Rebelión de Pontiac y su Legado
Rebelión de Pontiac y su Legado
Pontiac (1720-1769)
Jefe de tribu del grupo étnico de los ottawa nacido en la región del río Detroit alrededor de 1720 y muerto en Cahokia (Illinois) el 20 de abril de 1769. Inspirado por ideas mesiánicas, trató de expulsar a los británicos de sus tierras con el objetivo de devolver el prestigio perdido a la nación india
Apenas se han conocido datos de su niñez. Se dio a conocer cuando comenzó a servir a los franceses en su lucha contra los británicos. Se encontraba al frente de la coalición de tribus indias encabezadas por los ottawa que, junto a los galos, derrotaron al general británico Edward Braddock en las cercanías del Fuerte Duquesne en 1755. Tras la firma del Tratado de París, que dio por finalizada la Guerra de los Siete Años, Francia entregó la mayoría de sus posesiones de América del Norte a los británicos. La tensión entre las tribus indias y los ingleses fue en aumento; la causa principal eran los continuos enfrentamientos que surgían con los comerciantes de pieles ingleses, quienes engañaban continuamente a los indios. Estos solicitaron al gobierno británico la entrega de comida y armas como compensación por las perdidas, como habían hecho hasta entonces los franceses. El hecho que colmó la paciencia de los indios fue el cada vez mayor número de asentamientos de colonos blancos establecidos dentro de sus tierras.
Rebelión contra los ingleses
Pontiac, influenciado por las enseñanzas del profeta Delaware, quien mantenía que los indios solo recuperarían su antigua grandeza perdida con la llegada del hombre blanco cuando consiguieran purificarse, reunió a todas las tribus del valle del Ohio y la región del lago Superior en una conferencia celebrada en abril de 1763 en las cercanías de Detroit. En ella decidieron unirse para enfrentarse a los soldados británicos. Pontiac, que había convencido a todos para que se olvidasen de las diferencias existentes entre las diferentes tribus y se unieran en una guerra que expulsase al hombre blanco, fue elegido como jefe de la confederación. Ordenó que todas las tribus atacasen simultáneamente las guarniciones más cercanas a sus territorios. Pontiac se lanzó en mayo con sus guerreros ottawa a la conquista de Detroit, ataque que fue rechazado por los defensores. Tras escapar a través de las montañas, logró no obstante reagrupar a todos sus hombres, con los que se dirigió a los territorios situados al oeste del fuerte Niágara. Los ottawa continuaron con su lucha y se hicieron con el control de trece de las catorce guarniciones de la región. Tan sólo fallaron en su intento de apoderarse de Pittsburgh. Impulsado por su éxito, Pontiac comenzó el asedio de Detroit en el verano de 1763.
Sin embargo, las cosas no iban tan bien como parecían. La mayoría de las tribus de la confederación habían firmado por separado tratados de paz con los ingleses y la esperada ayuda militar prometida por los franceses no se había materializado. Los británicos consiguieron hacer llegar refuerzos hasta Detroit, por lo que Pontiac se vio obligado a levantar el sitio. El jefe de los ottawa huyó hacia el oeste donde continuó luchando contra sus enemigos, pero las duras condiciones de vida provocaron que se produjeran numerosas deserciones entre sus guerreros. Desesperado, Pontiac se rindió a los británicos el 17 de agosto de 1765. Firmó un tratado de paz en julio de 1766 en Oswego con Sir William Johnson. Su rendición le hizo perder todo el prestigio que había ganado entre la mayoría de los guerreros, quienes veían en él a un mesías que traería nuevos tiempos de gloria, por lo que se vio obligado a huir de su propio pueblo. Tres años después, mientras se encontraba visitando a los indios Illinois, fue asesinado por un miembro de esa tribu que había sido pagado por un comerciante ingles para llevar a cabo la acción.
El número total de fallecidos durante la Rebelión de Pontiac se desconoce. Alrededor de 400 soldados británicos resultaron muertos en combate y aproximadamente 50 fueron capturados y torturados hasta la muerte. George Croghan estimó que unos 2.000 colonos fueron asesinados o capturados. La violencia empujó a más de 4.000 ingleses a huir de sus casas en Pensilvania y Virginia. Los datos sobre las pérdidas de los indios americanos son aún menos conocidas, aunque se estima que durante los distintos enfrentamientos murieron 200 guerreros, a lo que habría que añadir todas las muertes causadas por viruela si se acepta que la estratagema de las mantas infectadas tuvo éxito.
