¿Qué puedo esperar del matrimonio?
¿Qué puedo esperar del matrimonio?
“Cuando estamos juntos, siento que camino sobre nubes. No veo la hora de casarme con él.” “No tenemos casi nada en común. Más que marido y mujer, parecemos compañeros de habitación. ¡Me siento tan sola!”
COMO probablemente habrás adivinado ya, las palabras citadas arriba son de una joven soltera y las que aparecen a la izquierda son de una joven casada. Lo que tal vez no sepas es que ambas declaraciones las hizo la misma persona.
¿Qué fue lo que pasó? Si anhelas casarte un día, ¿cómo puedes evitar que un sueño romántico se convierta en un matrimonio tormentoso?
Realidad: Gran parte de tu felicidad en el matrimonio depende de lo que esperes de él.
Este artículo y el que publicaremos en el próximo número de ¡Despertad! te ayudarán a tener expectativas razonables.
Siendo realistas, ¿qué puedes esperar del matrimonio? En resumidas palabras:
- Beneficios
- Dificultades
- Sorpresas
Examinemos de cerca cada uno de estos puntos.
BENEFICIOS
La Biblia fomenta una actitud positiva hacia el matrimonio (Proverbios 18:22). Estos son algunos de los beneficios que puedes esperar:
Compañía. La Biblia cuenta que poco después de haber creado al primer hombre, Adán, Dios dijo: “No es bueno que el hombre continúe solo”, tras lo cual creó a Eva para que le hiciera compañía (Génesis 2:18). Dios los hizo con atributos únicos para que fueran diferentes pero al mismo tiempo compatibles. Por esa razón, el esposo es el compañero ideal para su esposa, y viceversa (Proverbios 5:18).
Apoyo. La Biblia asegura: “Más valen dos que uno, pues trabajando unidos les va mejor a ambos” (Eclesiastés 4:9, La Palabra de Dios para Todos). Esto es muy cierto con respecto al matrimonio. “De lo que se trata es de trabajar en equipo y ser humilde, y de estar dispuesto a ceder de vez en cuando”, dice una joven recién casada llamada Brenda. *
Relaciones íntimas. “El esposo debe satisfacer las necesidades sexuales de su esposa, y la esposa debe satisfacer las necesidades sexuales de su marido”, dice la Biblia (1 Corintios 7:3, Nueva Traducción Viviente [NTV]). Los que están casados pueden disfrutar de las relaciones sexuales sin la angustia y los remordimientos que suelen ser las tristes consecuencias de las relaciones prematrimoniales (Proverbios 7:22, 23; 1 Corintios 7:8, 9).
Conclusión: El matrimonio es un regalo o don divino (Santiago 1:17). Así que si te guías por los principios de Dios, puedes esperar que tu unión resulte sumamente gratificante.
Piensa en esto: ¿Estás predispuesto contra el matrimonio por los malos ejemplos que has visto, a lo mejor en tu propia familia? De ser así, ¿en qué modelos dignos de imitación puedes fijarte?
DIFICULTADES
La Biblia ofrece una visión realista de la vida de casados (1 Corintios 7:28). Entre las dificultades que puedes esperar están las siguientes:
Desacuerdos. No hay dos seres humanos iguales, salvo en el hecho de que todos somos imperfectos (Romanos 3:23). Por lo tanto, es lógico que ocasionalmente haya desacuerdos entre los esposos por muy compatibles que sean. A veces, quizás hasta digan cosas de las que luego se arrepientan. “Si pudiéramos dominar la lengua, seríamos perfectos”, afirma la Biblia (Santiago 3:2, NTV). Las parejas felices no son las que persiguen el ideal de evitar a toda costa los desacuerdos, sino las que aprenden a tratarlos y solucionarlos cuando se presentan.
Decepciones. “Vivimos bombardeados por las películas y los programas de televisión en los que la chica encuentra al chico ‘perfecto’ y los dos viven felices comiendo perdices”, dice una joven de nombre Karen. Cuando un matrimonio no alcanza ese ideal, viene el desencanto. Y es seguro que, con el tiempo, ambos cónyuges descubrirán más defectos y rarezas en el otro. La clave está en recordar que el amor verdadero “lo soporta todo”, hasta las decepciones (1 Corintios 13:4, 7, Torres Amat).
Inquietudes. La Biblia afirma que los casados “se inquieta[n] por las cosas del mundo” (1 Corintios 7:33, 34). Tal inquietud es normal. Por ejemplo, quizás descubras que cuesta mucho llegar a fin de mes. Es posible que ambos deban trabajar solo para cubrir los gastos de comida, ropa y alquiler. Pero si trabajan en equipo, de seguro lograrán mantener a la familia (1 Timoteo 5: 8).
Conclusión: Si el noviazgo es como elevar una cometa, el matrimonio es como volar un avión: se requiere mucha más destreza y esfuerzo para enfrentar las turbulencias de la vida. Con todo, puedes tener éxito en esta empresa.
Piensa en esto: ¿Cómo resuelves ahora los desacuerdos que tienes con tus padres y tus hermanos? ¿Eres capaz de asumir las decepciones con objetividad y equilibrio? ¿De qué manera haces frente a las inquietudes?
EN EL PRÓXIMO “LOS JÓVENES PREGUNTAN” ... ¿Cómo te ayudan los principios bíblicos a esperar lo inesperado?