El fin del mundo puede no ser lo que usted se imagina
El fin del mundo puede no ser lo que usted se imagina
ADEMÁS de ser profundamente pesimistas, los panoramas apocalípticos antes descritos tienen tres cosas en común. Primero, son fruto de la especulación humana, y el historial de los hombres en lo que respecta a adivinar el futuro está muy lejos de ser perfecto. Segundo, en el caso de que hubiera sobrevivientes, sería una cuestión de azar. Y tercero, los sobrevivientes tendrían que librar una dura batalla para seguir vivos.
El cuadro que pinta la Biblia sobre el futuro es mucho más optimista. Aunque asegura que se aproxima un gran cambio, garantiza la supervivencia de todos los que hagan la voluntad de Dios. Y no predice que la Tierra se tostará hasta quedar como un carbón o que se volverá fría como un témpano de hielo. El globo terráqueo se transformará en un paraíso de confín a confín.
A muchas personas les cuesta aceptar estas predicciones bíblicas. Creen que lo que la Biblia enseña sobre una gran tribulación, un Armagedón, un milenio y un paraíso terrenal es pura fantasía. Estos conceptos han sido tema infinito de estudio, debate e interpretación por parte de los teólogos. Sus teorías compiten y se contradicen entre sí. Hablando del tiempo del fin, el escritor Bruce A. Robinson afirma: “Probablemente se haya escrito más literatura teológica oscura sobre este tema que sobre cualquier otra doctrina de la cristiandad”. ¿Con qué resultado? Confusión.
Las Escrituras, por el contrario, no son oscuras. La Biblia es el mensaje de Dios, y él no quiere que nos devanemos los sesos tratando de adivinar lo que nos depara el futuro. Lo invitamos a examinar algunas de las preguntas más frecuentes y las respuestas que da la propia Biblia. Si desea saber más, pida el libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?, editado por los testigos de Jehová.
¿Serán destruidas la Tierra y la raza humana?
“Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella.” (Salmo 37:29.)
¿Morirá alguien?
“Los rectos son los que residirán en la tierra, y los exentos de culpa son los que quedarán en ella. En cuanto a los inicuos, serán cortados de la mismísima tierra; y en cuanto a los traicioneros, serán arrancados de ella.” (Proverbios 2:21, 22.)
¿Ha actuado Dios en contra de los malos en el pasado?
Dios “no se contuvo de castigar a un mundo antiguo, sino que guardó en seguridad a Noé, predicador de justicia, con otras siete personas cuando trajo un diluvio sobre un mundo de gente impía; y al reducir a cenizas a las ciudades de Sodoma y Gomorra las condenó, poniendo para personas impías un modelo de cosas venideras” (2 Pedro 2:5, 6).
¿Sabemos la fecha en que Dios llevará a cabo su juicio?
“Respecto a aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre. Porque así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. Porque como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres siendo dadas en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca; y no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre.” (Mateo 24:36-39.)
¿Hay alguna indicación de que el fin vendrá pronto?
“En los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin autodominio, feroces, sin amor del bien, traicioneros, testarudos, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, teniendo una forma de devoción piadosa, pero resultando falsos a su poder.” (2 Timoteo 3:1-5.)
¿Cómo será el futuro de la humanidad en la Tierra?
Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado” (Revelación [Apocalipsis] 21: 4).
Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos”
Aun cuando las Escrituras no nos ofrecen más que un anticipo de lo que será el porvenir, nos aseguran que la humanidad no está condenada a desaparecer. El futuro será glorioso, más allá de lo que nuestra imaginación puede concebir. No lo dude ni por un momento. Jehová Dios lo ha prometido, y él siempre cumple lo que promete.