Mapa de la división entre los territorios coloniales y la reserva india, según se diseñó en el Decreto Real de 1763.
La Guerra de Pontiac se ha considerado tradicionalmente como una derrota de los indios, pero es más acertado afirmar que fue un empate militar: mientras los indios fallaron en su intento de expulsar a los ingleses, éstos fueron incapaces de conquistar las tierras de los nativos. El final de la guerra vino a través de negociaciones y no por victorias en campos de batalla. Los indios, de hecho, tuvieron una importante victoria al conseguir que el gobierno británico abandonase las políticas de represión de Amherst y, en su lugar, buscase una alianza con los nativos al estilo de la que éstos ya tenían con Francia.
Los cinturones de wampum como este eran utilizados por los nativos norteamericanos para enviar información entre distintos poblados. En los meses previos a la Rebelión de Pontiac circularon muchos de estos instigando al levantamiento contra Gran Bretaña.
Las relaciones entre los colonos y los indios, que se habían visto duramente deterioradas durante la Guerra Franco-india, volvieron a decaer durante la Rebelión de Pontiac. La guerra destacó por la violencia en ambos bandos, aparentemente movidos por un fanatismo genocida. Las gentes de ambos lados llegaron a la conclusión de que tanto colonos como nativos eran totalmente distintos por naturaleza y nunca podrían vivir unos con otros. Según el historiador Daniel Richter, durante la guerra surgió la idea de que todos los nativos eran Indios, todos los europeos Blancos y que la misión de cada uno era destruir al otro.
Masacre india de Lancaster en 1763. El 27 de diciembre de ese año, los Paxton Boys asesinaron a 14 nativos protegidos en esa ciudad.
El gobierno inglés también llegó a la conclusión de que los colonos y los indios debían permanecer separados. El 7 de octubre de 1763, la Corona redactó el Decreto Real de 1763, mediante la cual quería reorganizar los territorios norteamericanos tras el tratado de París. La Rebelión se produjo cuando el Decreto aún estaba en proceso de preparación, por lo que tuvo que ser aprobado rápidamente en cuanto las noticias del levantamiento llegaron a Londres. Los oficiales dibujaron una línea de separación entre las colonias inglesas y las tierras de los nativos al oeste la los Montes Apalaches, creando una inmensa Reserva India que abarcaba desde los Apalaches hasta el Río Mississippi y desde Florida hasta Terranova. Al prohibir a los colonos entrar en tierras indias, el gobierno británico esperaba evitar nuevos sucesos como la Rebelión de Pontiac. Desde este momento, la segregación caracterizó las relaciones entre los europeos y los nativos en Norteamérica.
Los efectos de la Guerra de Pontiac se hicieron notar durante mucho tiempo. Debido a que el Decreto reconoció algunos derechos a los indígenas sobre las tierras que ocupaban pasó a ser conocida como la Carta de Derecho de los Indios (Indian Bill of Rights en inglés). A los colonos ingleses y los especuladores de tierras, sin embargo, el Decreto les pareció la denegación de poder ocupar las tierras que habían conquistado a los franceses. El resentimiento que esto provocó minó entre los colonos hacia el Imperio, determinó el levantamiento que llevó a la Revolución Americana.
Para los indios americanos, la Guerra de Pontiac demostró la importancia de la unión de todas las tribus para resistir el avance de colonial. Aunque el conflicto dividió a tribus y poblados, durante esta guerra se creó la primera resistencia multitribal contra los europeos y fue la primera que no supuso una completa derrota de los nativos. Sin embargo, el Decreto Real de 1763 no evitó que los ingleses intentasen expandirse hacia el oeste, por lo que los indígenas se vieron forzados a formar nuevos movimientos de resistencia. El primero comenzó en 1767 tras una reunión organizada por los shawnee y durante las siguientes décadas hubo diversos líderes como Joseph Brant, Alexander McGllivray, Blue Jacket y Tecumesh, por ejemplo, que intentaron crear nuevas confederaciones para revivir los movimientos de resistencia.
El territorio del Ohio abarcaba el actual estado de Ohio y parte de los de Pensilvania, Virginia Occidental e Indiana.