posición singular. Mantiene las más elevadas reservas monetarias de la América latina, algo que ayuda al bolívar a mantener su posición favorecida. La estabilidad y la convertibilidad libre del bolívar han resultado en que se use en otros países en las transacciones de crédito, particularmente desde que la moneda de Venezuela fue reconocida en 1966 por el Fondo Monetario Internacional como moneda “dura.”
Según un estudio económico que llevó a cabo el First National City Bank of New York, “parte del éxito de Venezuela se puede atribuir a un alto nivel de exportaciones de petróleo, pero su envidiable récord de desarrollo económico, relativa estabilidad en los precios, excedentes de la balanza de pagos y la fuerte posición de reserva internacional ha de atribuirse a normas fiscales sólidas que han hecho que el país pueda obtener gran beneficio de este importante recurso natural.”
Como lo expresó un economista venezolano: “En este país se contrasta la estrechez y el atraso económico con la abundancia. Es decir, que existen dos Venezuelas profundamente distintas: la Venezuela que no ha salido del pasado, con sus viejas casas, sus viejas tradiciones, sus primitivos sistemas económicos; y la Venezuela del petróleo, de modernos edificios, de costosos automóviles, instalaciones costosas de placer; la Venezuela de terratenientes patriarcales y peones, y la Venezuela de comerciantes, constructores, industriales, técnicos y creciente clase media; la Venezuela de alpargata, machete, sombrero de cogollo, rancho y casabe; y la Venezuela de los hoteles de gran lujo, de los más famosos modistas.”
Sí, estos contrastes y muchos más se pueden ver hoy en Venezuela. Pero, ¿continuarán la estabilidad política y la norma fiscal sólida manteniendo una economía saludable y creciente? Eso es lo que muchos venezolanos se deben estar preguntando al observar a país tras país que ya ha trillado la senda que ellos están siguiendo caer víctima de ideas divisivas, normas que debilitan y toda una serie de males concomitantes. Mientras tanto, la economía del país progresa rápidamente.

Publicado en ¡Despertad!  del 08 de Agosto de 1970